(Minghui.org) Con el tiempo la sociedad ha cambiado, pero podemos aprender muchas cosas de la antigua cultura china que son aplicables a nuestro mundo moderno.

Confucio

Cuando Confucio y sus discípulos viajaron a Kuang (en la actual ciudad de Changyuan, provincia de Henan), los lugareños lo confundieron con un enemigo y lo rodearon a él y a sus seguidores. Esto se prolongó durante varios días, y sus discípulos estaban preocupados.

Confucio, en cambio, estaba muy tranquilo. Dijo: "Después de la muerte del rey Wen de Zhou, la cultura antigua me fue transmitida", explicó. "No podría enseñarla a la gente si la divinidad quisiera destruirla. Pero si la divinidad ha decidido conservarla, ¿qué puede hacer la gente de Kuang conmigo?".

Entonces sacó un guqin (instrumento musical chino de siete cuerdas) y tocó música ritual. Esto convenció a los lugareños de que Confucio era un sabio y no un enemigo, por lo que se dispersaron.

En Lun Yu (Las Analectas), Confucio dijo: "Una persona compasiva no tiene preocupaciones, una persona sabia no tiene confusión y una persona con coraje no tiene miedo". El coraje al que se refería no era el poder, las armas o el dinero. Más bien, era la determinación de una persona de seguir la ley del Cielo.

Hay otros ejemplos similares. Su Wu, un diplomático de la dinastía Han, fue capturado y detenido en el territorio Xiongnu durante diecinueve años, pero ninguna de las dificultades -incluyendo el frío, el hambre y la tentación de una vida cómoda- tuvo efecto en su lealtad y determinación.

Otro ejemplo fue Wen Tianxiang, canciller de la dinastía Song. Tras ser capturado y torturado por las fuerzas invasoras de Yuan, se negó a ceder y fue ejecutado cuatro años después. Durante ese tiempo, escribió lo siguiente para destacar la importancia del coraje: "Todos los hombres son mortales, pero mi lealtad iluminará los anales de la historia para siempre".

Salvaguardando los principios

Esa tradición de esforzarse por tener un carácter recto casi se perdió después de que el Partido Comunista Chino (PCCh) tomara el poder hace décadas. Casi ahogados en las olas de campañas políticas, incluida la Revolución Cultural, los valores tradicionales prácticamente fueron eliminados y el público en general pasó a apreciar más los intereses materiales y a descuidar los principios.

Sin embargo, en los corazones de los practicantes de Falun Dafa la determinación de ser una buena persona continúa floreciendo. Al seguir Verdad-Benevolencia-Tolerancia, los practicantes se esfuerzan por ser mejores personas dondequiera que estén. Incluso después de que el PCCh comenzara a perseguir la práctica en julio de 1999, los practicantes permanecieron fieles a su fe y no cedieron ante el régimen totalitario.

En octubre de 2000, la Sra. Fang, una practicante de casi cincuenta años, estaba recluida en un centro de detención por su creencia, cuando cuatro reclusos la golpearon durante ocho horas. Golpearon su cabeza contra la pared y le rompieron las costillas. Cuando las picanas eléctricas se quedaron sin energía, la ataron. Las reclusas dijeron que ni siquiera los condenados por homicidio podían soportar semejante tortura, pero la Sra. Fang se mantuvo determinada.

Ilustración de la tortura: Esposada por la espalda.

Esto duró varios días, y los guardias la acosaban para que entregara a otros practicantes. Pero ella se negaba. Al cabo de un tiempo, aparecieron varios policías y esposaron los brazos de Fang a la espalda. Dijeron que nadie podía soportar esto durante más de 20 minutos debido al dolor extremo. Para empeorar las cosas, un agente introdujo una botella de vino bajo las esposas, y dijo que la tortura no se detendría hasta que Fang cediera.

"No voy a renunciar a Verdad-Benevolencia-tolerancia pase lo que pase", pensó Fang para sí misma. En su mente, comenzó a recitar Hong Yin y otras enseñanzas de Falun Dafa. Al cabo de una hora, el dolor era tan intenso que empezó a vomitar.

"Un oficial que parecía estar familiarizado con esta forma de tortura me apretaba las manos una vez cada varios minutos", recordó Fang, "y sentía como si me estuvieran aplastando todos los huesos. Vomité tanto que temí que se me salieran los intestinos".

"Si pides clemencia, pararemos y te dejaremos ir a casa", dijo un oficial. Pero Fang negó con la cabeza; no podía abrir los ojos.

Pasaron muchos días y los oficiales dejaron de torturarla. Un día, le dijeron que el interrogatorio había terminado y un oficial le preguntó: "Ahora, ¿podría decirme por qué es tan leal a Falun Dafa?".

La señora Fang les habló del dolor que había sufrido antes de empezar a practicar Falun Dafa. Gracias a la práctica, el dolor desapareció y recuperó la salud. También se convirtió en una buena persona. Comentó sobre el caos en el que se encuentra la sociedad actual y afirmó que el Maestro Li, fundador de Falun Dafa, trajo esperanza a los practicantes y al mundo. Cuando un oficial afirmó que Falun Dafa era "político", la señora Fang le dijo que los practicantes no buscaban ganancias personales o políticas, y que era el PCCh el que estaba violando sus derechos humanos básicos.

Al final, estos oficiales comprendieron mejor Falun Dafa. "Prometo no volver a golpear a los practicantes", uno de ellos le dijo a la señora Fang.

Restringiendo a los malvados

Otro incidente le ocurrió a Rong, un practicante de la ciudad de Jilin, provincia de Jilin. Cuando él y otro practicante, Fan, estaban hablando con la gente sobre Falun Gong en septiembre de 2003, alguien les denunció. La policía vino y arrastró a Fan a la camioneta de la policía.

Creyendo que todos los practicantes son un solo cuerpo, Rong se acercó para apartar a Fan de ellos mientras intentaba explicarles sobre Falun Dafa. "¿Qué estás haciendo? No es de tu incumbencia", le dijo un oficial.

Yo también soy practicante de Falun Gong", les respondió. "Estás haciendo una mala acción al detener a una persona inocente". El agente sacó su pistola y le apuntó.

"Por favor, bájala", dijo Rong mientras le miraba con calma. "La policía está equipada con armas para detener los delitos. Los practicantes le decimos a la gente que sean buenos personas. Es un acto noble y no deberíamos ser tratados así". El oficial bajó su arma pero aún quería llevarse a Fan con él. Rong no se movió.

"Deme su nombre y su dirección, y lo liberaré", dijo el oficial. Rong le dio la información sin dudarlo. "¿Cómo sé que no estás mintiendo?", preguntó el oficial. "Soy un practicante de Falun Dafa, puede contar conmigo", le respondió el practicante. Impresionado por su honestidad, el oficial se marchó.

Unos días después, dos policías se presentaron en su puerta. "Liberamos al otro practicante ese día, pero tenemos que detener a alguien para cerrar este caso", dijo uno de los oficiales mientras intentaba agarrar a Rong. Él se resistió. Los dos oficiales llamaron a otros diez y se lo llevaron a la camioneta de la policía.

Dentro de la camioneta, Rong habló tranquilamente de cómo se había beneficiado de Falun Dafa. "Hay un dicho que dice: 'El bien es recompensado y el mal es castigado'. Sabes que los practicantes de Falun Dafa son personas inocentes y buenas. ¿Verdad?". Les dijo que incluso los exlíderes del PCCh, como Jiang Zemin, habían sido demandados en el extranjero por perseguir a Falun Gong.

En la estación de policía, el practicante se negó a responder preguntas o a delatar a otros practicantes. Se limitó a decir a los oficiales que "Falun Dafa es bueno". Al final, eso fue lo único que escribió el oficial en el registro del interrogatorio.

Al cabo de un rato, la esposa de Rong se presentó en la estación de policía con una toalla, cepillo y pasta de dientes, pensando que podría necesitarlos para pasar la noche. "No te preocupes. Volveré pronto a casa", le dijo. Así que la señora tomó los objetos para limpieza personal y se marchó.

Más tarde, Rong salió efectivamente de la estación de policía mientras los oficiales lo observaban, y volvió a casa sano y salvo. Impresionado por su integridad, nadie lo detuvo ni fue a su casa para acosarlo más tarde.

Ha habido muchos incidentes de este tipo a lo largo de la persecución a Falun Dafa en China. Pero debido al bloqueo informativo del PCCh, solo algunos de ellos han sido registrados en Minghui. Cuando este capítulo de la historia se cierre, la gente sabrá que este fue un período de tiempo especial -una batalla entre el bien y el mal.