(Minghui.org) El deseo y la búsqueda de los chinos por atuendos exquisitos ha existido desde los comienzos de la civilización en China. Desde los primeros emperadores y dinastías hasta la actualidad, los diversos contextos históricos y culturales han dado forma a distintos estilos de belleza en la vestimenta.

El capítulo más antiguo de la historia de la vestimenta comenzó cuando se encontró una aguja de hueso en los restos arqueológicos de Zhoukoudian, Beijing. Esto indica que las personas ya utilizaban técnicas de costura que datan de entre 18,000 y 11,000 a. C. También se hallaron guijarros y dientes de animales perforados, lo que sugiere que se ensartaban y colgaban del cuello o de la cintura como adorno.

Durante la dinastía Zhou, las prendas tradicionales solían tener cuellos rectangulares y mangas rectas, que podían variar de estrechas a anchas. Estas prendas se aseguraban con un cinturón amplio y, por lo general, su longitud llegaba hasta las rodillas.

Durante el Período de los Reinos Combatientes, la ropa se confeccionaba con telas brillantes y coloridas. Las prendas presentaban una silueta esbelta y alargada, con cuellos anchos que envolvían con gracia el torso.

En la dinastía Han, los funcionarios solían llevar coronas adornadas con listones horizontales (liang guan). Sus ropas tenían mangas grandes con puños fruncidos, que reflejaban tanto estatus como elegancia.

En la dinastía Tang, la ropa se volvió gradualmente más amplia y larga. En los días comunes, la gente solía vestir seda y brocado en colores vivos. Las mujeres llevaban sombreros con velo al salir de casa. En el apogeo de la dinastía, era común que las mujeres vistieran un chaleco sin cuello con dos solapas abotonadas al centro. Estos chalecos tenían mangas hasta el codo y la longitud alcanzaba la cintura, cubriendo parte de la pretina de la falda, que se levantaba hasta el pecho. Durante la Era Tianbao, las damas nobles vestían prendas holgadas con mangas de cuatro pies de largo, y sus túnicas a menudo arrastraban unos 12 centímetros en el suelo.

La vestimenta femenina en la dinastía Song solía ser larga y estrecha. En verano, las telas ligeras de tejido calado les servían para mantenerse frescas. Sus camisas exteriores tenían cuellos con encaje y flores bordadas que se extendían desde el cuello hasta la altura de la espinilla.

Durante el período de la República de China, las mujeres usaban principalmente el cheongsam (qipao), mientras que los hombres vestían túnicas largas o el traje chino tipo militar, conocido comúnmente como traje zhongshan.

Después de 1949, cuando el Partido Comunista Chino (PCCh) tomó el control de China continental, la vestimenta se volvió más uniforme y menos individualizada. Tanto hombres como mujeres solían usar camisas y pantalones similares. Durante la Revolución Cultural, los trajes de estilo militar verde se convirtieron en una tendencia de moda para ambos sexos.

En el verano de 2025, las jóvenes en las calles de China llevan muy poca ropa —muchas usan tops de tirantes con vaqueros rotos, o shorts extremadamente cortos con tops tipo tubo—. Algunos hombres jóvenes visten prendas ajustadas y a menudo las acompañan con un pendiente grande. Las mujeres buscan vestir con menos y los hombres quieren verse diferentes.

En apenas unas décadas, los guardarropas de la gente se han vuelto poco convencionales. ¿Son realmente atractivas estas llamadas “prendas con personalidad”?

Mucha gente cree que los artículos del pasado son anticuados y poco científicos, mientras que las creaciones de la sociedad moderna se consideran científicas y avanzadas. No comparto esta perspectiva. Si observamos más de cerca, veremos que la ropa de las distintas dinastías chinas no solo brindaba calor y cobertura, sino que también reflejaba la cultura y el sentido de la belleza de la nación. Los generales llevaban majestuosas túnicas de batalla, mientras que los intelectuales y poetas preferían mangas largas y ondulantes que los hacían parecer elegantes y refinados. Los vestidos de las damas de la dinastía Tang eran lujosos y agradables a la vista, mientras que los de la dinastía Song eran frescos y elegantes. Incluso las flores en los alfileres de cabello de los hombres contribuían a una apariencia distinguida y apuesta.

Hoy en día, la ropa reveladora y los estilos poco convencionales se han convertido en tendencias populares. Los ideales tradicionales de feminidad y masculinidad se adoptan con menor frecuencia. Las mujeres ya no desean lucir amables, femeninas y virtuosas, y los hombres no toman como modelo al caballero masculino.

Después de que el PCCh tomó el poder en 1949, moldeó de manera sutil pero sistemática la forma de pensar de las personas. Durante la Revolución Cultural, las mujeres descartaron sus qipaos (vestidos tradicionales chinos) y vistieron overoles, ya que se las alentaba a parecer sucias y desaliñadas para demostrar que eran tan buenas como los hombres. Las bellezas femeninas que antes aparecían en los carteles fueron reemplazadas por mujeres de rasgos más masculinos. Estar limpio y ordenado se etiquetó como “favorecer al capitalismo”, mientras que parecer pobre y desaliñado, propio de la clase trabajadora, se convirtió en el nuevo ideal.

Hasta el día de hoy, la mayoría de los artistas masculinos retratados en los medios comparten una apariencia similar: altos, delgados, de piel clara y con aspecto afeminado. Mientras tanto, la ropa que alguna vez fue considerada reveladora y promiscua para las mujeres, ahora es elogiada como símbolo de libertad y confianza.

Existe un concepto erróneo en la sociedad de que las personas deben aceptar automáticamente lo que la mayoría considera bueno y correcto. En consecuencia, todo lo nuevo debe ser moda y se espera que sigamos las tendencias dominantes. Sin embargo, la antigua historia de Zhang Guolao montando su burro al revés sugiere lo contrario. Como practicante taoísta, Zhang observó que, en una sociedad degenerada, lo que se considera progreso es, en realidad, lo opuesto. En la sociedad actual, los valores morales han caído a un nivel peligrosamente bajo.

Mantengo la esperanza porque sé que todo atraviesa un ciclo de formación-estabilidad-degeneración-destrucción. El estilo de la ropa eventualmente volverá a la tradición y a la verdadera belleza.