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Tercera carta abierta de Gao Zhisheng a Hu Jintao y Wen Jiabao

Especial para La Gran Época

El abogado Gao Zhisheng

Hu Jintao, Wen Jiabao, y todos aquellos conciudadanos chinos con conciencia:

Yo, Gao Zhisheng, les envío mis saludos desde la ciudad de Changchun

Ante todo quisiera transmitir mi más profundo lamento por los inocentes conciudadanos chinos asesinados por el gobierno de Guangdong (1), y mis condolencias y apoyo a los familiares de las víctimas. Al mismo tiempo, quisiera expresar mi más fuerte protesta por la brutalidad de la masacre de nuestros bondadosos campesinos. Insto fuertemente a las más altas autoridades a seguir los principios básicos reconocidos por las sociedades civiles, castigar a los asesinos y a los responsables, y consolar y compensar a las familias de las víctimas.

El invierno en Changchun es extremadamente frío. Aunque me "esconda" en una habitación que la mayor parte del tiempo no tiene agua, mi sangre está hirviendo. La razón no es porque estoy escribiendo nuevamente una carta abierta a Hu y a Wen. En cambio, el simple hecho de poder trabajar para el futuro de uno de los pueblos más grandiosos del mundo es suficiente para hacer hervir la sangre de un ciudadano común.

El 18 de octubre, también con un hirviente entusiasmo, escribí una carta abierta a Hu Jintao y Wen Jiabao, dos compatriotas míos, pidiéndole urgentemente a su gobierno que "Dejen de perseguir a los que creen en la libertad y reparen sus lazos con el pueblo chino." Al día siguiente, recibí flagrantes amenazas por teléfono en mi casa. A partir del tercer día, al menos diez automóviles y 20 policías de civil comenzaron a rodear, monitorear y seguir a toda mi familia cada día, las 24 horas del día. Dos semanas después de escribir la carta, el Buró Judicial de Beijing cerró ilegalmente la firma de abogados que yo dirigía. Es muy lamentable cómo nuestro país trata a los ciudadanos que hacen sugerencias abiertamente.

Otra fuerte reacción inducida por la carta abierta fue que los creyentes de Falun Gong de varias partes de China que han sido perseguidos me han escrito e invitado a sus áreas para saber más acerca de su verdadera situación. Muchas de estas cartas provenían de las ciudades de Changchun y Dalian. Desde el 29 de noviembre, pasé casi 24 horas al día viajando continuamente entre las ciudades de Jinan en la provincia de Shandong; las ciudades de Dalian y Fuxin de la provincia de Liaoning; y la ciudad de Changchun en la provincia de Jilin para llevar a cabo otra ronda de investigaciones. De manera diferente a mi experiencia usual de viajar solo, esta vez tuve el honor de ser acompañado por el Profesor Jiao Guobiao. (2)

Mientras tanto, manadas de policías de civil seguían merodeando mi casa día y noche, creando una atmósfera de terror y reprimiendo severamente a toda mi familia. El 29 de noviembre, me escapé de ser seguido y rodeado por más de 20 policías de civil y pasé 15 días investigando la verdad a mi manera. Aquí quisiera decir especialmente que tratamos lo mejor por decir la verdad acerca de cómo esta nación está siendo perseguida continua y brutalmente, especialmente en estos tiempos. Esto es también para recordarle a nuestra nación entera de la severidad y urgencia de los problemas que estamos enfrentando. Es tiempo de que nuestra nación y todos y cada uno de nosotros enfrentemos seriamente nuestros problemas. ¡Cualquier excusa o tardanza por cualquier motivo es cometer un crimen a nuestra nación entera!

En esta carta no evitaré ninguno de los problemas reales que vi, aunque esto signifique que yo sea arrestado inmediatamente cuando esta carta se publique. Los 15 días de investigación nuevamente me mostraron la dolorosa realidad. La Oficina "610" es-al menos puede llamarse-una pandilla que existe dentro del poder político de la nación, pero superior al poder político. Es una pandilla que puede controlar y regular todos los recursos políticos. Aunque es una organización que existe fuera de la Constitución y las regulaciones de la estructura de poder del país, la Oficina 610 utiliza muchos poderes que supuestamente sólo pueden ser utilizados por las agencias del gobierno nacional, e incluso muchos poderes que van mas allá de los poderes de las agencias del gobierno nacional. Está utilizando poderes que no pertenecen ni nunca han pertenecido a la nación desde el comienzo de la civilización política de la humanidad en esta Tierra.

Podemos ver que el poder simbolizado por el número 610 continúa "interactuando" con el público por medio de formas tales como matar al cuerpo físico y al espíritu de una persona, grilletes, cadenas, torturas por descargas eléctricas y "bancos de tigre". La naturaleza de este poder se ha convertido en la de una pandilla criminal. Continúa torturando a nuestras madres, hermanas, niños y nuestra nación entera. Sr. Hu y el Sr. Wen, como miembros de nuestra nación con posiciones especiales en este momento, especialmente al ser percibidos por la mayoría del público como personas concientes, deberían enfrentar todo esto junto con nosotros.

En este momento, con un corazón y una pluma temblorosos, escribo las trágicas experiencias de quienes han sido perseguidos durante los últimos seis años. Entre los verdaderos relatos de increíble brutalidad, entre los registros de las inhumanas torturas del gobierno hacia su propia gente, los actos inmorales que más estremecieron mi alma fue la lasciva -y sin embargo, rutinaria- práctica de atacar los genitales de las mujeres por parte del personal de la Oficina 610 y la policía. Casi todos los genitales y senos de las mujeres o todos los genitales de los hombres han sido atacados sexualmente de la manera más vulgar en esta persecución. Casi todos los que han sido perseguidos, sea hombre o mujer, fueron desnudados antes de ser torturados. No hay lenguaje ni palabras que puedan describir o recrear la vulgaridad e inmoralidad de nuestro gobierno en este aspecto. ¿Quien con un cuerpo caliente podría permanecer callado al enfrentarse con tales verdades?

A las 16:20 hs. del 28 de octubre del 2005, la Sra. Wang Shouhui (madre) y el Sr. Liu Boyang (hijo) de la ciudad de Changchun fueron seguidos por personal de la 610 y arrestados ilegalmente. Ambos fueron torturados brutalmente por la policía. Alrededor de las 20 hs., Liu Boyang, de 28 años de edad, murió por la tortura. Unos diez días después, su madre también fue torturada hasta la muerte. Los cuerpos del desafortunado dúo aún están en manos de los oficiales de la 610. Les llevó tres días a los oficiales de la 610 informarle al padre de Liu de su muerte, mientras que la fecha de la muerte de la Sra. Wang todavía no es clara. El padre de Liu buscó un abogado en su ciudad, pero nadie se atrevió a aceptar su caso. El anciano dijo, "En una sociedad como esta, es mas difícil vivir que morir. Vivir trae más dolor. Luego de ocuparme de sus entierros, los acompañare y también me marcharé."

La Sra. Wang Shouhui, su marido y su hijo (Liu Boyang) comenzaron a practicar Falun Gong en 1995. Desde que la persecución comenzó el 20 de julio de 1999, fueron continuamente acosados por la policía de la Estación de Policía de Zhengyang del Distrito de Luyuan, y por oficiales de la Oficina de Administración del Barrio de Zhengyang. La Sra. Wang fue detenida ilegalmente en octubre de 1999 y enviada al Campo de Trabajo Forzado Heizuizi en febrero de 2000. En el campo de trabajo forzado fue torturada ocho veces con una picana eléctrica. También fue forzada a trabajar durante el día. Durante cinco días y cinco noches se le prohibió dormir y se la obligó mantenerse de pie. Fue torturada varias veces utilizando una "cama de la muerte" (3). La vez más seria fue cuando fue atacada con dos picanas eléctricas durante más de una hora mientras estaba atada a la "cama de la muerte". No tenía ni una parte de su cuerpo y ni de su cara intacta. Fue liberada sólo después de que la tortura pusiera su vida en peligro.

El 11 de abril de 2002, la Sra Wang estaba caminando por la calle cuando fue secuestrada nuevamente por la policía de la Estación de Policía de Zhengyang del Distrito de Luyuan. La policía de la Primera División del Buró de Seguridad Pública de Changchun le vendó los ojos y la llevó a un cuarto de tortura secreto en Jingyueshan, Changchun. Fue torturada en el "banco de tigre" (4) durante dos días y una noche; en dicha ocasión también fue picada en sus senos con dos picanas eléctricas. Tres hombres utilizaron sus puños para golpear su cara, pecho y espalda. Como resultado, el hueso del pómulo izquierdo de la Sra. Wang se fracturó y ella vomitó una enorme cantidad de sangre. Más tarde, sus pulmones se infectaron. En el hospital policial, inmovilizaron las cuatro extremidades de la Sra. Wang mientras recibía transfusiones. Se le prohibió utilizar el baño. En cambio, el hospital insertó por la fuerza un tubo en su vejiga, pero no cuidó de ella. Durante cinco días y cinco noches no pudo moverse. En consecuencia, su vejiga se dañó permanentemente y ya no fue capaz de controlar sus esfínteres.

El 27 de junio de 2002, la Sra. Wang y su familia fueron secuestrados nuevamente y llevados a la Estación de Policía de Zhengyang por la División de Política y Seguridad del Departamento de Policía del Distrito de Luyuan. Ataron a la Sra. Wang a una bola durante toda una noche. Luego, cuando fue detenida ilegalmente en el Centro de Detención No. 3 en la ciudad de Changchun, los guardias abrocharon sus esposas a los grilletes de sus tobillos durante dieciocho días y la alimentaron por la fuerza durante un mes. Entonces fue enviada al hospital policial provincial, donde inmovilizaron sus extremidades y la alimentaron por la fuerza durante más de 30 días. No fue liberada hasta que su vida estuvo en peligro. Al mismo tiempo, varios policías de la Estación de Policía de Zhengyang torturaron, golpearon y patearon brutalmente a Liu Boyang. También abofetearon su cara con zapatos de cuero, lo ataron con una soga, colocaron una bolsa de plástico sobre su cabeza, le ataron los brazos detrás de la espalda, y lo colgaron usando esposas. Cuando Liu colgaba en el aire, le sacudían los pies o le alejaban el alimento. El Sr. Yuan Dachuan, un oficial de policía que dirigía la tortura, dijo descaradamente, "He matado con torturas a bastantes practicantes de Falun Gong. No tengo que cargar con ninguna responsabilidad si te golpeo hasta la muerte." ¡Cada vez que eran torturados, madre e hijo podían oír los gritos del otro, que sacudían Cielo y Tierra, fantasmas y espíritus!

El 29 de octubre de 2002, Liu Boyang fue sentenciado a dos años de trabajo forzado en el Campo de Trabajo Forzado de Chaoyanggou en la ciudad de Changchun. En diciembre, la policía lo forzó a sentarse en pisos de cemento frío durante todo el día y le prohibió dormir durante la noche. Durante el día, lo forzaron a asistir a clases de lavado de cerebro. En junio de 2004, cuando su sentencia terminó, el campo de trabajo forzado se rehusó a liberarlo y encontró alguna excusa para sumarle unos 47 días a su sentencia. Liu era un graduado de una universidad de medicina. Era una buena persona, amable con los niños y respetuoso hacia los mayores. Cada año era un trabajador modelo en el hospital. Una mujer de apellido Wang me contó estas experiencias de la Sra. Wang y el Sr. Liu casi en un solo aliento.

Sun Shuxiang, una residente de Changchun de 48 años de edad, fue arrestada ilegalmente nueve veces en seis años. A continuación, algunas de las experiencias que padeció durante su sentencia ilegal en campos de trabajo forzado.

"Un día, a fines de 2001, el oficial de policía Li Zhenping, de la octava sección de la Estación de Policía de la calle Xingye vino a mi casa con otro hombre. Vinieron a persuadir a mi esposo para que se divorciara de mí. Yo dije "No". Li golpeó mi cara hasta que se me hinchó. Mis ojos comenzaron a sangrar, y de repente ya no pude ver nada. Él volvió a preguntar si yo aceptaba el divorcio, de lo contrario, me llevarían nuevamente (al campo de trabajo forzado). Bajo su constante terror, mi marido se divorció de mí. Entonces el gobierno destrozó a mi buena familia. Hasta hoy sigo exiliada.

"En julio de 2002, yo estaba en la casa de mi padre. Un policía de civil irrumpió de repente en la casa y preguntó si yo era Sun Shuxiang. Antes de contestarle, me secuestró. Al día siguiente, la policía de la Sección Primera del Buró de Seguridad Pública de Changchun me metió en un auto y me llevó por una calle llena de baches durante unas dos horas. Dos policías me llevaron a un sótano oscuro y aterrador, y me quitaron la venda de los ojos. Ocho o nueve policías se precipitaron a la habitación. En una mesa había tres picanas eléctricas de tamaños grande, mediano y pequeño, un manojo de soga, y del otro lado había tres bancos de tigre. Dos policías me colocaron a la fuerza sobre un banco de tigre, y pusieron mis manos en los apoyabrazos, cada uno de los cuales tenían sujetadas esposas. Mis manos fueron bloqueadas con las esposas. Los apoyabrazos de los bancos de tigre tenían una fila de agujeros de distintos tamaños para ajustar distintos tamaños de muñecas. La policía hábilmente fijó una barra de hierro gruesa como un pulgar a los dos apoyabrazos, haciendo presión sobre el área de mi pecho y de mi abdomen y haciéndome imposible moverme. Un policía apuntó a las herramientas de tortura y me dijo, "¿Ves aquello? Si cooperas podemos terminar el asunto en una hora. De otro modo, tendremos que probar todo tipo de instrumentos. ¿Que les ocurrió a Liu Zhe y a otros (practicantes asesinados)? Sólo algunos pueden salir de aquí con vida."

"Un policía que aparentaba ser amable golpeó mi cara dos veces, y me preguntó si conocía a algún compañero practicante. Le dije que no. Agarró una picana eléctrica, clavó sus dos pinzas contra mis costillas y comenzó a electrocutarme. Me preguntó de nuevo el número de teléfono de mis compañeros practicantes, y yo no le dije nada. Entonces usó la picana eléctrica en mis dedos, mientras me preguntaba cuáles practicantes conocía. Usó la picana eléctrica en mis brazos y luego en mi cabeza, y luego en otras partes de mi cuerpo. Después de electrocutar todo mi cuerpo una vez, lo hizo lentamente de nuevo. Luego cambiaron a una picana eléctrica con mayor voltaje y la cargaron al máximo, y empezaron con mis pies hasta llegar a todo el cuerpo. Yo permanecí en silencio. Empezaron con los dedos del otro pie y recorrieron todo el cuerpo del otro lado. Yo seguía en silencio. Luego usaron la picana eléctrica en mis ojos. Sentí que mis ojos iban a salirse de sus órbitas, y no pude ver nada. Aún me negaba a decir nada, y entonces volvieron a electrocutar mis costillas. El dolor era insoportable. Pusieron el bastón eléctrico en mi pecho mientras me preguntaban con qué practicante mantenía contacto. El dolor me hacía imposible hablar, y las caras conocidas de los practicantes aparecían de a una frente a mí. Tuve un pensamiento: no importa qué, no les diré nada sobre ningún practicante. Ya que yo sabía que si decía el nombre de alguno de ellos serían arrestados inmediatamente y torturados. La policía introdujo la picana en mi boca. Mi boca estaba toda quemada e hinchada, y toda cubierta con ampollas por fuera. Mientras me electrocutaban me decían, "Sí no hablas, te partimos la boca." Entonces metieron la picana nuevamente en la boca. Después de un día y una noche de tortura, estaba a punto de morir."

"A comienzos de 2004, me quedé temporalmente en la casa de la Sra. Xing Guiling. Una noche escuché golpes fuertes en la puerta. La puerta doble fue derribada rápidamente. Era un grupo de policías con martillos de acero y armas de fuego, gritando, "No se muevan, o los matamos." Nos arrestaron y nos llevaron a la dependencia de Luuyuan del Buró de Seguridad Pública, y nos encerraron en una pequeña celda de acero. A mí me ataron a un banco de tigre. Empezaron a golpear a Xing Guiling frente a mí, usando un cinturón de cuero para estrangular su cuello. Gritó y lloró desgarradoramente. Vi que derribaban a Xing Guiling de un golpe al suelo; en el piso la patearon. Cuando se levantó, la golpearon hasta derribarla de nuevo. La golpearon y patearon, exigiéndole que revelase sus contactos con otros practicantes. Continuaron torturándola una y otra vez. La volvieron a estrangular con el cinturón de cuero hasta que no pudo respirar. La policía gritó, "Ahora verás por no hablar." Xing Guiling fue torturada hasta que quedar con un solo aliento, pero no reveló el nombre de ni un solo practicante. Entonces, empezaron a torturarme a mí. Después de tres días y noches de tortura, nos enviaron al Centro de Detención No. 3.

"El 4 de agosto de 2003, la policía me arrestó de nuevo. Me llevaron a la dependencia de Nanguan del Buró de Seguridad Pública. Un policía con marcas de viruela en la cara me agarró de los pelos y golpeó mi cabeza contra la pared. Empecé a marearme. Luego me obligó a sentarme en un banco de tigre y esposó mis manos fuertemente. Otro policía comenzó a golpear mis brazos, y mis muñecas empezaron a sangrar porque las esposas estaban muy apretadas. Usaron aros de acero para encadenar mis tobillos, y luego se pararon sobre los aros, ajustándolos cada vez más. Los tobillos me dolían más allá de lo soportable. Luego usaron una bolsa de plástico para cubrir mi cabeza, y la ataron a mi cuello, sofocándome. Cuando vieron que estaba a punto de morir, quitaron la bolsa. Después de un rato, cubrieron mi cabeza de nuevo, y la quitaron antes de que muriera. Lo repitieron tres veces y al mismo tiempo siguieron presionando los aros contra mis tobillos. Era tan doloroso que empecé a tener un ataque. Mis tobillos estaban rotos y sangraban. Me desmayé. Usaron agua fría para despertarme, y me enviaron al Centro de Detención No. 3. Allí, me negué a comer y a beber, y entré en coma. Después de 27 días, sólo tenía un aliento de vida. Notificaron a mis familiares para que me llevaran a casa."

Liu Shuqin, una señora de 60 años de edad de Changchun, fue arrestada y enviada a campos de trabajo forzado cinco veces en seis años. Esta anciana nos contó calmadamente las torturas inhumanas que sufrió.

"Me arrestaron por primera vez en febrero de 2000. La policía nos golpeó y pateó violentamente hasta el móvil policial, el cual nos llevó al Centro de Detención Balipu. Me encerraron durante 15 días sin ningún procedimiento legal. En total arrestaron a más de diez practicantes, y todos experimentamos una tortura indescriptible. Después de eso, la Oficina de Administración del Vecindario y la policía continuaron acosándome. El 31 de diciembre de 2000, me arrestaron por segunda vez cuando fui a Beijing a apelar al gobierno. Levanté una bandera que decía "Falun Dafa es bueno," y la policía de Tiananmen golpeó mi espalda violentamente con picanas eléctricas, metiéndome a la fuerza en el patrullero. Más tarde me tiraron en un calabozo con paredes cubiertas de hielo y escarcha. La policía me obligó a sacarme toda la ropa, y dio la orden de que alguien me echara agua helada desde una gran tubería. Me dejaron para que duerma desnuda en el piso helado, sin nada para cubrir mi cuerpo. El baño de la celda apestaba mucho y olía muy mal. Todos los días, varios policías venían a interrogarme. No me permitían dormir a la noche. Después de 38 días de interrogatorios, no consiguieron nada."

"El 31 de diciembre de 2001, varios practicantes y yo colgamos banderas afuera para exponer las mentiras del gobierno sobre Falun Gong. Alguien nos denunció y nos arrestaron. La policía de la Oficina 610 me golpeó violentamente, sin parar. A la medianoche de ese día, me enviaron al Centro de Detención No. 3. Allí, un policía me golpeó en los ojos con su puño. Mis ojos se nublaron y no pude ver nada. Golpearon mi cabeza unas cuantas veces más. Frente a su brutal comportamiento, les dije que el mal y el bien tienen su retribución. La policía les dijo a los prisioneros que trajeran una cadena pesada (28 Kg.) y que la ataran a mis tobillos. Me detuvieron durante 22 días, durante los cuales sufrí torturas peores que la muerte. Más tarde, la policía tomó una gran cantidad de dinero de mi familia y antes de liberarme."

"El 28 de febrero de 2003, unos días después de mi liberación, un grupo de policías de la dependencia de Luuyuan del Buró de Seguridad Pública irrumpió nuevamente en mi casa. Un policía llamado Yuan Dachuan revisó nuestros cajones y se llevó 4.000 yuan (cerca de 500 dólares) en efectivo sin dejar ningún comprobante. Otro policía se guardó en el bolsillo una botella de perfume importado que mi hijo había traído del extranjero. Cuando Yuan Dachuan estaba sacando mi dinero, le critiqué su comportamiento ladrón. Me golpeó y me esposó. Hicieron lo que quisieron en mi casa y dejaron todo en desorden. Me secuestraron para torturarme en la cámara de tortura de la dependencia de Luuyuan y me torturaron en el banco de tigre durante dos horas. Luego ataron mis manos detrás de la espalda con una soga delgada. La policía ajustó las cuerdas bien fuertes. Con todo el cuerpo atado, me empujaron fuera de la cámara de tortura. Otro grupo de personas me arrojaron dentro de un móvil. Usaron mi abrigo relleno de plumas para cubrir mi cabeza de manera tan ajustada que casi me sofocan. Después de 20 minutos, el móvil se detuvo, y llegamos a otra cámara de tortura (más tarde me enteré que era la dependencia de Chaoyang). La habitación estaba llena de instrumentos de tortura. Ni bien llegamos allí, me obligaron a sentarme en el banco de tigre, y unos seis policías me esposaron y encadenaron los tobillos, fijando una barra de acero delante de mi pecho (sobre el banco del tigre). Un policía joven usó una barra de acero de 30 cm. de largo para golpear mi mano izquierda, la cual estaba atada al banco de tigre. Después de una decena de golpes, mi mano estaba severamente hinchada y se puso morada. Me dijeron que les diera información sobre otros practicantes, y yo les contesté que no diría nada. En ese momento, más de diez policías me ataron las manos detrás de la espalda. Siguieron tirando de las esposas y las cadenas de los tobillos, y empujando la barra de acero contra mi pecho. Apretada con tanta fuerza, sentí que mis huesos se romperían en cualquier momento; no podía respirar. El dolor era tan intenso que me desmayé varias veces. Cuando me desmayaba, la policía me echaba agua fría encima. Cuando regresaba en mí, continuaban torturándome. Me torturaron de esta forma durante un día y una noche, desmayándome y despertándome. Mientras la policía tiraba de las esposas y de las cadenas de los tobillos, éstas se introducían en mi carne. La carne se mezclaba con la sangre en mis tobillos y muñecas, dejando un gran charco de sangre en el piso. La policía trató a una señora de edad como yo con tales salvajes torturas. Cada nervio y hueso de mis brazos, manos, piernas y pies me dolían más allá de la soportable. No podía mover mi cuerpo."

"El 1 de marzo me enviaron al Centro de Detención No. 3. Revisaron mi corazón y mi presión arterial - ninguna funcionaba bien; mis piernas no podía caminar. Aun así, me sentenciaron a dos años en un campo de trabajo forzado. Me llevaron en coma al campo de trabajo forzado de Heizuizi. Para ir al baño me tenían que llevar. La mujer policía Liu Lianying, del segundo equipo, empezó a perseguirme, diciendo que yo fingía no poder caminar. Liu electrocutó cruelmente mis piernas, pecho, y corazón con una picana- todo mi cuerpo. En ese momento, una criminal convicta Yi Liwen (quién tenía una buena relación con Liu) no pudo soportar verlo; le quitó la picana a Liu y le dijo, "No la electrocutes más, mira qué mal está." Liu Lianying se detuvo. Como yo no podía caminar, la policía a menudo me insultaba; usaron todos sus expertos para "transformarme", y la policía se turnó para lavarme el cerebro. Después de un día de trabajo, no me dejaban dormir, sino que me lavaban el cerebro para obligarme a firmar este o aquél papel. Me negué con firmeza. Me torturaron así durante dos meses, y mi presión arterial a menudo llegaba a más de 20 y sufrí serios problemas cardíacos. Viendo que yo me negaba a ser transformada, Jia Hongyan usó a prostitutas convictas para torturarme, vigilándome las 24 horas a mi lado, incluso cuando comía y dormía. Las obligaban a que me transformaran, golpearan, insultaran a casi todo momento y todos los días. Ni siquiera me dejaban hablar, si lo hacía, me insultaban. Todos los días, mi cuerpo y corazón sufrían un gran dolor. Más de un año de persecución produjo un gran daño a mi cuerpo y mi mente. Mi cuerpo estaba entumecido, y mis brazos no se movían bien. Me diagnosticaron atrofia e infarto cerebral. Al principio yo tenía muy buena salud, pero ese año de persecución me dejó en ese estado. He tenido que soportar semejante tortura por tan largo tiempo sólo por querer ser una buena persona."

Con una voz gentil y pausada, Zhang Zhikui, narró calmadamente su experiencia al ser perseguido en la ciudad de Changchun:

"Después del 20 de julio de 1999, fui a Beijing a apelar por Falun Gong. Por aclarar la verdad sobre Falun Gong a los residentes de Beijing, la policía de esa ciudad me arrestó y me transfirió a la oficina de la policía de la ciudad de Changchun en Beijing. Allí, ataron mis manos y pies juntos a una barra de madera y me colgaron entre dos mesas, colocando los extremos de la barra de madera en las dos mesas respectivamente. Yo me balanceaba hacia atrás y adelante. Cuando la tabla se rompía, me caía al suelo. En cuanto a los otros practicantes que también estaban allí arrestados, la policía los golpeó con cinturones de cuero o los colgó. Golpearon mis muslos con un palo de madera blanca. Más tarde, todos los practicantes fuimos enviados a la Subestación de Policía del Distrito de Erdaohezi en la ciudad de Changchun. En ese momento había diez o más practicantes. Después de llegar allí, el jefe del Departamento de Protección Política me alzó y me obligó a sacarme los pantalones. En ese momento, había hombres y mujeres presentes. Luego, esta persona golpeó mi cabeza con un cinturón de cuero. Mi cabeza se entumeció, tenía un zumbido en mis oídos, y casi pierdo la conciencia. Me preguntó mi nombre y cuándo había ido a Beijing. Yo apenas estaba conciente después de la golpiza, así que no podía recordar nada. Sin embargo, continuó golpeándome. Y luego, pateó mis pies con sus zapatos de cuero, aplastando mis dedos con el talón. Él sólo miraba la expresión en mis ojos mientras me hacía esto. Aguanté el intenso dolor y empecé a sudar profusamente. Entonces me dejó y comenzó a golpear a otros practicantes. Después de que me enviaron al Centro de Detención de Tiebei, los guardias instigaron a los criminales de allí para que me desvistieran y golpearan. Los criminales me patearon con toda su fuerza, haciéndome chocar contra la pared del baño. Apenas podía levantarme del piso. Casi de inmediato me echaron encima dos baldes de agua helada. Y de nuevo me patearon. Mis brazos y piernas sangraban, y una de mis piernas tenía una gran herida. Un mes más tarde, me liberaron sin ningún documento o procedimiento legal de por medio."

"A fines de noviembre de 1999, fui a la Corte Suprema de China en Beijing para apelar por Falun Gong. Los oficiales de la Corte Suprema informaron a la policía y me arrestaron allí, enviándome a la dependencia de la policía de la ciudad de Zhaoyuan (provincia de Shandong) en Beijing. En mi camino de regreso, me sacaron el cinturón y me obligaron a caminar con las manos mientras sostenían mis pantalones. Me golpeaban mientras caminaba. Al llegar a la dependencia, me golpearon otra vez con una correa, y lo hicieron durante varias horas durante la noche. Al día siguiente, me enviaron de vuelta a la ciudad de Zhaoyuan, provincia de Shandong. Al llegar al Centro de Detención de la ciudad de Zhaoyuan, la policía instigó a los criminales para que me golpearan. Los criminales allí veían que yo hacía mis tareas activamente y con buenos ánimos. Todos se conmovieron al ver esto y no me volvieron a golpear. Eventualmente, enviaron un criminal mudo para golpearme. Un día, un guardia me ordenó que sacara mi cabeza por un pequeño hueco que había en la puerta de hierro de mi celda, y luego pisoteó mi cabeza con sus pies, golpeándola al mismo tiempo. Todos los practicantes de otras celdas gritaron, "¡No golpees a la gente!" Después de eso, nos enviaron a mi hermana y a mí a la Estación de Policía del municipio de Xinzhuang. Después del 20 de julio de 1999, toda mi familia fue arrestada. Nos detuvieron a mi hermana y a mí en dos pequeñas celdas de confinamiento solitario bajo las escaleras. Estas celdas eran tan pequeñas que no podíamos pararnos derechos dentro de ellas. Sólo nos permitían ir al baño una sola vez por las noches, y nos encerraban así durante 10 días cada vez que nos detenían. Después de eso, nos enviaron de nuevo al Centro de Detención de Zhaoyuan y nos mantuvieron allí un mes. Torturaron a mi hermana y a mí de este modo una y otra vez un total de 6 seis veces. Todo esto nos hizo sentir que es verdaderamente difícil tanto vivir como morir."

"En el Día Nacional del año 2000, fui a la Plaza de la Cultura en la ciudad de Changchun para desplegar una bandera y por eso me arrestaron. Todos los medios de comunicación de China mintieron. No dijeron ni una palabra verdadera sobre nosotros. Por ello, queríamos contarle la verdad a la gente de este modo. El jefe de policía Liang y otros policías me quitaron mi abrigo y me taparon la cabeza con él. Esposaron mis manos por detrás de la espalda, me arrastraron por las escaleras y me escoltaron a un automóvil. El auto anduvo cerca de dos horas y sentí que estábamos muy lejos de la ciudad. Después de llegar a destino, me llevaron a una casa donde me quitaron el abrigo de la cabeza. Me sentía terrible. Había un banco de tigre en la habitación. Sabía que estábamos en una montaña, podía escuchar el viento soplar. El jefe de policía Liang y otros policías me desvistieron y me obligaron a sentarme en el banco de tigre. Mis manos estaban atadas detrás de mi espalda al respaldo. Insertaron una barra de hierro en mi pecho, mis piernas y mis muslos respectivamente. Ambos extremos de estas barras estaban fijados al banco de tigre de modo que yo no pudiera moverme. Mis pies estaban dentro de unos aros de acero, inmovilizados. Entonces Liang sacó un cuchillo afilado de un chi (30 cm.) de largo y se lo frotó un par de veces en su pantalón. Arrojó el cuchillo a la mesa y me dijo ferozmente: "Zhang Zhikui, quiero que mueras aquí, hoy te torturaré hasta la muerte y cabaré un pozo para enterrarte. Nadie sabrá de ti ni te encontrará." Después de decir eso, salió. Al menos tres policías empezaron a cargar las picanas eléctricas y otros dos policías agarraron mis manos que estaban atadas al palo detrás de mí, luego empezaron a estirar mis manos alrededor de mi cabeza desde atrás."
"Escuché cómo mis huesos se rompían incesantemente. Esta tortura se repitió varias veces y el dolor opresivo me angustió terriblemente. Luego, pusieron un barril de hierro en mi cabeza y golpearon el barril con caños de hierro. El intenso temblor y el hostigante ruido hicieron que sintiera que mi cabeza iba a explotar. Después de sufrir durante un largo tiempo, la policía quemó mi espalda con cigarrillos y el insoportable dolor me hizo perder la conciencia. Luego me echaron agua helada para despertarme. Finalmente encendieron velas para quemar mi espalda. Después de quemar la carne de mi espalda, me echaron cera caliente. El dolor hizo que mi cuerpo temblara y saltara incesantemente. Todo lo que podía escuchar era el crujido del banco de tigre que se movía por mis temblores. Como no había ninguna parte de mi cuerpo con piel sana, la policía empezó a electrocutar mis partes privadas y a penetrarlas. Después de eso usaron un palo de hierro para hacer pedazos mis partes privadas. Me desmayé y no supe cuánto tiempo había pasado cuando desperté. Después de una noche de tortura, mi cara estaba hinchada varias veces el tamaño de lo normal y todo mi cuerpo estaba empapado de sangre. Lucía destrozado. Había retorcido tanto mi cuerpo debido al dolor que la piel de mis tobillos se laceró, con los músculos y huesos expuestos. Sin embargo, cuando vieron que estaba despierto, me arrastraron hasta afuera de nuevo. Afuera la temperatura era menor a diez grados bajo cero y echaron agua helada en mi cuerpo desnudo. Me dejaron tirado donde caí. Regresaron a la casa. Media hora después volvieron par a ver si todavía estaba vivo. No sé cuánto tiempo pasó hasta que llegó la mañana. Yo ya estaba al borde de la muerte. Me llevaron al Departamento de Policía de la ciudad de Changchun. Había muchas celdas pequeñas, cada una con un banco de tigre adentro. Había mujeres practicantes de Dafa en cada banco de tigre. La mayoría de ellas se había desmayado, con la parte inferior de sus cuerpos desnuda o con solo una ropa cubriendo su cuerpo."
"Me enviaron al Centro de Detención de Tiebei para seguir torturándome. Empecé una huelga de hambre por cinco días y ellos dejaron de torturarme después de eso. Después de quedarme en el centro de detención durante cuarenta días, me enviaron a la quinta división del campo de trabajo forzado del distrito de Chaoyuan. Allí, hice una huelga de hambre continua. Más de diez practicantes de Dafa se unieron a la huelga. Había quinientos practicantes de Dafa detenidos en la quinta división. El jefe de la división vio que estábamos en huelga de hambre y envió a unos criminales para que nos golpearan brutalmente. La escena fue horrorosa. Finalmente los practicantes de Dafa que estaban de huelga de hambre fueron llevados a la primera división donde persiguen más brutalmente a los practicantes de Dafa. Un criminal de nombre Xu Hui a menudo abusaba de los practicantes de Dafa. Un practicante de Dafa de más de sesenta años de edad solía ser oficial de mediano rango, pero por no usar el uniforme de prisionero, fue golpeado por Xu Hui hasta que estuvo al borde de la muerte. Sin embargo, no dejó de golpearlo. Casi pierdo la fe en la vida, ya que había estado soportando por mucho tiempo una agonía indescriptible. Todas las insoportables torturas y persecuciones fueron por las tardes, las noches, e incluso en medio de la noche."

"Si los practicantes hacían un poco de ruido a la noche cuando dormían, sus compañeros de celda los golpeaban. Todo esto hizo que los practicantes de Dafa ni siquiera se atrevieran a dormir. A veces, yo no podía dejar de toser en toda la noche y por esto recibía golpes toda la noche. Ni siquiera me permitían toser. No me atrevía a tomar agua durante la noche porque no nos permitían ir al baño en ese horario. Una vez no pude evitar ir al baño, y fui sin hacer ruido. Cuando volví, Xu Hui me golpeó hasta que estuve al borde de la muerte. Me pateó muy fuerte en el área del riñón, lo que causó que éste se moviera de su posición original. No pude moverme por varios días. Una vez, había un discípulo de Dafa de unos veinte años llamado Sui Futao. Los criminales descubrieron que tenía escondidos los artículos de nuestro Maestro en sus ropas, así que lo golpearon con un palo más de cincuenta veces. No mucho tiempo después, este practicante fue golpeado hasta la muerte. Mi hermana menor fue sentenciada a diez años de prisión, y al mismo tiempo, su esposo fue sentenciado a 3 años de cárcel. Además, sólo porque ellos practicaban Falun Gong, su hijo de nueve años fue echado de la escuela bajo las órdenes dadas por la "Oficina 610." Entre los practicantes de Falun Gong que mantenían contacto conmigo, ocho o nueve practicantes han sido golpeados hasta la muerte. Sus nombres eran Wang Shouhui, Liu Boyang, Liu Haibo, Liu Chengjun, Xu Shuxiang, Wang Kefei, Yu Lixin y Deng Shiying. En cuanto a los nombres de otros practicantes que fueron perseguidos hasta la muerte, ¡no puedo ni siquiera recordar sus nombres ahora! ¡Todas estas cosas son extremadamente crueles!"

"Zhang Shuchun es mi segunda hermana menor. Cuando la policía intentó arrestarla, ella saltó de las escaleras. Sus costillas rotas les perforaron algunos de sus órganos. Sus piernas y brazos también se rompieron. Se desmayó inmediatamente. Pronto muchas personas que pasaban se pararon para preguntar qué había pasado. El policía de la "Oficina 610," dijo, "Tuvo una pelea con su esposo por el divorcio." Ya que la policía la llamaba "criminal buscada", se la llevaron al hospital. Sin embargo, los médicos del hospital creyeron innecesario tratar de salvar a un practicante de Falun Gong. Ellos dijeron, "Simplemente tírenla por ahí," y sorprendentemente la policía lo hizo, la tiró en los suburbios. Más tarde ella fue rescatada por personas de buen corazón. Pero la policía la volvió a poner en la lista de "buscados"."

Wang Yuhuan es una practicante de Falun Gong que la policía de Changchun arrestó. La detuvieron en campos de trabajo forzado nueve veces en los pasados seis años. Ella dijo, "No va a creer esto. Pero para juntar dinero, la policía en el campo de trabajo forzado intentaba vender lugares para dormir. El precio era de 2.000 yuan por mes. Una vez que lo comprabas, sólo tenías el derecho a echarte al suelo para dormir. De otra forma, tenías que apoyarte en la pared de costado porque la celda era muy pequeña. Mientras tanto, los que compraban el lugar para dormir tenían la facultad de golpearnos. Como practicantes de Falun Dafa, no gastaríamos tanto dinero para comprar lugares para dormir. Mientras más criminales compraban lugares para dormir, el resto de la gente tenía menos espacio para dormir y dormir se hacía más doloroso."

"En agosto de 2000, me enviaron al campo de trabajo forzado de Heizuizi. Allí la policía intentó "transformarme". Tenía que trabajar dieciocho horas por día. La carga de trabajo era muy alta. Yo tenía que hacer productos para exportar. Además de trabajar, ellos me obligaban a escribir informes de "arrepentimiento". Los criminales en mi celda me golpearían si me negaba a hacerlo. Para "transformarme", Sun Mingyan, el policía a cargo del Escuadrón No. 6, se sentó en mi cabeza y electrocutó mi cabeza y mi cara con una picana durante más de una hora. Mi pelo se chamuscó y mi cara y cuello se quemaron. Tenía moretones en todo mi cuerpo y cara. Cuando me liberaron en noviembre de 2001, todavía no podía levantar una taza. La Oficina 610 también me extrajo ilegalmente dos mil yuan cuando me liberaron."

"El 5 de marzo de 2002, unos practicantes de Dafa transmitieron con éxito un video acerca de la verdad sobre Falun Dafa por TV. La "Oficina 610" central ordenó un arresto a gran escala en Changchun. Yo fui arrestada. En ese momento, la policía arrestó a más de cinco mil practicantes de Dafa. Cada celda en el centro de detención debía retener a unas cincuenta personas. Hasta detuvieron a practicantes en baños debido al limitado espacio. El Departamento Primero del Buró de Seguridad Pública de Changchun me arrestó el 11 de marzo de 2002. Me encerraron en una jaula de hierro de 1,30 mt. de alto en la subestación de policía cerca del distrito Nanguan, Templo Caishen. No podía ponerme de pie en absoluto. En la noche del 12 de marzo, Gao Peng y Zhang Heng y otros policías de la Primera División del Escuadrón Penal me interrogaron. Esposaron mis manos por detrás de mi espalda y pusieron una bolsa de tela en mi cabeza. Utilizaron una soga para ajustar la bolsa a mi cuello para que no pudiera ver nada y apenas pudiera respirar. Luego me ataron con sogas y me pusieron en el baúl del móvil policial. Me condujeron hasta una montaña donde torturan brutalmente a practicantes de Falun Dafa a voluntad. Muchos compañeros practicantes fueron torturados a muerte en este lugar. El Sr. Liu Haibo fue desnudado completamente y forzado a arrodillarse. La policía forzó por su ano la picana eléctrica más larga que pudieron hallar y aplicaron descargas eléctricas a sus órganos. Liu murió en el acto. Liu Haibo era un graduado de la Universidad."

"Liu Yi, un doctor del Hospital del Distrito de Luuyuan, estaba en sus treinta cuando fue torturado a muerte en este agujero del diablo. Veintitrés practicantes fueron torturados a muerte allí. Yo conocía a muchos de ellos. La policía simplemente enterró sus cuerpos en un agujero. Xiang Min, una bonita practicante de Dafa, fue traída de vuelta luego de una sesión de tortura. Ella me dijo que la policía acosó sexualmente de ella manoseando sus nalgas mientras le aplicaban descargas eléctricas. Casi treinta practicantes fueron torturados a muerte en esa ronda de arrestos."

"Les llevó más de dos horas conducirme a este lugar en una montaña. Oí que detuvieron el vehículo. Luego me arrastraron fuera, golpeándome al mismo tiempo. La policía no paraba de insultarme y decir que ese día me torturarían hasta la muerte. Me golpeaban contra los árboles y anduve a los tropezones hasta un edificio por unos diez minutos. Fuimos arriba y abajo y finalmente entramos a una habitación. Quitaron la bolsa de tela de mi cabeza. La policía dijo, "Esperemos a ver cómo mueres hoy. ¡Nadie ha salido con vida de aquí!". Yo estaba en un pequeño cuarto de alrededor de un metro y medio cuadrado. Había un pequeño escritorio con tres picanas eléctricas con púas. También había una soga y una cama. Más tarde me di cuenta que la cama era para que la policía se recostara y descansara mientras nos insultaba, cuando se cansaban de golpearnos. Vi un banco de tigre y muchos policías ocupados preparándose para torturarme. Oí el viento soplando furiosamente. Luego, unos policías me forcejearon al banco de tigre. Me ataron al banco con mis manos esposadas detrás de mi espalda y por detrás del banco. Ajustaron las barras de hierro en los costados del banco de tigre hasta dejarme inmóvil y amarraron mis tobillos con dos grandes aros de hierro. Cada cinco minutos comenzarían una sesión de tortura. Movían mis brazos de atrás para delante y podía oír mis huesos crujiendo. Casi me desmayo del enorme dolor. Mis lágrimas y sudor saltaron inmediatamente por el dolor. Empujaron mi cabeza contra mis piernas. Al estar amarrada al banco de tigre, sentí que los huesos de mi cuello se rompían y las barras de hierro perforaban mis pechos y estómago. Estaba a punto de asfixiarme en cualquier instante. Ataron sogas en los aros de hierro y tiraron de ellas fuertemente. Mis tobillos dolieron muchísimo. Dolores por todo mi cuerpo me estremecieron. Repitieron esta tortura cada cinco minutos. Mi sudor, lágrimas y sangre empaparon mi cabello y mi ropa. Más tarde me desmayé por el insoportable dolor. Entonces me arrojaban agua fría o hirviendo para despertarme. El agua hirviendo quemó severamente todo mi cuerpo. No podía soportar esta lenta matanza y enormes sufrimientos. Hubiera deseado que me mataran con una pistola."

"Luego de torturarme inhumanamente por más de dos horas en el banco de tigre, lo que me dejó bastante débil, pusieron un barril de hierro en mi cabeza. Cada uno de los siete policías fumaba tres cigarrillos al mismo tiempo y echaban el humo en el barril. Esto era sofocante y me desmayé. Me arrojaron agua fría. Cuando apenas estuve despierta, usaron los cigarrillos para chamuscar mis ojos. Forcejeé un poco al recuperar un poco la conciencia. Luego de eso, me dieron puñetazos en la cabeza, cara, nariz, y dientes. Me sacaron mis dos incisivos de un golpe. Mi cara se hinchó y se puso púrpura. También agujerearon mis oídos con palillos finos. No pude oír nada durante dos semanas. Finalmente, se cansaron de torturarme y se fueron a dormir a las 2 a.m."

"En marzo de 2002, me torturaron tres veces en 17 días en aquel agujero del diablo. Cada vez, la tortura era más brutal. Las últimas dos veces fueron a medianoche. Cada vez, siete u ocho policías me sacaban de la celda y me regresaban casi sin vida. Una vez, la policía no quiso que el resto vea cuán severamente había sido torturada. Me vistieron con ropas gruesas. De todos modos la sangre se filtraba. Entonces la policía me vistió con más ropas pero la sangre empapó las ropas y nuevamente se filtró. Los practicantes allí no podían dormir del horror y la preocupación hacia otros compañeros practicantes."

"La policía "interrogó" diariamente a todos los practicantes de las listas negras de la "Oficina 610". Ataban a cada practicante, le ponían una bolsa de tela sobre la cabeza y esposaban sus manos detrás de sus espaldas. Luego los arrojaban en el baúl del móvil policial y los conducían a la montaña a aquel agujero del diablo donde los torturaban viciosamente."

"La implacable tortura destrozó mi cuerpo y mi salud. Tuvieron que mentir acerca de mi pobre estado para que el Centro de Detención No. 3 me aceptase. Al día siguiente, fui enviada al Hospital Provincial y luego al Hospital Militar No. 3 para un examen físico. Los resultados indicaron que mi cuerpo había sufrido lesiones en casi todas partes y estaba en una condición crítica, y por lo tanto no alcanzaba el mínimo estándar de salud para estar detenida. Esa tarde, la policía había llevado a la Sra. Guo Shuaishuai y a mí de regreso al hospital de la prisión y allí lanzaron un nuevo ataque de persecución. Nos ataron a una cama. La policía me inyectó una droga que hizo que ya no pudiera sentir mis piernas. Mis piernas se volvieron frías como el hielo y completamente adormecidas. También persiguieron aquí al practicante Jiang Yong. Murió luego de siete meses de tortura. La policía también le inyectó una droga no identificada y le sacó gran tubo de sangre cada día. Estas inyecciones y extracciones de sangre demacraron a Yong. Murió en una sesión de alimentación forzada."

"Fue terrible ser testigo del proceso entero de una persona siendo torturada a muerte. Los guardias continuamente alimentaron por la fuerza a la Sra. Guo durante más de dos meses; dejaron el duro tubo de alimentación en su garganta todo el tiempo. Rehusándose a aceptar la alimentación forzada, la Sra. Guo se tragó el tubo de alimentación de 1,5 mt. Se sacudía y retorcía en la cama debido al insoportable dolor. El hospital de la prisión se rehusó a liberarla temiendo que la malvada persecución quedara expuesta, de modo que intensificó la tortura. Nos desnudaron y ataron con nuestras extremidades estiradas en una cama. Policías y presos nos miraban lascivamente todos los días. Un doctor de la prisión pellizcó e hirió la vagina de la Sra. Guo. Incapaz de soportar la extrema tortura, la Sra. Gao se tragó la cuchara que estaba siendo insertada en su boca. Nuevamente se sacudió y retorció en la cama debido al dolor. El doctor de la prisión abrió su estómago para quitar la cuchara. Deliberadamente hizo una innecesariamente larga incisión, desde el pecho hasta la vagina. Suturó toscamente el corte extremadamente largo y envió a la Sra. Guo a morir a su casa. La Sra. Guo nunca se recuperó de la cruel tortura física y psicológica."

"Enviaron a la Sra. Zhao Xiaoqin y a mí al hospital de la prisión el mismo día. Los oficiales de la 610 la dejaron inconsciente de un golpe y la arrojaron por las escaleras. La caída rompió su brazo izquierdo, causó un chichón del tamaño de un tazón en su cabeza y la volvió loca. Hasta hoy no puede hablar. El doctor de la prisión no cambió el yeso de su brazo durante todo el verano. Consecuentemente, su brazo se infectó y bichos se arrastraban alrededor. Ver el sufrimiento de la Sra. Zhao me rompió el corazón. También presencié otras atrocidades en esta persecución. A todas nosotras, las mujeres practicantes, nos desnudaron y ataron con nuestras extremidades extendidas sobre una tabla por más de 26 días. Sufrimos incesantes humillaciones y acosos sexuales por parte de los policías, doctores y presos."

"Me transfirieron nuevamente al Centro de Detención No. 3 por rehusarme a renunciar a Falun Gong. El Centro de Detención se negó a aceptarme, porque oyeron que yo pronto moriría, y no querían tomar la responsabilidad por mi muerte. Entonces la violenta policía me colgó en una puerta por 6 horas y me golpeó. Me llevaron nuevamente al hospital de la prisión para continuar la persecución. Comencé una huelga de hambre para protestar. A los 50 días, un doctor de la prisión me abrió la vena y colocó una aguja intravenosa. Mi sangre chorreó y manchó la cama y el piso. Ya acostumbrados a la sangrienta persecución, la policía y los doctores de la prisión no estaban para nada perturbados por mi sangrado excesivo. Cada día, me inyectaban diez botellas de un fluido espeso no identificado. Me dejaron orinando y defecando en la cama-estuve recostada en un charco de orina y heces por más de cincuenta días. La completa magnitud de la miseria no tiene descripción. Mis venas colapsaron debido a la huelga de hambre y el fluido espeso no podía ingresar. El jefe cirujano sólo sacudió la botella y estrujó el fluido hacia mis venas. Me desmayé muchas veces debido al insoportable dolor."

El Sr. Yang Guang, otro practicante, sufrió una persecución aun más aterradora. Cito una parte de la carta que un testigo me escribió.

"Yang Guang que vivía en la ciudad de Changchun, provincia de Jilin, fue detenido ilegalmente desde enero de 2000 y ha sufrido severas torturas bajo las manos del Director Liang y los oficiales en el Buró de Seguridad Pública de Changchun. Fue torturado con picanas eléctricas, banco de tigre, camisa de fuerza, colgado, sofocado con bolsas de plástico, y alimentado por la fuerza con alcohol fuerte. Los perseguidores lo torturaban de vez en cuando durante 40 horas continuas. La tortura dejó al Sr. Yang sordo del oído izquierdo, con los brazos inválidos, parálisis de la cintura abajo, necrosis en su cadera derecha, la pierna derecha rota, pies deformes, dedos de los pies infectados, fallos en el riñón, e hidrotorax (fluidos acumulados en su pecho). A pesar de estar en una condición que amenazaba su vida, el Sr. Yang fue sentenciado a 15 años en la prisión de Jilin."

"El Sr. Yang fue retenido en el así llamado distrito desnudo, que es la sección de la prisión para los presos inválidos. Aquí a los presos se les prohíbe llevar pantalones durante todo el año, así que la limpieza es mínima. Los prisioneros le hicieron al paralizado Sr. Yang una silla de ruedas especial con caños de acero, cuatro rueditas y tablas para la espalda y los costados. El asiento tiene un hueco en el centro, como un inodoro. Cuando el Sr.Yang necesita ir, los presos empujan la silla hasta el baño. Debido a las tablas en los costados de la silla y la incapacidad de sus brazos, el Sr. Yang no puede limpiarse. Orina, heces, y un sucio olor envuelven al Sr. Yang todo el año. Este distrito desnudo no recibe luz del sol. Las condiciones son absolutamente inhumanas. El distrito hierve de calor durante el verano y es helado durante el invierno. El espacio para dormir tiene menos de 60 cm. de ancho. La comida es asquerosa y extremadamente escasa."

"Cuando el Sr. Yang necesitaba limpieza, los prisioneros lo deslizaban a la habitación del agua y lo rociaban con una manguera a presión, y luego lo secaban con un lampazo con clavos sobresaliendo. Los presos le llamaban a esto una "ducha cosmética". Las autoridades de la prisión sometieron al Sr. Yang a estas intolerables condiciones para forzarlo a renunciar a Falun Gong. Pero el Sr. Yang, de todos modos, se mantiene firme en su creencia. Fue puesto en cautiverio solitario. Los soltaron sólo cuando estuvo al borde de la muerte. El Sr. Yang fue entonces transferido a un distrito especial en la Prisión Tiebei en Changchun. No le dieron absolutamente ningún tratamiento médico. Sin embargo, la prisión todavía extorsiona a la familia del Sr. Yang con 1.000 yuan por mes."

"El Sr. Yang sólo tiene una madre de ochenta y seis años en su casa quien no sabe que su hijo ha sido torturado a tal horroroso extremo. Cuando ve gente, implora tristemente "Guang es una buena persona. ¿Dónde está ahora?, ¡quiero a mi hijo!" La esposa de Yang se divorció de él, porque no hay ingresos para mantener a la familia. El Sr. Yang también ha sufrido dolores psicológicos extremos. Los parientes exigen que sea liberado, pero la prisión, el Ministerio de Justicia, y el Buró de la Administración de la Prisión se rehúsan."

Chang Xuexia es una practicante de Dalian, silenciosa y llena de gracia. Bajó su cabeza avergonzada al recontar su dolorosa y humillante experiencia en el campo de trabajo forzado.

"Fui arrestada por primera vez por apelar por Falun Gong. Fui detenida ilegalmente por treinta y nueve días en un centro de rehabilitación en Dalian. En enero de 2003, las autoridades nuevamente intentaron forzarme a renunciar a Falun Gong. Me encerraron en una pequeña celda de metal y trajeron una variedad de instrumentos de tortura. La Sra. Wang Yalin, la principal perseguidora de practicantes de Falun Gong en el centro de rehabilitación, incitó a varios internados a colgarme por las muñecas con mis pies apenas tocando el piso. Wang le ordenó a los internados "¡Agárrenla bien, todos ustedes!"."

"El enjambre de internados me golpeó y pateó por todos lados. Me desmayé. Me dejaron caer al suelo y me pisotearon con fuerza en la cara y brazos para ver si estaba fingiendo. Cuando desperté, no podía mover mi brazo izquierdo, porque mi codo estaba dislocado. Los internados que se rehusaron a torturarme fueron transferidos y sus sentencias fueron extendidas. Me colgaron nuevamente. Esta vez los internados colocaron una foto del Maestro dentro de mi ropa interior, y escribieron palabras blasfemas contra Dafa y el Maestro en mi cara. También me golpearon con un duro tablón de madera. Los moretones todavía no desaparecieron después de un año."

"Todavía me rehusaba a renunciar a Dafa. Me desnudaron, y varios internados comenzaron a pellizcar mis senos, arrancar mi bello púbico, y herir mi vagina. Utilizaron un cepillo que normalmente es utilizado para limpiar el tanque de agua. Luego pusieron un balde bajo mi cuerpo para ver si sangraba. Como no salía nada de sangre, los internos entonces utilizaron un cepillo más grande y repetidamente penetraron mi vagina. No pude aguantar más el insoportable dolor y sucumbí a su demanda de no hacer los ejercicios de Gong Falun en el campo."

"Lo que sufrí en el campo no fue lo más brutal. Otra practicante llamada Sra. Wang Lijun fue torturada en la pequeña jaula de metal tres veces. Los internados ataron muchos nudos a una soga gruesa y tiraban de ella hacia adelante y hacia atrás en un movimiento de serrucho por su vagina. Toda la parte inferior de su cuerpo se hinchó. El jefe de policía entonces ordenó a los internados que pincharan su hinchada vagina con la punta espinosa de un palo de lampazo roto. Esta tortura hizo que la vagina de la Sra. Wang sangrara profusamente. Su abdomen y vagina estaban tan hinchados que no podía ponerse su ropa interior, ni sentarse ni orinar. Dos meses después de la tortura sexual, la Sra. Wang aún no podía sentarse derecha. Sus piernas también estaban inválidas. También vi a estos internados aplicando esta misma tortura en una virgen. La policía también metió bichos venenosos en los cuerpos de las practicantes."

"Mi nombre es Wei Chun (alias). Tengo 35 años y vivo en Dalian. Comencé a practicar Falun Gong en 1998. Debido a que Falun Gong enseña a la gente a vivir bajo los principios de "Verdad, Benevolencia y Tolerancia", mejoré enormemente, tanto mental como físicamente. Puedo perdonar a otros fácilmente y elevar mi carácter moral al mismo tiempo. En julio de 1999, el gobierno comenzó a oprimir a Falun Gong. No pude ignorar el abuso de nuestros derechos humanos más básicos, entonces fui a Beijing a apelar por Falun Gong en marzo de 2000. Cuando me subí al tren, me frenaron y un policía me ordenó que dijera palabras abusivas sobre el Sr. Li Hongzhi (Maestro de Falun Gong). Me rehusé, así que fui arrestado. Luego supe que quienquiera que viajara a Beijing en aquel tiempo, ya sea por tren o en autobús, tenía que decir algunas palabras abusivas sobre el Sr. Li o Falun Dafa, de otro modo no se les permitía viajar."

"Me llevaron al Centro de Rehabilitación de Drogas, y me detuvieron 7 días. Cuando me enviaron de vuelta a mi lugar de trabajo, mis supervisores me degradaron a limpiar la fábrica por la mañana y reflexionar sobre mis errores por la tarde. Querían que renunciara a mi creencia y escribiera declaraciones calumniando a Falun Gong. Me rehusé, y entonces me obligaron a renunciar a mi trabajo. En abril de 2000, encontré otro trabajo. El 15 de marzo de 2001, Chen Xin y otros policías de la División No. 1 del Buró de Seguridad Pública de Dalian me secuestraron de mi trabajo. No me permitieron dormir durante cinco días y noches. Mis manos estuvieron esposadas detrás de mi espalda todo el tiempo. Pusieron cigarrillos encendidos en mis orificios nasales y boca. Mi boca estaba llena de cigarrillos. Una vez, un policía golpeó mi cabeza con un garrote de hierro. Luego, me enviaron al Centro de Detención de Dalian y me sentenciaron a trabajo forzado por dos años. El 18 de mayo, me enviaron al Quinto Equipo en el Campo de Trabajo Forzado de Dalian para ser reeducado."

"El 4 de junio, los Sres. Liu Yonglai, Qu Fei, Huang Wenzhong y yo fuimos enviados al cuarto piso. Íbamos a ser forzados a difamar al Sr. Li y Falun Dafa. Si no lo hacíamos, nos castigarían con descargas eléctricas. Si lo hacíamos, nos llevarían abajo a escribir las "tres cartas" difamando a Falun Gong y al Sr. Li, criticándonos a nosotros mismos y comprometiéndonos a no practicar más Falun Gong. Al Sr. Liu Yonglai y a mí nos quitaron toda la ropa y nos esposaron cara a cara. Utilizaron seis picanas en ambos, y nos aplicaron descargas eléctricas en nuestras cabezas, espaldas, muslos, genitales, ambos lados de nuestros pechos y cuellos. Apretamos los dientes, y forcejeamos para evitar las descargas eléctricas. Como resultado de los forcejeos, las esposas se ajustaron progresivamente. Eventualmente comenzaron a cortar nuestra carne, llegando a los huesos. Fue extremadamente doloroso y sangramos mucho."

"Las descargas eléctricas continuaron por una hora, y luego nos separaron. Esposaron las manos de Liu detrás de su espalda, y le hicieron arrastrarse por el pasto. Pusieron dos sillas en su espalda y le ordenaron a dos criminales que se sentaran en las sillas. Luego, otros seis criminales utilizaron seis picanas eléctricas totalmente cargadas y le aplicaron descargas eléctricas repetidamente en su espalda, nalgas, cuello, pantorrilla, plantas de los pies y genitales al mismo tiempo. Hasta estiraron su pene para aplicarle descargas eléctricas separadamente. Yo estaba atado a una silla. Las patas de la silla y el respaldo estaban amarrados con varias picanas eléctricas. Luego, me ataron fuertemente al respaldo de la silla con una soga. Otro criminal apuntó una picana eléctrica hacia mi cabeza. Utilizaron seis picanas para electrocutarme simultáneamente. Mi cuerpo entero tenía convulsiones. Sentía que prefería morir antes que vivir. Lloré de desesperación. Mis llantos desesperanzados podían oírse por todo el edificio. Había muchos practicantes de Falun Gong en el 2do y 3er piso. Se dice que todos lloraron al oír mis penetrantes llantos."

"La tortura continuó alrededor de una hora. Luego, intercambié lugares con Liu. A él lo forzaron a sentarse en la silla eléctrica mientras yo me arrastraba por el pasto. Nuevamente, me electrocutaron con seis picanas al mismo tiempo durante alrededor de una hora. Sentí que ya no podría soportarlo, pero prefería morir antes que traicionar mi creencia, mi conciencia, y difamar a mi Maestro y a Falun Dafa. Entonces comencé a golpear el suelo con mi cabeza esperando quedar inconsciente. Cada vez que las seis picanas eléctricas me tocaban al mismo tiempo, sentía como si me lanzaran simultáneamente diez mil flechas al corazón."

"Sentí que había muerto muchas veces. Cuando las picanas eléctricas se descargaban, traían nuevas con más voltaje. Finalmente comencé a tener miedo, así que al final, me sometí. Luego, Liu tampoco pudo soportarlo más y también se sometió. Los policías que dirigieron a los criminales para que nos electrocutaran fueron Qiao Wei, Zhu Fengshan, Jing Dianke y otros. No recuerdo todos los nombres de los criminales. Luego, me dijeron que cuando Huang Wenzhong fue electrocutado, su cara estaba quemada y sangrando. Golpearon tan severamente las mejillas de Qu Fe con zapatos, que se hincharon como una hogaza de pan. Luego nos llevaron abajo, y escribimos las Declaraciones de Garantía para renunciar a Falun Dafa. Cuando regresamos al equipo, tuvimos que escribir una página entera con las tres mismas frases cada día, difamando al Maestro Li, a Dafa y a Falun Gong. Mientras tanto, debíamos gritar las tres declaraciones todos los días. Esto estrangulaba mi alma. El dolor que me trajo fue mucho mayor que el de las torturas a mi cuerpo. Pero si nos oponíamos o nos rehusábamos a hacerlo, nos llevarían al 4to piso para que nos aplicaran descargas eléctricas hasta someternos nuevamente."

"Luego, un practicante de Falun Gong llamado Li en la clase 3, no pudo soportar la tortura espiritual y decidió suicidarse colgándose. Fue rescatado. En aquel momento, yo no quería vivir ni un instante más. Era tan humillante. De todos modos, ya no quería soportar las descargas eléctricas. Temía no poder soportarlas. Sin embargo, no quería hacer cosas tan inmorales como difamar a nuestro Maestro y a Dafa. Le dije a Liu que si cualquier practicante osara entregar su vida, los guardias no se atreverían a perseguirnos así. Él dijo que sacrificaría su vida por los demás. Un día, cuando estábamos limpiando al aire libre, Liu subió al 3er piso por detrás del edificio y se arrojó de cabeza. Murió instantáneamente. Después de esto, muchos practicantes de Falun Gong retractaron todo lo que habían escrito y dijeron que todo lo escrito violaba sus conciencias, que los hechos estaban distorsionados debido a la tortura y que no eran válidos. Protegieron firmemente sus creencias y la verdad. Debido a esto, la policía puso a aquellos practicantes que retractaron las tres declaraciones en la misma clase y los condujo a un campo de trabajo forzado. Se levantaban a las 5 de la mañana y trabajaban hasta las 11 de la noche cada día. Luego, enviaron a estos 9 practicantes al Campo de Trabajo de Guanshan para comenzar un nuevo ciclo de persecución."

"Me di cuenta que ya no podía cooperar con los guardias, así que dejé de utilizar los uniformes de la prisión, dejé de marchar, dejé de cantar, y comencé una huelga de hambre para protestar por la persecución. La clase entera también comenzó una huelga de hambre para protestar conmigo. Luego nos separaron, y me enviaron a la brigada tercera, donde continué la huelga de hambre. Cuando un fiscal me preguntó por qué había comenzado una huelga de hambre, le dije que no tenía ningún otro recurso, ya que ninguna corte se atrevía a aceptar mi caso. Son todas cortes y jueces de Jiang Zemin, y nadie se atreve a representarnos. Sólo puedo usar mi vida para protestar por la persecución, para protestar contra la persecución de Jiang Zemin y el gobierno hacia Falun Gong. Tengo un hijo, cuando mi hijo me pregunte en el futuro, "¿Qué hiciste durante la más severa persecución hacia gente justa?" No quiero decirle que me sometí. Quiero ser una persona que prefiere morir con honor que sobrevivir en desgracia. Me liberaron el 24 de octubre, al día quince de mi huelga de hambre, con la excusa de que necesitaba tratamiento médico externo temiendo que muera en el reformatorio."

Mientras escuchábamos, uno por uno, a quienes habían escapado de la muerte en esta persecución, nos sofocábamos -literalmente. Algunas de estas historias verdaderas fueron narradas por quienes escaparon de la muerte en la persecución varias veces. Sus historias incluso podrían hacer llorar a un demonio. Las inauditas e inigualablemente sangrientas historias, las naturalezas inhumanas y viciosas, las técnicas de tortura más desastrosas -todas eran tan vívidamente terroríficas. Frente a estos compatriotas, mientras uno tras otro comparten pacíficamente sus historias sobre la cruel persecución, debemos preguntar a aquellos que visten el emblema nacional y el uniforme del país para mantener la paz: "En los últimos seis años de los 60 que lleva el régimen comunista, ¿cuántos actos inhumanos como esos han ustedes perpetrado y ocultado?"

¿Dónde falló nuestro sistema? Ha engendrado tantos oficiales públicos viciosos que viven entre nosotros, que nosotros hemos apoyado, que fueron criados por padres como los nuestros, ¡y tienen familias como las nuestras! La trágica experiencia de nuestros compatriotas ilustra completamente esto: en nuestra sociedad, hay un grupo de oficiales públicos que persistentemente desprecian los valores morales básicos de la sociedad humana, y continuamente han estado utilizando métodos completamente distantes de la moralidad y la naturaleza básicas. Ellos conspiran secretamente en tratos sucios que causan la misma destrucción de la naturaleza humana, moral básica, amabilidad y conciencia de nuestra nación. Todos los compatriotas, incluyendo Hu Jintao y Wen Jiabao, deben admitir que ninguno de nosotros puede negar que nuestro sistema está constante y progresivamente creando tal vergonzosa realidad. Y tal realidad revela el carácter totalmente inmoral de nuestro sistema.

Hu, Wen y todos los compatriotas chinos: ¡es tiempo de introspección para nuestra nación! No hay otro pueblo en este planeta ni en toda la historia que haya sufrido en tal gran escala, soportando tal severa y desastrosa persecución en tiempos de paz debido a su fe. Este actual desastre ha costado la valiosa vida de miles de personas inocentes, y cientos de miles de personas han sido privadas de su libertad, también sufriendo la devastación física y el tormento espiritual que es inconcebible en el mundo civilizado. Esta persecución completamente inhumana ha causado que más de cien millones de seguidores de Falun Gong y sus familias sufran de apercibimientos y amenazas, privación del empleo, de oportunidades de trabajo y de ingresos, confiscación de activos en varios grados, y una persecución que se extiende a varios otros métodos. ¡Qué absurdo, peligroso e inmoral! ¡Esta es una continua lucha contra todo el pueblo chino, la civilización humana y los fundamentos morales de toda la gente del mundo!

Mi oficina legal y mi familia entera ponen en claro que la severa situación actual en China es: que quien insiste en decir la verdad debe pagar el precio, que el país continúa utilizando medios violentos para amenazar públicamente a la gente y que el deseo de entender y decir la verdad es extremadamente peligroso.

En países con sistemas civilizados, la verdad está en manos de quienes tienen el poder político y los recursos. El entendimiento del valor de la verdad es la escala utilizada para juzgar la civilización y la moralidad de un régimen. Pero en la sociedad china actual, la habilidad del gobierno para obtener la verdad es completamente diferente. He observado con dolor que vivir y madurar junto con el régimen político ha sido el mecanismo del régimen para ocultar la verdad. Esta situación hace al régimen completamente incapaz de saber la verdad. El régimen ha perdido completamente la condición moral necesaria para saber la verdad. Ha destruido completamente la condición moral. Gente como la Sra. Wang Yuhuan y otros que también han sufrido en campos de trabajo forzado han sido testigos una y otra vez de lo siguiente. Cuando las altas autoridades llegan a inspeccionar, todos los campos tienen una regla de hierro: juntar a aquellos que puedan decir la verdad, como Wang Yuhuan, en un lugar donde los inspectores no puedan encontrarlos. La regla común es: los líderes de visita se van con la "verdad" que ellos han "visto"y "oído" personalmente. Cuando la puerta de acero de cierra detrás de los líderes, los crímenes contra nuestros inocentes compatriotas comenzarán de nuevo rápidamente. Los hechos indican que hay una confabulación coordinada entre el inspector y el inspeccionado, ya que ambos conocen la verdad, pero no dicen nada.

Ahora que el régimen ha perdido la capacidad de obtener hechos reales, la investigación conducida por los ciudadanos mismos se vuelve completamente legítima y necesaria, porque el valor de los hechos reales está asociado con el futuro de nuestra nación y está íntimamente asociada con cada individuo que vive en esta nación. Tenemos el derecho de saber cómo el poder de este régimen se relaciona con nuestro pueblo. Tenemos el derecho de saber cómo comenzó esta persecución seis años atrás. ¿Cómo pudo un país tomar tan inmoral decisión? En estos seis años, ¿cómo llevaron a cabo esta decisión las autoridades? ¿Qué hizo el país? En estos seis años, ¿exactamente cuántos de nuestros inocentes ciudadanos han sido encarcelados ilegalmente detrás de los altos muros? ¿Qué pasó exactamente detrás de esos altos muros? ¿Qué sigue ocurriendo hasta hoy? Obtener las respuestas a estas preguntas es la obligación moral fundamental del pueblo de este país. Aquí debemos enfatizar que el encubrimiento de la verdad por parte del gobierno ya es inútil y ya no es sólo un asunto de inmoralidad. Quienes han visto los hechos eventualmente entrarán en la sociedad. De hecho, muchos de ellos ya están caminando entre la gente, revelando los verdaderos hechos sin descanso.

Gobierno chino: ustedes deben darse cuenta de que son un gobierno. Sólo de esta manera podrán tratar con la desastrosa realidad desde el punto de vista de un gobierno, en la manera de un gobierno y mediante las acciones lógicas de un gobierno. Sólo de esta manera podemos evitar tragedias como las de la Masacre de Tiananmen, la sangrienta persecución a Falun Gong, o la reciente matanza de campesinos en Guangzhou. Sin embargo, debemos enfrentar tal realidad a menudo. La realidad es que en un largo periodo de tiempo, se han cometido repetidamente y sin razón alguna crímenes similares contra gente inocente. En respuesta a la angustia desesperada que los desastres han traído al pueblo, el gobierno chino siempre ha mantenido el silencio, e incluso ha reprimido con brutalidad.

Nuestra investigación ha demostrado que, al enfrentarse con creyentes que son en su mayoría "cabeza duras y se rehúsan a ser reformados", los responsables de "transformarlos" han perdido completamente su humanidad. Como resultado, tratan a quienes están siendo transformados sin escrúpulos, al punto de cometer todo tipo de crímenes. Todo el sistema ha mostrado locura producida por la desesperación, y la represión ha durado seis años sin éxito. El reciente y horroroso incidente en el que el policía He Xuejian violó a dos mujeres practicantes de Falun Gong en la ciudad de Tunzhong, provincia de Hebei, frente a sus colegas, es un claro ejemplo.

En base a varias investigaciones encontré que, en su necesidad de reprimir a los inocentes, la policía puede recurrir a cualquier crimen infame para alcanzar el objetivo de la transformación. En la inhumana persecución contra estos creyentes, la policía china se ha vuelto completamente criminal. Ya no tiene conciencia ni tienen conciencia de la ley o la justicia; en cambio, toman por seguro que su responsabilidad es la de rebanar a la gente como si fuera carne o pescado. En la prisión de su jurisdicción, un pepino puede ser vendido a los presos en 25 yuan (alrededor de U$S 3), un pollo asado puede ser vendido por unos cientos de yuan. Incluso el lugar para dormir que originalmente pertenece a la propiedad pública se convierte en una mercadería comerciable en manos de la policía. Cada espacio del ancho de los hombros de una persona puede venderse a más de 2.000 yuan (unos U$S 250) por mes. Muchos prisioneros sin dinero en el campo de trabajo forzado continúan siendo tratados inhumanamente durante la noche, teniendo que dormir parados. No sólo la policía china no tiene moralidad, sino que ha perdido el sentido fundamental de vergüenza característico del ser humano. En esta investigación, otra repugnante fuente de crímenes en nuestra sociedad es el sistema de reeducación mediante el trabajo, que ha traído numerosos desastres a nuestra nación durante el último medio siglo. El sistema de reeducación mediante el trabajo, un negocio sucio conducido por el Consejo de Estado chino, ha insultado abiertamente y tratado ofensivamente a nuestros principios constitucionales; sin embargo, ha sobrevivido. En la historia humana, ningún gobierno de ninguna otra nación puede comportarse como el Consejo de Estado chino, que desprecia completamente a su propia Constitución. Desde el nacimiento de la Constitución del país, el sistema de reeducación mediante el trabajo siempre ha ubicado a la misma en una posición vergonzosa. Esto demuestra la ilegalidad del gobierno chino y también prueba que el así llamado "gobernar el país mediante la ley" es en realidad una farsa.

Además de la Constitución de China, una serie de leyes fundamentales que fueron luego ratificadas, incluyendo la Ley para la creación de leyes de la República Popular China, la Ley de castigo administrativo de la República Popular China, la Ley de sanción administrativa de la República Popular China, etc., todas explícitamente excluyen la posibilidad del Consejo de Estado chino de obtener el poder de privar a la gente de su libertad. Fundamentalmente, el sistema de reeducación mediante el trabajo es la forma más ilegal del abuso de autoridad, que evita que China progrese al estado de ser gobernada por la ley. Es el mayor enemigo de la Constitución de China y de las leyes y principios fundamentales. Es contrario a la búsqueda del pueblo chino de una China gobernada por la ley. Nuestra investigación muestra que el sistema de reeducación mediante el trabajo, en su privación ilegítima de la libertad, ha sido ofensivo más allá de la imaginación. Las mujeres mayores Wang Yuhuan y Sun Shuxiang han sido arrestadas ilegalmente y detenidas nueve veces en seis años. El procedimiento de la reeducación mediante el trabajo es tan informal y pobremente cumplido que parece una broma. ¡Los verdaderos hechos han revelado el conmocionante abuso del poder y la completa falta de moralidad! Hoy es el momento en el que debe hacerse una confesión a nuestra nación. Debo especialmente enfatizar que si este malvado crimen no termina, entonces el cuestionamiento de nuestra nación por parte de gente como Gao Chengzhi continuará, y el día en el que la sociedad china se vuelva estable y armoniosa nunca llegará. El pueblo ha perdido su paciencia con los abusadores del poder que dejan de lado su conciencia día y noche. La tormenta de protestas creada por estas personas está constantemente sacudiendo el fundamento de la nación y haciendo olas sobre lo que el pueblo estuvo acostumbrado durante décadas. ¿Cómo podría alguien ignorar este fenómeno?

A través de mis experiencias de comunicación constante con ciudadanos firmes en sus creencias, he visto verdaderamente la existencia de algo que es lo más precioso para nuestra nación actualmente. Quienes son capaces de describir calmadamente y con una sonrisa sus experiencias al tratar con el atroz proceso de ser perseguidos, han sacudido mi alma. Muchas veces fui conmovido hasta las lágrimas. En nuestra nación, finalmente he visto el espíritu que mantiene la fe y no se rinde, abrazando la etérea cualidad de los principios.

En los últimos seis años, la tribulación ha creado un gran grupo de gente con esta inigualable y noble dignidad humana. Su firmeza hacia la fe, la manera en que tratan la brutal custodia con desaire, así como su optimismo en que nuestra nación tendrá un hermoso futuro merece nuestro más profundo respeto. Otra tendencia que hemos encontrado en nuestra investigación es que cada seguidor de Falun Gong que ha podido salir de la custodia, sin importar cuánto tiempo estuvo en custodia, fortalece su fe. El ejemplo más típico es el de la Sra. Han de la ciudad de Fuxin, provincia de Liaoning, que fue arrestada y puesta bajo custodia varias veces. Después de ser liberada de una brutal custodia que duró varios años, el jefe de la estación de policía local intentó hacerla prometer que nunca más practicaría Falun Gong. Ante esto, ella le dijo firme pero pacíficamente al policía, quien representa al gobierno del pueblo, "Aun si me arrestan cien veces, continuaré practicando. No tiene nada de malo que practiquemos, mucho menos es un crimen. Después de haber regresado a mi casa de la custodia, al contarle constantemente a mis familiares y la gente a mi alrededor la verdad sobre Falun Dafa, más de treinta de ellos han comenzado a practicar."

Esta vez, durante mi estadía con el grupo Falun Gong, también encontré otro hecho encantador. En contraste con la actual situación en la que la humanidad, la conciencia, la moralidad, la compasión y la responsabilidad de nuestra sociedad están sufriendo un completo deterioro, estos cultivadores, como un grupo renacido de la antigua nación, han impactado todas estas áreas de manera positiva. Uno puede sentir la poderosa forma en que la fe puede cambiar el alma de uno. Realmente me ha permitido ver una chispa de esperanza para rescatar a nuestra nación de su depravado estado actual.

Al conocer a estos creyentes, quedé profundamente conmovido por su calma al narrar su calamidad sin precedentes, su compasión hacia quienes los torturan, y su optimismo hacia el futuro de la nación. Estas personas consideran muy ligeramente a la fama y la ganancia. Ellos continúan ayudando en silencio a sus compañeros practicantes cuyas vidas están en peligro debido a la despiadada opresión. Su paciencia al ayudar a los vulnerables niños o los familiares ancianos de los practicantes de Falun Gong que fueron detenidos ilegalmente o asesinados, está más allá de la imaginación o el entendimiento de un ser humano típico. Es increíble cómo las creencias de uno tienen tal fuerte influencia sobre su alma y moralidad. Por ejemplo, Zhu Xiaoguang, de 33 años de edad, me dijo que la primera vez que lo enviaron a prisión, el único tipo de comunicación entre los presos eran las interacciones maliciosas. Allí la gente ganaba el control siendo más despiadados que los otros. Ninguno quería ser dominado ni se le requería a nadie que ejerciera el autodominio. Más tarde, los practicantes de Falun Gong milagrosamente limpiaron las almas de los prisioneros y guiaron a más de cien personas a comenzar a practicar Falun Gong. Él dijo, "Me calmé mediante una completa transformación de mi espíritu". Como resultado, muchos nuevos presos quedaron estupefactos de encontrar manos amables y solidarias en lugar de "lecciones para atenuar" al llegar a la prisión. La experiencia de Zhang Linyou, ex policía en el Centro de Detención Kungchuling, fue más asombrosa. Me contó que practicar Falun Gong lo hizo convertirse en el único policía en aquella gigante prisión en dejar de torturar prisioneros y rechazar sobornos. Él dijo que estuvo bajo una constante agonía el primer año que decidió dejar sus malos hábitos. ¡Fue extremadamente doloroso para él ver a sus colegas aceptar sobornos y resistir la tentación cuando estaba corto de dinero! ¡Él me contó con orgullo que la cultivación había transformado completamente su alma! Más tarde, los 60 prisioneros a su cargo le estaban muy agradecidos y creían que todos los policías chinos deberían practicar Falun Gong. Los prisioneros dijeron que si eso pasara, la policía china sería la más civilizada del mundo. Sin embargo, Zhang Linyou fue luego sentenciado ilegalmente a trabajo forzado y despedido de su trabajo por practicar Falun Gong.

Sin embargo, estamos dolidos de ver que la transformación de la gente en China está yendo en la dirección opuesta. Las presiones políticas públicas y la tentación han aniquilado el último rastro de bondad en la policía. El lado malvado de los seres humanos está dominando rápidamente su comportamiento, mientras que la conciencia básica ya no se valora. La policía es, de hecho, víctima de este movimiento fanático para eliminar la naturaleza humana.

La creencia y la moralidad son los elementos más importantes para asegurar la longevidad y el avance de una nación. Lo que nuestra nación más ha perdido en las últimas décadas es la creencia esencial que mantiene y eleva los valores morales de nuestra nación. Esta es la causa del continuo caos de China de las últimas décadas. Por lo tanto, para el bienestar duradero de nuestro país, uno debe garantizar y proteger la libertad de creencia del pueblo. Sólo transformando el corazón de la gente podemos crear un mundo con esperanzas. Lo que nuestro gobierno ha estado haciendo en los últimos seis años fue utilizar tácticas violentas y barbáricas para impedir que nuestra nación procure un futuro brillante.

En esta carta abierta, también quisiera llamar la atención del gobierno sobre varios pedidos. Estos son: terminar inmediatamente con la violenta represión de personas que mantienen sus creencias y liberar y compensar a Yang Guang y otros prisioneros de conciencia. Sin embargo, no estamos pidiendo al gobierno que restaure el buen nombre de la gente de Falun Gong. Porque en sus corazones, así como en los corazones de los miembros éticos de nuestra sociedad, nadie nunca ha declarado que este grupo de gente era problemático. Un sistema que ha torturado implacablemente a una nación durante más de medio siglo ya no tiene valores morales o capacidades para restaurar el buen nombre de nadie. Lo que es más, ¡permitir que este sistema haga tal declaración es un insulto a las víctimas! Por este medio advierto a quienes aún aprueban la violencia a que cesen sus crueles actos, ya que esta ¡es su última oportunidad!

Por último, permítanme decirle al Sr. Hu Jintao y al Sr. Wen Jiabao con todo respeto, que debemos tener el coraje y la moralidad para admitir que la máquina política, que ha torturado implacablemente a nuestra nación durante medio siglo, está contaminada con la sangre y las lágrimas de gente inocente, y que el lastimoso destino del pueblo chino, debido a la coerción y la opresión por parte de la dictadura de decenas de años, sigue sin tener un final. Debemos reconocer que nuestra nación, nuestro pueblo, tiene el derecho de buscar la democracia, la libertad, el gobierno de la ley y los derechos humanos, y que este anhelo nunca ha sido tan ferviente. Hoy, cualquier intento por obstruir la búsqueda del pueblo de los antes mencionados derechos, será en vano. Por favor, perdonen mi franqueza, pero todas las deudas de sangre han sido grabadas en los ojos, la experiencia y las memorias de la gente. Caballeros, sólo cuando la seguridad del sufrido pueblo esté en vuestros corazones, podrán ustedes encontrar verdadera felicidad. De la misma manera, ¡sólo cuando ustedes se preocupen genuinamente por el futuro de nuestra nación podrán tener un futuro brillante!

Sr. Hu Jintao y Sr. Wen Jiabao, les deseo paz y salud en el Año Nuevo.

¡Que el Año Nuevo traiga un nuevo mundo para mis conciudadanos!

¡Dios bendiga al pueblo chino!

Vuestro conciudadano,

Gao Zhisheng

12 de diciembre de 2005, en la ciudad de Changchun, provincia de Jilin.

* * * *

Notas

(1) El 6 de diciembre la policía paramilitar disparó a los campesinos en Shanwei, provincia de Guangdong, matando varias decenas de ellos. Los campesinos protestaban por la confiscación de sus tierras sin recibir una compensación justa.

(2) El Dr. Jiao Guobiao, profesor de periodismo de la Universidad de Beijing, fue recientemente atacado con armas de fuego por sus abiertas opiniones sobre la censura.

(3) En la tortura de la "cama de la muerte", los cuatro miembros son estirados y atados a las cuatro esquinas de una helada cama de metal. La víctima no puede moverse en lo más mínimo. Tampoco se le permite levantarse a comer, beber o ir al baño. Este tratamiento puede durar desde varias horas a más de 15 días. Este tipo de cruel tortura causa severo daño tanto mental como físico. Vea una ilustración en:
http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2004/12/15/55600.html

(4) El "banco del tigre" es un aparato de tortura. Las víctimas son forzadas a sentarse sobre un pequeño banco de hierro de aproximadamente 20 cm. de alto. Las rodillas de la víctima se atan fuertemente al pequeño banco -el banco del tigre. Se asignan a varios prisioneros para observar a los practicantes y obligarlos a permanecer quietos mientras están sentados en el banco. Generalmente se insertan objetos duros bajo las pantorrillas o tobillos de la víctima para que el dolor sea más intenso. Para ver una ilustración, por favor visite:
http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2001/11/24/16156.html

Fecha de edición: 15/1/2006
Categoría: Voces de justicia