(Minghui.org) Soy profesor universitario. Tang, una reconocida supervisora e investigadora de doctorado, falleció en julio de 2023. Sus logros en su campo fueron sobresalientes y trajo muchos honores a la institución. Su fallecimiento conmocionó y entristeció a la comunidad académica. Después de reflexionar sobre esto, lamenté no haber hecho más por esclarecerle la verdad.

Justo un año antes, cuando las noticias sobre la muerte de destacados científicos, profesores y directores de universidades seguían apareciendo, me di cuenta de que las élites que apoyaban al Partido Comunista Chino (PCCh) corrían grave peligro. En cuanto supe que la Universidad Renmin de China había emitido 20 reconocimientos en un mes, pensé: “Tang está en peligro”. Decidí visitar a Tang y contarle sobre la persecución a Falun Dafa.

Un domingo de 2022, visité la casa de Tang. Ella y su esposo me recibieron con cariño. Parecía muy emocionada y me mostró algunas de sus publicaciones en revistas internacionales revisadas por pares. Incluso tocó una conocida pieza de piano para mí. Empezamos a hablar de Falun Dafa, y me di cuenta de que no tenían ningún problema en aceptar la verdad. Sin embargo, cuando mencioné renunciar al PCCh, su esposo alzó la voz: "¡No, no renunciaremos al PCCh!". Ella dijo: "¿Por qué no hablamos de esto en otro momento?". Después de eso, se negaron a escuchar lo que tenía que decir. Me di cuenta de que el PCCh le había concedido a Tang tantos honores que ella se negó a desvincularse del Partido.

Cuando me enteré del fallecimiento de Tang, lamenté no haberla visitado en su casa ni en su oficina para aclararle la verdad, incluso después de que Shifu publicara "Por qué existen los seres humanos" y "¿Por qué hay que salvar a las multitudes de seres conscientes?". Me di cuenta de que era mi noción de que "las élites son difíciles de salvar" lo que me frenaba.

Expulsado dos veces por mi mejor amigo

La muerte de Tang me trajo recuerdos de algo que ocurrió hace más de diez años. Bo y yo nos conocimos en la universidad. Después de graduarnos, nos asignaron puestos de profesor en la misma universidad y hemos sido colegas desde entonces. Durante décadas, fuimos mejores amigos y lo compartimos todo. Tras el inicio de la persecución a Falun Dafa, Bo se preocupó por mi seguridad.

Un día de 2007, visité la casa de Bo con la esperanza de que él y su esposa renunciaran al PCCh después de explicarles la verdad sobre Falun Dafa. Para mi sorpresa, en cuanto mencioné Falun Dafa, Bo dijo "¡alto!" y levantó la mano para detener la conversación. Cuando intenté continuar, su rostro se enfureció y dijo: "Si insistes en hablar de Falun Dafa, tendré que pedirte que te vayas", lo cual me impactó y me avergonzó.

La rudeza de Bo me sorprendió, pero no lo culpé. Entendí que no le había sido fácil llegar hasta allí. Mantenía un perfil bajo debido a su humilde origen familiar. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en profesor y científico destacado gracias a su inteligencia y dedicación. Incluso recibió un salario adicional del estado. Nunca fue miembro del PCCh. Por ello, la escuela se esforzó mucho por reclutarlo, otorgándole títulos ostentosos como Representante del Congreso Popular y Miembro de la Conferencia Consultiva Política de la Ciudad. Bo sabía claramente que el PCCh lo utilizaba para mejorar la imagen del Partido, mientras que él usaba esos títulos para proteger su carrera. Temía perderlos.

Ocho años después, visité a Bo en 2015. Parecía feliz de verme, pero en cuanto me senté, dijo: “Bienvenido, hermano. Pero si vuelve a salir el tema de Falun Dafa, tendré que ser grosero otra vez”. Cuando intenté sacar el tema, me ordenó que me fuera.

Que me dijera que me fuera dos veces me recordó que necesitaba mejorar mi xinxing, pero aun así me entristecía que mi mejor amigo no dudara en herir mis sentimientos para proteger sus intereses. La noción de que "las élites son difíciles de salvar" se formó en mi mente después de que Bo y Tang rechazaran mis intentos de contrarrestar la propaganda difamatoria sobre Falun Dafa.

La noción que me impidió salvar a la gente

Tras la muerte de Tang, revisé la lista de compañeros de trabajo con los que había hablado durante los últimos 12 años. Entre quienes renunciaron al PCCh, no muchos destacaban en sus profesiones. Evidentemente, preferí hablar con quienes creía que estarían de acuerdo conmigo y evité a las "élites destacadas" que creía que no lo estarían. ¿Estaba yo decidiendo a quién salvar? Además, a menudo me preocupaba que algunas personas fueran groseras y se negaran a renunciar al PCCh. Esta mentalidad, que se desviaba del Fa, me impedía salvar a la gente eficazmente.

Shifu dijo: “De hecho, si no puedes atravesar rectamente el camino, una razón es el yeli; adentro están incluidos los problemas que traen las vidas detrás, todo tipo de rencores, votos, la asociación con todo tipo de vidas, etc.; otra razón son los apegos del corazón humano de uno mismo. Especialmente los conceptos formados, el modo de pensar que ha sido formado, todo esto hace que sea muy difícil que uno reconozca esas manifestaciones de los corazones humanos inconscientes” (20 años enseñando el Fa, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. XI).

Las palabras de Shifu me recordaron que la noción de que "las élites son difíciles de salvar" me impedía salvar a algunas personas. Pero ¿de qué apegos provenía esta noción?

Lloraba cada vez que veía la película “Once We Were Divine” (Antes éramos Dioses). Al compararme con el personaje de Song, quien también es profesor universitario, vi los muchos apegos que no me había permitido ver. En una reunión de exalumnos, Song dijo sin complejos que la persecución a Falun Dafa es un error del gobierno y admitió con franqueza que lo suspendieron de su puesto por practicar Falun Dafa. Me conmovió su valentía y su rectitud. Me di cuenta de que no había abandonado mis apegos a la fama, la vanidad (para salvar las apariencias) y el miedo. Todos estos apegos provenían de mi egoísmo.

Song dijo una vez: “Ellos eligen si quieren escuchar, yo decido si quiero hablar. La gente tiene derecho a saber, y así es como pueden distinguir el bien del mal”. Sus palabras me conmovieron. Las élites tienen derecho a saber y a elegir un buen futuro. Si no les digo lo que necesitan saber, no sabrán qué elegir. Me dije que debía deshacerme de la noción de que “las élites son difíciles de salvar”. Debo aclarar la verdad con compasión y sin prejuicios. Shifu dice: “la cultivación depende de uno mismo, mientras que el gong depende del Shifu” (Segunda LecciónZhuan Falun).

Desde entonces, a menudo me recuerdo: “Ellos eligen si quieren escuchar, yo decido si quiero hablar”.

Las élites se informan sobre la persecución

Desde octubre de 2023, cuando hablaba con mis compañeros de trabajo sobre Falun Dafa, me aseguraba de visitar a las élites que antes evitaba a propósito. Aproveché la muerte de Tang para sacar el tema. Las reacciones de la gente me demostraron que no era difícil salvar a las élites una vez que se dejan atrás las nociones. De hecho, Bo me escuchó esta vez y renunció al PCCh.

Estás haciendo una buena acción

Un día, visité la casa del profesor Chen. Chen era decano de mi universidad. Él y su esposa me recibieron con cariño. Cuando se habló de Tang, Chen dijo: “La conocía bien. Estaba haciendo demasiado por el PCCh y el agotamiento físico la llevó a la muerte”. Le conté lo sucedido cuando visité a Tang hace un año. Le compartí detalles sobre la persecución y le expliqué por qué necesitaba renunciar al PCCh, al igual que lo hicieron más de 400 millones de chinos. Al final, Chen y su esposa renunciaron al PCCh. Les encantó el colgante con la flor de loto que les regalé y leyeron las palabras en ambos lados.

Antes de irme, Chen dijo con emoción: “Antes, creía que los practicantes de Falun Dafa clamaban por justicia para sus propios fines cuando repartían folletos o hacían llamadas. Ahora sé que estaban ayudando a otros. Estás haciendo una buena obra”.

El PCCh depende de los contribuyentes para sobrevivir

Ayudé a Dong, director de un instituto de investigación, a renunciar al PCCh. Al salir de su casa, me dijo: “Hay una pregunta que me preocupa. Sé que el PCCh es corrupto y debería ser eliminado, pero ¿quién pagará nuestros salarios si realmente lo eliminan?”.

Sonreí y le pregunté: "¿Has visto a los funcionarios del PCCh cultivar un terreno o dirigir una fábrica y generar un céntimo?". Dijo que no. Le dije: "El dinero de este país proviene de los impuestos que pagamos, y el PCCh no ha aportado nada a nuestros salarios. ¿Cómo podría cambiar las cosas acabar con el PCCh?".

Chen lo pensó y se río: “Y nuestros impuestos incluso pagan a los funcionarios del PCCh y los mantienen con vida. ¿Cómo no lo había pensado así antes? Debo de estar envejeciendo”.

Acabar con el PCCh es la voluntad de Dios

Yi era famoso por su excelente caligrafía. Nos llevábamos bien: yo lo ayudaba mucho y él me respetaba. Tras el inicio de la persecución, dejó de hablarme y me ignoraba cada vez que me veía. Nuestros amigos lo llamaban presumido e ingrato. Yo también pensaba que su comportamiento era extremo.

Hace unos años, Yi empezó a enviarme algunas de sus obras de caligrafía, que según se decía eran muy valiosas. Yo aún le guardaba algo de resentimiento y no pensé en aclararle la verdad. Hace seis meses, me encontré con Yi en la entrada de un edificio mientras iba a visitar a un profesor. Me invitó a su casa que estaba en ese mismo edificio y le dije que lo visitaría después de terminar unos asuntos en otro piso.

Después de bajar, dudé si visitar a Yi o no. Me preocupaba que me denunciara a la policía una vez que hablara con él sobre Falun Dafa. Finalmente fui a su casa, sabiendo que tenía que ayudarlo. Él y su esposa me recibieron y me sirvieron té y fruta.

No perdí tiempo y rápidamente saqué el tema de la persecución. Yi condenó a Jiang Zemin, usando palabras como traidor, promiscuo y corrupto. Al principio, pensé que solo me seguía la corriente. Luego me di cuenta de que estaba realmente furioso. "Jiang nunca hizo nada bueno", dijo Yi. "Mira cómo arruinó al país. No puedo creer que le hayan dado un gran funeral y lo hayan mostrado como un héroe de guerra. ¡Qué ridículo! ¡Nunca luchó en una sola guerra!".

Después de mostrarle una foto de la roca grabada con los seis caracteres chinos que decía "El partido comunista chino está condenado", la leyó en voz alta y dijo: "¡Así es, es la voluntad de Dios!". Los ayudé a él y a su esposa a renunciar al PCCh. Me acompañó un rato cuando salí de su casa.

Sabía que Shifu había organizado este encuentro aparentemente fortuito para ayudar a la pareja a renunciar al PCCh. Que todo saliera tan bien, también me ayudó a superar el resentimiento contra él y todos mis miedos. Ya no estaba traumatizado por cómo me había tratado en el pasado.

¿Qué tipo de persona reprime a Zhen-Shan-Ren?

Fang era alguien a quien consideraba el líder más capaz y destacado de la universidad. Siempre lo respeté. Hace cinco años, hablé con él sobre la persecución y le mostré un video sobre la roca con los seis caracteres chinos grabados "El partido comunista chino está condenado". Coincidió con lo que comenté y dijo que tenía una gran opinión de Falun Dafa. Sin embargo, cuando hablamos de renunciar al PCCh, dijo: "Lo pensaré". Comprendí que tenía preocupaciones debido a su estatus.

A principios de este año volví a visitarlo. Hablamos del lema escolar que había propuesto años atrás, y le dije: “Siempre me ha gustado mucho ese lema escolar de ocho caracteres. ¿Sabes por qué? Porque se ajusta a los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia”.

Fang parecía muy emocionado y dijo: “No hay nada malo en Verdad, Benevolencia y Tolerancia. ¿Dónde se posiciona una persona cuando decide suprimir estos principios?”.

Me impresionó su visión precisa y profunda. "¿Cuándo empezaste a pensar así?". Dijo que desde 1999, "creía que el PCCh se había equivocado al iniciar la persecución; era absurdo. Simplemente no podía decirlo abiertamente". Sonreí: "Ahora entiendo por qué tú y tu esposa están tan sanos a sus casi 90 años. La divinidad los protege porque se alinearon a lo recto en la batalla entre el bien y el mal". Sus sonrisas brillaban con fuerza.

Cambié rápidamente de tema y le dije que los 25 años de persecución no habían destruido a Falun Dafa, sino que habían debilitado al PCCh. "Más de 400 millones han renunciado al PCCh. Quizás pueda ayudarlos a ambos a hacer lo mismo", sugerí. "Sí, por supuesto. Muchas gracias", dijo, con las palmas juntas frente al pecho.

En mi opinión, Fang es la élite más inteligente de mi escuela.