(Minghui.org) La Sra. Dou Lina, de 66 años, de la ciudad de Siping, provincia de Jilin, enfrenta un proceso judicial por practicar Falun Dafa, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
La Sra. Dou fue arrestada el 22 de abril de 2025, justo al salir de la casa de otro practicante de Falun Dafa. La policía la llevó a su domicilio y le confiscó su computadora portátil y material informativo sobre Falun Dafa.
La policía le informó a la Sra. Dou que estaría detenida durante 15 días. Cuando su familia fue a la cárcel de Siping a recogerla el 7 de mayo de 2025, se sorprendieron al enterarse de que la habían trasladado al Centro clandestino de Detención de Siping y de que la policía había presentado su caso ante la Procuraduría del distrito de Tiedong.
Esta no es la primera vez que la Sra. Dou fue perseguida por su fe en Falun Dafa. Poco después del inicio de la persecución en 1999, viajó a Beijing para apelar por su derecho a practicar su fe y fue condenada a un año de trabajo forzado.
La Sra. Dou fue arrestada de nuevo a mediados de julio de 2007, junto con su esposo, el Sr. Zhang Kejiang. El 12 de mayo de 2008, el Tribunal de distrito de Tiexi los condenó a tres y ocho años de prisión, respectivamente. La Sra. Dou cumplió condena en la Prisión de Mujeres de la provincia de Jilin, localizada en Changchun la capital. El Sr. Zhang también fue trasladado a la Prisión de Jilin.
Apenas llegó a la prisión, varias reclusas la arrastraron a una celda en el primer piso. Wang Lixin, una de las reclusas encargadas de vigilarla, le preguntó si aún practicaba Falun Dafa. La Sra. Dou no respondió directamente, pero le explicó a Wang que Falun Dafa se practica en todo el mundo y que muchas personas se han beneficiado enormemente de practicarlo. Wang informó de su respuesta a los guardias de la prisión.
Las reclusas la obligaron a permanecer sentada inmóvil en un pequeño taburete desde las 5 de la mañana hasta la 1 o las 2 de la madrugada del día siguiente. Cuando se movió ligeramente en un momento dado, Wang la empujó con violencia y rompió el banco. Wang entonces agarró otro taburete y la obligó a seguir sentada.
Posteriormente, fue llevada al segundo piso para que le lavaran el cerebro. Ella Ignoró toda la propaganda difamatoria que intentaron imponerle. El guardia la encerró en una celda y exigió que cinco reclusas la transformaran. La empujaron sobre una cama y ataron sus extremidades a los cuatro postes con tanta fuerza que su cuerpo se elevó en el aire y se estiró hasta el límite.
Ilustración de tortura: estiramiento.
El dolor era insoportable. Para ahogar sus gritos, subieron el volumen del televisor y pusieron música a todo volumen. A la Sra. Dou no le permitían usar el baño y orinaba en la cama. Wang empapó un trapeador con la orina y se lo metió en la boca, rompiéndole un diente frontal. Wang también le pellizcó la cara, causándole numerosas heridas. Las cicatrices en las muñecas y los tobillos de la Sra. Dou, causadas por la tortura de estiramiento, aún eran visibles un año después.
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