(Minghui.org) No sentía que fuera envidioso, por lo que no pensaba en cómo superar este apego. Simplemente aceptaba ciertas cosas como diferencias entre las culturas oriental y occidental. Pensaba que debía ser extrovertido y alegrarme por los demás cuando les iba bien. Nunca me examiné para ver si era envidioso.

Recientemente leí lo que dijo Shifu en Zhuan Falun:

«¿pueden ser iguales? Todos desean ser iguales, pero si esa vida humana suya no lo tiene, ¿cómo pueden ser iguales? No son iguales» (Séptima Lección, Zhuan Falun).

Me di cuenta de que los demás se beneficiaban porque estaba en su destino, y yo no porque no era mi destino. Esto implica la relación entre la virtud y el yeli, así como la causa y efecto y la predestinación. Lo divino arregla todo en otras dimensiones. Una vez que entendí este principio, decidí pensar de esta manera cada vez que me encontrara con conflictos y cambiar mi antigua mentalidad que daba lugar a la envidia.

Mientras escribía este artículo, alguien mencionó algo bueno que le había sucedido a otros departamentos de la empresa, pero no al mío. Me sentí un poco decepcionado, pero inmediatamente me di cuenta de que esto sucedió porque puso de manifiesto mi envidia. Tuve que recordarme que debía pensar de forma positiva: otros están destinados a recibir beneficios, pero yo no. Tengo que aceptarlo y dejarlo pasar.

Shifu también nos dijo:

«Les hablo a todos de un principio así, un principio que la gente común no es capaz de comprender: tú consideras que eres capaz de hacer todo bien, pero no lo tienes en tu vida; él no hace nada bien, pero lo tiene predestinado en su vida y por eso le dan un puesto importante» (Séptima Lección, Zhuan Falun).

En el Fa, Shifu habla del principio de lo que está en el destino de uno y lo que no. La gente común no acepta su destino. No cree en lo divino, ni cree que lo divino arregla su destino, por lo que lucha toda su vida para crear condiciones de vida más cómodas. Pero los cultivadores deben ver las cosas de manera opuesta, aceptar su destino y recordarse que todo está arreglado por lo sivino.

También me doy cuenta de que la envidia es el preludio de los celos. La gente común convierte el amor en odio, la envidia en decepción y los celos en algo aún peor. Aquellos que se cultivan deben seguir este apego hasta su origen y eliminarlo, para deshacerse por completo de la envidia.

Esto me recuerda la historia que mencionó Shifu sobre los discípulos del Buda Sakya Muni, que comparaban sus cuencos de oro, plata y cobre. Esto es similar a lo que hacen hoy en día las personas que comparan sus coches y sus casas: todo es una comparación de condiciones materiales. Los objetos pueden ser diferentes, pero el principio es el mismo.

Quizás en el futuro, todos los practicantes mostrarán habilidades sobrenaturales. ¿Seguiremos comparando las diferencias en nuestras habilidades sobrenaturales? Si no eliminamos esta envidia ahora, podemos meternos en problemas en el futuro si no lo manejamos bien.

Al hablar de la envidia, el Fa también exige a los practicantes que sigan el curso natural, mantengan una mente equilibrada y eliminen la competitividad. Cuanto más leo el Fa, más veo que esta sección del Fa contiene mucha información y nos enseña cómo eliminar la envidia.

Ha habido un debate considerable entre los practicantes sobre la envidia. Al profundizar en sus raíces, encuentro factores como el egoísmo y el interés propio. Estos son mis entendimientos recientes, y espero que sean de alguna ayuda para los demás practicantes.

Los artículos en los que los cultivadores comparten sus entendimientos generalmente reflejan la percepción de un individuo en un momento determinado en función de su estado de cultivación, y se ofrecen con el espíritu de permitir la elevación mutua.