(Minghui.org) Mi hija practica Falun Dafa conmigo desde que era pequeña. Se ha destacado en la escuela y en su trabajo, y su comportamiento recto demuestra la belleza de Falun Dafa ante nuestra familia y amigos. 

Cuando falleció mi esposo en 2020, mi hija se volvió menos diligente en el estudio del Fa y poco a poco adoptó la mentalidad de una persona común. Me preocupaba que eligiera a un novio que no fuera practicante. Aunque respetaba su elección, me costaba aceptar.

Después de que mi hija se casó el año pasado, su estado de cultivación se deterioró y yo me sentía cada vez más ansiosa. Solía visitarla dos veces por semana, pero a veces nos costaba mucho estudiar juntas una sola lección de Zhuan Falun cada semana. Estaba enojada y mi estado la afectaba directamente. Un día, cuando su esposo no estaba en casa, cenamos juntas y luego hablamos sobre la importancia de estudiar el Fa.

Ella dijo: «Solo puedo comer contigo si estudiamos el Fa. Si no estudio contigo, siento que estoy cometiendo un gran pecado». Me di cuenta de que me había vuelto impaciente con ella. No prestaba suficiente atención a lo que estaba pasando en su vida. Solo insistía en que estudie el Fa. Mi hija ya era adulta y no podía exigirle lo mismo que cuando era pequeña. ¡Esta situación puso de manifiesto mi intolerancia! Además, tenía que deshacerme de mi deseo de controlar y manejar a los demás. Rápidamente, cambié de tema, di un giro a los pensamientos y mi hija se calmó.

Después de varios incidentes similares, poco a poco dejé de preocuparme. Cuando ella y su esposo discutían, yo podía mediar de manera amable. Ella comenzó a hacer transmisiones en vivo y a vender muñecas desde casa después del trabajo, lo que hizo que su tiempo fuera aún más escaso. Entonces, su esposo renunció a su trabajo y se ganaban la vida vendiendo muñecas. Mi hija hacía transmisiones en vivo por la noche y él empaquetaba los productos para enviarlos durante el día; ambos estaban increíblemente ocupados. Me sentía mal al ver que mi hija se alejaba cada vez más de Dafa.

Busqué oportunidades para hablar con ellos sobre los principios rectos de Dafa. Al poco tiempo, ella se mostró dispuesta a estudiar el Fa conmigo, ya que, al fin y al cabo, Dafa había echado raíces en su corazón. Cada año ella hacía cuatro tarjetas de felicitación y escribía mensajes de felicitación para Shifu. Su marido también quemaba incienso para mostrar su respeto por Shifu.

El 7 de mayo de este año, alrededor de las 10 de la noche, mi hija me llamó y me dijo que ella y su esposo habían tenido una pelea, y me pidió que fuera a su casa. Estaba tan preocupada que olvidé ponerme el cinturón de seguridad mientras conducía, lo que demostraba lo emocionalmente inestable que estaba. Cuando llegué, ella estaba llorando. Los padres de su esposo estaban allí, pero no podían hacer nada, ya que la pareja seguía discutiendo.

Quería darle una lección a mi yerno, así que le dije algo duro y me llevé a mi hija a casa. Pensé: «Hablaré con ellos seriamente mañana, cuando venga mi yerno». Aunque al día siguiente ayudé a resolver el conflicto, sabía que mi estado de cultivación no era bueno. El profundo apego a mi hija me hizo perder la calma. Les pedí perdón en mi corazón y, cuando se marchaban, le dije a mi yerno que fuera a ver a su madre para que no se preocupara.

Finalmente, me di cuenta que el apego a mi hija era un apego fundamental que debía eliminar. Ya no podía seguir atrapada en el sentimentalismo y causar daño innecesario a los seres conscientes. No solo soy su madre, sino también una practicante de Dafa que asiste a Shifu en la rectificación del Fa. Creo que mi hija está protegida por Shifu, y mi yerno también acepta Dafa y la apoya. Ellos pagan mi hipoteca e indirectamente proporcionan un lugar para que otros practicantes estudien el Fa.

Aunque mi hija no estudiaba el Fa con diligencia, cada vez que el Partido Comunista Chino (PCCh) intentaba acosarme, ella hacía todo lo posible por resistir la persecución. Protegió firmemente a los practicantes. Cuando sea el momento adecuado, Shifu hará los arreglos necesarios para que ella vuelva a practicar. Ellos tienen sus propios caminos que recorrer en la vida y, como madre, mi única responsabilidad es cultivarme diligentemente en Dafa y cuidar de ellos. ¡Todo está dispuesto por Shifu! ¿Por qué debería preocuparme?

En el Día Mundial de Falun Dafa, mi hija y mi yerno compraron flores y fruta para Shifu, quemaron incienso y se inclinaron ante su retrato para expresar su respeto.

En la enseñanza de Fa Despierta con un sobresalto, Shifu señala el estándar que deben alcanzar los practicantes veteranos de Dafa:

«Si pueden llegar a estar con misericordia ante cualquiera, y tienen el corazón de amor ante cualquiera, de verdad, realmente no es algo que la gente corriente pueda hacer, y especialmente hacer cualquier cosa basado en el corazón compasivo hacia las multitudes de seres, será aún más difícil. ¡Pero los Dafa dizi tienen que lograrlo! La cultivación tiene un proceso, los nuevos practicantes no pueden hacerlo ahora, pero deben alcanzarlo gradualmente en la cultivación. Los practicantes veteranos deben hacer esto de esta manera ahora. ¡Esto está decidido por tu misión histórica, y es lo que los sagrados Dafa dizi deben lograr en su cultivación!» (Despierta con un sobresalto).

Todavía me queda mucho camino por recorrer para cumplir con los requisitos de Shifu. Me di cuenta de que para alcanzar un estado de compasión, debo considerar todo desde la perspectiva de la otra persona y trascender la naturaleza egoísta del viejo universo. ¡Solo así podré alcanzar un estado de altruismo!

Con una comprensión más clara de los principios del Fa, mi capacidad para mostrar compasión ha aumentado y mi campo dimensional se ha vuelto más brillante. Me he vuelto más racional al abordar las cosas y no me dejo engañar o influenciar tan fácilmente por falsedades superficiales.

El 11 de julio era el cumpleaños de mi hija. Entonces, compré un pastel y preparé la cena para ella y mi yerno. Tan pronto como llegaron, noté que parecían molestos. Les pregunté qué pasaba y mi yerno respondió: «¡Ve a contarle a mamá tus problemas!». Ella acababa de tener una acalorada discusión con su suegra y él estaba furioso.

Pensaba que la vida ya es bastante dura, con el nacimiento, envejecimiento, la enfermedad y la muerte. Y además de eso, hay conflictos de intereses, discusiones y competencia. ¡La vida es tan amarga! La compasión brotó en mí. Después que ellos terminaron de expresar sus quejas, les ofrecí con calma algunas palabras de consuelo. Finalmente, se tranquilizaron y mi yerno y yo le cantamos el «Cumpleaños feliz» a mi hija. Supe que la compasión había sustituido al amor sentimental que sentía por mi hija.

El 14 de septiembre a la tarde, mi hija me volvió a llamar. Estaba llorando y me pidió que la ayudara a traer sus cosas a casa. Fui y vi sus dos valijas repletas de cosas, y todo el lugar era un desastre. Me llevó adentro de la casa y me dijo: «Él me dijo que me fuera y maldijo a nuestra familia. ¿Debería divorciarme de él? ¿Tengo que llevarme todas mis cosas?». Al ver que estaba tan alterada, le dije: «Espera, voy a salir a hablar con él».  

Salí, tomé un pequeño banco y me senté frente a mi yerno. Con una sonrisa, le pregunté: «¿Qué pasa?». Él no dejaba de decir: «¡Llévatela de vuelta! ¡No la soporto! ¡Llévatela de vuelta!, ¡Llévatela de vuelta!». Resultó que hubo otro conflicto entre su madre y mi hija. Ninguna de las dos cedía.

Le dije a mi yerno: «Tu madre te quiere mucho y teme que te hagan daño. El otro día tu madre dijo que nunca más volvería a tener contacto con mi hija. En realidad, esta situación no es para tanto. Todo se arreglará. Pero si realmente quieres separarte, ¡es difícil encontrar una chica como mi hija, que tiene un trabajo estable y es responsable! Si tu madre te encuentra otra chica, seguirá habiendo conflictos. ¿Qué harás entonces?

«Te trato como a un hijo. Los dos se conocen hace ocho años y tienen una buena relación. Están acostumbrados el uno al otro. No es una cuestión de principios. Ahora no tienes trabajo. Si realmente se separan, ¿qué hará tu madre? Si continúan así, ambos sufrirán. Te trato como a mi propio hijo. Además, ninguno de los dos puede vivir sin el otro. ¡No pueden divorciarse! Si se separan hoy, la volverás a aceptar en unos días. No sigamos por ese camino. Eres un hombre fiel y razonable. Mi hija tiene una lengua afilada, pero un corazón tierno. Por lo general, se tratan bien el uno al otro. ¡Les deseo sinceramente que sean compañeros para toda la vida!».

Mi yerno finalmente bajó la guardia y dijo: «No hay nada malo entre nosotros. Estamos bien. Solo discutimos siempre por culpa de mi madre». Mi hija lloró y exclamó: «¡Tienes que pedirle perdón a mi madre! Dijiste muchas cosas malas sobre nuestra familia. Lo grabé todo. ¡Das mucho miedo! Es como si te estuvieras volviendo loco».

La interrumpí: «No, no. Nadie pelea ni maldice como quiere. Como madre, no puedo aceptar esas cosas. Deberías disculparte con ella e intentar consolarla. Eres un hombre, así que sé considerado con ella». Mi yerno se acercó, abrazó a mi hija y le dijo: «Lo siento. No te enojes. Me equivoqué. Salgamos a cenar con mamá más tarde». La tormenta había pasado.

El Festival del Medio Otoño fue el 17 de septiembre. Cuando mi hija y su esposo vinieron a visitarnos, les dije: «Ya casi es hora de cenar, ¡primero quememos incienso para Shifu!». Cada uno encendió una varilla de incienso y, siguiendo el ejemplo de mi hija, mi yerno se inclinó ante el retrato de Shifu. Antes de sentarnos a comer, mi hija dijo: «Mamá, él quiere pedirte perdón». Yo respondí: «No, no. No estoy enojada. ¡No hay necesidad de disculparse!». Mi yerno dijo tímidamente: «Mamá, ¡lo siento!».  

Shifu ha dispuesto minuciosamente nuestros caminos de cultivación, paso a paso, de acuerdo con las relaciones de ye entre las personas. Nos enseña a resolver los rencores con compasión y a elevar nuestro xinxing en el proceso.  

¡Gracias, Shifu, por tu misericordia y salvación!