(Minghui.org) Estaba pegando autoadhesivos sobre Falun Gong en un poste de luz cuando el personal de gestión urbana me vio. Llamó a la policía que me llevó a un centro de detención. Esto pasó en junio.
Mientras estaba en el centro de detención, miré hacia dentro y me di cuenta de que había puesto mis negocios personales como máxima prioridad y no me centré en salvar gente. Así, hice una comunidad para salvar a la gente dentro del centro de detención. Sabía que no importaba donde estaba, necesitaba hacer las tres cosas bien. Hice los ejercicios, envié fuertes pensamientos rectos y recité el Fa de memoria.
Traté de hablar con los detenidos sobre la persecución, pero los guardias me pararon. Con apoyo de otros dos practicantes, comencé a cantar una canción que había sido compuesta por practicantes de Dafa. Cada vez que terminaba de cantar una canción, todos los detenidos aplaudían y aplaudían. Otro practicante enviaba fuertes pensamientos rectos, mientras los demás anunciaban la próxima canción que iba a cantar.
Cuando los guardias nos vieron, no tenían idea de qué hacer. Gritaban y maldecían, pero no podían detenernos. Nadie escuchaba a los guardias. Uno de los guardias me señaló y gritó: “No tienes permitido cantar. No cenarás si cantas otra vez”.
Le sonreí y dije: “Puedo dejar de comer, pero debo cantar”. Canté otra canción, el guardia sacudió la cabeza y se alejó. Esa noche, de hecho no me dieron cena.
Empecé a cantar todos los días. Todos los detenidos comenzaron a seguir el ejemplo y cantar canciones compuestas por practicantes de Dafa.
Algunas personas me pidieron que les ayudara a retirar sus membresías del partido comunista chino (PCCh). Otros me preguntaron por contactos de información para aprender los ejercicios. Durante su tiempo de ejercicios en el patio de la detención, algunos pasaban por mi ventana con los puños levantados en el aire y gritaban “¡Falun Dafa es bueno!”. Algunos también me pedían que cantara otra canción.
El guardia que me había maldecido también vino para entender los hechos sobre Falun Dafa. Cambió su conducta de negarse a alimentarme a persuadir a otros para que rápidamente me entregaran la comida. También me dio algunos artículos de uso diario.
Otro guardia también mostró su apoyo gritando: “¡Falun Dafa es bueno!”. Inicialmente, tenía rechazo de escucharme cuando hablaba sobre la persecución a Falun Gong. Sin embargo, me dejó enseñarle los ejercicios. Entonces hablé sobre Dafa un poco más. El dijo: “¡Falun Dafa es realmente bueno!".
Estuve ilegalmente detenido por 15 días. El día en el que fui liberado, todos se reunieron por las ventanas de sus celdas para sostener sus palmas juntas verticalmente en frente del pecho como un gesto de respeto para mi. Gritaron, “¡Falun Dafa es bueno!”.
Les recordé que debían apreciar las palabras, “¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad - Benevolencia - Tolerancia es bueno!”. También les dije: “Sean buenas personas siguiendo los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. No vuelvan a cometer errores”.
Todos estuvieron de acuerdo con eso. Sonriendo, los guardias vinieron y se despidieron.
Durante el curso de mi detención, me di cuenta profundamente del poder de Dafa y la importancias de una mente recta. He eliminado el apego a la lucha y el odio. He eliminado el apego a mí mismo y he empezado a salvar seres conscientes con compasión.
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Categoría: Aclarando la verdad