(Minghui.org) Mi nombre es Li Maolin. Nací en 1986 y vivo en la ciudad de Guanghan de Lianshan Shen.

En noviembre de 2013 ingresé por enfermedad al Hospital de Enfermedades Infecciosas de Chengdu. El diagnóstico reflejó que estaba infectada con un virus mutante que me generó meningitis aguda y leucemia. Luego de un mes en el hospital, el médico me dijo que la leucemia estaba en etapa avanzada y que viviría solo un mes más. El médico decidió detener el tratamiento, y se me sugirió que regrese a casa a vivir mis últimos días. Mi familia entera estaba desesperada.

Cuando me dieron el alta en el hospital comencé a tener un dolor de cabeza insoportable. Tenía que golpearme la cabeza para sentirme mejor. Pronto perdí toda confianza en vivir. Hasta intenté quitarme la vida cortándome las arterias, pero como estaba muy débil no pude hacer un corte efectivo, y perdí mucha sangre. Le dije a mi madre: “Quiero que me entierren con mi abuela”. Pueden imaginarse cómo se sentía mi familia.

Mi familia preparó un tapete en el piso donde me pondrían una vez muerta. Mientras me veían morir, mi hermana llamó a un pariente que practica Falun Gong. Cuando el familiar llegó yo ya ni podía hablar. Sin embargo, oí que mi familia me llamaba, y que este pariente me pidió que repitiese silenciosamente: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno!”. Hice todo lo posible por repetir esas palabras una y otra vez hasta que me quedé dormida.

Me desperté a la 1:00 a. m. y no sentí como si hubiese estado enferma. Fui a caminar por la mañana. Los vecinos estaban impactados al verme y dijeron: “Oímos que ayer estabas muriendo. ¿Cómo es que estás completamente normal hoy?”.

Me puso tan feliz decirles que fue Falun Dafa lo que salvó mi vida.