(Minghui.org) Trabajo como cajera, contable y comerciante en un jardín de infantes, llevo haciéndolo durante tres años. También he practicado Falun Dafa por más de 20 años. Nuestro Maestro nos enseña a ser buenas personas donde quiera que estemos: en casa, en la sociedad, en el trabajo.

He estado dando lo mejor de mí para seguir los principios fundamentales de Falun Dafa Verdad- Benevolencia-Tolerancia en mi trabajo.

Una fuerte ética del trabajo

Cuando acababa de comenzar a trabajar en el jardín de infantes no estaba encargada de las finanzas. En aquel momento fui con el excontador para comprar comida, necesidades diarias y material de papelería para el jardín de infantes. Algunas veces olvidábamos un par de cosas cuando había mucho que comprar. A pesar de que era responsabilidad de la contadora hacer un seguimiento de qué comprar, siempre me culpó por no haberla ayudado lo suficiente. En esos casos me recordaba que debía comprar todo la próxima vez y no sentirme explotada.

Una vez olvidamos comprar un objeto y la contadora no quiso conducir todo el camino de regreso a la tienda. Le sugerí otra tienda que estaba más cerca pero cuando llegamos allí vimos que no tenían lo que necesitábamos. Se quejó de que nos íbamos a perder la comida en la escuela. Le dije que volviéramos al jardín de infantes para almorzar y que yo iría con mi bicicleta eléctrica a la primera tienda para comprar el artículo. A pesar de que perdí la comida, me sentí feliz.

Estoy en mis 50 y la contadora tiene más 30. Sin embargo ella ha tenido una cirugía en su pierna así que siempre la dejaba sentada en el coche mientras iba a la tienda a comprar las cosas. Como practicante de Falun Dafa debo de considerar primero a los demás.

Durante el segundo semestre la contadora le dijo al jefe que ella no estaba dispuesta a entregar los postres a la guardería debido a la larga distancia y las problemáticas regulaciones de estacionamiento. Así que el jefe me preguntó si yo estaría dispuesta a tomar la responsabilidad y le dije que sí. Conduje mi bicicleta eléctrica para entregar los postres desde una punta de la ciudad hasta otra durante cerca de seis meses sin importar lo terrible del clima hasta que finalmente la guardería tuvo su propio cocinero de postres.

Una vez noté que el número de una de las facturas estaba cambiado. La cantidad “360 yuanes” se veía originalmente “260 yuanes”. Sospeché de la contadora porque ella era la única persona que tenía acceso al recibo. Me pregunté si debía preguntarle a ella pero también me pregunté si esto podría causar demasiada tensión al tener que trabajar juntas todos los días.

Cuando le pregunté si había cambiado el número ella lo admitió. Dijo que había tenido dificultades económicas y que se había guardado 100 yuanes para ella. Me dijo que es una madre soltera con un hijo en el instituto. Le dije que lo entendía y después le expliqué el principio de “quien no pierde no gana”. Estuvo de acuerdo con lo que dije. Nunca le conté a nadie más aquel incidente.

Un día el jefe me asignó repentinamente ser la administrativa contable y reasignó a la anterior empleada. Ella estaba muy disgustada al principio y sospechó que yo le podía haber contado al jefe sobre el recibo fraudulento. Le expliqué que no había informado nada sobre ella. Entonces entendió que si yo hubiese hablado, su reasignación laboral habría pasado mucho antes.

En los tres años que trabajé con ella, cambió mucho. Al principio solía regañar a otros, quejarse y discutir con los profesores pero eventualmente dejó de hacerlo.

Una vez, me preguntó: “¿Soy más educada ahora después de haber aprendido de ti?”.

Le respondí: “Ciertamente, mucho mejor”.

Sin avaricia

El jefe confiaba mucho en mí debido a mi honestidad. Me dio una tarjeta del banco porque sabía que yo haría compras sabias. Una vez, un vendedor de verduras me dijo que podría darme de 800 a 1000 yuanes en sobornos cada mes si él podía vendernos productos con precios inflados. Le dije que desde que practico Falun Dafa y sigo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia no acepto sobornos. No tomaría ni un centavo de él, así que le pedí que estableciera un precio justo. Después de eso le hablé sobre la persecución a Falun Dafa y lo convencí para renunciar al partido comunista chino y a sus organizaciones afiliadas.

En la sociedad de hoy la moral ha caído muchísimo. Donde quiera que voy a comprar y pido un recibo, la gente suele preguntarme de cuánto quiero que sea el recibo. Siempre les digo a ellos que quiero el precio real. Suelo tomar esos momentos como oportunidades para clarificar la verdad sobre Falun Dafa y para recordarles que nuestro Maestro requiere que seamos buenas personas.

Una de mis compañeras suele tomarse días libres. A veces los periodos van de dos semanas a 20 días. Yo siempre tengo que tomar sus obligaciones y el jefe nunca me da paga extra. Soy una practicante de Falun Dafa así que trabajo duro y no me quejo.

El Maestro dijo:

“...si algo te pertenece, no lo pierdes, y si algo no es tuyo, no lo consigues por más que luches” (Zhuan Falun).

Por lo tanto, dejo ir mi apego a perseguir beneficios, los cuales me impiden hacer bien mi trabajo. De esta forma continuaré siendo estricta conmigo y cultivándome diligentemente.

Por favor corríjanme con compasión si he escrito alguna cosa que no se alinee con Dafa.