(Minghui.org) Siempre que el señor Wang Zhen lleva a su hija al parque, nunca corre ni salta con ella. Su hija le pregunta a menudo: “Papá, corre conmigo. ¿Por qué no puedes correr y jugar conmigo?".

Para todos los padres, correr y jugar con sus hijos es natural. Sin embargo, esto no lo puede hacer Wang Zhen. Tiene rodillas artificiales y es un desafío para él doblar las piernas. ¿Qué le pasó a sus rodillas?

El 25 de abril de 2003 es uno de los días más oscuros en la vida de Wang, es una fecha que nunca olvidará.

Ese día fue brutalmente torturado en un campo de trabajos forzados. Como resultado de la tortura, sus rodillas quedaron lesionadas permanentemente, todo porque no renunció a su fe en Falun Dafa y a sus principios rectores de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

Wang Zhen, originario de Shanghái, a sus 45 años ahora vive en Alemania. Se graduó en una de las universidades más prestigiosas de China, la Universidad Tongji de Shanghái y se especializó en ingeniería. Guapo y popular, tenía pasión por los deportes. A los 27 años fue torturado hasta quedar incapacitado.

Afortunadamente pudo salir de China y llegar a Alemania, donde se casó con Anke. Su hija tiene ahora 7 años.

Wang Zhen y su hija.

“El camino de la cultivación no es fácil, pero nunca me he arrepentido de haber elegido este camino”, dijo Wang Zhen. “Mi vida se volvió significativa cuando comencé a seguir los principios de Falun Dafa: Verdad-Benevolencia-Tolerancia”.

Un verdadero camino de cultivación

Wang Zhen era un niño modelo. Sin embargo, siempre sintió que le faltaba algo y anhelaba la espiritualidad. Cuando llegó a la adultez, aprendió a practicar el qigong. Para aprender la autocultivación buscó a un maestro verdadero que lo guiara.

Cuando tenía 21 años, vio un cartel sobre Falun Dafa en el campus universitario. Era 1997 y Falun Dafa era muy popular y contaba con el apoyo del gobierno. Fue al sitio de práctica y así comenzó su viaje de cultivación.

Se dio cuenta de que la cultivación es el proceso de ser una mejor persona. Midió cada una de sus palabras y acciones de acuerdo con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Mejoró su nivel moral y su vida adquirió sentido.

Todo cambió

Después de graduarse, Wang Zhen encontró un buen trabajo y pronto obtuvo un buen puesto en su empresa.

El 20 de julio de 1999, el partido comunista chino (PCCh) lanzó la persecución a Falun Dafa. Wang Zhen sintió que no había nada de malo en practicar Falun Dafa, así que fue a Beijing para apelar. En su camino la policía, que registraba a cada pasajero, encontró su copia de Zhuan Falun. Desde que el PCCh lanzó la persecución en China, tener un libro de Zhuan Falun es considerado un crimen. Wang Zhen fue arrestado y enviado de regreso a Shanghái.

Todo cambió desde la persecución. Su lugar de trabajo quería despedirlo. Hicieron que su madre lo acompañara desde y hacia el trabajo por temor a que continuara apelando por Falun Dafa. Lo despidieron varios meses después.

Wang Zhen también enfrentó en su casa una gran presión de otros familiares. Sus abuelos fueron perseguidos por el PCCh durante la Revolución Cultural. Estaban aterrorizados por el PCCh, por lo que presionaron a Wang Zhen para que dejara de hablar por Dafa.

La madre de Wang Zhen, sin ser practicante, sabía que Falun Dafa es bueno, así que lo defendía. Cuando decía cosas buenas sobre Dafa, los abuelos de Wang Zhen se enojaban mucho. Tanto Wang Zhen como su madre vivían bajo una gran presión.

Brutalmente torturado

En septiembre de 2001, justo antes de que se llevara a cabo la APEC, llegó la policía y arrestó a Wang Zhen en su lugar de trabajo. Fue enviado a un campo de trabajos forzados. Tenía solo 25 años.

Fue brutalmente torturado en el campo de trabajos, siendo obligado a sentarse en un diminuto taburete de 30 cm x 20 cm x 20 cm durante varias horas todos los días. (Nota del traductor: sentarse en un taburete pequeño” es una forma de tortura. El taburete suele tener 15 a 18 cm de alto y es muy angosto, apenas lo suficiente para sentarse. A lo largo de los años, casi todos los practicantes de Falun Dafa detenidos ilegalmente en prisiones o en campos de trabajos forzados han sido sometidos a esta forma de tortura). Lo obligaban a juntar las piernas y tenía que mantener sus manos en las rodillas. No debía mover su cabeza ni su cuerpo. Si se movía, los presos de guardia lo golpeaban salvajemente.

Wang Zhen también fue obligado a hacer una postura militar durante largos períodos de tiempo, incluido levantar un pie en el aire durante 10 a 20 minutos o más. Las uñas de los pies se ponen negras cuando las personas son sometidas a esta tortura.

A veces fue obligado a correr en el lugar de las 8 a. m. a las 5 p. m., con solo una hora de descanso. En el invierno era forzado a correr incluso con los zapatos mojados. Después de unos días, sus pies se congelaban y todo su cuerpo quedaba extremadamente dolorido.

En otras ocasiones Wang Zhen fue obligado a llevar estiércol a las tierras de cultivo. Tenía que cargar dos baldes que pesaban más de 50 kilogramos. Cargaba y descargaba estiércol durante tres o cuatro horas todos los días. Su pecho y espalda fueron gravemente heridos por este desgastante trabajo.

Los policías también torturaron mentalmente a Wang Zhen. Lo obligaban a ver videos difamando a Falun Dafa y ordenaban a los presos para que le lavaran el cerebro.

Torturado hasta la discapacidad

El 25 de abril de 2003 fue un día que Wang Zhen nunca olvidará. Ese día la policía y algunos reclusos obligaron a Wang Zhen a doblar y extender repetidamente una colcha hasta que no pudo mantenerse erguido. Entonces lo empujaron al suelo.

Un prisionero le pisó los tobillos, mientras que otro le pisoteaba las piernas. Varios prisioneros lo arrastraron hasta la pared y lo torturaron con un método llamado “abrir las piernas”. Le separaron las piernas a la fuerza en línea horizontal. Sus ligamentos quedaron desgarrados causándole discapacidad permanente.

Muestra de la tortura: "Abrir las piernas".

Los pies de Wang Zhen se hincharon y del 80% al 90% de sus piernas se pusieron moradas y negras. A pesar de sus heridas, los internos continuaron torturándolo. Solo le permitían dormir cuatro horas. Le quemaron los dedos con cigarrillos y lo obligaron a ponerse en cuclillas.

“Estaba al borde del colapso. Durante el momento más difícil en el campo de trabajos, seguí recordándome que Verdad-Benevolencia-Tolerancia son los principios del universo. No tiene sentido ser un humano si renunciamos a estos principios. Este pensamiento me apoyó durante los momentos más difíciles".

A fines de septiembre de 2003, Wang Zhen finalmente fue liberado del campo de trabajos forzados. Más tarde se enteró de que algunos practicantes que fueron detenidos ilegalmente con él habían muerto como resultado del abuso.

Wang Zhen también descubrió que el mismo día que fue arrestado, su madre, que no era practicante, también fue arrestada y sentenciada a dos años en un campo de trabajos forzados solo porque dijo que Falun Dafa es bueno.

El deseo de Wang Zhen

Incluso después de que fue liberado del campo de trabajos, la persecución continuó. La policía local frecuentemente lo acosaba. Un año después dejó China y llegó a Alemania. Consiguió un buen trabajo en una de las 500 empresas más importantes del mundo. Wang Zhen dijo que podría avanzar en su carrera si pudiera ir a los sitios de campo y hacer más encuestas. Sin embargo, su discapacidad se lo impide.

Refiriéndose a la brutal persecución y a la intensa presión de la sociedad en toda China, dijo: "No es fácil caminar por el camino de la cultivación, pero nunca me he arrepentido de defender a Dafa".

“La gente debería buscar la verdad. No importa qué, persistiré en defender a Falun Dafa. Todos en mi familia estaban asustados cuando el PCCh comenzó a perseguir a Falun Dafa. Incluso mis abuelos fueron insultados por los vecinos porque yo practicaba. Cuando mis familiares enfermaron y fueron hospitalizados, no pude regresar a China para visitarlos debido a la persecución. El PCCh ha causado tantas tragedias”.

Wang espera que los chinos puedan pensar por sí mismos, no escuchar la propaganda del PCCh y saber que Falun Dafa es bueno. Dijo: “El PCCh ha hecho tantas cosas malas. Está condenado". Espera que todo el pueblo chino renuncie al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.