(Minghui.org) La familia del Sr. Li Yeliang recibió recientemente una notificación en la que se les informaba de que su ser querido había sido ingresado en la Segunda Prisión de Beijing para cumplir una condena de tres años de prisión por su fe en Falun Dafa.
La condena injusta de este hombre de 55 años de Beijing se debió al simple hecho de haber entregado al guardia de seguridad de un complejo residencial una memoria USB que contenía información sobre Falun Dafa. El guardia de seguridad lo denunció a la Comisaría de Yongshun, en el distrito de Tongzhou, Beijing.
Un agente llamó al Sr. Li el 28 de septiembre de 2024 y le dijo que el jefe de policía necesitaba hablar con él porque la Cumbre de 2024 del Foro de Cooperación China-África se iba a celebrar en Beijing.
El Sr. Li respondió que no tenía nada que ver con la Cumbre. La persona que llamó dijo: «¡Nos vemos mañana!». El Sr. Li desapareció al día siguiente. Su familia no tuvo noticias de las autoridades hasta hace poco, cuando recibieron la notificación de la prisión. En retrospectiva, la familia se dio cuenta de que la policía simplemente estaba utilizando la Cumbre como excusa para arrestar al Sr. Li, ya que se sabía que el régimen comunista intensificaba la persecución a los practicantes de Falun Dafa en fechas importantes. De hecho, la Cumbre se celebró del 4 al 6 de septiembre de 2024, antes de que ese oficial llamara al Sr. Li.
Persecución anterior: una condena a trabajos forzados y dos condenas a prisión por un total de 12 años
Esta no es la primera vez que el Sr. Li, que tiene una licenciatura, ha sido perseguido por su fe. Después de que comenzó la persecución a Falun Dafa en julio de 1999, su lugar de trabajo redujo su salario mensual a solo unos pocos cientos de yuanes. No tuvo más remedio que renunciar. Poco después, fue arrestado y condenado a un año de trabajos forzados.
En 2002 fue arrestado de nuevo después de que la policía descubriera que había dado refugio a otro practicante de Falun Dafa. Encontraron materiales de Falun Dafa en su casa y lo condenaron a siete años de prisión.
Tras otro arresto (en una fecha desconocida), fue condenado a cuatro años de prisión en 2017. Su vida no mejoró tras su liberación, ya que la policía había registrado su información en su base de datos. Cada vez que viajaba entre Beijing y su ciudad natal en Rizhao, provincia de Shandong, su documento de identidad era marcado en las estaciones de tren y él y su teléfono eran registrados. La policía intervenía su teléfono y lo acosaba en persona o por teléfono constantemente.
El Sr. Li trabajaba como fotógrafo tras dejar su empleo. Una vez fue contratado para fotografiar a un grupo de asistentes a una conferencia en la plaza de Tiananmen, pero no se le permitió ir después de que las autoridades marcaran su nombre. La policía de Tiananmen notificó a la comisaría encargada de su residencia, que inmediatamente lo llamó y le ordenó que se presentara ante ellos. Él dijo que todavía estaba en la Gran Muralla y la policía dijo que podían ir a buscarlo. Al final no fueron.
En otra ocasión, se mudó a otro lugar. Poco después, la comisaría de la nueva localidad llamó a su puerta junto con sus homólogos de la antigua localidad. Todos llevaban sus cámaras corporales encendidas. Él preguntó por qué la policía de la antigua localidad lo había seguido a la nueva. Le respondieron que seguían órdenes para confirmar su nueva residencia.
El Sr. Li dejó de practicar Falun Dafa durante un tiempo debido a la implacable persecución. Su salud se deterioró y sus piernas se volvieron rígidas y débiles. Luego reanudó la práctica de Falun Dafa y recuperó la sensibilidad en las piernas en dos meses. Se sintió obligado a generar conciencia sobre la persecución y le dio al guardia de seguridad mencionado anteriormente cierta información, solo para ser denunciado a la policía y condenado a otros tres años.
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