(Minghui.org) Mi ojo celestial está abierto, así que puedo ver lo que sucede en otras dimensiones. Creo que Shifu mantiene abierto mi tianmu para alentarme a que me cultive diligentemente.

Cuando entré en la página web de Minghui el 7 de noviembre de 2017, sentí cómo un flujo de cálida energía recorría todo mi cuerpo: Los artículos de intercambio de experiencias del 14.º Fahui de China, por los que tanto había esperado, se habían publicado. Rápidamente descargué los artículos y empecé a leerlos.

Mientras los leía, también pude observar que los seres divinos del Cielo también estaban siguiendo este Fahui con interés. Por las solemnes expresiones que reflejaban sus rostros se podía distinguir que lo apreciaban enormemente. Según comentaban, quedaban pocas oportunidades como esta. Aunque el sitio web Minghui organiza un Fahui para los practicantes de Dafa de China continental como este cada año, para los seres de otras dimensiones, con otros espacios-tiempo, este Fahui tiene lugar cada varios millones de años. Esta es la razón por la cual lo atesoran tanto.

Escenas en otras dimensiones

En una ocasión, observé una escena magnífica. Unas bellas hadas descorrieron un telón de cristal. Se produjo un resplandor que inundó el universo. Apareció un estrado de jade y cristal, con incrustaciones de piedras preciosas y oro. Un haz de luz amplio y suave, de forma cilíndrica, lo iluminó. Los dioses de todas las capas del universo aguardaban expectantes.

En aquel momento, una voz (en off, como en las películas de cine) anunció con claridad: “Va a dar comienzo el 14.º Fahui de China”. Empezó a sonar música celestial. Entonces el primero de los practicantes subió al estrado para compartir su experiencia. En cuanto entró en el haz de luz, su imagen sufrió un cambio tremendo. Se transformó en un ser iluminado.

El mismo milagro ocurrió cada vez que uno de los practicantes subió a compartir su experiencia. Todos hacían gala de una gran majestuosidad y solemnidad. Pude ver yinghai jugando traviesamente alrededor de la cabeza de algún practicante mientras presentaba su experiencia. También vi bellezas voladoras esparciendo flores, Falun, caballos alados, fénix dorados, dragones, etc. Sobre el salón donde se celebraba la conferencia había varios arco iris. Además se produjeron escenas tan grandiosas y aparecieron seres tan espectaculares que me resulta imposible describir con el lenguaje humano.

Cada artículo de intercambio tenía sus manifestaciones en otras dimensiones. Cada experiencia era un palacio, y cada palacio se centraba en un único tema. Uno fue: “Pensamientos rectos y acciones rectas” de Hong Yin (II). Otro fue: “Los pensamientos rectos pueden salvar a la gente en el mundo” de El Fa rectifica el cosmos, Hong Yin (II). Un tercero fue: “Con los dizi repletos de pensamientos rectos, el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo”, de ‘Bondades entre el Shifu y los dizi’, Hong Yin (II). Y aún otro fue: “… deshacerte de tus deseos, obtener sabiduría y eliminar confusión” de ’Firme resolución’, Escrituras esenciales para mayor avance. Los artículos tocaban cada uno de estos temas. Eran excelentes. Mostraban los caminos que habían seguido los autores en su búsqueda de la divinidad.

El Fahui trasciende diferentes espacios-tiempo

Todos los días leía los artículos intercambiados por los practicantes y cada vez que lo hacía presenciaba escenas sublimes en otras dimensiones. Durante las lecturas de las experiencias se revelaban distintas escenas dependiendo del nivel de los practicantes que intercambiaban, pero todas tenían significados muy profundos. Era un espectáculo espléndido y grandioso, que me dejó completamente anonadado.

Tuve la inmensa suerte de ver al Maestro en el vasto y brillante espacio, repleto de misericordia y gracia. Capas tras capas de dimensiones estaban siendo rectificadas. Mi corazón rebosaba de luz, calidez y felicidad.

El departamento editorial de Minghui celebra un Fahui todos los años. Los practicantes envían sus artículos entre agosto y mediados de noviembre. El personal de Minghui los selecciona, edita y publica en la web. Cada artículo relata los esfuerzos y el corazón de los practicantes. El Fahui anual se celebra ante el respeto y la admiración de dioses y mortales en todas las dimensiones. Trasciende tiempos y espacios.

Con pensamientos rectos y acciones rectas, los compañeros practicantes han validado el Fa del Maestro. Su altruismo, sus pensamientos y acciones rectas han ensanchado los horizontes de otros practicantes y su sabiduría. Todos los practicantes que leen los artículos se benefician. Seres de altos niveles se conmovieron al conocer cada uno de los milagros descritos en los artículos.

Durante todo el camino, los seres conscientes y los dioses nos observan con atención, a la vez que el Maestro nos protege y nos ilumina. Aunque lo que pude ver fue limitado, deseaba compartir la grandeza y la magnificencia de la experiencia. Solo consigo ver una pequeña parte de la manifestación completa, pero sé que muchas más cosas milagrosas les son mostradas a los seres en este vasto universo.

Vi que detrás de cada practicante que expuso en el Fahui existía un esplendoroso e imponente paraíso. Pude sentir que los seres conscientes anhelaban exaltados el regreso de su rey. Observé que los reinos celestiales, uno tras otro, se iban uniendo a la celebración. Innumerables ojos en el Cielo tenían depositada su mirada en este Fahui. Nuestro compasivo Shifu observaba la conferencia desde las alturas con una sonrisa misericordiosa. La escena era apoteótica.

Los cultivadores en su camino están validando el Fa y salvando seres conscientes a través de sus pensamientos y acciones rectas.

Aunque el Fahui concluyera en el mundo humano, seguía teniendo lugar en algunas otras dimensiones. Vi que el Fahui acabó en cierta dimensión el 30 de noviembre; los dioses parecían satisfechos pero, aún así, no querían que terminara. En otra dimensión terminó el 10 de diciembre y los inmortales ordenaron el lugar tras la reunión.

Cuando leía los artículos, a menudo derramaba lágrimas y me conmovía. Desde el primer día, sentí un shock sin precedentes. Al compararme con los compañeros practicantes, vi mis propios defectos. Su sabiduría y su rectitud me animan a seguir avanzando.

Me siento en deuda y profundamente agradecido al Maestro, que me salvó y me guía de regreso a casa. Agradezco todas las cosas maravillosas que me han ocurrido. Debo ser más diligente aún y cumplir con las expectativas del Maestro.