(Minghui.org) Los practicantes hombres de Falun Dafa en la provincia de Sichuan suelen ser encarcelados en la prisión de Jiazhou, situada en la ciudad de Leshan. La prisión se dedica principalmente a tareas de trabajo forzado como fabricación de ropa y bobinas electrónicas.

Además de los trabajos forzados y no remunerados, los practicantes encarcelados también son sometidos a diferentes métodos de tortura. La tortura física incluye estar de pie durante un tiempo prolongado, descargas eléctricas, golpes y tiempos de comida restringidos. También los obligan a escribir declaraciones de garantía para renunciar a su fe.

Aerosol de pimienta, golpes, tiempos de comida restringidos

El Sr. Lu Shengli, de la ciudad de Deyang, fue arrestado en su casa el 4 de junio de 2015 y posteriormente condenado a 5 años de prisión y a una multa de 5.000 yuanes. Al llegar a la prisión le ordenaron escribir declaraciones de garantía. Cuando se negó, los guardias lo obligaron a permanecer de pie de 7 a. m. a 10 p. m. durante tres días, hasta que sus manos y piernas se hincharon. Los guardias solo le daban unos segundos para terminar su comida y tiraban lo que quedaba cuando se acababa el tiempo.

Los practicantes que ponen bajo estricto control son sometidos a golpes, permanecer de pie, en cuclillas, privación de sueño y les ordenan escribir declaraciones de garantía. También les prohíben hablar o moverse. Exponer a los practicantes bajo el sol abrasador, cubrir sus cabezas con cascos y rociarles agua con pimienta en la nariz y restringir sus horas de comida son también algunos de los métodos comunes utilizados en la prisión de Jiazhou.

Ilustración de la tortura: Golpeado con picanas eléctricas.

El Sr. Sun Renzhi recibió una descarga eléctrica y le echaron gas pimienta en los ojos por negarse a portar el uniforme de la prisión. Cuando se negó a escribir declaraciones de garantía, la policía lo puso bajo estricto control para torturarlo y también lo expuso bajo el sol en el verano por períodos prolongados.

Ilustración de la tortura: Estar de pie bajo el sol abrasador.

El Sr. Gu Zhiguang estuvo con hambre durante unos días después de negarse a ser transformado. También fue castigado permaneciendo de pie durante mucho tiempo y tenía las manos y los pies encadenados. Durante más de un año, fue sometido a fuertes golpes, rocío de pimienta y privación de sueño.

Ilustración de la tortura: Fuertes golpes.

Los Sres. Liang Junhua y Wei Yongqing estaban bajo estricto control y les restringieron el horario de las comidas cuando se negaron a escribir declaraciones de garantía o a memorizar las normas de la prisión. El Sr. Wei, de 81 años, fue obligado a sentarse bajo el sol durante largos períodos de tiempo hasta que sus nalgas se enconaron, y recibía descargas eléctricas con picanas. También lo rociaron con gas pimienta.

Los que eran ubicados en el primer nivel de control estricto tenían sus tiempos de comida limitados a segundos. A los detenidos les daban 20 segundos para terminar un pequeño tazón de sopa de avena por cada comida, pero en realidad, se les permitía solo 15 segundos. Según los que lo experimentaron, lo más rápido que podían comer eran cuatro bocados de arroz, y los que eran más lentos solo podían comer dos o tres bocados. Generalmente, los guardias aplicaban esta tortura a los prisioneros durante 3 a 15 días. Sin embargo, el período de tiempo se podía extender para los practicantes indefinidamente hasta que renunciaran a su fe.

Otro método de tortura se llama "conducir una motocicleta". En esta tortura, los guardias colocan un casco sobre la cabeza del practicante antes de rociarlo con gas pimienta y cerrar la tapa del casco. Esta tortura causa que la víctima se ahogue en el espacio confinado y tosa sin control. Luego se hacía que la víctima usara camisas de fuerza y lo exponían al sol sin darle agua. El Sr. Wang Anneng fue sometido a esa tortura cuando se negó a memorizar las normas de la prisión.

Ilustración de tortura: Llevando una camisa de fuerza y atado.

En la actualidad hay 5 practicantes que siguen detenidos en la división N.º 8: El Sr. Zhang Zhigang (condenado a 4 años), el Sr. Deng Daoheng (a 8 años), el Sr. Wen Xingtai (a 7 años), el Sr. Liang Junhua (a 6 años) y el Sr. Zuo Guocheng (a 1,5 años).

Trabajos forzados

La prisión firmó contratos de producción con algunas empresas y obliga a los detenidos a trabajar para cumplir las órdenes. Un taller en la prisión puede ganar de 2 a 3 millones de yuanes cada año.

Los detenidos son forzados a trabajar 12 horas al día y les dan 10 minutos para almorzar en sus asientos. Aquellos que no puedan terminar su trabajo son castigados. El castigo ligero incluye permanecer de pie en un lugar específico después del trabajo hasta las 10 p. m. y reflexionar sobre sus acciones o caminar en el campo en varias formaciones. El castigo pesado incluye que le racionen la comida (le dan solo una porción de "comida de bebé"). Durante este tiempo, a la víctima no se le permite comprar comida ni cualquier otra necesidad diaria.

Los practicantes tienen prohibido hablar entre ellos, permanecer en la misma habitación y no pueden trabajar cerca de los otros. Sus llamadas telefónicas también son monitoreadas.

Un practicante anciano de Sichuan que estuvo encarcelado en la prisión de Jiazhou detalló su experiencia a Minghui.org. Él recordó que cuando llegó por primera vez a la prisión, unos pocos practicantes le ayudaron a recuperar sus elementos de uso diario y le dieron algo de comida. Sin embargo, un día, alguien lo vio a él y a otro practicante compartiendo su experiencia de cultivación entre ellos y los reportó.

El otro practicante, que tenía 65 años, fue puesto bajo estricto control al día siguiente y le prohibieron consumir cualquier alimento que hubiera pedido previamente. También lo forzaron a comer "comidas para bebés" y se quedó demacrado. El control estricto terminó después de 52 días. Como este anciano practicante era muy mayor, no fue castigado.

A los detenidos solo les dan 4 horas de descanso a la semana y deben someterse a controles de seguridad antes y después del trabajo para asegurarse de que no lleven ningún artículo prohibido a sus celdas.

Un practicante fue obligado a hacer un trabajo extenuante y no le dieron ningún descanso a pesar de tener graves problemas físicos. Fue al hospital en mayo de 2020 y falleció dos días después. Tenía 67 años.