(Minghui.org) Cuando salí a aclarar la verdad con otro practicante de Dafa, de repente empezó a llover. Como no habíamos traído paraguas, nos subimos a un triciclo taxi conducido por un hombre de mediana edad.
Mientras íbamos, le hablamos de Falun Dafa. Él asintió y dijo: “Llevo años conduciendo y he conocido a mucha gente, pero lo que más disfruto es hablar con los practicantes de Dafa. Sé que son buenas personas. Me han dado muchas cosas buenas, como folletos, colgantes de flor de loto e incluso una bolsita bordada con la frase “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. ¡Miren, todavía la tengo colgada en mi vehículo! Creo en lo que dicen. Cuando me enfrento a un peligro y le pido protección a Shifu, ¡de verdad funciona!”.
Luego compartió una historia increíble:
Una vez, dos matones se subieron a su triciclo. Cuando los llevó a su destino, se negaron a pagar, y uno de ellos incluso se puso agresivo y lo amenazó. El conductor se enfureció, les dijo que el viaje no era gratis y les preguntó si se creían superiores a los demás. Uno de los matones se puso agresivo y se abalanzó sobre él. Desesperado, el conductor gritó en voz baja: "¡Shifu por favor, ayúdeme!".
Para su asombro, el matón se detuvo de repente, como si se hubiera quedado sin energía. En lugar de golpear al conductor del triciclo, sacó un billete de 100 yuanes y se lo entregó. El conductor le devolvió 90 yuanes de cambio, y los dos hombres se marcharon.
Se calmó del susto y recordó lo que acababa de suceder. Era evidente que Shifu lo protegía. Juntó las palmas de las manos y recitó en su corazón una y otra vez: "¡Gracias, Shifu, por su bendición! ¡Gracias, Shifu, por su bendición!".
Esa noche, compartió la historia con su familia. Su esposa, conmovida hasta las lágrimas, dijo: “¡Menos mal que renunciamos al PCCh! ¡Menos mal que pediste ayuda! Si no, quién sabe qué habría pasado”. Elogió a Dafa y dijo que también quería practicar Falun Dafa. Su hija intervino y le pidió también sobre renunciar a los Jóvenes Pioneros: “Papá, si conoces a algún practicante, ¡ayúdame a renunciar también!”.
El conductor del triciclo dijo que había estado esperando esa oportunidad desde entonces. Y ahora que nos conocía, nos pidió que ayudáramos a su hija a renunciar a los Jóvenes Pioneros, usando su apodo, Juanzi.
Cuando terminó de contar la historia, dejó de llover. Bajamos del taxi, pagamos la tarifa y nos despedimos con la mano. Al verlo marcharse, nos sentimos profundamente felices por él y su familia. ¡Qué sabios y afortunados son! Les deseamos todo lo mejor por elegir un futuro brillante.
Espero que más personas sean como este conductor y su familia, que entienden la verdad sobre Dafa. Ellos subirán al gran barco del Fa rumbo a una nueva era brillante.
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