(Minghui.org) Recibí el libro Zhuan Falun como regalo en septiembre de 2005, pero comencé a practicar el 10 de mayo de 2006.

Anteriormente había estudiado en una escuela espiritual durante varios años. Podía caminar descalzo sobre brasas y tenía otras capacidades sobrenaturales bastante grandes. Sin embargo, mis enfermedades todavía no se me quitaban. Hacía 22 años que tenía asma.

Cuando mi amiga extranjera y su marido se fueron a su tierra natal, se llevaron el libro y empezaron a estudiarlo, después de haber leído sobre la práctica en Internet. Al año siguiente, cuando ya habían practicado Falun Dafa por 8 meses, mis amigos me lo regresaron. Dijeron que nunca habían leído nada más valioso, así que decidí probar esta práctica también.

Había tratado enfermedades para la gente durante diez años, utilizando el conocimiento y la experiencia que había obtenido de mi práctica anterior. Llegué a ser famoso en mi región y, como resultado, adquirí mucho yeli (karma). En ese entonces, no me daba cuenta. Cuando comenzó a entrar el dinero y descubrí la fama, mucho de lo que había aprendido pasó al segundo plano, y solo quedaron la gloria y el beneficio.

Shifu dijo en Zhuan Falun:

“De ahí en adelante produces un corazón de apego. Una vez que aparece el apego, te pones ansioso cuando no puedes curar enfermedades. Algunos, para conservar su reputación, ¿en qué piensan incluso mientras tratan a un paciente? «Déjame que yo tenga esta enfermedad para que él se cure». Esto no surge de un corazón de misericordia; él no ha descartado para nada ese corazón de fama y beneficios, así que es absolutamente imposible que nazca un corazón de misericordia”.

Pensaba que esto era el significado de la vida: ayudar a la gente. Pero, cuando la gente que había tratado regresó cinco años después para tratarlos nuevamente, tuve que reflexionar: "¿Qué estoy haciendo? ¿Realmente ayudo a la gente o me rebajo a mí y a ellos también?”. Por otra parte, empezaron a dolerme mucho las piernas.

“A la larga, tu cuerpo se vuelve totalmente negro por dentro y eso es precisamente yeli” (Zhuan Falun).

Dejé de tratar a las personas y pasé un año entero en una especie de desesperación, pensando que era un alma perdida. Me di cuenta que este no era mi mundo, pero no sabía cómo salir de él.

Shifu dijo en Zhuan Falun:

“Cuando realmente practiques el xiulian verdadero, te resultará muy difícil. ¿Qué harás? ¿Cuánto sufrimiento tendrás que padecer para transformar el ye en la materia blanca? Es realmente muy difícil,…”.

Cuando empecé a cultivarme, fue muy difícil. Tuve que soportar todo tipo de adversidades y sufrimiento. Cuando abrí el libro por primera vez, vi estas palabras exactas: “Cuando realmente practiques el xiulian verdadero, te resultará muy difícil” (Zhuan Falun).

Me gustaría compartir algo que me sucedió y que fortaleció mi fe en Shifu y Dafa:

En octubre de 2017, fui a visitar unos familiares y me quedé en la casa de mi hermana. Un pariente lejano me llamó y me dijo que mi amiga de la infancia había llegado a visitarlos, pero se iba al día siguiente y realmente quería verme. Era la hora de la cena, había caído la primera nevada de la temporada y había comenzado a derretirse. Iba a ser un poco resbaladizo, pero decidí ir a ver a mi amiga.

Tuve que caminar sobre tablones de madera angostos que formaban un pasadizo y recorrían una zona pantanosa cubierta con arbustos. Caminaba paso a paso con cautela, pero justo cuando había pasado una zona peligrosa, de pronto me resbalé y caí en el pantano. Oí un chasquido que sonó como si un hueso se hubiera roto y, por un momento, perdí el conocimiento.

En mi mente apareció el pensamiento: "Fractura". Inmediatamente rechacé este pensamiento y empecé a repetir: "Soy un discípulo del Maestro Li Hongzhi, y no reconozco y rechazo completamente todos los arreglos de las viejas fuerzas". Repetí las frases: "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Traté de salir solo del pantano, pero el dolor era tan fuerte que sentí que no podía hacerlo.

No había nadie alrededor. Le pedí ayuda a Shifu y, halándome hacia arriba con mi mano izquierda, alcancé un tablón de madera y me subí al pasadizo. Mi brazo derecho estaba colgando y no lo podía mover. Cuando caí, mi brazo se había volteado y el peso de todo mi cuerpo le había caído encima. Viendo mi ropa sucia, traté de limpiarla con nieve y decidí seguir el rumbo. Pero, después de caminar un rato, me di cuenta  que tenía que regresar a casa.

De alguna manera, logré volver a la casa de mi hermana y decidí no decirle nada a nadie. Ella aún  no había llegado, así que me puse a escuchar las grabaciones de audio de las Lecciones de Shifu, pero no me podía concentrar por el dolor muy fuerte. En mi mente se deslizaban malos pensamientos y reflexionaba en cómo, al encontrarme con graves tribulaciones y cosas realmente malas, siempre estaba solo y no había nadie a mi lado. Por el terrible dolor que sentía en ese momento, no podía ni siquiera llorar, a pesar de que realmente tenía ganas de hacerlo.

Tuve solo un pensamiento recto: "Soy un discípulo de Shifu y Él no me va a abandonar".

No me podía acostar, así que me senté en la cama escuchando la voz de Shifu y las lágrimas rodaban por mis mejillas. Pensé sobre mi vida miserable y difícil. Justo como había dicho Shifu, desde que era un niño, no había tenido tres días seguidos felices. Crecí en una familia con seis hijos. De lo que recuerdo, andábamos siempre hambrientos y tuve que trabajar mucho. Era el segundo hijo mayor, así que tuve que cuidar a mis hermanos menores y darles de comer desde que tenía siete años.

En ese momento, vivía en Rusia, en un área donde la ciudad más cercana se encontraba a 320 kilómetros de distancia. Vivíamos en la taiga y no había las comodidades modernas. Tenía que cargar agua del río que estaba a un kilómetro de la casa. Tenía que ir al río a lavar y enjuagar la ropa. En el verano, cuando nuestros padres salían a colectar el heno, me dejaban encargado de los niños. Finalmente, me di cuenta que esta había sido la manera en que aprendí a tener misericordia y desear cuidar de los demás. Más tarde, estos recuerdos me evocaron el sentimiento de que me compadecía a mí mismo.

Mi hermana llegó de repente y dijo que nos íbamos a ver a nuestros familiares. Podríamos ir en coche pero tendríamos que volver en taxi, porque mi cuñado tenía que ir a trabajar y no podría traernos de regreso. Notó que no me veía muy bien. Le dije que había intentado ir a visitar a mi amiga, pero que me había caído, me había ensuciado el abrigo y entonces había decidido regresar.

Así que subimos nuestras cosas y nos fuimos en coche. Nos quedamos con nuestros familiares por dos horas. Durante ese tiempo, el dolor era casi insoportable, pero hice lo mejor que pude para no mostrarlo. Cuando pidieron un taxi, pensé que me sentaría en el asiento delantero, al lado del conductor, y así nadie iba tocar mi lado derecho, por lo que iba a ser más fácil salir del coche y el brazo que me dolía iba a estar a salvo. Pero el conductor había sentado a su hijo en el asiento delantero, y de alguna manera tuve que sentarme en los asientos de atrás.

La idea de cómo iba a salir del taxi me persiguió hasta que llegamos a la casa. Aunque afuera hacía un frío terrible, había salido vistiendo solo un suéter porque no pude ponerme el abrigo. Cuando mi hermana me preguntó por qué no me puse mi abrigo, le tuve que responder que tenía calor. Estando adentro del coche, sentía mucho frío,  notó que estaba frío y también que mi voz estaba temblando. De alguna manera, salí del coche y entré en la casa. Cuando mi hermana vio que mi brazo estaba colgando, me preguntó qué había pasado. Me di cuenta que, cuando la gente comenzaba a sentir pena por mí, quería llorar, y tan pronto como mi hermana se preocupó por mí, comencé a llorar.

Mi hermana ha trabajado en el campo de la medicina por treinta y tres  años y se dio cuenta que tenía una fractura de clavícula. Quiso llamar a una ambulancia, pero le dije llorando que no debía preocuparse por mí, y que tengo a Shifu. Llamó a nuestros familiares y todos insistieron en que fuera al hospital para que me pongan yeso. Solamente con la ayuda de Shifu fui capaz de soportar tal presión.

Por la noche, casi en un estado de inconsciencia, desperté y me escuché susurrando que era discípulo de Li Hongzhi y que no reconocía los arreglos de las viejas fuerzas. Puse mis auriculares y escuché la voz de Shifu toda la noche, hasta sentir una ligera brisa, como si alguien hubiera estado sosteniendo mi brazo, y aún el dolor agudo cedió. Muchos pensamientos aparecieron en mi mente. Me di cuenta  que había eliminado un gran pedazo de yeli (karma) y pensé: "Por supuesto, todo era algo bueno". Pero no dejaba de pensar en que habría que volver a Ucrania y soportar un viaje muy largo. De camino a casa, tenía que cambiar aviones y cargar cosas.

Cuando llegó la mañana, me tranquilicé lo más que pude y aún traté de hacer los ejercicios. Pero después de cruzar las piernas para hacer el quinto ejercicio, solo pude sentarme en meditación durante media hora. Más tarde, en la noche, intenté hacer al menos unos pequeños movimientos con mi mano izquierda, pero el dolor era intenso y me di cuenta que no iba a lograrlo.

Me enfoqué en enviar pensamientos rectos y busqué la razón por la cual había sucedido esto. Encontré muchos apegos y nociones humanas: resentimiento, deseo de ostentar, deseos sexuales, sentirme superior en algunos aspectos, juzgar a los demás, obstinación, aferrarme a mi opinión y muchos otros.

En mi mente también vinieron pensamientos no rectos por mis nociones humanas, emociones y autocompasión. Me acordé de las palabras en Zhuan Falun acerca de los practicantes que consideraban que todo era injusto y que regañaban a los budas por no protegerlos. Tales sentimientos ocultaban incluso una visión del ojo celestial que había sido abierto para mí desde la infancia. Me llegó el pensamiento de que era imposible para una persona soportar todas las pruebas que me habían sucedido en mi vida. Pero traté de hacer todo lo que pude para negar tales pensamientos.

Me pregunté: "¿Y cuánto aguantan los compañeros practicantes en China?”. Por supuesto, lo que me pasó fue una prueba de mi fe en Shifu. Cuando leía artículos en el sitio web Minghui, siempre pensaba que los milagros solo les ocurren a los practicantes chinos, porque su ambiente es muy duro y sus orígenes son especiales.

Al día siguiente, intenté hacer por lo menos algunos movimientos de los ejercicios. Aunque me dolió, logré hacer algunos, apoyándome en mi mano izquierda. Esto me animó un poco,  nuevamente escuché las Lecciones e hice más movimientos. Esa noche, me llamó un practicante de los Estados Unidos y me dijo que debía hacer los ejercicios, que esta fractura era solo en el plano físico, y que el mecanismo que plantó Shifu funciona. Después de nuestra conversación, traté otra vez hacerlos. Fue muy difícil doblarme hacia abajo en el cuarto y, después de varios intentos, me di cuenta que tenía que parar por el dolor.

Esa noche, escuchando las Lecciones, me estuve animando a hacer los ejercicios en la mañana. Al día siguiente, temprano, después de enviar pensamientos rectos, decidí comenzar con el quinto, pero mi mano no quería permanecer en esa posición, así que la puse en la almohada. Me quedé sentado durante media hora, cruzando las piernas. Entonces mi hermana entró en la habitación y empezó otra vez a insistir en hacer los rayos x y ponerme yeso. Me negué y se fue.

Después de unas dos horas, decidí  hacer algunos movimientos del ejercicio. Por alguna razón, estaba seguro de que, tan pronto como estuviera de pie, en la postura de los ejercicios parados, algo podría suceder. Generalmente, cuando hacía el segundo ejercicio, me sentía siempre muy cómodo. Especialmente cuando levantaba mis manos, sentía a menudo una ola de calor que atravesaba mi cuerpo.

Traté de levantar mi mano derecha con mi mano izquierda. Estaba sudando por el dolor, pero me quedé allí, sin moverme, y todos los pensamientos desaparecieron. Solo quedó un pensamiento: "Shifu está conmigo, soy su discípulo". Después de quedarme parado dos o tres minutos, de repente vi una imagen de otra dimensión y oí un chasquido. Algún tipo de dispositivo en otro espacio hizo un sonido extraño, como un zumbido, e hizo algo con mi hombro. Incluso vi chispas del lado derecho, ¡y de repente mi brazo se colocó en seguida en su posición normal! ¡Había recuperado mi brazo!

Como todo pasó sorprendentemente, dejé caer mis brazos y rompí a llorar, dándome cuenta de que Shifu había arreglado mi brazo. Mi alegría no tenía límites. En ese momento, me di cuenta qué significaba la verdadera fe en Shifu. Así es como a veces se encuentra repentinamente la verdadera fe. ¡Le agradezco infinitamente a Shifu!

Mi recuperación tuvo un efecto beneficioso también sobre mis parientes. Mi hermana mayor, con quien tenía un conflicto debido a la práctica, y que no pensaba bien de Falun Dafa, después de ver cómo hice los ejercicios mientras tenía una fractura, me pidió que se los enseñe. Me sorprendió esta petición, porque el libro Zhuan Falun se había quedado en su estante durante 8 años, y cuando le pedí que me lo devolviera nunca quiso y dijo que aún no era el tiempo para leerlo.

Cuando tuve que regresar a mi casa, muchos parientes vinieron a despedirme en la estación, incluso los que no se llevaban bien desde el entierro de mi madre. Me dieron las gracias y dijeron que ya no se guardaban rencor entre ellos.

Mis dos hermanas menores también comenzaron a leer libros de Shifu. Mi hermana menor me contó un incidente interesante. Cuando estaba en el hospital, donde trabaja turnos de 24 horas en el pabellón infantil, trajeron a un niño enfermo muy tarde en la noche. Estaba azul y respiraba fuertemente. Los médicos ya le habían dado todos los medicamentos que tenían disponibles, y se estaban preparando para enviarlo al hospital regional en helicóptero por la mañana, con la esperanza  que el niño viviría hasta entonces.

De repente ella pensó en las frases que le había dicho: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", pero solo pudo recordar las palabras "Falun Dafa" y comenzó a susurrarlas en el oído del niño. Al principio no pasó nada, pero luego la cara del chico comenzó a volverse rosa, y pronto comenzó a respirar normalmente. Se quedó dormido, y mi hermana se fue a su casa puesto que era el final de su turno. Dos días más tarde volvió a trabajar y descubrió que el niño ya había sido dado de alta del hospital.

Dafa se ha manifestado de muchas maneras maravillosas, y he encontrado muchas pruebas en mi camino de cultivación. Siempre encuentro inspiración en las historias de los practicantes publicadas en el sitio web Minghui. Me ha tomado más de un mes para escribir este intercambio de experiencias, y si no hubiera leído el artículo “La solemnidad de un Fahui en otras dimensiones”, probablemente todavía estaría escribiendo y reescribiendo.

Este es mi entendimiento en mi limitado nivel. Compañeros practicantes, por favor señalen si hay algo que no esté alineado con el Fa.

¡Gracias, Shifu!

¡Gracias, compañeros practicantes!