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¡Saludos, Shifu y compañeros practicantes!
Mi nombre es Alexander. Tengo 13 años. Comencé a aprender Dafa con mi madre cuando era niño. Hoy tengo dos historias que me gustaría compartir con todos.
La primera de la que voy a hablar es mi experiencia en la Banda Marchante Tian Guo. Participar en ella me ha ayudado a descubrir muchas de mis deficiencias. Por ejemplo, antes de unirme a la banda, tenía mucho miedo de enfrentar dificultades físicas. Sin embargo, formar parte de ella me ha hecho comprender que enfrentarlas a veces es necesario para salvar a más seres conscientes en esta tierra. Un buen ejemplo de esto fue el desfile del 4 de julio en Huntington Beach, donde hacía mucho sol y calor, lo que dificultó bastante completarlo.
Hacia el final, sentí que ya no podía tocar. En ese momento, recordé una de las lineas de Shifu del primer poema de Hong Yin.
Shifu dijo:
"Los sufrimientos físicos no pueden ser contados como sufrimientos,
cultivar el corazón de uno es lo más tormentoso".
(Templando la mente y el corazón de uno, Hong Yin )
Al final de este poema, Shifu también afirmó:
"Soportados los sufrimientos en el mundo,
del mundo como un fo uno se marchará".
(Templando la mente y el corazón de uno, Hong Yin )
Interpreté esto como que, si uno puede soportar todas las dificultades del mundo mientras todavía salva vidas en la Tierra y se mantiene al día con su cultivación, se convertirá en un verdadero fo. Considerando estas líneas, comprendí que mi cansancio físico no era un gran sufrimiento y decidí seguir participando en el desfile. Más tarde nos dijeron que unas 500.000 personas estaban junto a la calle, viendo el desfile. Esa cantidad de personas habían escuchado la música y ahora serían conscientes de Dafa, lo que les dio la oportunidad de salvarse. Una vez más, mi principal lección de este desfile fue que afrontar las dificultades físicas era, sin duda, necesario para salvar a más seres.
Otro evento reciente fue una vigilia con velas. Durante ella, repartía folletos a los transeúntes. Vi a un grupo grande de adolescentes (de unos 15 o 16 años), todos con aspecto bastante alborotador y eran muy ruidosos. Al ver esto, dudé si ofrecerles folletos o no, pues no estaba seguro de cómo reaccionarían. A pesar de ello, finalmente me acerqué a ofrecerles un par de folletos. Uno a uno, todos rechazaron los folletos, hasta el último, que parecía muy curioso sobre el motivo de la pacífica manifestación. Al ver su curiosidad, le expliqué brevemente el por qué de este evento y le ofrecí entradas para la película "State Organs" (Órganos de Estado).
Parecía escuchar cada palabra que decía y asimilaba la información con sinceridad, contrariamente a mis expectativas. Este encuentro me enseñó que, al repartir folletos, no se debe juzgar si se ofrece o no solo por la apariencia de la persona.
Este es mi entendimiento en mi nivel actual. Por favor, tengan la amabilidad de señalar cualquier cosa inapropiada.
(Artículo seleccionado presentado en el Fahui de San Francisco de 2025)
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