(Minghui.org) Al nacer, la naturaleza humana es buena en sí misma. Ya que las personas conservan esta bondad innata, nuestro compasivo Shifu ha prolongado el tiempo y soportado constantemente el sufrimiento por todos los seres.

Inspirando bondad a aquellos en el sistema judicial

Los discípulos de Dafa se esfuerzan al máximo por revelar la verdad durante las tribulaciones, para salvar a aquellos con bondad. La siguiente es una lista de tales encuentros para validar Dafa.

Primer encuentro

Cuando mi esposo y yo fuimos arrestados repentinamente y nuestra casa fue saqueada, me mantuvieron en régimen de aislamiento, custodiada por un joven policía. Este repentino giro de los acontecimientos me despertó de golpe. Comencé a mirar en mi interior para comprender por qué había ocurrido tal suceso. Comprendí que el resentimiento y el deseo de presumir eran los culpables.

De repente, unos accesos de tos interrumpieron mis pensamientos. Miré al joven que me custodiaba; tenía más o menos la misma edad que mi hijo. Su tos se intensificó. Sentí un profundo dolor por él y le pregunté: «Hijo, estás tosiendo mucho, ¿has tomado alguna medicina?».

Me miró y, quizá al ver mi sinceridad, el rastro de hostilidad y frialdad que él  había sostenido, desapareció. Dijo: «Estoy tomando medicina, pero no parece que me esté ayudando». Respondí: «Mucha gente tiene problemas pulmonares últimamente. No esperes, aplícate un suero». Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras decía cortésmente: «Gracias, tía». Sintiéndome aliviada, le dije: «Los practicantes de Dafa no hemos hecho nada malo. Espero que te conviertas en una persona recta y bondadosa». Me miró con una expresión de impotencia y profunda afinidad.

Cuando fui enviada a un centro de detención para ser «interrogada», volví a ver a este joven oficial. Este joven y otro agente estaban allí. En cuanto me vio, me dijo: «Tía, ¿me reconoce? Seguí su consejo. Me pusieron suero y ahora me siento mucho mejor». Le sonreí y le recordé lo que le había dicho.

La tercera vez que lo vi fue el día que me liberaron bajo fianza. Él y el jefe de la comisaría vinieron a verme. A través de la ventana de cristal, en cuanto me vio, me saludó con la mano, como si saludara a un familiar perdido hace mucho tiempo. Le devolví el saludo alegremente. Me dijo: «Tía, sigo escuchando su consejo». Le volví a insistir en que siempre fuera una persona recta y bondadosa.

Segundo encuentro

El día que los dos policías que participaron en nuestra persecución y que nos enviaron a mi marido y a mí al centro de detención, encontraron 200 yuanes en el bolsillo de mi marido. Me los dio para que los tomara, pero le dije que se los quedara. Pensamos el uno en el otro, insistiendo en que el otro se llevara el dinero.

Uno de los oficiales dijo: “Ustedes dos son de verdad buenas personas”.

Respondí: “Gente buena como nosotros termina así. Esto es un crimen contra nosotros. ¿Qué será de ustedes en el futuro?”.

“Puede ser. Solo estamos siguiendo órdenes de arriba”.

Había un joven policía muy cruel. En cuanto empecé a contarle los hechos, empezó a gritar que me iba a derribar. Cuando fui al hospital para una revisión e intenté contarle al médico la verdad sobre Falun Gong, no me dejó hablar, gruñendo que él se encargaría de mí.

Lo miré y suspiré, diciendo: “Ah, este muchacho…”. Quizás percibió mi genuina preocupación. Desde ese momento, nunca más me levantó la voz, y su tono se volvió mucho más amable.

Ese día, volví a la comisaría a recoger mis pertenencias. Al salir, me lo encontré. Sonreí y lo saludé: “¡Hola, oficial!”.

“¿Para qué vino aquí ahora?”.

“Para recoger mis pertenencias”.

Justo mientras hablábamos, pasó un coche. Entonces él gritó: “¡Cuidado! ¡Cuidado con el coche!”.

Su tono denotaba genuina preocupación por mi seguridad. Al alejarme de la estación, sentí que el cielo era excepcionalmente azul y el aire refrescante y nítido. Esta transformación en su vida me reconfortó profundamente.

Tercer encuentro

La subdirectora del centro de detención también era una persona bondadosa. Tuvimos una larga conversación y me dijo con sinceridad: “Si yo fuera la jefa, sin duda contrataría a gente como tú”.

Cuando me informó que había gestionado mi libertad bajo fianza, me dijo con sinceridad: “No usaste influencias ni sobornaste a nadie, pero decidimos liberarte bajo fianza y enviarte a casa. Esperamos que nunca tengas que volver aquí”.

Yo sabía que este lugar nunca fue pensado para nosotros. Todo lo decide Shifu. Las viejas fuerzas buscaron destruirme debido a mis apegos y mis fallas. Pero Shifu vio que aún me aferraba a pensamientos rectos, así que convirtió la situación en una ventaja, transformando la adversidad en oportunidad.

Cuarto encuentro

Había una guardia feroz pero hermosa en el centro de detención que una vez me gritó: "¿Sabes cuándo morirás?". Le respondí: "Nadie sabe cuándo morirá. Como dice el dicho, la vida y la muerte están predestinadas, y la fortuna está en los cielos". Guardó silencio.

El día que salí del centro de detención, ella estaba de guardia. Me miró y, con un tono genuinamente preocupado, me aconsejó que me hiciera una revisión médica completa al regresar a casa y que creyera un poco en la ciencia. El brillo feroz había desaparecido de esos grandes y hermosos ojos.

Empiezo a cultivarme sólidamente y a elevarme en el Fa

Dado que mi esposo sigue detenido, al regresar a casa, he estado yendo con mis familiares de la comisaría, al centro de detención, la procuraduría y el tribunal. Al escribir cartas y presentando documentos legales para aclarar la verdad, mi miedo disminuyó gradualmente, como si en cada encuentro  disminuyera un poco.

Una vez fui una persona muy frágil, agobiada por el miedo y carente de fuertes pensamientos rectos. A través de esta dura prueba, la protección compasiva de Shifu y sus ingeniosos arreglos, me permitieron experimentar verdaderamente la omnipresencia de la compasión de Shifu y lo sagrado y solemne que es Dafa. También llegué a comprender la seriedad de la cultivación.

Lamento profundamente haber recitado "Dafa es bueno" a diario durante más de veinte años, pero no haberme cultivado verdaderamente. Mi práctica era superficial: no estudiaba suficiente Fa, no internalizaba sus enseñanzas y permití que el estudio del Fa se convirtiera en una mera formalidad.

Esto me llevó a estados de cultivación deficientes y a pensamientos rectos débiles en mis acciones. Este es mi mayor arrepentimiento: no haber tenido suficientes pensamientos rectos para disipar esta perversa persecución. Comencé a aprovechar cada momento disponible para estudiar más el Fa. Cada palabra penetraba en mi corazón y vi principios del Fa que no había visto antes.

Al enviar pensamientos rectos, pensaba en aquellos en los departamentos de seguridad pública, procuraduría y judicial que, al no comprender la verdad, habían desvirtuado Dafa y cometido pecados. ¿Qué sería de ellos en el futuro? Se me saltaron las lágrimas. No sentía ningún resentimiento hacia ellos, solo arrepentimiento y tristeza.

La decisión correcta hecha por muchos a mi alrededor

La esposa de mi jefe me vio y dijo: "Te ves agotada. Me siento desconsolada". Mis compañeros de trabajo estaban con lágrimas en los ojos. La hija de mi jefe comentó que yo era conocida por mi bondad. Todos sabían que Falun Dafa es bueno, pero bajo el gobierno del malvado Partido, no se atrevían a hablar.

También escribí cartas a la dirección del trabajo de mi esposo y a la escuela de mi hijo, con la esperanza de que el director de su trabajo escribiera una carta que confirmara que todos lo reconocen como una buena persona, lo cual podría tener un impacto positivo durante su defensa en el tribunal. Cuando me acerqué a sus líderes para explicarles mi propósito, aceptaron de inmediato. Al hablar sobre las dificultades que mi esposo enfrentaba, no pude contener las lágrimas.

La contadora de su trabajo, una persona bondadosa, presenció esto y me consoló con lágrimas en los ojos. Cuando yo me iba, me acompañó hasta la puerta y se quedó afuera hasta que me perdí de vista. Me maravillé al ver cómo su lado comprensivo tomaba decisiones sabias para su futuro.

Al llegar a casa, mi hermano y mi cuñada me miraron con lágrimas en los ojos y dijeron: «Es tan doloroso verte tan sola». Dije: «Estoy realmente bien. Otros pueden ver mis dificultades, pero creo que solo quienes no tienen el Fa sufren de verdad. Ya no soy la persona frágil que era. Tengo al Shifu más magnífico. El Fa reside en mi corazón. Soy la persona más feliz del mundo. Es el Fa el que me ha dado una fuerza de voluntad inquebrantable y el coraje para afrontar la adversidad».

Mi sobrina rompió a llorar al verme. Le conté la verdad sobre Falun Gong, y finalmente ella también desarrolló pensamientos rectos. Me dijo: «Tía, mi apoyo hacia ti ha crecido del veinte al ochenta por ciento, y ahora es del cien por ciento». Mi sobrino me abrazó fuerte y exclamó: «Tía, verte me tranquiliza. Te comprendo y te apoyo. Debes cultivarte bien». Le respondí: «Querido, esas son las palabras más conmovedoras que he escuchado este Año Nuevo».

Tras soportar pruebas y tribulaciones, mi frágil yo se ha fortalecido. Ante la adversidad, ya no tengo miedo, sino que me mantengo optimista y resiliente. A menudo reflexiono: si no hubiera encontrado Dafa, habría vagado sin rumbo en esta sociedad moralmente decadente. Fue el compasivo Shifu quien me rescató, me purificó y me transformó. ¡Qué afortunada soy! ¡Que esta gratitud infinita alimente mi dedicación a la cultivación, para cultivarme bien y ayudar a Shifu a salvar a otros!

Los artículos en los que los cultivadores comparten sus entendimientos generalmente reflejan la percepción de un individuo en un momento determinado en función de su estado de cultivación, y se ofrecen con el espíritu de permitir la elevación mutua.