(Minghui.org) Después de hacer los ejercicios de la mañana el 24 de abril de 1999, me enteré de los arrestos de varias docenas de practicantes de Falun Dafa en Tianjin. Una instructora voluntaria en nuestro lugar de ejercicios dijo que algunos practicantes irían a la oficina nacional de apelaciones al día siguiente para pedir justicia. Dijo que todos en nuestro sitio de práctica eran bienvenidos a ir.
En los últimos años, a pesar de la enorme popularidad de Falun Dafa en China, el gobierno había prohibió la publicación de sus libros y había empezado a mostrar algunos signos de iniciar una campaña de persecución contra la disciplina.
Como todos nos habíamos beneficiado de la práctica de Falun Dafa, una antigua disciplina de cultivación de cuerpo y mente, y nuestra práctica a lo largo de los años había purificado nuestras mentes y nos había hecho muy saludables, nos sentimos obligados a hablar en favor de Falun Dafa. Un practicante de más de 90 años dijo que iría conmigo.
Otro coordinador voluntario me susurró: "Cuando vayamos a la oficina de apelaciones, no dudes en ponerte en primera fila". Después de numerosas campañas políticas a lo largo de los años, desde la revolución cultural (1966-1976) hasta la masacre de Tiananmen del 4 de junio de 1989, sabíamos muy bien de lo que era capaz de hacer el partido comunista chino y las consecuencias de situarse en primera fila en acontecimientos políticamente tan delicados. Su valentía me conmovió profundamente.
Al día siguiente, nos reunimos en un lugar no muy lejos de la puerta oeste de Zhongnanhai, el complejo del gobierno central. Para entonces, ya se habían reunido muchos compañeros practicantes, y muchos de ellos venían de todo el país, a juzgar por sus dialectos. Todos ellos permanecían allí en filas ordenadas. La escena era serena y pacífica. Me situé en la primera fila y vi a los agentes de policía caminando de un lado a otro de forma relajada. Algunos practicantes en la parte posterior de la fila estaban meditando y leyendo libros de Falun Dafa.
Recuerdo que eran alrededor de las 2 de la tarde cuando todos los practicantes a mi alrededor miraban al cielo. Cuando levanté la cabeza, vi innumerables Falun en el cielo cayendo como copos de nieve sobre todos los practicantes presentes, girando continuamente. Todos nos sentíamos cómodos y libres de fatiga. El sol estaba envuelto por un enorme halo. ¡Era tan maravilloso y sagrado! Todo el mundo observaba en silencio. En nuestros corazones surgió una infinita gratitud hacia el Maestro Li, el Maestro de Falun Dafa.
Poco después, oímos que el primer ministro Zhu Rongji se había reunido con algunos representantes de los practicantes. Seguimos en silencio, esperando el resultado. Al confirmar, alrededor de las 21:00 horas, que los practicantes de Tianjin habían sido liberados, todos nos fuimos en silencio.
Ahora han pasado 22 años, pero la serenidad y la paz demostradas por los practicantes aún viven vívidamente en mi mente. Cuando Falun Dafa sea reivindicada, creo que ese día será recordado por siempre en la historia.
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