(Minghui.org) El sitio web Minghui.org informó previamente sobre la muerte de la Sra. Mou Yongxia el 13 de julio de 2023, mientras cumplía una condena de seis años de prisión por su fe en Falun Dafa. La maestra jubilada de la ciudad de Daqing, provincia de Heilongjiang, tenía 75 años.
Sra. Mou Yongxia
La familia de la Sra. Mou nunca supo dónde se encontraba detenida tras su arresto en 2019. Después de ingresar en prisión en junio de 2020, se le negaron las visitas familiares y se le prohibió contactar con su familia. No fue hasta abril de 2023 que finalmente pudo llamar a sus seres queridos por primera vez. Solo entonces su hijo menor se enteró de su condena, y él le comunicó que su hijo mayor había fallecido durante su encarcelamiento.
Las autoridades penitenciarias no permitieron que el hijo menor de la Sra. Mou la visitara hasta mayo de 2023, cuando tuvo que ser hospitalizada. Le desgarraba ver a una mujer pálida y demacrada, incapaz de moverse, hablar ni comer. Solicitó su liberación inmediata, pero fue rechazado repetidamente. Su madre falleció un mes después, el 13 de julio de 2023.
El resto del informe presenta detalles recientemente obtenidos sobre el abuso a la Sra. Mou en la Prisión de Mujeres de la provincia de Heilongjiang.
La Sra. Mou fue asignada a una celda en el cuarto piso del equipo de gestión estricta tras su ingreso en junio de 2020. Cada celda tiene unos 40 metros cuadrados y alberga de 35 a 60 personas, con cinco mujeres compartiendo una cama doble. Tenían que dormir de lado por la noche.
Las guardias solo le permitían cinco minutos para ir al baño, otros cinco para cepillarse los dientes y lavarse la cara, y 15 minutos para ducharse. Con 72 años en ese momento, la Sra. Mou tenía dificultades para seguir el ritmo y a menudo no tenía descansos para ir al baño ni ducharse.
La jefa de reclusas, Wang Fengchun, le ordenaba a la Sra. Mou que se sentara en un pequeño taburete desde la mañana hasta la noche todos los días. A veces ni siquiera la dejaba dormir y, a menudo, agarraba un objeto duro al azar para golpearla.
La Sra. Mou se negó a admitir su culpabilidad y a pasar lista. Las guardias de la prisión le impidieron contactar a sus dos hijos. Como resultado, no tenía a nadie que depositara dinero en su cuenta del economato, y mucho menos comprar artículos de primera necesidad o alimentos. La jefa de reclusas, Wang, incluso le confiscó el único papel higiénico que llevaba consigo al ingresar.
La Sra. Mou fue trasladada al equipo 11 en enero de 2022, uniéndose a otras practicantes que se mantenían firmes en Falun Gong. Se les prohibió cualquier comunicación con sus familias. Desde las 5 de la mañana hasta las 8 de la noche, todos los días, las practicantes debían sentarse en un pequeño taburete con la espalda recta. También se les impuso un horario limitado para usar los baños y las duchas.
Originalmente, la celda tenía dos calefactores, pero uno fue retirado para que las practicantes sufrieran durante los fríos inviernos. La Sra. Mou, que entonces tenía 74 años y era la mayor de la celda, tenía que dormir junto a una ventana, lo que la hacía aún más fría.
La Sra. Mou se cayó de la cama la primera noche tras ser trasladada al equipo 11 y se lesionó la mano. La prisión nunca le brindó atención médica. Tuvo que depender de otras para lavar su ropa.
La tortura implacable, sumada a la falta de comunicación con sus hijos, la destrozó. Desarrolló un trastorno mental y dejó de reconocer a las personas. También sufrió incontinencia fecal. La jefa de equipo, Pang Shoumei, la golpeaba con zapatos pesados y ordenaba a otras reclusas que la golpearan, lo que le provocó lesiones en todo el cuerpo. Las reclusas también le echaron agua fría para congelarla. Su estado mental empeoró y se la oía gritar por las noches de vez en cuando.
Las guardias la trasladaron al quinto piso a principios de 2023. Su celda era húmeda y fría, sin luz solar. Le asignaron de nuevo una cama junto a la ventana. A pesar de usar dos edredones, seguía temblando de frío. Ella, junto con otras practicantes fueron encerrados en celdas separadas y no se les permitía verse. Salvo para comer y para ir al baño, las practicantes eran obligados a sentarse en pequeños taburetes desde la mañana hasta las 9 de la noche.
Las practicantes se dividieron en cinco grupos y se les pidió que se turnaran para usar el baño. El siguiente grupo debía esperar a que el anterior saliera del baño antes de entrar. La Sra. Mou fue agredida verbalmente por la jefa de reclusas, Li Guimei, el primer día en el quinto piso porque era demasiado lenta para usar el baño. Otras reclusas la golpeaban a menudo con perchas.
Uno o dos días antes del Año Nuevo Chino de 2023, la Sra. Mou se sintió muy débil y tuvo que agarrarse del marco de la puerta del baño mientras formaba con su grupo. La reclusa Yang Haiyan contó que caminaba demasiado despacio y le dio un fuerte empujón en la espalda, lo que la hizo caer de bruces sobre el duro suelo de cemento. Después de que otras la ayudaran a levantarse, vieron que tenía la cara hinchada y con moretones azules en las mejillas. Desde entonces, no pudo agacharse para ir al baño. Solo entonces la prisión eliminó el límite de tiempo para ir al baño. Sufría de micción frecuente como consecuencia de la caída y tuvo que levantarse en mitad de la noche numerosas veces. Las reclusas la golpeaban por interrumpir su sueño.
Con poca comida, siempre pasaba hambre y su salud se deterioraba. En una ocasión, se le cayó un diente mientras masticaba. Sin embargo, la prisión nunca notificó a su familia ni le brindó atención médica.
El estado de la Sra. Mou siguió empeorando. Finalmente, no pudo retener los alimentos. La prisión la acusó de estar en huelga de hambre. Murió bajo custodia el 13 de julio de 2023.
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