(Minghui.org) En junio de un año, caí gravemente enferma. Me sentía mareada, tenía la visión borrosa y me costaba moverme y hablar. Al darme cuenta de que se trataba de una interferencia de las viejas fuerzas, la negué y busqué en mi interior cualquier apego que pudiera albergar.

No les conté a mi esposo ni a mi hijo mi situación porque no quería que me llevaran al hospital. En cambio, me enfoqué en estudiar las enseñanzas de Falun Dafa y en hacer las tres cosas: practicar los ejercicios, enviar pensamientos rectos y aclarar la verdad a los demás. Después de más de un año de diligencia, recuperé la salud.

Un practicante me preguntó qué había hecho para superar una tribulación tan grande, y yo respondí: «Shifu me ayudó a superarla». Cuando sentí que se estaba volviendo físicamente insoportable, pensé en las palabras de Shifu:

“Cuando te sientas más indispuesto, significa que las cosas habrán llegado al extremo y seguramente van a revertirse” (Segunda Lección, Zhuan Falun)

Pude calmarme y mantenerme concentrada en hacer las tres cosas.

También recitaba repetidamente:

“... la cultivación depende de uno mismo, mientras que el gong depende del shifu”.

Y:

“Ten el corazón para refinar gong, no el corazón de obtenerlo” (Segunda Lección, Zhuan Falun).

Día a día, fui fortaleciendo mis pensamientos rectos y actuaba de acuerdo a las enseñanzas. Así superé mi tribulación. No puedo agradecer lo suficiente a Shifu por salvarme la vida. 

Mientras luchaba contra una enfermedad, ayudé a mi madre, que también es practicante, a recuperarse de la suya. Shifu nos enseñó:

 "De ahora en adelante, cualquier cosa que hagas, deberás primero pensar en otros, y así cultivarte e iluminarte recta y altruistamente, sin egoísmo ni interés personal” (La naturaleza fo no tiene ningún punto débil. Escrituras esenciales para mayor avance)

Inspirada por las palabras de Shifu, invité a mis padres a vivir conmigo. Mi madre estaba enferma en ese momento y mi padre, también practicante, tenía dificultades para cuidarla solo. Quería llevarla a un grupo de estudio del Fa para que pudiera mejorar su carácter más rápidamente, pero me di cuenta de que tendría que llevarla en bicicleta al grupo de estudio y cuando saliera también debía llevarla a contarle a la gente la verdad sobre la persecución a Falun Dafa en China. Ella pesaba 14 kilos (30 libras) más que yo y yo tenía problemas de salud en ese momento. Sentía que no tenía fuerzas para llevarla en bicicleta.

Fortalecí mis pensamientos rectos y me dije: «Soy practicante y Shifu me ayudará a llevar a mi madre». Con este pensamiento, monté en bicicleta incluso en los calurosos días de verano para llevarla a clarificar la verdad dos veces al día y al grupo de estudio del Fa una vez al día.

Mis padres se marcharon una semana después y, de repente, me di cuenta de que tanto mi madre como yo estábamos saludables y llenas de energía nuevamente.

Al día siguiente de terminar de escribir este artículo, me di cuenta de que mi pierna derecha ya no cojeaba y que mi estado físico había mejorado considerablemente. ¡Gracias, Shifu!