Mujer condenada injustamente por su fe, el abogado defiende su derecho a la libertad de creencia

(Minghui.org) En mayo de 2016 una residente de la ciudad de Chenzhou fue condenada a 7 años, por "usar un culto para socavar la aplicación de la ley”, un pretexto estándar utilizado por el régimen comunista chino para encuadrar a los practicantes.

El 30 de agosto la corte intermedia de la ciudad de Chenzhou escuchó la apelación de la señora Li Jamie. Tanto ella como su abogado afirmaron que el tribunal de primera instancia no proporcionó una base jurídica sólida para acusarla y condenarla.

El abogado de Li, el señor Zhang, presentó por primera vez evidencia que atestigua el hecho de que ninguna ley en China penaliza a Falun Gong, disciplina espiritual basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Preguntó cómo el juzgado de primera instancia acusó a su cliente de usar un culto, cuando se difunde información sobre Falun Gong como una práctica legal.

Luego hizo hincapié en que la señora Li nunca debía haber sido procesada por ejercer su derecho constitucional a la libertad de creencia. En el pasado fue encarcelada en varias ocasiones por negarse a renunciar a su fe. Su marido, el señor Guo Huisheng, también practicante de Falun Gong, perdió la vida a causa de la brutalidad policial dos meses después que él y la esposa fueron detenidos en agosto de 2009.

Luego de la detención en 2009, Li también fue gravemente herida por la policía. Presentó una denuncia penal contra el ex dictador chino Jiang Zemin por iniciar la persecución de Falun Gong, que resultó en la muerte del esposo y en sus lesiones en junio de 2015. El 23 de octubre del año pasado fue detenida nuevamente y condenada 7 meses más tarde.

El letrado continuó argumentando que las pruebas de cargo utilizadas en el juicio inicial, incluyendo los libros de Falun Gong de la señora Li y los materiales informativos que promueven la disciplina, eran sus posesiones legales. Esos objetos secuestrados no suponían ningún daño a persona alguna o la sociedad en general, y mucho menos socavar las fuerzas del orden.

El juez aplazó la audiencia sin emitir un veredicto.