(Minghui.org) Tengo 68 años. En octubre de 2007 fui arrestado por oficiales de la oficina 610 local y de la comisaría; y me llevaron a un centro de lavado de cerebro.
Cuando acababa de llegar al lugar, un policía se me acercó y me dio una cachetada. Luego, se fue de prisa.
Pronto regresó y trató de golpearme nuevamente. Pensé en el Maestro Li (el Fundador de Falun Gong) y le pedí en mi mente: “Maestro, por favor ayúdame. No dejes que el oficial me golpee. No permitas que cometa crímenes”.
Justo en ese momento, hombre pareció asustarse y escapó.
Después de un año de detención, me transfirieron a la prisión de Jinan. Aunque tenía buena salud, los guardias me forzaron a tomar drogas desconocidas por más de seis meses; las que me causaron incontinencia.
Un día, me negué a cooperar con ellos. Dos guardias me tomaron de los brazos y trataron de dármelas a la fuerza.
En ese momento pensé: “Maestro, por favor ayúdame. Detenlos para que dejen de perseguirme”.
Una vez que tuve este pensamiento, los dos guardias me tironearon unas pocas veces y salieron corriendo. Desde entonces, no he sido forzado a tomar ninguna medicina.
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Categoría: El poder divino de Falun Dafa