(Minghui.org) En 2008 estuve detenida en la prisión de mujeres de Heizuizi, en la ciudad de Changchun, por estar involucrada en un plan piramidal. Llegué a conocer varias practicantes de Falun Dafa detenidas por su creencia. Debido a la propaganda del régimen comunista chino, me negué a escucharlas. Pero me preguntaba por qué estaban en prisión. Si Falun Dafa era malo, ¿por qué tanta gente lo practicaba? Si era bueno, ¿por qué fueron arrestadas? Dudaba de lo que decía la propaganda sobre la disciplina en TV. Estas practicantes parecían ser buenas personas. ¿Fueron engañadas por Falun Dafa? ¿De lo contrario, por qué se niegan a renunciar a la práctica a pesar del arresto?

Me contaron que fueron torturadas por la policía por negarse a renunciar a su creencia, y que incluso había practicantes asesinados por sus órganos. Desde joven, había sido adoctrinada por los libros del partido comunista chino y los programas televisivos, y creía que los policías eran buenos. En ese tiempo, les tenía mucho respeto y sentía que estaban allí para cambiar el mundo. Por lo tanto, no podía creer que trataran tan cruelmente a los practicantes de Falun Dafa.

Un día golpearon a una practicante y le dieron una descarga eléctrica con una picana. Anteriormente, la mujer había estado incapacitada de una pierna y había tenido un ataque al corazón. Pero los guardias no hicieron caso a su condición. Esto me despertó. Aquellos que yo creía que eran malas personas, eran los buenos. ¡Los que yo consideraba buenos, eran en realidad los malos!

Decidí conocer más sobre Falun Dafa. Diariamente le hacía toda clase de preguntas a las practicantes. Más tarde, les pedí que me recitaran los poemas del Maestro en Hong Yin, y los aprendí de memoria. Un día, mientras recitaba uno, sentí la profundidad de Dafa.

Aunque solo era una nueva practicante, experimenté algunos acontecimientos extraordinarios. En prisión, no se pueden cambiar las celdas sin permiso. Siempre que la practicante que estaba mi lado me enseñaba todo lo que ella sabía, los guardias me trasladaban a un nuevo calabozo donde otra podía enseñarme algo diferente.

Una vez tuve un sueño donde saltaba de un edificio. Se lo comenté a una de ellas. Me dijo que era un indicio de que mi nivel había caído. Le conté que no había recitado el Fa durante varios días. Me manifestó que, como no continué estudiando el Fa, había retrocedido en la cultivación.

Un día vi un enorme ojo. Pensé que era un demonio, traté de agarrarlo con mis manos, pero no pude. Tenía miedo de cerrar los ojos. Me los froté y algo andaba mal. Una practicante me preguntó qué sucedía. Le conté, y me dijo que mi ojo celestial se había abierto. Estaba eufórica y continué observando a mi alrededor para ver si encontraba algo inusual. Un mes más tarde, mi tercer ojo se cerró y me tranquilicé.

Finalmente, un día llegué a leer Zhuan Falun. Después de terminar la Primera Lección, supe que era lo que había estado buscando. ¡Siempre quise practicar la cultivación y había encontrado a Dafa!

Le agradezco al Maestro no haber renunciado a mí. Durante mi año en prisión, aprendí parte de sus enseñanzas. He practicado Falun Dafa por cerca de diez años. Experimenté muchos milagros y mi fe es inquebrantable. Espero que todos sepan que Dafa es bueno y tengan un buen futuro.