(Minghui.org)

¡Saludos, Maestro y compañeros practicantes!

Tengo 71 años. Comencé a practicar Falun Dafa en 1996. Durante todos estos años, el Maestro siempre me ha guiado en mi cultivación, dándome consejos una y otra vez, y proporcionándome oportunidades para establecer mi poderosa virtud. No hay palabras que puedan expresar mi gratitud. Solamente puedo pagar al Maestro cultivándome bien y salvando a más seres conscientes.

No tengo un alto nivel de estudios. Sin embargo, quería escribir un artículo de intercambio de cultivación para compartir los procesos que emprendí a lo largo de los años.

Solo cultivándome bien puedo salvar a más personas

Durante años, he aclarado la verdad sobre Falun Dafa a la gente cara a cara, sin importar si llovía, nevaba o cuando la maldad intensificaba las detenciones de los practicantes de Falun Gong (también llamado Falun Dafa). He seguido salvando a la gente. Cada mañana, hago los ejercicios de Falun Dafa. Luego, estudio el Fa, después de lo cual por la tarde salgo a la calle para aclarar la verdad. Voy en bicicleta tan rápida como una persona joven.

Mi vida es sencilla. Mis hijos ya son mayores y vivo sola. Solo cocino comidas sencillas para mí. Paso la mayor parte de mi tiempo haciendo las tres cosas, excepto que a veces visito a mi hermano o acompaño a mi hermana en el estudio del Fa.

A lo largo de los años, adquirí mucha experiencia en el proceso de aclarar la verdad. Lo más importante que comprendí es que uno debe rectificarse de acuerdo con los requisitos del Fa y mejorar su xinxing. Solo entonces se puede salvar a más personas.

Un día de enero de 2022, aclaré la verdad a cinco estudiantes de secundaria en un supermercado. Estuvieron de acuerdo en renunciar a las organizaciones del Partido Comunista Chino (PCCh). Cuando me fui, me hicieron una foto y llamaron a la policía. No muy lejos del supermercado, me detuvieron y me llevaron a la comisaría. Con la protección del Maestro, me fui a casa esa noche.

Cuando llegué a casa, estudié el Fa y miré hacia dentro. Quería identificar por qué había ocurrido el incidente. Confirmé que presté atención al estudio del Fa y a mi cultivación, y no dejé de hacer las tres cosas. Desde el comienzo del año pasado, el número de personas a las que he ayudado a renunciar al PCCh ha aumentado cada día, y me siento feliz por todos los que se salvaron.

Me encontré con personas que se negaban a escuchar la verdad o incluso hablaban mal de Dafa. Sin embargo, en esos momentos mantuve la calma, y el Maestro siempre me protegió y me salvó del peligro. A menudo siento que la rectificación del Fa se acerca al final, y que cada vez queda menos tiempo para que podamos salvar a la gente. Por lo tanto, sentía una gran urgencia, especialmente cuando veía a tanta gente en las calles, en las tiendas, en los supermercados o en diversos lugares públicos. Todavía hay muchas personas que no conocen la verdad. Todos han venido aquí por el Fa. Cuando termine la rectificación del Fa, perderán la excepcional oportunidad de ser salvados.

Unos días antes de que me detuvieran, un compañero me preguntó: "¿Es cierto que no vuelves a casa hasta que hayas salvado al menos a 30 personas en el día? Otro practicante me dijo que habías dicho eso". Nunca lo he dicho. ¿De dónde viene esto? Pensé que tal vez el Maestro me estaba dando una indicación para que lo hiciera. Así que me puse 30 como objetivo diario. La mayoría de los días pude llegar a 30, aunque a veces continuaba hasta que estaba completamente oscuro. Ocasionalmente, si no alcanzaba el número, lo recuperaba al día siguiente.

Cuando miré hacia dentro, no pude encontrar lo que había hecho mal. Así que pedí ayuda al Maestro para que señalara mi problema.

Durante el estudio del Fa, me di cuenta de que somos cultivadores humanos, no dioses. Los humanos tenemos energía y tiempo limitados. Así que no debo irme al extremo. El Maestro nos pidió que salváramos a más personas. Por supuesto, cuanta más gente salvemos, mejor. Pero, las tres cosas son indispensables, y debemos hacerlas bien de forma equilibrada.

Una de las razones por las que me motivó el número mencionado por el compañero fue que tenía un deseo oculto de ser competitiva, de presumir y de probarme a mí misma. Había estado recitando el Fa, pero durante los días en que me centré en ayudar a 30 personas a renunciar al PCCh, pasé cada vez menos tiempo estudiando el Fa. Sentí que afloraban más apegos humanos. Perseguir la cantidad es egoísta. Tuve menos compasión y pensamientos rectos al aclarar la verdad a las personas. Además, cuando estaba demasiado ocupada, mi mente ya no estaba tranquila cuando estudiaba el Fa. Esta fue una de las principales razones por las que fui detenida.

Hace dos años, una compañera practicante estaba pasando por una severa eliminación de yeli (karma) y me pidió que la cuidara. Me quedé con ella durante más de un mes, hasta que se recuperó. Entonces, un día le pedí que copiara un archivo de audio en una memoria USB para un practicante que tenía dificultades para leer como resultado de la persecución. No lo hizo, y al final tuve que pedir ayuda a otro practicante. Estaba molesta. Pensé: "Te ayudé durante más de un mes cuando tenías dificultades. Durante este mes, a excepción de salir por la tarde para aclarar la verdad, pasé más de 10 horas al día acompañándote a estudiar el Fa, enviando pensamientos rectos, y cuidando de tus necesidades diarias. Cómo es posible que no me ayudes con una cosa tan pequeña". Me sentí muy agraviada.

Mirando hacia adentro en ese momento, me di cuenta de que guardaba resentimiento en mi corazón. Mis pensamientos se basaban en la noción humana de amistad hacia la compañera. Debe haber una razón por la que la practicante no copió el archivo. En cualquier caso, no debería culparla. En cambio, sabía que debía mirar hacia dentro. Tanto las cosas buenas como las malas que ocurren en la cultivación son cosas buenas, ya que una vez que las reconozca podré mejorar a partir de ellas. Esto era algo bueno, y debía dar las gracias a esta practicante.

También descubrí que tenía una mentalidad combativa. Hace unos años, cuando me liberaron de una detención ilegal, mi nuera temía que mi caso les afectara, así que quiso mantener las distancias conmigo y se negó a que viera a mi nieto. Una vez me dijo: "¡No creo que no pueda contigo!". Yo le respondí: "¡No podrás 'manejarme'! Ni siquiera el PCCh lo consiguió". Estaba peleando con mi familia en lugar de aclararles la verdad con benevolencia.

Tras la reciente detención, descubrí que mi apego al miedo afloraba. Me preocupaba si sería capaz de salvar a más personas y, al mismo tiempo, mantenerme a salvo.

Entonces recordé que tengo la protección del Maestro, y que el Maestro siempre está conmigo. Después de eso, ya no tuve miedo cuando aclaré la verdad. En cambio, sentí compasión. La gente que entendía la verdad expresaba a menudo su gratitud al Maestro. A veces sus sinceras palabras me conmovían hasta las lágrimas.

Vinieron porque querían ser salvados

Un día de este mes de mayo llovió mucho cuando estaba fuera aclarando la verdad. No llevaba paraguas. Cuando la lluvia fue más ligera, corrí hacia mi bicicleta. Una joven corrió hacia mí con un paraguas en la mano. Me dijo amablemente: "Tía, ¿a dónde vas? Deja que te lleve a casa".

Le di las gracias y pensé: ¿No fue ella enviada por el Maestro para conocer la verdad? Comencé a hablarle sobre Dafa. Quedé completamente empapada. La joven aceptó renunciar al PCCh y me dio las gracias. Le dije que todos deberíamos darle las gracias al Maestro. Al ver cómo se alejaba, supe que el Maestro la había traído hasta mí.

En ese día tan lluvioso, ayudé a 13 personas a renunciar al PCCh.

Un día de julio, estaba aclarando la verdad en un mercado. Vi a una señora alta que vestía muy bien y que me sonreía. Me acerqué a ella. Ella sonrió y me dijo: "¡Te ves tan bonita!".

Le dije: "¡Tú también estás muy guapa!".

"Tu aspecto es mejor", dijo, tocando mi ropa.

Inmediatamente comencé a aclararle la verdad. "Es nuestro destino que nos hayamos encontrado aquí", comencé. "Es como lo que dijo el Maestro de Falun Dafa:

“Largo y penoso tiempo, con relaciones predestinadas de miles de vidas

Conectadas todas por el hilo de Dafa…” (El difícil camino hacia el estado divino, Hong Yin (II))

"La gente buena permanecerá. Solo renunciando a las organizaciones del PCCh se puede estar a salvo. Deseo que estés a salvo de la pandemia".

Entonces le hablé de la persecución a Falun Dafa. Inmediatamente aceptó renunciar al Partido. Le di una unidad USB con información sobre Falun Dafa. Lo aceptó con una sonrisa y me dio las gracias. Le dije que recitar "¡Falun Dafa es bueno! y ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno"! le traería bendiciones.

La gente se fija en la buena apariencia, lo que ayuda a validar Dafa

Un día de este mes de junio, le aclaré la verdad a dos señoras en la orilla del río. Les dije: "Es nuestro destino encontrarnos hoy aquí. Puede que haya surgido de un deseo que hicimos durante una vida anterior. Vamos a cumplirlo hoy. Quiero decirles que la única manera de mantenerse a salvo de la pandemia es renunciar a las organizaciones del PCCh. Solo si lo hacen podrán tener un futuro brillante". Ambas señoras estuvieron de acuerdo. Les hablé de recitar "Falun Dafa es bueno". Ellas lo aceptaron con gusto y me dijeron: "¡Hermana, te ves tan encantadora y bonita!". Les dije que me había beneficiado de la práctica de Dafa.

Otro día, le aclaré la verdad a un joven y renunció a las organizaciones del PCCh. También le di un amuleto con información sobre Dafa, una memoria USB con más información y una tarjeta con un código de escaneo para romper el bloqueo de Internet. Lo aceptó todo. Le dije que recitara: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!".

Una practicante a la que no conocía estaba cerca y me vio hablando con el joven. Se acercó a mí cuando el hombre se fue. "Lo has hecho muy bien. Y estás muy linda". Le dije que mi ropa era muy barata. Mi camisa solo costaba 5 yuanes y mis pantalones 50 yuanes. "Son baratos", asintió. "Pero te ves tan bien vistiéndolos". Le dije que todo me lo da el Maestro y Dafa. Cuando mencioné que tengo 71 años, se sorprendió: "¡Pareces tan joven!".

Una vez, desde la distancia, vi a un practicante que conversaba con una señora mayor. Cuando me acerqué a ellos, la señora se acercó a mí y me dijo que quería mirarme de cerca. "Tengo 70 años. ¿Cómo puedes tener la misma edad que yo? Pareces tan joven". Le dije a la señora que había experimentado muchos milagros gracias a la práctica de Dafa.

Aclarando la verdad a las personas que tenían prisa

A menudo aclaraba la verdad cerca de una estación de autobuses de larga distancia y de una estación de tren, donde la mayoría de la gente tiene prisa por tomar un autobús o un tren. Empujando mi bicicleta, caminaba junto a los atareados viajeros y les contaba la verdad sobre Dafa. A veces me encontraba con hombres altos y no podía seguirles el ritmo. Por ello, iba en mi bicicleta con un pie, para poder hablar con ellos. A veces ayudaba a la gente a llevar su equipaje. Por lo general, aceptaban mi aclaración de la verdad.

Un día, de camino a la estación de tren, vi a una señora con un niño y dos maletas que lo estaba pasando mal. Fui rápidamente a ayudarla empujando una de las maletas. "Jovencita, durante la pandemia, espero que usted y su familia estén a salvo, así como sus parientes y amigos". Le hablé mientras caminábamos. "La única manera de garantizar tu seguridad es eliminar la promesa que hiciste cuando te uniste a las organizaciones del PCCh, como los Jóvenes Pioneros y la Liga de la Juventud. El Cielo eliminará al PCCh. Seguir la voluntad de Dios puede garantizar que uno permanezca a salvo cuando se enfrente a una catástrofe".

Aceptó renunciar al PCCh. "¡Tía, eres muy amable, muchas gracias!".

"Todos los practicantes de Falun Dafa son amables", le dije. "Es el Maestro de Dafa quien nos dijo que hiciéramos esto. Puedes dar las gracias al Maestro de Dafa". Ella siguió dando las gracias y añadió: "¡Espero que el destino disponga que nos volvamos a encontrar!".

Los agentes de policía renuncian al PCCh

Un día de julio, le aclaré la verdad a un hombre. Aceptó renunciar al PCCh. Me dio su apellido, pero dudó en decir su nombre. Le sugerí que usara un seudónimo para renunciar al PCCh, y estuvo de acuerdo. Entonces le dije que recitar "Falun Dafa es bueno" puede traerle protección durante las catástrofes.

"Soy un oficial de Seguridad Nacional retirado", dijo el hombre. "Si no estuviera jubilado, te arrestaría hoy. Mi trabajo consistía en detener a la gente de Falun Gong".

Sentí compasión por él. "No deberías arrestar a los practicantes de Falun Dafa. En todas las ocupaciones, incluida la tuya, hay gente buena. Tú no pareces ser de los que no saben distinguir entre el bien y el mal. Quieres ser bendecido y tener paz por el resto de tu vida, ¿no es así?". Asintió con la cabeza. Su mujer comentó: "Mi marido es muy testarudo. No suele escuchar a nadie".

Le dije: "Solo este buen pensamiento de hoy puede salvarte. Los dioses y budas ven los corazones de las personas y conocen todos nuestros pensamientos. El malvado PCCh no deja que la gente crea en los dioses. Hizo tantas cosas malas y perjudicó a tantos chinos inocentes. El Cielo se encargará de ello". El oficial retirado escuchó en silencio. Antes de partir, les deseé buena suerte y paz. Me dieron las gracias.

Otro día estaba en un mercado matutino. Aconsejé a una mujer a renunciar al PCCh y me dijo: "Trabajo en la División de Seguridad Nacional. Soy miembro del PCCh. ¿Cómo puedo renunciar al PCCh? ¿Por qué debería creerte?".

Pensé que era más urgente salvar a las personas que trabajan en la División de Seguridad Nacional. Por aquel entonces, un equipo de personas de la oficina provincial de la División de Seguridad Nacional había llegado a mi ciudad. Vigilaban a los practicantes aún más de cerca, y algunos practicantes fueron arrestados. Por ello, tenía que hacerle saber la verdad y que dejara de participar en la persecución.

Continué hablando con ella mientras la seguía por el mercado. Le dije: "La pandemia está aquí para eliminar a la gente mala. La gente buena estará a salvo. Renunciar al malvado PCCh puede hacer que uno esté a salvo. Los dioses le están dando a la gente la oportunidad. Veo que eres una persona amable, por eso te hablo de esto. Espero que estés a salvo. Espero que sepas lo que es bueno y lo que es malo. En el futuro solo quedarán las personas buenas. Los que sigan persiguiendo a los practicantes de Falun Gong serán eliminados. El Cielo es justo".

Entonces le pregunté: "¿Qué tal si renuncias al PCCh con un seudónimo? Espero sinceramente que tengas un buen futuro". Ella estuvo de acuerdo: "Está bien. ¡Gracias!".

No se puede dejar de salvar a la gente, incluso durante las tribulaciones

No hace mucho, mi hermano menor falleció repentinamente. Mientras lidiaba con la tristeza y me ocupaba de las cosas relacionadas, no me olvidé de salvar a la gente. Siempre que tenía la oportunidad, le aclaraba la verdad a las personas que encontraba. Ayudé a nueve personas a renunciar al PCCh en los dos primeros días. Tres días después del funeral, volví a salir en público para aclarar la verdad.

Mi hermana estaba mal de salud. Durante muchos años, mi hermano menor fue el principal encargado de cuidarla. Ahora, necesitaba reorganizar mi tiempo para poder ayudar a mi hermana.

Durante el Festival del Medio Otoño, llevé a mi hermana a casa de mi hermano mayor para celebrar la fiesta. Ajusté mi horario y salí a aclarar la verdad por la mañana. Así que no me salté ni un solo día de salvar a la gente.

No es fácil cuidar de mi hermana. Además del tiempo que lleva, a veces ensucia mucho la casa. En ocasiones se enfada conmigo sin motivo. Al principio, me sentía muy resentida. Más tarde, me di cuenta de que todo lo que encuentro es por mi cultivación. Es para que me deshaga de ciertos apegos humanos. Aprovecharé todas las oportunidades para mejorar, tener más compasión y salvar a más personas.

Utilizando mis habilidades en el baloncesto para salvar a más gente

Cuando era joven solía jugar al baloncesto. Los fines de semana hay muchos chicos en los parques jugando al baloncesto. La mayoría son estudiantes de secundaria o de bachillerato. Así que a veces me detenía y les preguntaba: "¿A alguno de ustedes le importa dejar que la abuela haga unos lanzamientos?". Siempre estaban encantados de darme el balón. Corría y lanzaba unos cuantos lanzamientos. Aunque después me sentía dolorida durante varios días, y una vez se me rompieron los zapatos, sentía que valía la pena porque podía salvar a la gente en el proceso.

Una vez, hice tres lanzamientos seguidos con éxito. Los chicos me aclamaron. "Tengo 71 años. Realmente me beneficio de la práctica de Falun Dafa". Entonces les conté la verdad sobre Dafa y la persecución. Todos los chicos estuvieron de acuerdo en renunciar al PCCh.

***

Mientras escribía este artículo, mis ojos se llenaron de lágrimas. Soy tan afortunada de ser discípula del Maestro. ¡Estoy tan, tan bendecida! Me cultivaré con más diligencia, haré bien las tres cosas y volveré a mi verdadero hogar con el Maestro.

Gracias, Maestro, por su compasiva protección y guía. ¡Gracias, compañeros practicantes, por vuestra ayuda!