(Minghui.org) La Prisión de Jiazhou, en la Provincia de Sichuan, conocida por perseguir a los practicantes de Falun Gong, se creó cuando se fusionaron al antiguo Campo de Trabajos Forzados de la Provincia de Sichuan y la Prisión de Leshan Shawan.

Además de los trabajos forzados y no remunerados, los practicantes encarcelados también son torturados obligándolos a permanecer de pie durante largos periodos de tiempo, reciben descargas eléctricas, son golpeados y se les restringen las horas de comida. También se les ordena escribir declaraciones de garantía para renunciar a su fe.

Los Sres. Liao Banggui y Sun Renzhi son solo dos ejemplos.

El Sr. Liao Banggui fue torturado por hacer los ejercicios de Falun Gong

El Sr. Liao Banggui, de 72 años, de la ciudad de Suining, provincia de Sichuan, fue llevado al segundo pabellón el 2 de agosto de 2020, para cumplir una condena de tres años por practicar Falun Gong. Tres días después, estaba haciendo los ejercicios de Falun Gong por la mañana, cuando dos reclusos lo arrastraron desde el segundo piso hasta una zona destinada a torturar a los practicantes.

Recreación de la tortura: Tirar y arrastrar.

Después de eso, los reclusos arrastraron al Sr. Liao todos los días hasta que se le deshicieron los zapatos. Cuando realizó una huelga de hambre para protestar por este trato, los guardias lo alimentaron a la fuerza una vez al día durante siete días.

Cuando lo descubrieron haciendo de nuevo los ejercicios de Falun Gong, los reclusos lo arrastraron escaleras abajo, le ataron las manos y los pies, le rociaron los ojos con agua de chile y le dieron descargas eléctricas.

Desde el 5 de agosto hasta principios de octubre de 2020, el Sr. Liao se puso en huelga de hambre para protestar por la persecución unas cuatro veces, en total más de 30 días. A mediados de noviembre, volvió a hacer los ejercicios de Falun Gong y dos reclusos lo arrastraron escaleras abajo.

Lo arrojaron al suelo en el exterior, aunque estaba lloviendo. Solo llevaba dos finas capas de ropa y estaba empapado. Cuando llegó la hora de empezar el trabajo no remunerado, dos reclusos lo arrastraron por la acera de vuelta al taller. El Sr. Liao trabajó mientras estaba empapado.

Por la tarde, dos reclusos volvieron a arrastrarlo desde el taller y lo tiraron al suelo. Lo arrastraron de un lado a otro durante un poco más de 1 km (casi 0,7 millas). La piel de los pies y de la nalga izquierda estaba rota y supurada. Tenía la cara tan hinchada que los reclusos no pudieron alimentarlo a la fuerza después de que iniciara una huelga de hambre.

El Sr. Liao tardó tres meses en poder volver a caminar. Aún así, intentó hacer los ejercicios de Falun Gong en el taller, sabiendo que podría ayudarle a recuperarse. Los reclusos utilizaron entonces una silla para separar sus piernas y que no pudiera sentarse a meditar. Se puso en huelga de hambre tres veces, durante tres o cuatro días cada vez.

El Sr. Sun Renzhi fue golpeado y rociado con agua hirviendo

El Sr. Sun Renzhi, de la ciudad de Mianyang, provincia de Sichuan, fue llevado a la Prisión de Jiazhou, el 9 de agosto de 2018, también para cumplir una condena de tres años. El custodio de la prisión Shao Lin y el guardia Liu trataron de hacerle recitar las reglas de la prisión varias veces, pero se negó.

Shao llevó al Sr. Sun a un lugar sin cámara de vigilancia, el 5 de septiembre de 2018, y le roció agua con picante en la cara. El custodio Shao dijo: "Espera a ver cómo te castigo".

Yang Xilin, del Departamento de "Educación" de la prisión, habló con el Sr. Sun seis veces a finales de marzo de 2019, tratando de presionarlo para que renunciara a Falun Gong. El Sr. Sun se negó a renunciar y condenó a los guardias por torturar al Sr. Deng Qixing, de 70 años, a quien se le ordenó estar de pie de 12 a 13 horas al día durante tres días.

Un preso no dejó defecar a los practicantes a los que vigilaba. Si lo hacían, se les obligaba a estar de pie durante largas horas a cambio. El Sr. Sun habló en favor de los practicantes y el recluso cedió.

Antes de que comenzara una campaña de lavado de cerebro para obligar a todos los practicantes a renunciar a Falun Gong, el 18 de junio de 2019, los guardias colocaron pancartas que calumniaban a Falun Gong alrededor de la prisión. El subdirector de la prisión dijo a los practicantes: "Será una larga batalla en el futuro para 'transformarlos'. Golpearemos con fuerza y no tendremos piedad. Aquellos que siguen siendo obstinados, tienen que reconocer la situación y cambiar de opinión pronto".

En la noche del 3 de julio de 2019, el Sr. Sun no pudo dormir. Dos reclusos se sentaban junto a su cama y lo despertaban si cerraba los ojos. También se le negó el uso del baño. Cuando el Sr. Sun protestó sentándose en el pasillo, los reclusos le pellizcaron y retorcieron el muslo. Perdió la sensibilidad en las piernas tras ser torturado durante media hora. Incluso algunos de los reclusos se asustaron por la tortura.

A continuación, los reclusos lo arrastraron hasta un rincón sin cámara de vigilancia y le ordenaron mantenerse en cuclillas. Le costaba mantener el equilibrio incluso al ponerse de pie después de que lo mantuvieran en cuclillas durante horas, y cuando intentaba ponerse de pie, los reclusos le empujaron para que se mantuviera doblado. Entonces, cuando ya no podía mantenerse en equilibrio ni de pie, los reclusos le sujetaron la ropa para evitar que se cayera.

El Sr. Sun protestó y dijo que estaba mal que lo torturaran. Entonces, el recluso Kang Yalei vertió agua hirviendo sobre la cabeza del Sr. Sun hasta su cuello. El Sr. Sun no pudo soportar el dolor y se desplomó.

Recreación de la tortura: Rociar con agua hirviendo.

El cuello del Sr. Sun estaba escaldado y se formaron enormes ampollas. Al cabo de dos horas, las ampollas supuraban. No se atrevía a tocarse el cuero cabelludo. El cuello le ardía y tenía un dolor insoportable. No podía mover las piernas. No podía levantarse si se sentaba. No podía girar las piernas cuando dormía. Era aún más difícil ir al baño. Era extremadamente difícil levantarse cada vez. Así que intentaba comer menos cada día para evitar ir al baño.

El Sr. Sun no podía presentar una queja porque los reclusos lo vigilaban y no le dejaban enviar ninguna carta.

Cuando el Sr. Sun se negó a hacer el trabajo no remunerado, el 27 de julio de 2019, un recluso lo denunció al guardia de turno. El guardia llevó al Sr. Sun a su oficina y le roció agua con pimienta en los ojos. También le redujeron la hora de comer a unos pocos segundos. Durante los dos días siguientes, los guardias le rociaron agua con pimienta en la cara tres veces más. No le permitieron lavarse la cara después. La piel de su barbilla se enconó.

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