(Minghui.org) (Continuación de la primera parte)

Una madre, debido a que tiene un tipo de sangre inusual (RhD negativo), tras dar a luz a un bebé, sufre problemas hemorrágicos. La recién nacida tras ser examinada presenta síntomas de padecer una enfermedad letal. Se le diagnostica discapacidades mentales, aunque éstas no representan una amenaza para su vida. Lo que supone un peligro para su vida son los anticuerpos incompatibles que ha heredado de su madre.

La abuela, practicante de Falun Dafa, cuando no quedan opciones, convence a la familia de que solo Falun Dafa puede salvar a la pequeña. Tras escuchar las lecciones del Maestro con su abuela, el estado de la pequeña mejora y los médicos pronostican que acabará recuperándose completamente.

Los resultados dependen de si uno cree en el Maestro y en el Fa

Después de salir del hospital, los doctores sugirieron que Yueyue, la niña, necesitaría inyecciones que proporcionaran nutrientes a su cerebro. Tenían razones para afirmar que el tratamiento solo sería eficaz si se suministraba durante los tres primeros meses de vida.

Las tías de mi yerno querían seguir las recomendaciones del doctor, pero yo comprendí que esto eran pruebas para mi cultivación. Además de que los demonios siempre estaban intentando interferir, el Maestro, por su parte, nunca eliminaba todas las tribulaciones. El resultado aún dependía del grado en que yo creía en el Maestro y en el Fa.

Una intervención médica sin importancia

Propuse cuidar de Yueyue, hacer que escuchara las lecciones del Fa. Tenía en claro que si seguíamos el tratamiento recomendado para la parálisis cerebral y los tumores cerebrales, la pequeña seguiría estando bajo el control del ye de enfermedad. Dafa es asombroso, y siempre tenemos que seguir los principios sobrenaturales de Dafa. Solo entonces podemos negar y trascender la interferencia producida por el ye de enfermedad.

Las tías de mi yerno insistieron en someter a Yueyue a las inyecciones. Yo todavía recordaba cómo mis enfermedades terminales: cáncer de mama y necrosis avascular de cadera, se curaron sin necesidad de medicación ni inyecciones. Aunque las radiografías muestran que todavía sufro una interrupción del suministro sanguíneo en mi cadera, puedo caminar igual que alguien que está “sano”. Una radiografía no representa una situación real.

Mi recuperación es asombrosa. Creo que siempre que mantenga una firme creencia en Dafa, la pequeña será capaz de trascender los principios de la gente común y el ye de enfermedad.

Resolver el dilema

Mi hija se sentía intimidada por las tías de su marido. Ni siquiera se atrevía decir una palabra. Me lo tomé como una prueba que tenía que superar. No quería entrar en discusiones con mi familia política, así que decidí hablar con mi yerno.

Le dije: “El hospital emitió una notificación sobre el estado crítico de la pequeña. Los doctores de la localidad, e incluso su tía estando en el hospital, dijeron que el bebé estaba sentenciado a morir. Los doctores incluso habían dejado ya de darle la medicación. ¿Por qué sus tías siguen insistiendo en que la medicación puede resultar un remedio eficaz?”.

Mi yerno escuchó mi razonamiento. También sabía que sus tías lo decían con buena intención. Después de mucho examen de conciencia, decidió que lo mejor sería que el bebé escuchara las lecciones del Fa. Decidió creer en lo que vio, lo cual significaba, creer y confiar en Dafa.

Sus tías se enfadaron. Les explicó que ellas mismas habían dicho que no existía ningún tratamiento que pudiera salvar a su bebé. Además habínan presenciado cómo Yueyue se despertó después de escuchar el Fa. Sus tías dejaron de interferir y dijeron que después de todo era su hija, y que él era quien tenía que decir la última palabra.

No llevábamos a la niña al hospital para que la examinaran. En lugar de eso, la visitaba con frecuencia. Cuando llegaba a casa de mi hija, apagaba la televisión y ponía las lecciones de Fa del Maestro. El bebé escuchaba, y por la expresión de su rostro, parecía que comprendía el Fa.

Había una cuna en la casa de mi hija, de la que se pensaba deshacer. Le insistí en que no lo hiciera. Cuando mi hija no estaba, colocaba a Yueyue en la cuna. Recostada tranquilamente, escuchábamos el Fa juntas, hasta que le entraba sueño.

Enviaba pensamientos rectos para ella y les hablaba a otras personas sobre su recuperación, con la esperanza de que quisieran saber más sobre Falun Dafa.

Un día, a Yueyue le dio fiebre y le salió un sarpullido en la cara. Mi hija llamó a su marido y éste le dijo que me acercara la niña a mi casa. Mientras iba de camino, la gente le aconsejaba que la llevara al hospital.

Coloqué a Yueyue en la cama y puse las lecciones del Fa del Maestro. Paró de llorar, y después de dar algunas vueltas, se durmió. Envié pensamientos rectos cerca de ella. Cuando despertó, su fiebre y su sarpullido habían desaparecido

Desafiar al pensamiento empírico y científico

Las tías de mi yerno vigilaban el crecimiento de Yueyue. Sugerían a mi hija, a mis espaldas, que la llevara al hospital para que le dieran un buen tratamiento. Le decían que no me escuchara, que no debía demorarse en darle el tratamiento. Cada vez que veían a Yueyue, ponían a prueba su salud mental y física.

Los doctores pronosticaron que Yueyue viviría uno o dos años, y que nunca se curaría. Que sin importar qué tratamiento le suministraran, siempre seguiría siendo una discapacitada. Las tías de mi yerno no podían creer que un bebé a quien le habían dado tal diagnóstico creciera con normalidad sin ningún tipo de tratamiento, solo por creer en Falun Dafa. Por eso, albergaban mucha desconfianza acerca de que Yueyue fuera normal en todos los aspectos y por eso la sometían a comprobaciones de todo tipo. No podían aceptar el hecho de que Yueyue, ahora, era igual que cualquier otro bebé. Esto desafiaba el tipo de pensamiento basado en la ciencia empírica.

Mi cuñada había visto al bebé en estado crítico. No creía que se pudiera haber recuperado completamente simplemente con escuchar el Fa. Cuando Yueyue cumplió tres meses, la llevamos a casa de mi cuñada.

Cuando llegamos Yueyue le sonrió. Mi cuñada quiso poner a prueba su inteligencia. Le dijo tres veces con un gesto severo: “¡Vete a tu casa!“. Entonces Yueyue rompió a llorar. No conseguíamos consolarla.

Mi cuñada se avergonzó. Se figuraba que al ser una discapacitada no entendería lo que le decía. Imaginaba que la pequeña lo olvidaría pasados unos meses. Pero Yueyue no lo olvidó. Cuando vio a mi cuñada un par de meses después, no quería dejarse acunar, ni nada que proviniera de ella.

Mi cuñada, no creía en Dafa, pero ahora se mostró convencida de su asombroso poder. Le habló a su familia y a otras personas sobre lo valioso que es Dafa.

Algunos de nuestros conocidos le decían a mi hija que seguir escuchándome estaba retrasando que le pudieran dar a la pequeña un buen tratamiento. Mi hija discutió conmigo sobre la posibilidad de llevar a Yueyue al hospital para que la examinaran.

Le dije: “Solo tiene unos pocos meses, ni siquiera sabe caminar. Si la llevas al hospital y le hacen radiografías, acabarás creyendo que está enferma. Puedes hacer que ella se enferme solo porque lo piensas así. Si ves una engañosa radiografía, te preocuparás, y dejarás de creer en Dafa. Eso será un problema. ¿Crees que todo esto no te afectaría?”.

No llevó a la niña al hospital.

Superar la prueba

Cuando Yueyue cumplió 100 días, la llevamos a casa de su abuelo paterno. Las tías de mi yerno también fueron. La examinaron cuidadosamente. Todavía desconfiaban de que Yueyue fuera un bebé normal.

Una de las tías sujetó una de las manos de Yueyue y le demostró cómo podía agarrar una flor, entonces soltó su mano. Parece que Yueyue comprendió la indicación y agarró la flor. Mi hija grabó un vídeo de la escena en su celular. La otra tía me mostró reconocimiento por no haber sometido a Yueyue a las inyecciones, porque le habrían causado bastante dolor.

Durante las vacaciones, las tías de mi yerno pusieron otra vez a prueba a Yueyue. Le dieron un pastel de cerdo, para que lo sujetara en su mano izquierda. Después, le dieron otro pastel de cerdo para que lo sujetara en su mano derecha. Entonces le dieron un tercer pastel. Yueyue sujetó uno de los pasteles entre sus dientes para dejar libre una de las manos y poder tomar el tercer pastel. Todos los que estaban sentados a la mesa quedaron asombrados. Nadie volvió nunca a cuestionar la inteligencia de Yueyue.

Conocidos y familiares habían observado como Yueyue rodaba sobre su espalda, como se sentaba, gateaba, caminaba y hablaba. Su cerebro, sus cuatro extremidades y su inteligencia eran normales. Todos acabaron creyendo en Dafa.

Yueyue, cuando tenía más de un año, activa e inteligente.

Olvidar las lecciones aprendidas

Creo que las enfermedades de los bebés guardan relación con sus padres. Con si estos han acumulado o perdido virtud. Por eso, he estado prestando atención a mi propia cultivación y he estado hablando a otras personas sobre lo que le ocurrió a Yueyue.

Sin embargo, la gente tiende a olvidar las lecciones que han aprendido. Cuando Yueyue cambió, y ya caminaba y hablaba igual que los demás niños, mi hija dijo que la pequeña no tenía ninguna enfermedad grave y que no necesitaría seguir escuchando el Fa.

Mi marido estuvo de acuerdo con ella, y me prohibió contarles a otras personas que Yueyue se había recuperado después de escuchar el Fa. Afirmó que la enfermedad se había ido curando porque eso formaba parte del crecimiento normal del bebé. Pensé: “¿Cómo puede afirmar esto aun sabiendo que es mentira?”.

Intenté persuadirlos, pero mi hija se negó a permitir que Yueyue escuchara el Fa.

Me encontré fatigada e impotente. Renuncié al cuidado de Yueyue y abandoné mi responsabilidad de guiarla en su camino de cultivación. Violé mi voto, el cual había hecho delante de la foto del Maestro.

Como resultado, Yueyue desarrolló repentinamente una fiebre altísima y cólicos. La llevaron al hospital. Mi hija estaba aterrorizada. Gritaba y lloraba, mientras mi yerno cuestionaba Dafa. Decidí dejar a un lado los reproches, como que todo pasaba porque hacía bastante tiempo que Yueyue no escuchaba el Fa. O que los adultos que se supone que debían cuidar de ella, habían dejado de creer en Dafa.

Empezamos a escuchar nuevamente las lecciones juntas. El Maestro volvió a cuidar de Yueyue. La curó después de que pasara cuatro días en el hospital. La tarde que abandonaba el hospital, mi hija, sin pensarlo detenidamente, pidió que le hicieran una tomografía computarizada. Todos pensaban que sus cuatro miembros y su cerebro eran completamente normales y que los defectos de su nacimiento habían desaparecido.

Sin embargo, las fotos de la tomografía mostraban que ninguno de las complicaciones de su nacimiento habían desaparecido. Los doctores le dijeron a mi hija que la parálisis cerebral que sufría era extremadamente grave. Y añadieron que debía ser hospitalizada y tratada de inmediato.

Los doctores encontraron el historial médico del nacimiento de Yueyue y comprobaron que el tamaño de los tumores había aumentado. Mi hija estaba aterrorizada. Lloraba y llamaba a su marido y a su padre.

El diagnóstico de Yueyue les tomó mucho tiempo a los doctores. El director del departamento de tomografías hizo preguntas a mi hija para informarse mejor. Mi hija le contó que su pequeña era normal. El director encontró que eso era inconcebible. El doctor encargado del tratamiento de Yueyue también confirmó que la pequeña se había desarrollado con normalidad. Entonces, el director afirmó que era la primera vez que las fotos de la tomografía computarizada no se correspondían con la realidad del paciente.

Cuando escuchó esto, mi yerno le dijo a mi hija: “¿Por qué lloras? Nuestra hija no se corresponde con lo que aparece en esa foto. ¡No tiene esas enfermedades!”.

Entonces, mi hija también lo comprendió: “Cierto, nuestra hija es completamente normal. No se corresponde con lo que aparece en la foto. Entonces, ¿no significa eso que no tiene estas enfermedades?”.

Cuando escuché esto, recordé que yo había pasado por esa misma situación. Los huesos de mi cadera murieron de necrosis. En los días malos, no era capaz de caminar, y padecía terribles dolores. Después de cultivar Dafa, puedo caminar y vivir con normalidad. Aún hoy, la tomografía computarizada muestra que los huesos de mi cadera están muertos. El Maestro ha protegido realmente a Yueyue.

Al día siguiente, les hablé a los doctores sobre el milagro que le ocurrió a mi cuerpo cuando comencé a cultivarme. También les hablé sobre cómo se recuperó Yueyue. Escucharon en silencio y se quedaron perplejos. Me pidieron que les llevara fotos de los diagnósticos. Les impactó mucho, porque los conocimientos adquiridos por los médicos occidentales eran muy limitados y superficiales, si los comparamos con los adquiridos durante la cultivación de Fo Fa.

Una recuperación completa conlleva un cambio de mentalidad

Un día, mi marido estaba en una cafetería, y oyó que alguien era irrespetuoso con el Maestro. Paró en seco a esta persona, ya que estaba lleno de gratitud hacia el Maestro por salvar a Yueyue.

Le dijo: “¿Qué tiene de malo Falun Dafa? ¿Te ha hecho algo? ¿Hay algún problema con Falun Dafa? Será mejor que nos des una buena explicación, de otro modo, no te permitiré que te salgas con la tuya”.

Después, contó en público la historia completa de la asombrosa recuperación de su nieta. Nadie volvió a decir ni una palabra en contra de Dafa.

Ahora, Yueyue tiene 19 meses. Para validar el Fa, la llevé a que la examinaran en la Universidad Médica de Harbin. Efectivamente, el doctor dijo que estaba completamente recuperada.

Dafa ha salvado a mi familia otra vez. Es realmente como el Maestro nos enseñó: “¿No les he dicho que cuando una persona práctica, toda la familia se beneficia?”. (Exponiendo el Fa en el Fahui de Australia).

Lo que he contado en este artículo está más allá de los conocimientos de la ciencia empírica. De hecho, cada uno de los practicantes que cultiva genuinamente Dafa puede contar experiencias asombrosas que ha tenido.