​Una mujer de Harbin rememora su terrible experiencia en la prisión para mujeres de Heilongjiang

(Minghui.org) La Sra. Zhao Caihong, residente de la ciudad de Harbin, provincia de Heilongjiang, fue arrestada por distribuir materiales de Falun Dafa en 2013. La mujer de 59 años fue sentenciada a cuatro años y sufrió abusos en la prisión de mujeres de la provincia de Heilongjiang.


Rememoró su terrible experiencia para exponer la persecución que padecen los practicantes de Falun Dafa en China.

Arresto y sentencia

Comencé a practicar Falun Dafa en 2007. En tan solo un mes, desaparecieron todas las enfermedades que padecía desde hacía mucho tiempo, incluidos problemas estomacales, hernia de disco lumbar, neurosis y endurecimiento de las arterias en el cerebro. Me convertí en una persona más saludable y mejor.

 En la noche del 6 de junio de 2013, fui arrestada luego de ser denunciada por distribuir  varios DVD con información sobre Falun Dafa. En ese momento, Yang Ziheng, subdirector de la división de seguridad doméstica del distrito de Acheng, saqueó mi casa con varios agentes de policía por segunda vez, ya que también lo había hecho un mes antes de arrestarme. Dos de mis teléfonos celulares fueron confiscados.

Me interrogaron en la estación de policía de Daling y me enviaron al segundo centro de detención de Acheng al día siguiente. Posteriormente, me transfirieron al segundo centro de detención de la ciudad de Harbin, 12 días después.

Mientras mi esposo trabajaba duro para rescatarme, Yang, el fiscal, el juez y un abogado lo engañaron para que les pagara un total de 23.000 yuanes a cambio de mi liberación. Aún así, fui sentenciada a cuatro años en la prisión para mujeres de la provincia de Heilongjiang nueve meses después.

Encarcelamiento



Justo después de ingresar en prisión, me forzaron a sentarme en una pequeño banco con una superficie irregular de 5:00 a.m. a 10:00 p.m. durante 15 días, esto resultaba insoportablemente doloroso.


Más tarde, me forzaron a realizar labores todos los días, de 6:00 a.m. a 10:00 p.m. Mis manos estaban heridas, y mis pulgares muy hinchados. No se me permitía tomar descansos.

El 8 de octubre de 2014 fui transferida del distrito 11 al distrito 7. Como mis manos estaban heridas y no podía realizar el trabajo pesado que se hacía allí, el jefe de división me obligó a hacer un trabajo de costura durante unos diez días.


A partir del 15 de noviembre de 2014, los guardias me obligaron a sentarme en el pequeño taburete sin moverme durante otros 43 días, cuando me negué a dejar de practicar Falun Dafa.

Sufrimiento familiar



Me retiraron mi pensión durante mi encarcelamiento. Habiendo gastado nuestros ahorros para pagar a la policía y sin ningún otro ingreso, mi esposo tuvo que hacer algunos trabajos temporales para mantenerse y pagar mis gastos de vida en prisión.


La presión mental y física le pasó factura a su salud, y pronto contrajo hepatitis. Su peso bajó de 65 a 36 kilogramos. Ya no era capaz de trabajar ni tampoco podía permitirse ver a un médico.

Después de que mi hijo se graduara en la universidad, asumió responsabilidades financieras adicionales para ayudar a su padre. Él también soportó mucha presión.

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