(Minghui.org) Alguna vez celebrada como el “País de la Etiqueta” debido a su larga y rica herencia cultural, China ha experimentado cambios significativos desde que el Partido Comunista Chino (PCCh) asumió el poder en 1949. El prestigioso título pronto se convirtió en una frase vacía. Aunque muchos aún se enorgullecen de su antigua civilización, pocos comprenden verdaderamente o pueden articular el significado más profundo de la etiqueta.

La etiqueta es, sin lugar a dudas, el elemento más importante en la cultura tradicional china.

Desde las primeras dinastías —Xia, Shang y Zhou— hasta la última dinastía Qing, los ritos y rituales imperiales se mantuvieron como los asuntos de Estado más importantes durante miles de años, siendo las campañas militares para proteger el territorio la siguiente prioridad.

Un antiguo dicho afirma: “No hay etiqueta más grandiosa que la usada para mostrar respeto al Cielo, ni ceremonias más importantes que los ritos imperiales celebrados en los suburbios para adorar a lo divino”.

El Cielo representa un concepto amplio de seres divinos superiores. Mostrar respeto al Cielo jugaba un papel esencial en la vida de la antigua China. El Templo del Cielo y el Templo de la Tierra en Beijing solían ser los altares reales donde los emperadores Qing rendían culto y ofrecían sacrificios al Cielo y la Tierra. Cada año se celebraban ceremonias, y los emperadores realizaban rituales para comunicarse con los seres divinos del Cielo y la Tierra, y rezar por buen clima y abundantes cosechas.

El Templo del Cielo ocupa un área de 273 hectáreas (675 acres). El Palacio Imperial, uno de los complejos palaciegos más grandes del mundo donde los emperadores vivían, trabajaban y celebraban reuniones de la corte, cubre solo 72 hectáreas (178 acres). Cuando surgía algo peligroso o importante, el emperador tenía que caminar 10 km (6.25 millas) desde el Palacio hasta el Templo del Cielo para realizar un ritual y mostrar respeto al Cielo.

Realizar ritos y mostrar respeto al Cielo ha sido considerado durante mucho tiempo una de las responsabilidades más significativas del emperador. La existencia del Templo del Cielo resalta cuánto valoraban en la antigua China las ideas de “El Cielo y el hombre son uno” y “respetar al Cielo y seguir la guía de los ancestros”. Los antiguos chinos creían que el Cielo era el creador de todas las cosas, con seres divinos gobernando el universo. Las personas, como parte del universo, debían seguir el “Camino del Cielo” en todo lo que hacían. Durante miles de años, desde los emperadores hasta los plebeyos, todos respetaban y temían al Cielo. Realizaban ritos sagrados para honrar lo divino y orar por su protección.

Los antiguos chinos creían que el Cielo estaba al tanto de cada acción de una persona, de ahí los dichos: “El Cielo ve a un hombre tan claramente como un reflejo en un espejo” y “El Cielo y la Tierra conocen cada buena y mala acción que hace un hombre”. Como resultado, la gente entendía que debía ser virtuosa para alinearse con el Camino del Cielo.

El modo de vida aquí descrito pertenece a un pasado tan remoto que hoy resulta difícil para las personas comprender hasta qué punto los antiguos chinos veneraban al Cielo.

Las Veinticuatro Historias constituyen la colección más completa de registros oficiales que documentan las dinastías de China. Estas historias recogen numerosos debates en las cortes imperiales sobre desastres, inundaciones y terremotos. Las discusiones a menudo terminaban con los emperadores reflexionando si sus acciones habían provocado el castigo del Cielo. La frase “Escucha el consejo honesto y evita el encarcelamiento injusto” aparece con frecuencia en la colección.

La Historia Borrador de la Dinastía Qing señala que poco después de su entronización, el emperador Jiaqing emitió un edicto solicitando consejo a sus funcionarios. Hong Jiliang era maestro de la joven realeza. Escribió una larga carta oficial detallando la amplia corrupción en los asuntos del Estado. El tono airado ofendió al emperador, quien lo encarceló y lo condenó a muerte. Sin embargo, más tarde el emperador se retractó, conmutando su castigo por el exilio en Yili, una región remota lejos del gobierno central.

En abril de ese año, una severa sequía azotó el norte de China. A pesar de que el emperador y los funcionarios locales realizaron rituales para pedir lluvia, no llegó. Incluso después de que el emperador proveyó comida a los afectados por la sequía y perdonó a los prisioneros, la sequía persistió. Al darse cuenta de que quizá había agraviado a Hong y ofendido al Cielo, el emperador emitió un edicto para exonerarlo. En el momento en que terminó el último trazo, un relámpago iluminó el cielo, el trueno retumbó y cayó una fuerte lluvia. El emperador suspiró: “El Cielo puede ver más rápido de lo que puedo respirar, y eso me aterra”.

Los desastres que surgieron durante las dinastías pasadas, junto con la forma en que los emperadores respondían a ellos, están documentados con frecuencia en las Veinticuatro Historias. Sin embargo, tales eventos históricos rara vez se representan en películas o en la televisión bajo el régimen del PCCh. Esto se debe en gran medida a la promoción del ateísmo por parte del Partido, que busca eliminar la antigua creencia en el Camino del Cielo y cortar los lazos entre la humanidad y lo divino.

El PCCh distorsionó y cambió sistemáticamente la historia china con el objetivo de borrar su herencia cultural. A continuación se enumera lo que hizo para destruirla:

1.- Desde la perspectiva material, el PCCh llevó a cabo la campaña de “Destruir las Cuatro Viejeras – viejas ideas, vieja cultura, viejas costumbres y viejos hábitos”. Los Guardias Rojos derribaron imágenes y estatuas de Buda y deidades en templos y residencias privadas. En diez años, la cultura divina de la civilización china fue destruida más allá del reconocimiento.

2.- En el plano espiritual, el PCCh lavó el cerebro del pueblo para que creyera que “hay diversión infinita en luchar contra el Cielo, la Tierra y las personas”, e inició amplias luchas de clases.

3.- En los medios controlados por el PCCh, las representaciones de la vida en la antigua China se centran principalmente en guerras, tribulaciones y rebeliones en las cortes imperiales, con poca mención de tiempos pacíficos o prósperos.

4.- En el sistema educativo, se suele promover el lado oscuro de la humanidad en la historia. Los niños en la primaria aprenden sobre los héroes Chen Sheng y Wu Guang, que lideraron un levantamiento al final de la dinastía Qin. Los estudiantes de secundaria aprenden a denunciar la sociedad feudal a través de las visiones cínicas de Lu Xun.

5.- Las reliquias culturales son promovidas como atracciones turísticas. Como resultado, los visitantes tienen recursos limitados para comprender el significado histórico y cultural de dichas reliquias.

Después de décadas de reformas en la sociedad china, el PCCh ha hecho que China luzca muy diferente a un País de la Etiqueta. En tiempos modernos, los chinos hablan en voz alta en público y actúan de manera vulgar. La interacción entre las personas suele girar en torno a tramar algo contra los demás.