(Minghui.org) ¡Gracias, Shifu, por permitirme practicar este precioso sistema de cultivación de Falun Dafa y convertirme en su discípula! El dolor y el sufrimiento de los conflictos familiares se han resuelto. Me gustaría compartir algunas de mis experiencias al madurar validando el Fa.

Comenzando a practicar

Después de casarme, tuve grandes conflictos con la familia de mi marido. Mi cuñada me hacía enfadar a menudo. La familia de mi marido era fría y despiadada, y los demás me despreciaban. Mi fuerte cuerpo se debilitó y me quedé sin energía. Quería hacer algo, pero no sabía qué.

Después de que una estudiante universitaria de nuestra aldea viera las conferencias grabadas del Fa de Shifu en la ciudad, empezó a reproducirlas en nuestra aldea. Un día oí a la gente decir: "Shifu dice cosas buenas en sus conferencias. Habla de ser buenas personas y de obtener resultados sin perseguirlos”. Cuando oí eso, supe que era una práctica de cultivación recta. Encontré a la universitaria y le pedí libros de Dafa. Me dio un ejemplar de Zhuan Falun y me enseñó a hacer los cinco ejercicios.

Empecé a emprender el camino de la cultivación. Todos los días llevaba a mi hijo de cinco años y a mi hija de tres a estudiar el Fa. Estábamos en el negocio de comida vendiendo bollos al vapor. Aunque estaba ocupada en el trabajo, aprovechaba el tiempo para leer Zhuan Falun. Sabía que era un Fa universal que Shifu mismo nos había impartido. Pensé que este Fa era maravilloso ¡y también lo era Shifu!.

Shifu empezó a limpiar mi cuerpo tan pronto como empecé a practicar. Era verdaderamente milagroso. Una noche, en un sueño, vi Zhuan Falun y Falun (ruedas del Fa) girando a mi alrededor. El poder de Dafa determinó cultivarme sólidamente.

Ser más firme

El ya fallecido líder del Partido Comunista Chino (PCCh), Jiang Zemin, inició la persecución de Falun Dafa en julio de 1999. Algunos practicantes y yo fuimos a Beijing para apelar al gobierno. En aquel momento, mi mente estaba llena del Fa. Las palabras del poema de Shifu «Quedando desenmascarado por completo» de Escrituras esenciales  para mayor avance y Zhuan Falun resonaban en mi mente. El propósito de mi vida era validar el Fa.

Me paré en la Plaza de Tiananmen y hablé a favor de Dafa. Otros practicantes y yo fuimos detenidos y llevados a la comisaría, pero no tuve miedo. Cuando la policía nos preguntó nuestros nombres y direcciones, nos negamos a hablar. Golpearon a un practicante y me llevaron al segundo piso para interrogarme. La policía me preguntó: "¿Cómo te llamas? Si no me lo dices, tendrás que ponerte en cuclillas".

Necesitaba defecar y el policía me obligaba a ponerme en cuclillas. En cuanto lo hice, ocurrió un milagro: de repente, ya no necesitaba ir al baño. Se lo agradecí a Shifu de todo corazón. Shifu está a mi lado en todo momento, protegiéndome y resolviendo mis tribulaciones. El secretario del comité del PCCh de la aldea vino y me llevó a casa.

Tiempo después, fui con algunos practicantes a Beijing para validar Dafa de nuevo. Fuimos a la Oficina de Apelaciones de Beijing y les dijimos al personal: «Falun Dafa es un Fa recto. Restauren la reputación del Maestro Li, restauren la reputación de Dafa. Liberen a todos los practicantes de inmediato». Nos arrestaron y nos retuvieron en un centro de detención. Una semana después, nos llevaron de vuelta a nuestro centro de detención local.

No nos permitieron hacer los ejercicios en el centro de detención. Los guardias nos golpeaban con porras de goma cuando intentábamos hacerlos. Pero no tuvimos miedo y seguimos haciendo los ejercicios. Cuando mi familia escribió una declaración de garantía para mí, se la pedí al director y la rompí. Le dije que no debía permitir que mi familia cometiera un delito. Cuando los guardias nos golpearon la cabeza contra la pared, sentí que el Falun daba vueltas y salía de la parte superior de mi cabeza. Cuando me golpearon con porras de goma, no sentí ningún dolor. Gracias, Shifu, por haber aguantado por tu discípula.

Creando un entorno de cultivación en el campo de trabajos forzados

En 2000 me llevaron a un campo de trabajos forzados y me retuvieron tres años. Al día siguiente de mi llegada era Nochevieja. Les dije a los practicantes que estaban allí: "En casa, los practicantes compran fruta y queman incienso para presentar sus respetos a Shifu durante el Año Nuevo. Aquí no podemos hacer eso, pero podríamos recitar el Fa y tener a Shifu en nuestros pensamientos". Todos estuvieron de acuerdo. Durante el día, cuando estaba fuera cargando agua, dije a los practicantes del tercer piso que estaríamos recitando juntos el Hong Yin a las siete de la tarde para presentar nuestros respetos a nuestro benevolente Shifu.

Esa noche, unos 75 practicantes recitaron el Fa. El campo de energía era tan poderoso que muchos factores malignos fueron destruidos. El jefe del equipo se quedó atónito. Cuando recobró el sentido, preguntó quién era el responsable. Varios internos me denunciaron. El jefe del equipo me llevó a su despacho y me preguntó si seguía practicando Falun Dafa. Cuando respondí que sí, dos guardias me ataron y me torturaron durante media hora. Mientras eso ocurría, sentí que el Falun giraba a mis espaldas. Los guardias me arrancaron parte del pelo, que cayó al suelo. Luego me abofetearon durante horas antes de devolverme a mi celda.

Vi a practicantes sentados en la celda, con prohibición de hacer los ejercicios. Ni siquiera se nos permitía doblar las piernas, así que pedí que se creara un entorno en el que pudiéramos hacer los ejercicios libremente. Pensé que no debíamos ser perseguidos así. Sentía que era lo bastante fuerte como para resistir cualquier cosa. Cuando otro practicante y yo decidimos hacer los ejercicios de todos modos, el jefe del equipo ordenó a otras reclusas que nos golpearan.

Como hice los ejercicios, me ataron y esposaron al tubo de la pared. Por la noche, me esposaban a una barra de metal en el suelo. Estuve esposada durante un tiempo y rara vez pude descansar en una cama. La reclusa que me vigilaba me dijo: "Mira, no tienes buen aspecto. Me preocupa mucho que te mueras". Informó a los guardias. Cuando el jefe del equipo me vio, me encerró en el vestuario para que descansara en la cama.

Al día siguiente, la reclusa llamó al jefe de equipo: "¡Ven a ver! Ven a ver a la novia".

El jefe de equipo me echó un vistazo y se quedó de piedra. Me dijo: "De la noche a la mañana, pareces una novia maquillada y con la cara sonrosada. ¡¿Qué ha pasado?!".

«Este es el poder de la cultivación en Dafa», respondí. "Shifu purificó mi cuerpo. Piensa en ello: ¿Cómo podría una persona normal mejorar tanto tras una sola noche de descanso?". Estuvo de acuerdo y pensó que Dafa era asombroso.

Como seguíamos haciendo los ejercicios, los guardias abrieron las ventanas para que nos congeláramos y me colgaron. Una vez me esposaron las manos y me colgaron durante dos días y dos noches seguidos. También me privaron de sueño y no me permitieron ir al baño. Por la noche, le decía a Shifu en mi corazón: «Tengo que estar de pie toda la noche y siento que es un poco duro de soportar».

Luego soñé que me sentaba y compartía experiencias con otros practicantes. Cuando desperté, ya era de día. No sentí ningún dolor en toda la noche. Gracias, benevolente Shifu, por haber soportado el dolor por mí.

Una vez me encerraron con una asesina y la hicieron golpearme e intimidarme. Tenía una mirada despiadada y una gran cicatriz en la cara. El jefe del equipo me miró para ver si tenía miedo. La asesina preguntó: "¿Me tienes miedo? Todo el mundo me tiene miedo".

Le dije que no, que realmente me preocupaba por ella y mi amabilidad la conmovió.

El jefe del equipo respondió: «Si ella [se refería a mí] no tiene miedo de vivir con una asesina, ¿quién puede convencerla?». Mientras dormía esa noche, sentí como si un demonio femenino me sujetara y no pudiera respirar. Rápidamente pedí a Shifu que me salvara y la sensación desapareció.

Por hacer los ejercicios, me esposaban al tubo de la pared día y noche. Compartí con otras practicantes que no debíamos soportarlo pasivamente. Gritamos:"¡Falun Dafa es maravilloso! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es maravilloso!" Dos jefes de equipo se acercaron y me abofetearon todo lo fuerte que pudieron. También me amenazaron diciendo: «Si vuelves a gritar, te daremos descargas con picanas [eléctricas]». Uno de los jefes de equipo le dijo a la otra practicante: «Si vuelves a gritar, tendremos que llenarte la boca con un trapo empapado en heces».

Pero seguimos gritando: ¡Falun Dafa es maravilloso! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es maravilloso! Restauren la reputación de Shifu. Restauren la reputación de Dafa. Luego recitamos Hong Yin.

Cuando el líder del equipo me golpeó con picanas eléctricas, dije: "Tengo energía. No funcionan". Cuando a la practicante le llenaron la boca con un trapo empapado con heces, no se le movió el corazón y no sintió que estuviera sucia. Así que ambas pasamos esta prueba. Cuando oímos que perseguían a otras practicantes, gritamos: «¡No persigan a las practicantes!». Formamos un solo cuerpo para impedir que los guardias nos persiguieran.

Hicimos un gran avance en nuestro ambiente de cultivación. Por la noche, más de 20 de nosotras hacíamos los ejercicios y estudiábamos el Fa juntas, y nadie interfería.

Un día, dos guardias me llevaron a una habitación fuera del campo de trabajo. Entraron dos policías militares corpulentos y empezaron a abofetearme. Dijeron que sus jefes estaban esperando fuera mi declaración de garantía. Por eso, intentaron «transformarme» por la fuerza. Si me negaba a escribir la declaración, decían que me golpearían hasta matarme. Aun así, me negué.

Me pusieron una silla contra la cintura y se turnaron para golpearme con porras de goma. Luego utilizaron picanas eléctricas para darme descargas en la cabeza. Tras golpearme durante un rato, pararon al ver que no me movía y me echaron agua por encima, gritando: «¡Despiértala a ver si sigue viva!». Para obligarme a escribir la declaración de garantía, siguieron golpeándome hasta que sus porras de goma se doblaron y las picanas eléctricas se quedaron sin energía.

Le dije a Shifu: "En este juicio, mi fe en Dafa y en Shifu es inquebrantable. Tu discípula validó y salvaguardó el Fa, todo el camino desde la Plaza de Tiananmen hasta el centro de detención del condado y el campo de trabajo". No escribí la declaración, ni sentí dolor. Era como si golpearan un saco de arena en vez de a mí. Fue Shifu quien lo soportó todo por mí y me salvaguardó para ayudarme a avanzar en esta prueba de vida o muerte. Gracias, Shifu.

Encontrando mis apegos fundamentales

Cuando me liberaron después de tres años, juré que sería diligente en mi cultivación, pero no sabía cómo. Pensaba que ayudar a otros practicantes a hacer el trabajo de Dafa era ser diligente. En cuanto alguien me llamaba para que le ayudara, iba de inmediato. Cuando la policía arrestaba a practicantes, podía sentir a Shifu preguntándome: «¿Cuánto Fa has estudiado?». También compartía con otros practicantes, pero tenía muy poco que compartir sobre el Fa debido a mi falta de comprensión. Mi falta de entendimiento resultó en mi persecución. La policía venía a menudo a mi casa para intentar arrestarme, por lo que me vi obligada a irme de casa y a mudarme con frecuencia.

Comprendí que se trataba de un arreglo de las viejas fuerzas. Miré hacia mi interior y lloré delante el retrato de Shifu: "Tu discípula no puede volver a casa. La policía está allí, esperando para arrestarme". Pedí ayuda a Shifu y me dio una pista en mis sueños. Utilizó un espejo para mostrarme los apegos de otros practicantes. Cuando me miré, me quedé boquiabierta. Sus apegos eran las cosas en las que tenía que examinarme.

Le pedí a Shifu que me diera una pista, diciendo: "Estuve retenida ilegalmente en un campo de trabajo durante tres años. He vuelto a casa, pero me siguen deteniendo a menudo. ¿Cuál de mis apegos fundamentales es responsable de que eso ocurra?".

Miré hacia dentro durante dos meses y por fin lo encontré. Cuando volví a casa, seguía resentida con mi familia. Me habían hecho tanto daño en el pasado que, en cuanto los veía, el resentimiento se apoderaba de mí. Había pensado que, al alcanzar la Perfección, no necesitaría vivir con ellos y me libraría de ellos. Después de localizar este importante apego fundamental, Shifu pareció decirme: «Te has embarcado en la verdadera cultivación».

Mi marido tuvo una aventura

Un año, cuando acababa de terminar de hacer calendarios de Dafa en mi centro de producción de material casero, me enteré de que mi marido tenía una aventura. Me dijo que estaba con su exnovia y me pidió que aceptara su relación.

Le pedí que llamara a la mujer para poder hablar con ella. Le dije: "Siento mucho haberme enterado ahora de tu relación con mi marido. No es buena idea que estén juntos. Nuestro hijo tiene casi 20 años. ¿Crees que cuando vengas a mi casa, el chico no te odiará? ¿Podrías llevar una buena vida? No es como te imaginas. Tenemos que ser responsables con nuestras familias. Si fuéramos jóvenes, te cedería mi lugar. ¿De verdad podrías ser feliz?". Hablé con ella durante tres horas sin sentir sed ni cansancio.

Le dije a Shifu: "Tu discípula sólo se centró en su propia cultivación y pasó por alto preocuparse por su marido. Hice mal". También le dije a las viejas fuerzas: «Meterse con la propia familia e interferir en la salvación de los seres conscientes son los mayores pecados del universo».

Le dije a mi marido: "Si tuvieras éxito, ella estaría contigo. Si fueras un mendigo y vivieras en la calle, ¿seguiría estando contigo?". Mis palabras le despertaron y nuestras dos familias volvieron a la normalidad. La mujer incluso me envió un mensaje admitiendo su error.

Cuando estaba haciendo los ejercicios, Shifu sacó de mí una especie de amargura, que era yeli (karma). Las lágrimas corrían por mi rostro mientras le decía a Shifu: "Yo no sufro, pero los seres conscientes sí. Crean yeli a través de la ignorancia". Lloré por ellos, y el dolor de mi corazón pronto desapareció.

Una noche, volví a sentir un dolor desgarrador en el corazón. Envié pensamientos rectos durante toda la noche, pero no pude eliminarlo. Por la mañana, me senté y dije: "¿Sufren los dioses un dolor desgarrador? No, no sufren". Con eso, Shifu eliminó rápidamente mi yeli.

Como discípulos de Dafa del período de la rectificación del Fa, debemos, ante todo, analizar los asuntos desde la perspectiva del Fa. Desde que llegamos al mundo humano, la fama, el egoísmo y el sentimentalismo han moldeado nuestras personalidades y creado todo tipo de apegos. Al trabajar con otros practicantes, he eliminado gradualmente los apegos a la envidia y el resentimiento y he cerrado las brechas entre ellos y yo. En mi camino de retorno a mi verdadero yo, he madurado validando Dafa.