(Minghui.org) Tengo ocho años. Cuando la pandemia de COVID-19 (virus del PCCh) atormentó a la población de nuestro país, mi escuela cerró y me quedé en casa con mi abuela paterna. Tuve la suerte de leer 11 libros de Dafa, y los principios de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia se arraigaron profundamente en mi corazón.

Convertirme en una persona mejor

Aunque mi familia es económicamente estable, no soy mimada como muchos niños de mi edad. Quiero escuchar al Maestro y ser mejor persona. Además de ir bien en la escuela, ayudo en las tareas domésticas, como lavar el arroz, cocinarlo, utilizar el agua del arroz para regar las plantas y limpiar la casa. El escritorio queda impecable y ordenado después de limpiarlo. También ayudo a llevar la compra a casa cuando voy de compras con mi abuela.

Mucha gente me halaga por mi buen aspecto, pero nunca me conmovió. Sé que esto me lo han concedido los cielos, y no puedo ser vanidosa. Necesito tener siempre a Dafa en mi corazón. Esta es la verdadera belleza.

Una vez, mi hermana menor me arañó la cara y me dejó una profunda cicatriz de una pulgada. Soporté el dolor y no me defendí. El Maestro Li (fundador de Dafa) ha cuidado de mí. Después de algún tiempo no me quedó ninguna marca visible en la cara.

Sigo las enseñanzas del Maestro y trato de convertirme en una buena estudiante. Ahora voy a la escuela y tengo que rendir bien en mis estudios. Fui nombrada alumna honoraria de la clase. No me gustaba el Partido Comunista Chino (PCCh). Shifu me protegió y evitó que me uniera a los Jóvenes Pioneros Comunistas.

También quiero despertar a los seres conscientes

Mi abuela ha sufrido muchas dificultades. Al enfrentarse a la brutal persecución del PCCh, siempre se esforzó al máximo por salvar a los seres conscientes. Yo también quería ayudar. Sé que mi abuela distribuía a menudo memorias USB que contenían información para aclarar la verdad. Aunque todavía soy una niña, soy capaz de entender el contenido de la memoria. Tuve el deseo de que mi abuelo materno, director de un Buró de Seguridad Pública, y su hermano, funcionario encargado de mantener la seguridad en Beijing, conocieran la verdad de Falun Dafa. Sin duda les gustará Dafa y se pondrán del lado de Dafa después de conocer la verdad.

Mis padres me llevaron a visitar a mi abuelo materno durante las vacaciones de verano. Yo me puse un hermoso vestido tradicional chino. Llevé conmigo una bolsa de tela que contenía una memoria USB de aclaración de la verdad y la carta de mi abuela. Guardé ambos objetos en secreto en el cajón del escritorio de mi abuelo. Cuando llegué a casa, llamé a mi abuelo y le dije: "Abuelo, te he traído un regalo precioso y lo he dejado en tu cajón. Échale un vistazo con tu hermano menor".

Una vez escuché a mi abuela recitar la enseñanza del Maestro: "...aclara la verdad con sabiduría" (Racionalidad, Escrituras esenciales para mayor avance II).

Yo también quería aclarar la verdad con sabiduría. Pensé que a mi abuelo le gustaría mi regalo porque me adoraba. Así que deseé salvar a mi abuelo y a su hermano menor.

Le dije a mi abuela que salvara a mi amiga cuando se unió a los Jóvenes Pioneros Comunistas. Mi abuela no sólo aclaró la verdad a mi compañera, sino también a la madre y a los abuelos de mi compañera. Mi abuela ayudó a los adultos a renunciar al PCCh y sus organizaciones juveniles.

Recitar "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" me salva

Una vez mi padre me llevó a un parque infantil. Estaba cansada y quería que mi padre me llevara a caballito. Sin embargo, a mi padre se le resbalaron las manos y mi cabeza golpeó con fuerza el suelo de granito. Mi abuela estaba preocupada y mi padre se había puesto pálido. Mi abuela corrió hacia mí y me levantó. Me dijo: "Date prisa y recita 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'".

Mi padre, que normalmente temía al PCCh, también me dijo que recitara las dos frases, y me dijo: "¡Date prisa y recita las dos frases con tu abuela!". Recité las dos frases con mi abuela. Me revisaron la cabeza cuando llegamos a casa. Estaba bien, no había hemorragia ni conmoción cerebral.

Una vez estaba jugando con el celular de mi abuelo paterno cuando se rompió la pantalla y me corté la mano. Estaba sangrando y tenía miedo de decir las dos frases en voz alta porque mi abuelo era el secretario de un comité local del PCCh. Así que recité las dos frases en silencio y la hemorragia se detuvo de inmediato. No sentí ningún dolor cuando me bañé por la noche.

Recitar las dos frases funciona de verdad.