(Minghui.org) Había mucha gente el 26 de agosto en la Plaza de las Libertades y Derechos Humanos gracias a que la plaza es el lugar ideal para ver la icónica Torre Eiffel de París.

Los practicantes realizan actividades en la Plaza de las Libertades y los Derechos Humanos en París para generar conciencia sobre la actual persecución en China

Los carteles de Falun Dafa atrajeron a mucha gente

Los turistas paran para informarse sobre la persecución

Turistas firman la petición para pedir un fin a la persecución

Los turistas atraídos por la placentera música de los ejercicios de Falun Dafa se quedaron parados frente al puesto de información de los practicantes. Algunos leyeron los carteles mientras que otros se quedaron quietos admirando la demostración de los ejercicios. Una pareja de franceses se sumó a hacer los ejercicios.

Mergen Zerguit (mujer vestida de negro) y su esposo, Ali Bauyaite (hombre vestido de negro), hacen los ejercicios de Falun Dafa

Una mujer llamada Mergem Zerguit, que está estudiando contaduría, y su esposo, Ali Bauyaite, que trabaja en la industria de la información tecnológica, pararon cuando la música de los ejercicios les llamó su atención. Se sumaron a los practicantes para hacer los ejercicios. La Sra. Zerguit dijo: “Son muy relajantes los ejercicios. Siento un gran campo de energía. Esperamos encontrar un sitio de práctica cerca de donde vivimos para poder hacer los ejercicios todas las semanas. Estoy realmente feliz de esta oportunidad de aprender los ejercicios”.

Alex Delin y Jeremy Torregrosa firmaron la petición pidiendo un fin a las atrocidades en China

Alex Delin es un hombre de negocios en París que firmó la petición de los practicantes después de leer los carteles. Él dijo: “No sabía de esta práctica, pero una persona fue encarcelada durante una década por practicar Falun Dafa. Fue torturada brutalmente y le sacaron sus órganos sin consentimiento. No puedo ver que pase algo así sin hacer nada”.

Un amigo de Alex, Jeremy Torregrosa, agregó: “Me acabo de enterar que a uno lo pueden encarcelar por meditar. No obstante él no lastimó a nadie. Me hace sentir muy triste que en China estén torturando y sustrayendo órganos”.

El Sr. Wang Longmeng proviene de China y fue forzado a escapar al extranjero por su participación en la demostración estudiantil de 1989 en la plaza Tiananmen. Ese día estaba en la Plaza de las Libertades y dijo: “Para mí, Falun Gong es como una religión. La constitución de China permite la libertad de creencia pero en realidad cualquier organización más poderosa que el partido comunista chino será reprimida. Vi esto en 1999 cuando Jiang Zemin estaba en el poder. En ese entonces estaba en Estados Unidos. Mis amigos en Estados Unidos que también participaron de la protesta estudiantil de 1989 y yo hemos apoyado las actividades de Falun Gong”.

Les dijo a los practicantes que es budista y que también ha llegado a conocer un poco sobre las enseñanzas cristianas estando en el extranjero. “Me siento identificado con las enseñanzas de Falun Dafa – Verdad-Benevolencia-Tolerancia. El PCCh no tiene razón para prohibirlos, la represión es despiadada. La sustracción de órganos está más allá del límite de lo humano y no se puede tolerar”. Dijo que ha estado apoyando a Falun Gong todos estos años. “Un grupo de nosotros que fuimos víctimas de la masacre de Tiananmen ha fallecido. Los que están todavía vivos siguen luchando por la democracia en China. Falun Gong es uno de los grupos más resistentes”. Le parece que, dada la situación actual en China e internacionalmente, es inevitable que el PCCh colapse: “Esto es gracias a Falun Gong. Es el resultado de sus esfuerzos continuos en resistir la persecución”.

Un hombre llamado Alain que es un experto en leyes firmó la petición para terminar con la sustracción de órganos después de leer los carteles de los practicantes. “Sustraer los órganos sin consentimiento y ponerle precios a cada parte, ¡esto es asesinato! Y es matar a una persona saludable; es terrible. ¿Qué clase de médico hace algo así?”. Quedó perplejo cuando supo que la sustracción de órganos está avalada por el estado. “Realmente no puedo entender una práctica tan pacífica… que no hace daño a nadie... ¿por qué está prohibida? ¿Sus órganos sustraídos y vendidos? Tengo que firmar esta petición para detener estas atrocidades”. Se llevó material informativo diciendo que definitivamente lo leerá.

Una mujer llamada Sandrine que trabaja en el sector médico, como también su esposo, firmaron la petición. “Firmo esto porque sin importar qué seas, francés, chino o cualquier nacionalidad, la gente debería tener democracia y ser libre”, dijo ella. “Sé que China es un país comunista pero lo que veo hoy aquí, es como yoga; no causa daño a otros ni a la sociedad. Creo que el gobierno chino debería dejar que la gente lo practica libremente”.