[Minghui Net] Empecé a practicar Falun Dafa en diciembre de 1998. En ese momento, obtuve respuesta a muchas preguntas que me hacía sobre la vida, y desde entonces, llevo caminando mi sendero de regreso a mi verdadero ser. Estudiaba las lecciones, hacía los ejercicios, y mejoraba mi carácter. Tenía una vida fructífera y feliz.
Solía medir mi comportamiento con los estándares de Falun Dafa. Pensaba en cómo ser considerada con los otros, y por lo tanto, me llevaba bien con mi familia, amigos y colegas.
A medida que seguía con la práctica me volví cada vez más tolerante y me sentía increíblemente bien con respecto a mis cambios positivos y mis mejoras. De hecho, sentía la belleza y la magia de Falun Dafa. Estoy muy satisfecha de haber sido lo suficientemente afortunada como para conocer Falun Dafa y quiero agradecer a Shifu desde lo más profundo de mi corazón.
Cuando el Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó con la represión de Falun Dafa en 1999, mi familia creyó en la difamatoria propaganda del PCCh y se puso en contra de Dafa. Toda la gente con la que me llevaba bien empezó a criticarme. Siempre he creído que no hay nada de malo en querer ser una buena persona ni en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
En 2003, alguien nos delató a un funcionario de la policía, a otro practicante y a mí, cuando estábamos fuera repartiendo información de Falun Dafa. El funcionario nos llevó a un centro de detención. Durante el interrogatorio, el funcionario Ren me dijo que había violado la ley. Yo le pregunté: ¿Qué ley? La constitución dice que todos los ciudadanos tienen libertad de creencia. Usted es él que ha violado la ley y ha incriminado a una buena persona. Por favor, pregunte a mis vecinos y mis colegas lo que piensan de mí. Después de muchos intentos, la policía dejó de presionarme para que renunciara a Falun Dafa.
La policía entonces, me llevó al campo de trabajos forzados de Jinan donde estuve encarcelada durante tres años. Los celadores me torturaban de muy diferentes maneras y no me permitían ver a mi familia. Estuve esposada a una cañería, me torturaron con privación de sueño, y no me dejaban ir al baño. Como resultado de esto, se me hinchó la parte inferior del cuerpo. Muy a menudo, tanto los celadores como otros prisioneros me humillaban, me agredían verbalmente, y me amenazaban. Me obligaban a trabajar duramente las veinticuatro horas del día.
Con bastante frecuencia, la policía acosaba y perseguía a mi familia. Desde el día que comenzó la persecución, La policía ha estado molestando a mi familia de forma regular y sin respiro. Los funcionarios llaman por teléfono o van directamente a mi casa a registrarla. Mi marido ha perdido su trabajo porque yo practico Falun Dafa. Debido a la tremenda presión mental y financiera, mi marido presentó una demanda de divorcio. La familia que tenía, perfectamente buena, se ha destruido por culpa de la persecución.
Versión en inglés: http://clearwisdom.net/html/articles/2010/2/1/114296.html
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Categoría: Hechos de la persecución