(Minghui.org) El 25 de abril de 1999, una apelación pacífica en Beijing sorprendió al liderazgo chino y a la comunidad internacional, cuando 10.000 practicantes de Falun Dafa se reunieron cerca de la oficina de apelaciones del consejo de estado para solicitar la liberación de otros practicantes que habían sido arrestados ilegalmente por su creencia.

La concentración fue pacífica y no hubo incidentes, y los practicantes de Tianjin fueron liberados luego de la apelación. Sin embargo, tres meses después, el 20 de julio de 1999, Jiang Zemin, entonces máximo cabecilla del partido comunista chino (PCCh), lanzó una campaña de persecución a nivel nacional contra Falun Dafa que continúa hasta nuestros días.

El PCCh sigue persiguiendo a los practicantes de Falun Dafa 21 años después. Sin embargo, los practicantes no son las únicas víctimas de la supresión de la libertad de creencia y libertad de expresión por parte del PCCh en su intento de librarse de lo que el partido percibe como amenazas a su poder. El encubrimiento del PCCh de información sobre el coronavirus ha hecho que se castigue a los denunciantes y ha resultado en casi 3 millones de personas infectadas y cerca de 200,000 muertes en todo el mundo.

En el vigésimo primer aniversario de la apelación pacífica del 25 de abril, es importante darnos cuenta de que solo alejándonos del PCCh podremos restaurar nuestros derechos humanos y mantenernos a salvo ante los desastres.

Apelación pacífica del 25 de abril

Dos días antes de la apelación del 25 de abril, decenas de practicantes de Falun Dafa fueron arrestados en Tianjin, una gran ciudad cerca de Beijing, por expresar sus opiniones contra la propaganda que difamaba a Falun Dafa. A medida que más practicantes fueron a pedir su liberación, se les dijo que fueran a Beijing ya que la orden de arresto provenía del gobierno central.

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Apelación pacífica de practicantes de Falun Dafa en Beijing el 25 de abril de 1999

Para ayudar a los altos funcionarios a comprender los hechos sobre Falun Dafa, alrededor de 10,000 practicantes se reunieron voluntariamente frente a la oficina de apelaciones del consejo de estado en Beijing el 25 de abril de 1999. Presentaron tres peticiones: liberar a los practicantes detenidos de Tianjin, restaurar la libertad para practicar Falun Dafa sin intervención o consecuencias, y levantar la prohibición de publicar libros de Falun Dafa.

El entonces primer ministro chino se reunió con representantes de practicantes y aprobó todas las solicitudes; de hecho, cada una de ellas eran derechos básicos garantizados por la constitución china.

Sin embargo, tres meses después, Jiang Zemin ordenó la persecución a Falun Dafa. Desde entonces, decenas de millones de practicantes han sido blanco de ataques por defender su fe. Muchos han sido detenidos, encarcelados y torturados por su creencia.

Algunas personas atribuyeron la persecución al llamamiento pacífico del 25 de abril de 1999, pero la verdadera razón fue que los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia de Falun Dafa contradicen fundamentalmente el ateísmo y la ideología de lucha del PCCh. Incluso antes de la apelación, los seguidores de Jiang habían estado investigando a Falun Dafa con la esperanza de encontrar excusas para reprimir la práctica pacífica. Sin la apelación del 25 de abril, Jiang y el PCCh aún habrían encontrado excusas para perseguir a Falun Dafa. Los arrestos de los practicantes de Tianjin y la prohibición de los libros de Falun Dafa antes de la apelación expusieron la intención de Jiang de perseguir a Falun Dafa.

Perseverancia de los practicantes de Falun Dafa

La persecución del PCCh a Falun Dafa no es el único ejemplo de supresión de la libertad de creencias y la libertad de expresión. La actual pandemia de coronavirus ha mostrado a los chinos y al resto del mundo cómo la censura de información y el discurso del PCCh ha convertido una epidemia en una crisis global.

Si bien algunos denunciantes intentaron exponer el encubrimiento del brote por parte del PCCh, la propaganda del gobierno pronto ahogó su voz y muchas personas permanecieron en silencio ante la tiranía del PCCh.

Los practicantes de Falun Dafa, por otro lado, nunca han detenido sus esfuerzos para generar conciencia sobre la persecución de su fe en los últimos 21 años. Después de que estalló el coronavirus, los practicantes también han estado trabajando fuertemente para informar al público que el PCCh ha estado usando las mismas tácticas de encubrimiento y engaño todo el tiempo, desde su encubrimiento de la epidemia del SARS de 2003 y la pandemia actual hasta la persecución a Falun Dafa.

Una falla del régimen

El PCCh hará todo lo posible por mantener su poder, y no le importan las personas. Se puede asegurar que el régimen del PCCh en sí mismo es la causa principal de los desastres que propaga.

Después de que el PCCh ocultara la epidemia de SARS en 2003, se implementaron una serie de políticas para prevenir crisis similares. En 2017, China afirmó que había establecido el mayor sistema integrado de notificación de emergencias de salud pública, lo que reduciría el tiempo de notificación de cuatro días a cuatro horas.

En julio de 2019, se realizó un ensayo con más de 8,200 participantes de 31 provincias y ciudades a nivel provincial. El objetivo era practicar cómo manejar un brote de virus en algún momento en 2020.

Además, se realizó un simulacro de rescate de emergencia en el aeropuerto de Tianhe en Wuhan el 18 de septiembre de 2019, antes de los Juegos Mundiales Militares de 2019. El programa incluyó encuestas epidémicas, monitoreo del personal, área de cuarentena temporal, transferencia de pacientes y limpieza profunda.

Tres meses después, el 18 de diciembre, el Hospital Central de Wuhan ingresó a su primer paciente con coronavirus. Varios días después, los profesionales médicos identificaron la epidemia de coronavirus. Pero sus esfuerzos en reportar la emergencia fueron bloqueados. Cuando no tuvieron más remedio que crear conciencia sobre la creciente epidemia a través de las redes sociales, fueron castigados por las autoridades.

Más de 40,000 personas de aproximadamente 10,000 familias en Wuhan asistieron a un banquete obligatorio del Año Nuevo Chino el 18 de enero de 2020, a pesar de los llamados de algunos residentes para cancelar el evento al enterarse de la epidemia. Como resultado, la comunidad de Baibuting, donde tuvo lugar la fiesta, se convirtió en una de las áreas más afectadas en Wuhan.

Es evidente que el sistema de notificación de emergencias de salud pública y los simulacros eran solo un montaje para que el PCCh cree la ilusión de que todo estaba bajo control, especialmente en torno a fechas delicadas como feriados nacionales. A medida que más y más personas se infectaron después del banquete de la comunidad de Baibuting, el PCCh puso a toda la ciudad de Wuhan bajo llave el 23 de enero.

Tiempo para distanciarse del PCCh

Se podría pensar que el PCCh aprendería lecciones de un desastre tras otro provocados por el hombre, pero una y otra vez repite los mismos errores en el manejo de varias crisis. Mientras la política prevalezca sobre la ciencia y mientras las agendas políticas reemplacen a la conciencia, nada impedirá que el PCCh vuelva a causar calamidades.

El PCCh ha causado más de 100 millones de muertes no naturales en China desde que tomó el poder hace varias décadas. Cada vez que termina un movimiento político, el PCCh encuentra una excusa o un chivo expiatorio para desviar la culpa. Luego, las personas siguen bajo esa ilusión, solo para ser golpeadas por la dura realidad una y otra vez.

Los practicantes de Falun Dafa apelaron al gobierno hace 21 años por la libertad de creencia y expresión. Todavía hoy se mantienen firmes, pidiendo el fin de la persecución. Como China y el resto del mundo están sufriendo un daño tremendo por el encubrimiento del brote de coronavirus por parte del PCCh, es indispensable que la información sea transparente. Con ese fin, es posible que queramos seguir el ejemplo de los practicantes de Falun Dafa que nunca han detenido su búsqueda de la libertad de creencia y libertad de expresión. Y ahora es el momento de distanciarnos del PCCh para garantizar nuestra seguridad futura.