(Minghui.org) Soy una practicante de Falun Dafa del campo. Hace quince años, cuando mi vida corría peligro, el benevolente Shifu me salvó. Poco después de empezar a practicar, me recuperé de todas mis dolencias. Mi esposo, que padecía una enfermedad terminal, mi hija y mi hijo presenciaron el milagro de Dafa y la compasión de Shifu, así que todos ellos también comenzaron a practicar Dafa.

Mi esposo falleció hace cinco años debido a una tribulación de yeli de enfermedad. Mientras mi hija y mi hijo tuvieron que pagar los casi 80.000 yuanes en gastos médicos que su padre debía y construir una casa, fueron rechazados por sus familiares y denunciados por sus amigos. Yo también sufrí estrés físico y mental tras la muerte de mi esposo debido a la opinión negativa de la gente sobre Dafa.

En estas circunstancias, mis hijos vieron con total claridad cómo la moral humana ha decaído. Así, comprendieron el sentido de la vida y atesoraron aún más su cultivación, lo que los ha fortalecido aún más en su determinación de seguir a Shifu para regresar a su ser original y verdadero.

Un año después, cuando mis hijos pagaron todas nuestras deudas viviendo con frugalidad, nos sentimos aliviados y le dimos las gracias a Shifu. Cuando otros practicantes vieron los cambios en mi familia, también comprendieron el principiodel Fa: «Dafa es ilimitado».

Mi hija se mantiene fiel a los estándares de Dafa

Después de graduarse de la universidad, mi hija empezó a trabajar como electricista en una gran empresa siderúrgica. Como los equipos y las líneas de la empresa eran nuevos, no había ningún problema técnico. Como no estaba muy ocupada, podía dedicar mucho tiempo al estudio del Fa después del trabajo. Se apegaba a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, procuraba ser buena persona y hacía bien su trabajo.

Dos años después, cuando sus jefes vieron que era joven, amable y trabajadora, la ascendieron. Cumplió con las expectativas de todos y se desempeñó muy bien en su nuevo puesto.

La empresa de mi hija se fusionó con una del sur unos años después, y todos los líderes iban a ser transferidos. Como no quería dejarme sola, no aceptó el traslado y quiso seguir el arreglo de Shifu. Al poco tiempo, encontró un nuevo trabajo.

Al principio, se resistía un poco a ir a trabajar porque no estaba familiarizada con el trabajo y terminó estando muy ocupada todos los días. Le dije: «Estás muy ocupada ahora. Probablemente sea porque has confundido la cultivación con el trabajo. Has priorizado el trabajo sobre la cultivación».

No entendió bien lo que dije, así que me preguntó: «Estoy muy ocupada ahora. ¿Dónde puedo encontrar tiempo para estudiar el Fa?».

Le recordé que Shifu dijo:

“… si parece difícil de realizar y dicen que es difícil, entonces prueba un poco, a ver si realmente va o no va”. (Novena Lección, Zhuan Falun).

¿Por qué no lo intentas?

Tras comprender, cambió sus ideas. Su entorno también cambió y su trabajo prosperó. Apreciaba profundamente las enseñanzas de Shifu.

Tras trabajar un tiempo con sus compañeros, empezó a aclararles la verdad. Algunos decidieron renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas tras conocer la verdad.

Como mi hija se consideraba una practicante, no le importaba su propio interés y no se peleaba con los demás cuando surgían problemas, así que el gerente confiaba en ella. Durante la pandemia de COVID-19, la mayoría de los empleados de la empresa dieron positivo, pero ella nunca. El jefe decidió dejarle todo el trabajo a ella. Mi hija se esforzó mucho para no atrasarse en nada, y su jefe la admiraba mucho. Tras el levantamiento de las restricciones por la pandemia, el jefe le dio una autorización especial que le permitió tomarse un mes de vacaciones.

El año pasado, la empresa de mi hija no ganó una licitación importante, así que se fue a trabajar a una más grande. El nuevo ambiente laboral era muy diferente y había más conflictos. Sin embargo, también había más oportunidades para mejorar su xinxing. Su anterior empresa tenía menos empleados, que llegaban puntualmente al trabajo y se marchaban al terminar, así que siempre encontraba tiempo para estudiar el Fa y hacer los ejercicios. En vacaciones, mi hija podía venir a casa a practicar con otros practicantes. En su nueva empresa, había muchos más empleados en la oficina, y tuvo que asumir mucho trabajo. No podía seguir el ritmo del estudio del Fa ni de los ejercicios, y su salud empeoró.

Mi hija empezó a sentirse desequilibrada mentalmente. A menudo me llamaba y suspiraba: «Ya no quiero hacer esto. Estoy demasiado cansada. Aunque ganara menos dinero, necesito tiempo para estudiar el Fa. Prefiero ir a casa y dedicarme a la cultivación que trabajar aquí».

La animé diciéndole: «Estás acostumbrada a trabajar a tu propio ritmo. Ahora, un cambio de entorno te está ayudando a liberarte de tu apego a la comodidad. Además de templar la voluntad, también hay que trabajar el cuerpo. De todas formas, tienes que sufrir. Cuando no tienes tiempo para estudiar el Fa, ¿no te recuerda que debes recitar el Fa como antes? ¡Regresa al estado de cultivación que tenías al principio!».

Lo que dije alentó sus pensamientos rectos, y ella hizo un buen trabajo todos los días. Después de unos seis meses, por fin pudo tomarse unas vacaciones y venir a casa a visitarme.

Cuando lo hizo, estudió el Fa, hizo los ejercicios y compartió con otros practicantes. Con la mejora de su xinxing, sus problemas físicos desaparecieron. Pero seguía sin querer volver a trabajar. Entonces reflexioné. ¿Era porque estaba demasiado apegada a que tuviera un trabajo? ¿O tenía apego al interés propio? Cada persona tiene su propio destino. El de mi hija está en manos de Shifu.

En cuanto tuve ese pensamiento, mi hija dijo de repente: «Soy practicante. Shifu organiza mi trabajo. Quien intente interferir con eso no podrá. Nadie puede bloquear mi camino de cultivación».

Cuando mi hija regresó al trabajo, su gerente hizo una reorganización, todo volvió a la normalidad y su carga de trabajo se redujo. También recibió un aumento. Dijo alegremente: «Aguanté seis meses y finalmente logré un gran avance y superé mis expectativas. ¡Gracias, Shifu!».

Mi hijo superó las tribulaciones y regresó a Dafa

El camino de cultivación de mi hijo ha sido accidentado. Cuando estaba en la universidad, estudiaba el Fa siempre que tenía tiempo y se mantenía fiel a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. No fumaba ni bebía alcohol. Protegido por el benevolente Shifu, completó sus estudios y, debido a sus excelentes calificaciones, le recomendaron que cursara una maestría. Después de graduarse, mi hijo fue contratado por una filial de una empresa extranjera en nuestra ciudad.

Su novia fue a la universidad en otra ciudad. Tras graduarse, se mudó a su ciudad para cursar estudios de posgrado. Él la ayudó a alquilar una vivienda. También le habló, basándose en los principios de Dafa, sobre cómo ser una buena persona, que el bien se recompensa y el mal se castiga, y el significado de "sin pérdida no hay ganancia". En aquel entonces, ella aceptaba todo lo que decía. Mi hijo incluso la llevó de viaje turístico al extranjero, donde pudo aprender la verdad sobre Falun Dafa.

Cuando mi hijo trajo a su novia a verme por primera vez, atesoramos esta relación predestinada con ella. Hablamos con ella sobre mi situación familiar y la belleza de Dafa. Después, ella venía a mi casa de vacaciones todos los años, y mi hijo fue a ver a sus padres durante el Año Nuevo chino.

Tras completar su maestría, ella y mi hijo obtuvieron un certificado de matrimonio, y sus padres les regalaron una casa. Sin embargo, tras incorporarse al mercado laboral, la influencia del declive moral de la sociedad y la propaganda del PCCh la hicieron cambiar de opinión. Culpó a Dafa de la muerte de mi esposo. También dijo que mi hijo era estúpido. Se distanciaron y tenían poco que compartir. Mi hijo temía que me preocupara por ellos, pero también le preocupaba que, si no se casaba, la gente lo malinterpretara a él y a Dafa, así que simplemente aguantó la situación.

Tres años después, celebré una ceremonia de boda para ellos a petición de sus padres. Pero poco después, mi nuera pidió el divorcio, alegando que practicaba Falun Dafa. Creía que eso afectaría sus posibilidades de ascenso laboral. También creía que el futuro de sus hijos estaría en peligro. Mi hijo se desanimó por completo al oír esto. Pensando que todos sus esfuerzos y planes desinteresados habían fracasado, su salud se deterioró.

Cuando regresó a casa un mes después, vi a mi hijo, antes sano y guapo, demacrado y flaco. Medía un metro ochenta y caminaba tambaleándose. Cuando los practicantes lo vieron, se entristecieron y se sorprendieron bastante.

Me tranquilicé y le pedí a Shifu que lo ayudara. Entonces le dije a mi hijo: «Has cultivado durante casi diez años. Shifu ha eliminado el yeli por ti y te ha ayudado a purificar tu cuerpo. Además, te ha concedido lo mejor de todo. Ahora que has pasado por esta tribulación, ¿por qué no te tratas como un practicante? Hemos dicho y hecho todo lo posible para ayudar a tu esposa. En cuanto a lo que debe hacer, no podemos decidirlo por ella. Ahora te toca a ti tomar la decisión: ¿Te aferrarás a la cultivación o buscarás la fama, el egoísmo y el sentimentalismo?».

Al oír esto, sintió un gran alivio. De inmediato, dijo: «He obtenido Dafa que he esperado durante miles de años. No quiero nada más. Simplemente seguiré a Shifu para cultivarme en Dafa». Cuando este pensamiento surgió, sus pensamientos divinos prevalecieron sobre sus pensamientos humanos.

Mi hijo también se sintió inspirado. Después de estudiar el Fa, hacer los ejercicios y compartir sus experiencias con otros practicantes durante unos días, se fue lleno de confianza. Seis meses después, se divorciaron. Al separarse, mi hijo le pidió a su esposa que recordara las frases auspiciosas: «Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno» siempre que necesitara ayuda.

Después de eso, alquiló una vivienda. Como no tenía buena salud y siempre pedía baja por enfermedad, renunció a su trabajo.

Mi hija trabajaba en la misma ciudad que mi hijo y le consiguió una propiedad en alquiler cerca de su empresa. Esto les permitió estudiar el Fa y hacer los ejercicios juntos. Pronto, estalló la pandemia de COVID-19 y todo se paralizó, así que le pedí a mi hijo que no se apresurara a buscar trabajo, sino que aprovechara el tiempo para cultivarse diligentemente. Durante la pandemia, se ganó la vida buscando trabajo en línea.

Tras el fin del confinamiento, cuando mi hijo buscaba trabajo, o bien tenía problemas de salud o no estaba cualificado. No conseguía trabajo a pesar de tener un máster de una universidad prestigiosa. Tenía pensamientos negativos y estaba desconcertado.

Cuando mi hija vio esto, me dijo: «No sé dónde se atascó en la cultivación, pero no se dedicó a estudiar el Fa con entusiasmo y tuvo interferencias al hacer los ejercicios. Que venga a casa y cultive contigo». Después de eso, el jefe de mi hija le dio un permiso, así que ambos regresaron a casa. Cuando no estaba ocupada con mi trabajo en el proyecto de Dafa, dedicaba el resto del tiempo a estudiar el Fa, hacer los ejercicios y compartir con mis hijos.

Un día, después de terminar un capítulo de Zhuan Falun, compartí con ellos mi comprensión del Fa. Fue entonces cuando descubrí que mi hijo ansiaba trabajar y ganar dinero. Se preguntaba porqué un no practicante podía ser bendecido recitando las frases auspiciosas, pero él no. Dijo que se había cultivado a diario, pero no encontraba un trabajo decente. Además, su salud empeoró. En esos momentos difíciles, le costaba percibir la belleza de Dafa y se sentía agotado.

Le dije: «Eres tú quien se ha quedado corto. ¿Cómo puedes estudiar el Fa con el apego a la búsqueda? Si no encontraste trabajo, fue porque no te asimilaste a Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Si enfrentas tribulaciones físicas, ¿no es porque Shifu es compasivo y no quiere abandonarte en este mundo humano? Así que Shifu te está ayudando a mejorar tu xinxing para que puedas regresar a casa. ¿Cómo puedes quejarte de Shifu? ¿Acaso no estás faltando al respeto a Shifu y a Dafa? Recuerda que, pase lo que pase, debes tener pensamientos rectos. Lo que Shifu da a sus discípulos siempre es lo mejor».

Me miró con los ojos muy abiertos y dijo: «Eso no es respetar a Shifu ni a Dafa. ¡Cometí un grave error!».

Rápidamente le dijo a Shifu: «Shifu, por favor, perdone a su discípulo. De ahora en adelante, me rectificaré según el Fa». Tras descubrir dónde se había estancado en su cultivación, rectificó sus ideas y depuró sus pensamientos negativos para eliminar todo factor incorrecto. Con eso, recuperó la salud. En unos 40 días, mi hijo se fue de casa mucho más feliz.

Mi hijo estudió electrónica e informática en la universidad y está muy familiarizado con los problemas, sistemas y unidades de ordenador. Eso significaba que, cada vez que llegaba a casa, los practicantes traían sus ordenadores con todo tipo de problemas para que los revisara. En nuestra casa, en el campo, es muy difícil encontrar practicantes con formación técnica. Cada vez que un ordenador usado para Dafa falla, afecta negativamente nuestra labor de esclarecer la verdad. Cuando mi hijo se dio cuenta de eso, decidió volver a vivir conmigo sin dudarlo.

Después de practicar con otros practicantes durante casi un mes, mi hijo recuperó la salud. Dijo: «Empezaré desde cero, encontraré mi verdadero yo y me rectificaré holísticamente basándome en el Fa». Gracias a los arreglos de Shifu, encontró trabajo en la ciudad, pero pareció implicar más dificultades.

Mi sentimentalismo hacia mi hijo resurgió. Sabía que nunca había trabajado duro, así que me preocupaba que no pudiera soportar esta nueva dificultad. Lloraba constantemente. Después de unos días, me di cuenta de que era el apego al sentimentalismo lo que interfería. Me pregunté cómo podía querer que esto interfiriera en mi cultivación. Inmediatamente envié pensamientos rectos para eliminarlo.

¡Cumpliré mis votos y cumpliré mi misión mientras cultivo junto con mi hija y mi hijo y regreso a mi hogar sagrado con Shifu!

¡Gracias, Shifu, por su gracia salvadora!

Los artículos en los que los cultivadores comparten sus entendimientos generalmente reflejan la percepción de un individuo en un momento determinado, en función de su estado de cultivación, y se ofrecen con el espíritu de permitir la elevación mutua.