(Minghui.org) Me sentí un hombre muy afortunado cuando me casé con mi mujer hace algunas décadas. Era atractiva y provenía de una familia acomodada. Sin embargo, después de casados nuestra vida no se parecía a aquella de “felices para siempre”.
Pronto descubrí que mi esposa era testaruda y tenía que salirse con la suya cada vez que peleábamos por algo. A menudo, dejábamos de hablarnos durante días enteros. Pensé en divorciarme muchas veces pero no lo hice porque no sabía que sería de mi cuando me volviera un hombre soltero.
Debido a que siempre estábamos en pie de guerra, mi salud se fue deteriorando. De pronto, un día me encontré con Falun Dafa y empecé a comprender a qué se debía la tensa relación que mantenía con mi esposa.
Siempre que reñíamos quería que mi esposa cambiara, pero Falun Dafa me enseñó que en lugar de pensar así, debía mirar siempre hacia dentro para identificar mis propios errores. Descubrí que era intolerante y que nunca me ponía en el lugar de mi esposa. Decidí aplicar los principios de Dafa en mi matrimonio.
Por supuesto, mi esposa no se volvió una santa de la noche a la mañana solo porque me convertí en un practicante de Falun Dafa. Pasara lo que pasara, me recordaba, que debía enfocarme en mejorarme.
Como cambié mi mentalidad, llegué a comprender que, en realidad, muchos conflictos surgen de cosas extremadamente triviales de nuestras vidas. Por ejemplo, mi esposa me insultaba a veces e incluso hablaba de lo mal que cocinaba mi difunta madre. Antes, habría comenzado una pelea justo en ese momento, pero ahora aprendí a no decir ni una sola palabra. Si me mantenía en silencio, dejaba de maldecir.
Otro matiz era que mi esposa siempre me buscaba defectos, incluso cuando intentaba ayudarla con algunas tareas de la casa. Enloqueció cuando se acabaron los pañuelos de papel del cuarto de baño y yo los repuse, porque lo consideraba un trabajo propio de las mujeres. No respondí, y de esta manera casi sin darme cuenta, dejó de molestarme cuando volví a comprar pañuelos de papel o cualquier otro artículo del hogar.
En una ocasión, se negó a prestarle dinero a mi hermano y le dijo cosas muy desagradables. Antes, habría tenido una gran pelea con ella, pero en ese momento me limité a consolar a mi hermano. Después, de que él se marchara, le dije a mi esposa: “Siempre has sido una buena persona, pero lo que has dicho hoy ha herido verdaderamente los sentimientos de mi hermano. Comprendo que te preocupe que no nos devuelva el dinero, pero al menos podías haberte negado educadamente”.
Para mi sorpresa, inmediatamente se disculpó y se ofreció a prestarle algún dinero a mi hermano.
Descubrí que cuanto más me cambiaba, menos conflictos familiares encontraba.
También había veces en las que no me comporté como un practicante. Entonces se quejaba: “¡Toda tu práctica de Falun Dafa es en vano! ¿Cómo puede tener tu Maestro un estudiante como tú?”. Inmediatamente reconocía mi error y me decidía a hacerlo mejor la próxima vez.
No solo hacía todo lo que estaba en mi mano para evitar pelearme con mi esposa sino que también cuidaba de ella tanto como podía. A menudo le compraba sus aperitivos preferidos y le preparaba el desayuno casi todas las mañanas. Particularmente no cocinaba bien panecillos al vapor pero le gustaba intentarlo de todos modos. Aunque ella no quisiera comerse sus productos fallidos, yo los comía sin quejarme porque mi Maestro nos enseña a no desperdiciar la comida.
Me decía: “¡Eres un hombre excelente! ¿Cómo no me he dado cuenta antes?”.
Se convirtió en una defensora de mi práctica. A veces, tenía la intención de pedirme que realizara algunas tareas pero en cuanto me veía leyendo los libros de Dafa las hacía ella misma.
El día de la boda de nuestro hijo, quería hablarle a nuestros invitados sobre las bondades de Falun Dafa pero me preocupaba que me denunciaran a la policía. Mi esposa me dijo que todos sabrían a que me refería con sólo decirles: “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Escuché su consejo, y después de escuchar mis palabras, nuestros invitados aplaudieron.
Mi esposa me confesó que unos días después de casarnos fue a ver a un adivino que le contó que viviría mejor después de cumplidos los 40. Me dijo que la predicción del adivino había sido muy acertada.
Le dije que lo que me ha convertido en un marido mucho mejor y ha salvado nuestro problemático matrimonio ha sido Falun Dafa.
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Categoría: Opinión y análisis