(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en julio de 2010. Durante los últimos 12 años, mi salud y mi carácter mejoraron, y presencié personalmente el poder de Falun Dafa. Shifu me protegió en cada paso del camino. Me gustaría contarles mis experiencias durante mi trabajo en la locución en japonés.

Mejorando mi cultivación

No tengo facilidad para hablar en público. Convertirme en el centro de atención me pone tan nerviosa que me tiemblan las manos. Después de empezar a practicar, me pidieron varias veces que hiciera de presentadora en el escenario porque soy japonesa nativa. Me ponía nerviosa cada vez y no dejaba de pensar: "¡Ya no puedo hablar con el micrófono!".

En 2019 me propusieron grabar una voz en off para un programa de medios de comunicación en Internet. La experiencia aceleró de repente mi cultivación.

Siempre pensé que mi voz no era buena y que no quería hablar en público. Sin embargo, los discípulos de Dafa deben decir la verdad frente a las mentiras del Partido Comunista Chino (PCCh). Al ver cómo se engañó al pueblo japonés, me di cuenta de que no tenía otra opción. Tenía que usar mi voz para cumplir mi misión.

El simple hecho de conectar el micrófono a mi computadora me ponía nerviosa. Me tapaba los oídos cada vez que oía mi propia voz mientras editaba con el software. Pensé que era imposible que alguien transmitiera esta voz. La grabé una y otra vez.

Shifu debió ver mi frustración y envió a una practicante para que me ayudara. Me dijo: "Aunque no creamos que nuestra voz es genial, sigue siendo una parte importante de lo que Shifu nos dio".

Me enseñó a practicar las palabras y a mejorar mi fluidez. Puso mucho empeño en ayudarme. "Si hacer la locución te quita tiempo para estudiar el Fa y hacer los ejercicios, es posible que no quieras continuar", dijo. En efecto, los discípulos de Dafa suelen estar ocupados con múltiples proyectos. Si tratas el proyecto como tu cultivación, puedes descuidar el estudio del Fa y el hacer los ejercicios.

Me di cuenta de que cultivarse bien es un requisito previo para aclarar la verdad, así que me uní a los ejercicios matutinos por primera vez. Fue alentador ver a tantos practicantes haciendo los ejercicios cada mañana.

Los días que no trabajo, me levanto temprano para enviar pensamientos rectos y estudiar una lección de Zhuan Falun. Como nos turnamos para leer en japonés y en chino, aprendí un poco de chino en fuentes tradicionales, lo que me facilita encontrar el punto correcto en la versión original china de mi guión de voz.

Mi salud mejoró mucho después de centrarme en el estudio del Fa y en hacer los ejercicios. Suelo grabar mi voz en off a última hora de la noche, cuando hay poco ruido ambiental. Levantarme temprano acorta el tiempo que tengo para dormir. Sin embargo, me siento bien. No me siento cansada por muy ajetreados que sean mis días. Hacer locución y cultivarme se convirtió en mi rutina.

Mejorándome a mí misma

Desde que comenzó, colaboro con un programa de locución de noticias dirigido por un practicante de fuera de China. Hacemos un vídeo de veinte minutos tres veces por semana. Es mucho trabajo, pero me esfuerzo en preparar cada episodio.

Es un proceso de cultivación. Si no estudio el Fa o no hago los ejercicios, me cuesta manejar las grabaciones largas. Suelo empezar a grabar la voz en off alrededor de las once de la noche y tardo una hora en terminarla. Al día siguiente suelo dedicar cuatro horas a la edición. A veces tengo que terminar de editar contenidos urgentes en las primeras horas de la mañana del día siguiente.

Algunos episodios exponen la masacre y la persecución del PCCh a los practicantes de Falun Dafa. No puedo evitar llorar cuando leo los detalles de estas tragedias. Es difícil para una mujer contar estos hechos crueles delante de un micrófono. Le dije al coordinador: "No puedo leer esto".

Sin embargo, tenemos que contar estos hechos para exponer la naturaleza malvada del PCCh. De lo contrario, el sacrificio, la resistencia y el valor de los practicantes que contaron sus dolorosas experiencias serían en vano. Después de entender esto, mi xinxing mejoró y pude continuar con mis narraciones con una mente en calma.

Justo después llegó otra prueba. Tuve un conflicto con otro practicante.

No me resulta fácil resolver relaciones complicadas. Cuando surge alguna disputa, no insisto en mis propias ideas. A primera vista parece que estoy cooperando, pero me di cuenta de que solo demuestro que soy fácil de llevar pero irresponsable.

Como narré el programa, me sentí responsable del contenido. Unos días antes expresé mi opinión a otra practicante, y esto inició un conflicto.

Se trataba de un episodio en el que se comentaba el asesinato del exprimer ministro japonés. Como era el centro de la atención pública y un acontecimiento oportuno en Japón, requería que los detalles fueran precisos. La comprensión del comentarista era ligeramente diferente de los sentimientos del pueblo japonés.

El guión comenzaba diciendo: "Según las profecías de Nostradamus, un primer ministro de una nación será asesinado en 2022. Probablemente se refería a él". Pensé: "Aunque el exprimer ministro asesinado era un político influyente, no era el primer ministro en funciones". Me puse en contacto con una practicante y sugerí que se omitiera la primera frase. Me dijeron que no era posible, porque cualquier omisión requería la aprobación del comentarista. Ninguna de las dos dio un paso atrás y nuestros tonos fueron cada vez más fuertes.

Me sentí molesta y frustrada. Por fin me di cuenta de que se trataba de un proceso de cultivación y de que debía mirar en mi interior para ver qué apegos me alteraban.

Mientras escuchaba en silencio las explicaciones de la otra practicante, me di cuenta de que lo único que quería era que se reconociera mi opinión. Esta practicante siempre me había animado, pero a veces sentía que era como una madre que insta a un niño a terminar sus deberes. En el fondo de mi mente me resistía, pensando: "¡Me esforcé al máximo! Simplemente quiero que reconozca mi duro trabajo". Qué lejos estaba de ser "desinteresada".

Cuando me calmé, le pregunté: "¿Por qué no entiendo este párrafo?". Me contestó: "¡Esto es exactamente lo que intenté explicar!". Lo entendí inmediatamente y le sugerí: "Entonces, ¿qué tal si cambiamos esta frase por...?".

Trabajamos juntas para terminar el episodio. Mucha gente lo vio y dejó comentarios.

Gracias al arreglo de Shifu, encontré mi apego a través de este incidente.

Mi sueño se hizo realidad

Tuve algunos sueños increíbles cuando empecé a practicar. Todavía recuerdo uno de ellos vívidamente. Fue un sueño que tuve en febrero de 2011, mientras reflexionaba sobre cómo cultivarme mejor.

En mi sueño, me había unido al equipo para ayudar con la línea de venta de entradas de Shen Yun. Otros practicantes y yo estábamos en un alto acantilado, con vistas a la ciudad en la que crecí. El lugar donde nos encontrábamos estaba rodeado de aire puro. Sin embargo, la ciudad que teníamos debajo estaba envuelta en una nube naranja y venenosa. Respirarla era fatal. La gente cerró sus puertas y ventanas, pero eso no impidió que el aire entrara en sus casas. Muchos adultos y niños murieron.

En esta ciudad moribunda, vi un puñado de casas encapsuladas en aire puro. Los habitantes de esas casas estaban vivos. Todos habían comprado entradas para ver a Shen Yun. Sin embargo, era un número reducido. Los demás practicantes parecían tristes, pero sus ojos parecían decirme: "Hemos hecho todo lo posible".

Cuando miré la ciudad, me di cuenta de que algunas de las personas que conocía estaban muriendo. Debería haberles aclarado la verdad. Seguí pensando en decírselo, pero no llegué a hacerlo antes de que murieran. No hay palabras para describir mi horror y mi arrepentimiento. Ninguna disculpa sería suficiente para ayudarlos. Lo único que podía hacer era llorar y exclamar: "¡Lo siento! Lo siento mucho". Sentí que Shifu me observaba con tristeza. Entonces me desperté.

¡Estaba tan agradecida de que fuera un sueño y de que aún tuviera tiempo! Recuerdo este sueño cada vez que me siento frustrada. Cuando tropiezo, tengo que levantarme y seguir adelante. Tengo que mantener la mente clara cuando me alaban. Lo único que puedo hacer es cultivarme sólidamente.

En marzo de 2021, mi sueño se hizo realidad. Una fuerte tormenta de arena barrió Beijing. El aire se volvió naranja. Me sorprendió: ¡la escena era exactamente como la que vi en mi sueño! La única diferencia era que la gente no moría. Me pregunté si Shifu volvería a prolongar el tiempo del final.

Desde entonces no he dudado. Debo atesorar cada momento y difundir la verdad. Debo cultivar con diligencia cada día.

Hacer locuciones es el camino de cultivación que Shifu arregló para mí. Unos días lo hago mejor que otros, pero todo mi trabajo es el resultado de mi cultivación y de mi mejor esfuerzo.

Seguiré valorando cada día, cultivándome con diligencia y cumpliendo mi misión.

¡Gracias, Shifu! ¡Gracias, compañeros practicantes!

(Presentado en el Fahui de Japón 2022)