[Minghui Net] El 7 de abril de 2013, se publicó un artículo titulado “Saliendo de Masanjia” en los sitios web Xinlang, Tengxun, Souhu y Wangyi. Uno de los párrafos describía una persona que había sido colgada de las esposas, y el grado de sufrimiento.
“Entrando en una habitación vacía, Zhang tomó un par de esposas que ya tenía preparadas. Me esposó la mano derecha a la parte superior de una cama de acero, y mi mano izquierda a la parte inferior de otra cama. Luego pateó con toda su fuerza una de las camas, lo que causó que mi cuerpo quedara estirado entre ambas camas. Mis manos estaban estiradas al punto de un intenso dolor. Sentía como si mis huesos estuvieran por romperse. Me dejaron en esta posición por más de seis horas, de las 8:00 a.m. a las 2:00 p.m., hasta que perdí la consciencia. Cuando desperté, me dolía el cuerpo terriblemente, me sentía adormecida, y tenía un sabor a medicamento en la boca”.
Ilustrando el método de tortura de estiramiento.
Este artículo expuso los crímenes cometidos en el campo de trabajo forzado para mujeres de Masanjia, y rápidamente despertó atención del público chino. Estaban atónitos por los diversos crueles métodos de tortura enumerados en el artículo. Pero el artículo nunca mencionó quién era la persona torturada.
Tenemos que dejar en claro que era un practicante de Falun Gong quien estaba siendo torturado y quien proveyó información de primera mano. Las torturas fueron aplicadas con el fin de hacer que el practicante renunciara a su fe en Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Estos métodos de torturas no han sido solo usados en el campo de trabajo forzado para mujeres de Masanjia, sino en la mayoría de los campos de trabajo en China, como también en centros de detención, prisiones, centros de rehabilitación, y centros de lavado de cerebro donde los practicantes son ilegalmente detenidos. Este tipo de tortura ocurre todo el tiempo. Para exponer estos crímenes del PCCh, nos vamos a enfocar en la tortura de ser estirados con esposas.
La tortura de estiramiento en el campo de trabajo forzado de Masanjia en la provincia de Liaoning
El método de tortura mencionado arriba se llamaba “ser colgado”, y también es conocido como “colgado diagonal”. Este colgamiento diagonal causa que la persona sufra un dolor terrible por la separación de los brazos, y de estar en una posición donde uno no puede pararse, ni acuclillarse, lo que es extremadamente doloroso. La Sra. Wang Chunying, que tiene 60 años de edad, estaba a cargo de las enfermeras del hospital central de Dalian. La enviaron a un campo de trabajo dos veces, y pasó más de cinco años en el campo de trabajo forzado para mujeres de Masanjia. Ella dijo:
“En diciembre de 2007, porque me negué a firmar un formulario para prisioneros, Zhang Chunguang, líder del equipo Nº 1, junto con el instructor político Li Mingyu, el oficial Zhai Yanhui, y otros cuatro, me esposaron entre dos camas. Mi mano derecha fue esposada a la parte superior de una cama, y mi mano izquierda a la parte inferior de la otra cama. No podía pararme ni acuclillarme. Mis manos estaban esposadas muy ajustadamente. A pesar de que hace mucho frío durante el invierno en la ciudad de Shenyang, alrededor de 17 y 18 grados Cº bajo cero, tenía tanto dolor que sudaba profusamente. Mis manos se hincharon y se pusieron púrpuras.
Luego los guardias comenzaron a patear un lado de la cama hasta que se cansaron. Mi cuerpo estaba atado muy ajustadamente, pero sentía como si mi cuerpo se estuviera destrozando. Cada dos o tres horas, los guardias sacudían mis manos para incrementar el dolor. Era como echar sal en una herida abierta. Intentaron obligarme a firmar una declaración de renuncia, pero me negué, así que la tortura continuó. No me permitieron comer, beber, ni usar el baño. Estuve estirada así durante 16 horas. Mi piel estaba rota en una decena de lugares, en las muñecas y en la parte trasera de mis manos, que estaban cubiertas con sangre seca.
La tortura de estiramiento también se usa en una sola cama de acero. La Sra. Lin Yuxuan fue sometida a este tipo de tortura cuando estuvo detenida en el campo de trabajo forzado de Masanjia. La tarde del 3 de agosto de 2010, los guardias Wang Yanping y You Ran hicieron que se parara frente a una cama de acero en un depósito, al este del área de oficinas. Ataron una de sus manos al respaldo superior, y la otra al pie de la cama. Sus pies fueron atados con una soga, y su cuerpo estirado de forma triangular, lo que le causaba un dolor intenso. Esta sesión de tortura duró al menos seis horas.
Este tipo de estiramiento es uno de los muchos métodos de tortura usados en practicantes que son colgados con esposas. La Sra. Wang fue sometida a métodos similares de tortura.
Campo de trabajo forzado de Masanjia: Colgada de las esposas.
“En octubre de 2008, por negarme a firmar una declaración de arrepentimiento, Yang Jian, la persona a cargo del campo de trabajo forzado de Masanjia, Wang Yanping supervisor, Zhang Chunguang y Li Mingyun ex supervisores, junto con los guardias Peng Tao y Zhang Liang de la división disciplinaria, me torturaron continuamente por 23 horas. Peng y Zhang esposaron mis manos ajustadamente, luego envolvieron una tira de ropa en mi muñeca y la ajustaron. Me ataron a un extremo de la cama. Se pararon al final del otro extremo, uno de cada lado, y tiraron con todas sus fuerzas, estirando todo mi cuerpo”.
“Mis manos fueron atadas a la parte superior de la cama de acero, lo que puso mi peso entero de 72 kilos sobre mis muñecas. Ataron ajustadamente mis tobillos y pies con una tira de ropa ancha, lo que me imposibilitaba moverme. Todo mi cuerpo se sentía como si se estuviera separando, y estaba sudando tanto que toda mi ropa estaba empapada en sudor. Estuve a punto de desmayarme. Mis manos y muñecas se pusieron púrpuras. Este cruel método de tortura era mucho peor que el anterior. No hay palabras para describir el dolor”.
Para incrementar la persecución, la enfermera de la clínica también forzó a la Sra. Wang a tomar medicamentos para el corazón. Por decir “Falun Dafa es bueno, Falun Dafa es un Fa recto”, le taparon la boca con cinta. Los guardias con frecuencia sacudían las esposas que cortaban la carne de su muñeca, mientras su piel se salía. Estuvo esposada un total de 23 horas. Durante este tiempo, no le permitieron ir al baño, comer ni beber.
Cuando le sacaron las esposas, perdió la conciencia. Cuando fue al baño, no podía quitarse los pantalones. La piel en sus manos y muñecas estaba rota, y tenía ampollas por todos lados. Los músculos de la parte superior de su cuerpo estaban atrofiados, los músculos alrededor del punto de acupuntura hegu de ambas manos, también estaban atrofiados, y las extremidades de los dedos estaban más finitas.
El grado de sufrimiento de esta tortura excede la imaginación.
Cuando sometieron a este tipo de cruel tortura a la Sra. Song Guangdi, una maestra jardinera jubilada de la ciudad de Donggang, provincia de Liaoning, en el año 2012, el guardia ató sus tobillos al riel horizontal de la parte inferior de la cama de acero. También colocó un palo entre sus tobillos, para ajustar la soga alrededor de estos. Sufriendo un dolor tan intenso, defecó en sus pantalones.
También usaron otro método de estiramiento. Shi Yu, supervisor, llevó a la Sra. Xu Hui, una empleada jubilada de la compañía médica limitada de Jiutai de la ciudad de Jinzhou, a un almacén en noviembre de 2007. Shi y otros la esposaron y colgaron de las esposas a una cama de acero. Ataron sus pies juntos. Luego Shi ató otra soga a la soga que ataba sus pies, y tiró del otro extremo de la soga. El cuerpo de la Sra. Xu subió y bajó.
Después de subirla y bajarla unas cuantas veces, la empujó hacia abajo con mucha fuerza. Después de cuatro días y noches de esta tortura, la Sra. Xu enflaqueció. Las esposas habían cortado tan profundamente la carne, que era hasta difícil mirarla. Llevó casi dos meses para que las heridas sanaran, y dejó de tener sensación en sus brazos y manos, y todos sus nervios y músculos quedaron severamente dañados. No puede voltear ninguna de sus manos.
La Sra. Liu Xia, maestra experta del departamento de investigación de la escuela de entrenamiento para maestros del distrito de Zhongshan en la ciudad de Dalian, expuso sobre otro método de estiramiento al que fue sometida, llamado “estirando los tendones principales de uno”.
“Zhang Jun y Zhang Zhuohui me pidieron que fuera a su oficina el 2 de mayo de 2009, y me golpearon y patearon. Me sostuvieron contra el piso, y me esposaron por detrás. Me envolvieron la boca y cabeza con una cinta industrial tóxica. También ataron mis pies. Llamaron a un guardia hombre.
“Me esposaron dentro de un almacén pequeño por tres días y tres noches. Junto con el supervisor Zhang Huan, tres de ellos usaron el método ‘estirando los tendones principales de uno’ para torturarme. Esposaron mis dos manos a los marcos de acero de 90º. El método de ‘estirar los tendones principales de uno’ consiste en estirar las esposas hacia afuera. Cuando llegaban al extremo, ataban las manos con sogas. Como resultado, las esposas penetraban rápidamente en las muñecas y el cuerpo quedaba abierto”.
En el campo de trabajo forzado de Masanjia, los guardias no solo estiraban los brazos de los practicantes, sino también sus piernas. Nueve guardias en el campo intentaron “transformar” a la fuerza a la practicante Sra. Li Jinqiu, 59, el 26 de noviembre de 2009. Como se negó, la sostuvieron contra el piso, usaron una soga para atar uno de sus pies a un aparato de calefacción, y unos cuantos comenzaron a estirar la otra pierna. Cuando los guardias vieron que no podían cambiarla, la dejaron un rato. Pero al rato comenzaron de nuevo a estirar sus piernas hacia afuera.
Luego, unos guardias la sostuvieron contra el piso, y con un dispositivo de tortura, separaron sus piernas tanto como pudieron. Luego unos se pararon sobre sus piernas con pesadas botas. Algunos empujaron su cabeza y brazos contra el suelo para que no pudiera moverse. Estas personas comentaron que así estaba bien para “sus estándares”. Después que la Sra. Li perdió la conciencia por el dolor, Zhang Jun, supervisor, dijo: “No la estiren de nuevo. Miren, otra vez se durmió”.
Ilustrando tortura de separar forzadamante las piernas.
Otra tortura especial de estiramiento usado en el campo de trabajo forzado de Masanjia es estirar los brazos abiertos y luego esposarlos. Una pierna también se esposa, para que la persona no pueda quedarse quieta. Cuanto más se mueve uno, más ajustadas quedan las esposas. En solo un día de esta tortura, la pierna puede quedar paralizada.
La Sra. Shao Jingrong, granjera del municipio de Lanqi, ciudad de Fengcheng, provincia de Liaoning, fue sometida a este método de tortura. Una vez, un guardia le ató las piernas, las dobló para presionarlas contra su cuello, y la envolvió con una sábana. Luego entre dos guardias tomaron uno cada pierna, y las doblaron de manera cruzada. Cuando su pie estaba a la altura de su cabeza, comenzaron a patear su cadera.
El 21 de mayo de 2006, el Sr. Niu Jinping, un practicante de Falun Gong de Beijing, expuso la persecución a la cual su esposa, la Sra. Zhang Lianying fue sometida, a la comunidad internacional a través del vicepresidente del parlamento europeo, Edward McMillan-Scott, quien vino a investigar la persecución a Falun Gong. Esto enojó al PCCh. En el 2008 la Sra. Zhang fue arrestada de nuevo, y retenida en el campo de trabajo forzado de Masanjia.
La Sra. Zhang describió la tortura a la que fue sometida.
“Por persistir en mi creencia en Falun Gong, y no rendirme ante la ‘transformación’ me sometieron a más de 20 formas de estiramiento. El estiramiento y el ser colgada de las esposas duró varios días. Mis ropas estaban empapadas, y mi cabello se cayó debido al largo sufrimiento por las torturas”.
“A veces me arrancaban la ropa, y me colgaban desnuda. La supervisora del ‘equipo de vigilancia especial’ me pellizcaba los pezones y me golpeaba con una tabla hasta que me desmayaba. Una vez Pan estaba grabando con una cámara y dijo: “Estoy grabándote desnuda. Lo enviaré a Minghui para que todos te puedan ver”.
“Los guardias establecieron un área de vigilancia especial donde había una habitación escondida de doble pared. Después de ser torturado por un rato, es difícil respirar allí. En una o dos ocasiones, la tortura no paró hasta que perdí la conciencia. Me torturaron muchas veces. No podía levantar el cuerpo doblando la cintura, y mis dedos estuvieron torcidos por largo tiempo, lo que hizo que muchas cosas simples como lavarme la cara, comer y vestirme, resultaran un desafío”.
Continuará
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Categoría: Métodos de tortura física