(Minghui.org) Una residente de la ciudad de Hengshui, en la provincia de Hebei, ha sido sentenciada recientemente a tres años y tres meses por su fe en Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

En 2021, el Sra. Cui Yongfen, jubilada de sesenta y un años, y su esposo, el Sr. Meng Fansheng, veterano de guerra de sesenta años, se mudaron con su hijo a Beijing para ayudar a cuidar a su nieto de cuatro años. El 1 de julio de 2021 fueron denunciados por distribuir material informativo sobre Falun Gong y detenidos al día siguiente. Les confiscaron libros de Falun Gong, una computadora portátil, ocho teléfonos celulares, doscientas tarjetas informativas sobre Falun Gong y un billete de 300 yuanes (45.30 USD) con mensaje de Falun Gong escrito (como una forma de superar la estricta censura en China).

Mientras que el Sr. Meng fue liberado un mes después, la Sra. Cui continuó recluida en el Centro de Detención del Distrito de Haidian. Las autoridades no permitieron la visita de su familia alegando la pandemia como excusa.

La familia de Cui recibió una llamada del abogado de oficio el 14 de febrero de 2022, y les comunicó que el Tribunal del Distrito de Haidian la había sentenciado a tres años y tres meses con una multa de 3.000 yuanes (453 USD). El Sr. Meng, por su parte, fue condenado a un año de arresto domiciliario.

Persecución anterior de la pareja

El Sr. Meng comenzó a practicar Falun Gong en agosto de 1997. Reconoce que gracias a la práctica se curó de una hernia discal lumbar y se transformó en una persona pacífica. Después de ver sus cambios, su esposa también comenzó a practicar Falun Gong y disfrutó de una mejor salud y carácter.

Esposo sentenciado a cuatro años de prisión

El 26 de octubre de 1999, el Sr. Meng fue a Beijing para apelar por el derecho a practicar Falun Gong. El 28 de octubre, junto con otros practicantes, levantó un cartel cerca de la plaza de Tiananmen y fueron detenidos. Él y dos practicantes fueron esposados a las patas de un sofá durante la noche. Al día siguiente fueron llevados al Centro de Detención del Condado de Jing, en Hengshui. Mientras tanto, las autoridades saquearon su casa y confiscaron todos los libros de Falun Gong, así como dinero en efectivo que poseía la pareja. Además comenzaron a vigilar sus actividades diarias.

El Sr. Meng fue posteriormente condenado a cuatro años de prisión. Primero estuvo recluido en la prisión de Hengshui, donde fue golpeado, maltratado verbalmente y privado del sueño. Un mes después, fue trasladado a la prisión de Jidong. Los guardias dispusieron que dos reclusos le vigilaran las veinticuatro horas del día y no le prohibieran leer las cartas enviadas por su familia. Todos los días le obligaban a leer artículos o a ver vídeos que difamaban a Falun Gong, así como a escribir informes sobre su creencia. La tortura física y mental afectó a su salud. Se le aflojaron los dientes y su cabello se volvió gris.

Esposa detenida y condenada a dos años de prisión

El 13 de diciembre de 2000, mientras el Sr. Meng aún cumplía condena, la policía detuvo a su esposa, alegando que planeaba ir a Beijing para apelar por su derecho a practicar Falun Gong. Permaneció recluida en el Centro de Detención del Condado de Jing durante cuarenta y cinco días.

El 28 de septiembre de 2001 nuevamente se presentó la policía en su casa, confiscaron sus libros de Falun Gong, un cartel y 3.000 yuanes en efectivo. Se libró de la detención y desde entonces se vio obligada a vivir lejos de su casa. La policía también registró el dormitorio de su hijo en la escuela secundaria. Al encontrar un libro de Falun Gong, obligaron a la escuela a expulsarlo, después de que se negara a renunciar a Falun Gong.

La Sra. Cui regresó a su casa el 12 de enero de 2002, un mes antes del Año Nuevo chino. Tan pronto como regresó, la policía la arrestó y la detuvo durante quince días.

Cuando visitó a su esposo, quien se encontraba encarcelado desde principios del mes de mayo de 2002, un guardia que encontró materiales de Falun Gong en su bolso la denunció. La arrestaron de nuevo el día 28 del mismo mes. Al resistirse a la detención, la policía la arrastró hasta el vehículo policial, lo que provocó que se le cayeran los zapatos y se lesionara los pies y las piernas. Ese mismo día la llevaron al centro de detención. Hizo huelga de hambre para protestar por la persecución y fue liberada veintitrés días después, tras sufrir una hemorragia gástrica y edema generalizado.

El 23 de julio de 2003, dirigidos por Zhang Shaomin, jefe de la comisaría de Duqiao, siete oficiales detuvieron a la señora Cui en su casa. Durante la detención se le cayó el zapato y se le rasgó la ropa. Su hija estaba aterrorizada y no paraba de llorar. Su hijo acusó a la policía de violar la ley al detener a su madre. Zhang respondió: "¿Qué ley? Lo que he dicho es la ley". Añadió que no le importaba el impacto en la familia, que él arrestaría a su madre siempre que recibiera órdenes de arriba.

La señora Cui se puso en huelga de hambre en el centro de detención y fue liberada siete días después, cuando estaba al borde de la muerte.

Posteriormente, se fue a vivir con su hija para esconderse de la policía. Para la joven, la persecución fue una experiencia muy traumática.

Durante los Juegos Olímpicos de 2008 en Beijing, las autoridades encontraron la residencia temporal de la Sra. Cui y vigilaron a su familia durante casi dos semanas.

Fue arrestada una vez más el 25 de agosto de 2014 y detenida en el Centro de Detención de Hengshui. Como consecuencia de las torturas sufridas durante la detención, sus piernas se hincharon gravemente y una de ellas no la podía doblar.

El 4 de febrero de 2016, Liu Junjie, presidente del tribunal del condado de Jing, se comunicó con la familia de Cui informándoles que había sido condenada a dos años en la prisión de mujeres de la provincia de Hebei. Fue puesta en libertad el 24 de agosto de 2016.