[Minghui Net] El campo de trabajo forzado de Baimiao en la ciudad de Zhengzhou, provincia de Henan, fue construido específicamente para la persecución de Falun Gong. El 12 de mayo de 2008, las puertas y las ventanas del recinto de repente se estremecieron y empezaron a explotar; en las mesas vasos con agua se sacudían, la gente se empezó a marear y se dieron cuenta que era un terremoto.
Desde las ventanas de las celdas los detenidos pudieron ver a los estudiantes del Colegio Intermedio de Shiyan de la provincia de Henan, ubicado justo al lado, salir corriendo al patio de recreo. Después de poco tiempo los guardias ordenaron a todos los detenidos a prontamente reunirse afuera.
Evento para recaudar fondos
Diez días después que pasaran la noticia del terremoto de Wenchuan por televisión, el campo de trabajo forzado organizó un evento para recaudar fondos. Aunque los detenidos no tenían ninguna forma de comprobar adónde sería enviado el dinero, aún así pensaron que al menos sería una buena oportunidad para mostrar su preocupación por las víctimas del terremoto.
El guardia principal se detuvo ante un practicante de Falun Gong llamado Bai Shaohua y le preguntó: "¿Deseas hacer una donación para la zona del desastre?". El señor Bai inmediatamente contestó que sí. "¿De qué cantidad?". El señor Bai contestó: "Puedo aportar 300 yuanes".
El señor Bai en realidad deseaba poder aportar más. Desde que empezó a practicar Falun Gong, había contribuido con varios miles de yuanes a todos los eventos de caridad para las víctimas de inundaciones, Project Hope y así sucesivamente. Egresó de la Universidad Renmin y tenía un buen trabajo en Beijing. Pero después que el régimen empezó la persecución, perdió su trabajo y durante ocho años ganó una miseria.
¿Adónde va el dinero realmente?
El régimen comunista gasta millones en erigir fuertes edificios en los campos de trabajo forzado para perseguir a los practicantes de Falun Gong, y sin embargo la infraestructura de las escuelas que construyen son tan débiles que éstas fácilmente se han derrumbado, enterrando así cantidades de menores durante los terremotos.
Sin importar la causa, ¿quién puede tener total confianza al entregar su dinero a "oficiales". Durante años ha sido bien sabido que los oficiales acostumbran a llenarse sus propios bolsillos con las recaudaciones de los desastres. ¿De qué modo podría el señor Bai ayudar a las víctimas del desastre? Lo más que podía hacer desde un campo de trabajo forzado era donar 300 yuanes.
Para sorpresa de todos, el guardia principal le dijo: "No puedes hacer una donación porque todavía no has admitido tu culpabilidadad". El señor Bai se quedó sorprendido sin saber qué hacer. Preguntó: "¿Por qué han puesto esa regla?". El guardia principal no supo cómo contestar la pregunta y se alejó. Poco después le contaron unos detenidos: "El guardia estaba siguiendo las órdenes del director. Te intentaban jugar una trampa".
Intentando hacer creer que al señor Bai no le importaba
La verdadera intención de los guardias era ver la actitud de un practicante de Falun Gong. Eligieron al señor Bai porque este jamás abandonó sus creencias bajo la tortura. Le habían golpeado, colgado, administrado choques eléctricos, expandido la boca en sesiones de alimentación forzada, etc. En todo eso, nunca se dejó amedrentar. Todos en el campo de trabajo forzado sabían que era un practicante sólido. Entonces, si un practicante firme se negaba a contribuir para las víctimas del terremoto, el régimen se aprovecharía de esto para difamar a Falun Gong alegando que el señor Bai no tenía corazón.
Una excusa para calumniar a Falun Gong
Después del terremoto, agentes del régimen en Flushing, Nueva York, inventaron una serie de mentiras para difamar a Falun Gong. Entre ellas, dijeron que "Falun Gong no permite hacer donaciones". Si el señor Bai no hubiera dado ninguna donación, el régimen hubiera utilizado esto como ejemplo. Lo hubieran utilizado para incitar el odio de la gente hacia Falun Gong y por esto los oficiales obtendrían una bonificación.
Aquella fue una etapa muy dura para el señor Bai. Antes del terremoto, había sido torturado, soportando muchas lesiones. Su propia situación no era nada mejor que la de las víctimas del terremoto pero aún así deseaba ayudar a la gente. La cantidad que ofreció donar era mucho mayor a la de los demás detenidos.
Temor a la influencia positiva
Los guardias no se esperaban esto. Por temor a que las buenas obras de los practicantes de Falun Gong causaran una impresión positiva en los demás, no permitieron que el señor Bai hiciera su donación.
Durante una de las reuniones de la división, el señor Bai preguntó delante de todos: "¿Por qué no me dejaron hacer una donación a las víctimas del terremoto?". Nadie se atrevió a responder.
De ahí en adelante, cada vez que el señor Bai escuchaba a alguien repitiendo las injurias de que los practicantes de Falun Gong no donaban a las víctimas de desastres empezaba a relatar su propia experiencia, de cómo los agentes no le permitieron hacer su donación. Entendiendo el grado de corrupción del régimen, la gente inmediatamente lo comprendía. Después de escuchar el recuento del señor Bai, un hombre cristiano llamado Huang He, le dijo: "Está muy claro. Le temen a Falun Gong porque ustedes causan una buena influencia. Por eso intentan difamarlos".
Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/6/11/140436.html
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