(Minghui.org) Llegué a conocer Falun Dafa hace unos 20 años, por mis familiares, que son todos practicantes de Dafa. Aunque fui el único que no comencé a practicar, creí firmemente en la bondad de Falun Dafa. Tenía un amuleto de Dafa conmigo y muchas veces elogiaba a Dafa frente a mis amigos o funcionarios del gobierno.

Tengo un amigo que es adivino y puede predecir el pasado y futuro de una persona con precisión. Una vez por curiosidad, le pregunté: “¿Sabes cuándo comenzaré a cultivarme?” Mi amigo respondió: “Ahora no. Espera hasta que pases los 50”. Me disgusté un poco, aunque sabía que estaba diciendo la verdad. Yo era joven todavía. ¿Por qué necesitaba esperar hasta llegar a los 50 o mayor? ¿Por qué no podía obtener el Fa antes? En retrospectiva, la predicción fue correcta.

Fue hace 20 años, yo era un vago que lideraba una pequeña pandilla, gastando todo mi tiempo y dinero en alcohol, drogas y mujeres. Incluso comencé a apostar con funcionarios corruptos como nuestro alcalde y jefe de policía, perdiendo hasta 100.000 yuanes por noche. Mi adicción creció hasta que estaba perdido en este vicio.

A pesar de mi estilo de vida insalubre, retenía un gran respeto por Dafa y frecuentemente recitaba la frase “Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Sin embargo, el encanto por las tentaciones mundanas probó ser demasiado para resistir, y entrar en el camino de cultivación se hizo la cosa más lejana en mi mente. No obstante, el Maestro Li no se dio por vencido conmigo. Por más de 20 años, el Maestro revolvió repetidamente situaciones difíciles, y me salvó del peligro.

Escapando del peligro

Una vez, tenía un diente suelto, extremadamente doloroso que se negaba a salir. En medio de este sufrimiento, le rogué silenciosamente al Maestro Li: “Maestro, restaure mi diente y ayúdeme a resolver el dolor. Cuando mi diente se recupere, comenzaré a cultivarme”. Olvidé mis palabras poco después. Para mi sorpresa, el dolor de dientes desapareció al día siguiente y el diente quedó firme. No atribuí esto al milagro del Maestro Li, y no cumplí mi palabra. En vez, continué con mi estilo de vida desagradable.

En una ocasión, estaba conduciendo por la autopista Yantai cuando un golpe de fatiga me atacó. No podía mantener mis ojos abiertos, e incluso comencé a roncar. Había estado apostando día y noche durante un mes mientras tomaba drogas. Bajo su influencia, estaba lleno de energías y no necesitaba dormir. Pero en este punto, no tenía más drogas y tenía tanto sueño que apenas podía estar despierto. Quería salir de la autopista, pero no podía localizar el área de descanso. En ese punto, me di cuenta del peligro que corría.

De repente Falun Dafa vino a mi mente y decidí pedir ayuda al Maestro Li. Mientras conducía, grité repetidamente “Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. En un instante, mi somnolencia desapareció y mi mente se aclaró. Llegué a casa, me acosté y dormí por tres días.

Otra vez estuve cerca, cuando conducía por Yantai a Qingdao. Estaba llevando a dos hombres y una mujer con muy pocas horas de sueño, y no noté una curva repentina en la ruta. Si hubiera apretado los frenos con fuerza, el embrión del auto nos hubiera hecho volcar. Recité silenciosamente “Falun Dafa es bueno”, me concentré y apreté los frenos suavemente mientras maniobraba el volante. Sin embargo, íbamos muy rápido, así que el auto volcó, nos salimos de la ruta y caímos en una zanja.

Sorprendentemente, mi auto y los cuatro salimos del accidente sin un rasguño. Altamente drogados, mis tres pasajeros se rieron del accidente entero. Llamé a treinta de mis pandilleros para ayudar, pero no pudimos sacar el auto de la zanja. Finalmente, contactamos a una compañía de rescate y una gran grúa sacó mi auto. La gente que observaba de la aldea cercana me dijo que los accidentes de este tipo eran comunes en esa parte de la ruta. El Maestro de Falun Dafa me había salvado de nuevo.

Con los años, con la protección del Maestro Li, he escapado milagrosamente de varias situaciones peligrosas. No obstante, nunca lograba comenzar a cultivarme.

Hábitos destructivos llegan a su fin

Mis hábitos destructivos fueron de malos a peores. Gasté todos los ahorros de mi vida en drogas y en la adicción a apostar, y fui forzado a conducir un taxi para ganarme la vida.

En marzo de 2017 sufrí un derrame severo, y me internaron en un hospital. Mi ojo y una esquina de la boca se cayeron, y comencé a babearme. Tampoco podía levantar los brazos o piernas. Para empeorar mis aflicciones, me aparecieron una decena de enfermedades, diabetes, corazón y hasta una enfermedad vascular. Estaba tan débil que tenía que usar una silla de ruedas para moverme. Después de 15 años, fui transferido a un centro de rehabilitación para ser cuidado.

Permanecí en el centro durante dos meses. Cuando era tiempo para darme de alta, el centro me cobró un total de 20.000 yuanes por gastos médicos, pero no tenía dinero para pagarles. Mi hijo fue forzado a buscar trabajo en otro lado, para poder ganar suficiente dinero para contratar a un cuidador profesional y pagar mis gastos médicos.

Después de regresar a casa, no tenía a nadie que me cuide. Mi hermana renunció a su trabajo en una ciudad lejana, y regresó a casa para cuidarme. Debido a mis enfermedades, tenía que tomar 10 tipos diferentes de medicamentos 3 veces al día. También tenía que recibir inyecciones de insulina de por vida por la diabetes.

En un intento de aliviar mi sufrimiento, mi hermana me alentó: “Comienza a cultivarme, y tira todos esos medicamentos”. En ese entonces, tenía 51 años. Escuché su consejo, dejé de tomar todos esos medicamentos y comencé a practicar Falun Dafa.

Mi hermana organizó un grupo de estudio del Fa en mi casa con un gran número de practicantes. Por medio de aprender el Fa y compartir experiencias de cultivación, mi entendimiento creció a pasos agigantados. Cuando empecé a hacer los ejercicios, no podía levantar uno de mis brazos. Así que ponía el brazo en un lienzo hasta que logré moverlo. Cuando comencé a leer, mi ritmo de aprendizaje era lento y mi pronunciación no era clara. Con el tiempo, mi lectura mejoró y la pronunciación también.

Poco después de comenzar a practicar Falun Dafa, dejé mis adicciones a la droga y a apostar, y me recuperé de presión alta y diabetes. Durante las examinaciones siguientes, una ecografía en el hospital mostró que un coágulo de dos centímetros que tenía en el cerebro había desaparecido. Ahora no dependo más de otros y puedo cuidarme solo. Aunque no tengo mucho dinero, mi corazón está en paz. ¡Estoy agradecido con Falun Dafa y al Maestro Li por darme un nuevo contrato de vida!