​Una experiencia aparentemente sobrenatural cuando presenté una petición en Beijing

(Minghui.org) Después de que el PCCh comenzara a perseguir a Falun Dafa el 20 de julio de 1999, presencié cuando los practicantes acudían a la Plaza de Tiananmén en Beijing para presentar una petición al gobierno y validar el Dafa. Yo acababa de empezar a practicar por aquel entonces y no comprendía del todo muchos de los principios del Fa.

Nunca había viajado lejos de casa y no era muy bueno con las direcciones. Pero cuando reflexioné sobre el hecho de que Dafa me salvó y Shifu me dio una segunda oportunidad en la vida, supe que también debía validar el Fa para despertar a los seres conscientes. Así que, a finales del 2000, algunos practicantes y yo tomamos un tren a Beijing.

La mañana del 1 de enero de 2001, caminaba por las calles y callejones de Beijing repartiendo folletos de aclaración de la verdad. Desafortunadamente, uno de los destinatarios era un agente de policía. Me detuvo y pidió refuerzos. Mientras el policía esperaba, forcejeé con él frente a un gran centro comercial. Cuando empezó a formarse una multitud a nuestro alrededor, inmediatamente saqué un pequeño cartel con la frase "Falun Dafa es bueno" que tenía escondido en la manga y lo desplegué.

Cuando llegaron dos policías más, intentaron meterme al coche. En ese momento, solo pensé: "¡No te obedeceré!". No sabía de dónde venía la fuerza para sostener a alguien pequeño de estatura como yo, pero los policías hicieron un gran esfuerzo por meterme en el coche. Mi resistencia los molestó, y en cuanto subí al coche, me sujetaron en el pequeño espacio entre los asientos y me golpearon. Sentí que me presionaban la cabeza con fuerza contra el suelo. No podía moverme y me costaba respirar. Cuando el policía finalmente me soltó, habíamos llegado a la comisaría.

Me dijeron que saliera del coche, pero me resistí. Me agarré con fuerza a todo lo que pude alcanzar. Esto los molestó aún más. Luego me arrastraron a la comisaría, me metieron en una celda de hierro y comenzaron a agredirme.

Me tranquilicé y pensé en lo que acababa de ocurrir. Entonces, un milagro se desarrolló lentamente, al mismo tiempo me estremece y me emociona: no podía respirar y entré en un espacio tranquilo, vacío y marrón oscuro, sin pensamientos ni movimientos. Todo estaba en silencio. Miré hacia adelante con calma, aparentemente desde la distancia, y observé a los oficiales inmovilizándome con los pies mientras me golpeaban en la cara.

Cuando recuperé la consciencia, solo podía oír sonidos distantes de una paliza, el bullicio del mercado, los coches que pasaban, los gritos de los vendedores ambulantes, la multitud que rodeaba el lugar de mi arresto. Todo había desaparecido sin dejar rastro. No sentía dolor ni sensación, como si solo fuera un espectador. Incluso cuando la paliza me dejó inflamado bajo el ojo izquierdo un estoma del tamaño del puño de un recién nacido, no sentí nada y solo pensé que unos pelos sueltos me impedían la visión. Fue extraordinario y surrealista, pero no quedaban pruebas de mi experiencia, salvo las heridas en la cara y las huellas en la ropa.

En aquel entonces, no tenía un entendimiento profundo del Fa, y mi corazón siempre estaba lleno de miedo. ¡Pero esta experiencia fue tan extraña! ¿Cómo sucedió? ¿De verdad me convertí en el protagonista de un drama sobrenatural? Lo pensé durante bastante tiempo y descubrí una cosa: ¡fue Shifu quien cargó con el sufrimiento por mí!

Me llevó un tiempo leer todas las enseñanzas del Fa y entender que Shifu verdaderamente fortalece y soporta el sufrimiento de aquellos practicantes con pensamientos rectos. Mientras nuestros pensamientos y acciones se ajusten al Fa, Shifu nos apoyará incondicionalmente.

¡Gracias Shifu!

Los artículos en los que los cultivadores comparten sus entendimientos generalmente reflejan la percepción de un individuo en un momento determinado en función de su estado de cultivación, y se ofrecen con el espíritu de permitir la elevación mutua.