(Minghui.org) Una residente de Chongqing de 72 años fue arrestada en su casa el 24 de abril de 2020 por practicar Falun Gong. Fue acusada de "socavar la aplicación de la ley con una organización de culto", un pretexto estándar usado para criminalizar a Falun Gong.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una antigua disciplina espiritual y de meditación perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
Un grupo de oficiales irrumpió en la casa de la Sra. Zhu Dazhen alrededor de la 1 del mediodía del 24 de abril y saqueó su casa. Su computadora, los libros de Falun Gong y muchos otros materiales fueron confiscados. Los 5.000 yuanes en billetes impresos con información sobre Falun Gong también fueron retirados. (Debido a la estricta censura de información en China, muchos practicantes de Falun Gong utilizan creativas formas de difundir información sobre su fe, incluyendo la impresión de mensajes en los billetes).
No se identificó ninguno de los oficiales responsables de arrestar a la Sra. Zhu y saquear su casa. En la comisaría de Wenfeng, un joven policía abusó verbalmente de ella.
Un oficial la llevó al hospital para un chequeo físico. Se le ordenó que ella misma pagara el coste de la revisión médica.
Debido a su condición médica, la Sra. Zhu fue liberada bajo fianza. La policía ordenó a su hijo menor que pagara 5.000 yuanes por su fianza.
Persecución en el pasado
La Sra. Zhu comenzó a practicar Falun Gong en 1998. Debido a que mantuvo su fe después de que comenzara la persecución, ha sido arrestada repetidamente en las últimas dos décadas y encarcelada tres veces, por un total de siete años.
El primer periodo de dos años en un campo de trabajo
El 22 de mayo de 2001 la casa de la Sra. Zhu fue saqueada y ella fue arrestada por primera vez. Después de tres meses de detención, la condenaron a dos años en el campo de trabajo de mujeres de Maojiashan.
Los guardias del campo de trabajo la obligaron a ver videos que calumniaban a Falun Gong todos los días y a escribir informes de pensamiento semanales. Le asignaron dos reclusos para vigilarla las veinticuatro horas del día. A menudo abusaban físicamente de ella cuando se negaba a cooperar con el lavado de cerebro. En un momento dado, la obligaron a hacer más de 900 sentadillas al día. Otras formas de tortura incluían sentarse en un pequeño taburete durante períodos prolongados, largas horas de pie, entrenamiento físico intensivo, y ser forzada a caminar en una posición medio sentada con las manos detrás de la espalda.
Los guardias intentaron forzar a la Sra. Zhu a pisar la foto del fundador de Falun Gong. Cuando ella se negó a cumplir, la enviaron a confinamiento solitario.
Segundo período de dos años en un campo de trabajo
La Sra. Zhu fue arrestada nuevamente el 22 de octubre de 2006. Después de 20 días de detención, la condenaron a dos años en el campo de trabajos forzados para mujeres de Zoumahe. En aquel lugar, al negarse a renunciar a su fe, fue obligada a permanecer de pie o sentada en un pequeño taburete durante largas horas, detenida en régimen de aislamiento y se le prohibió ducharse y lavar la ropa.
Término de prisión de tres años
La Sra. Zhu fue arrestada el 1 de mayo de 2013 después de ser denunciada por distribuir materiales informativos sobre Falun Gong. En la estación de policía de Jiulong, la policía colocó una bombilla de 1,000 vatios frente a su cara. La luz y el intenso calor la marearon tanto que sintió como si fuera a explotarle la cabeza. Más tarde dijo que la policía intentó torturarla de esta forma para hacerla ceder mientras la interrogaban.
La policía saqueó la casa de la Sra. Zhu más tarde ese día y confiscó sus libros de Falun Gong, su computadora y otras pertenencias.
Posteriormente la condenaron a tres años en la cárcel de mujeres del pueblo de Zouma. Fue privada de sueño, la obligaron a sentarse en un pequeño taburete hasta que sus nalgas desarrollaron llagas abiertas, y se la obligó a hacer un entrenamiento físico intensivo. Incapaz de soportar la tortura y contra su voluntad, escribió una declaración para renunciar a Falun Gong.
Después, los guardias la trasladaron a una sala normal para hacer trabajos no remunerados todos los días. Todavía se veía obligada a asistir a sesiones semanales de lavado de cerebro y a escribir informes de pensamiento. Los guardias obligaron a la Sra. Zhu a leer su autocrítica y a cantar alabanzas al régimen comunista delante de otros reclusos y lo grabaron. Esas grabaciones se utilizaron luego para lavar el cerebro a otros practicantes y reclusos.
La policía siguió acosando a la Sra. Zhu y a su familia después de ser puesta en libertad.
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Categoría: Hechos de la persecución