(Minghui.org) Tenía 18 años cuando empecé a practicar Falun Dafa en 1998. Mi cardiopatía congénita, anemia, depresión, sordera y otras enfermedades desaparecieron. Al presenciar los milagros que experimenté, mi familia y mis amigos supieron que Dafa era bueno y me animaron a practicarlo.
Tras el comienzo de la persecución de Falun Dafa en China, el 20 de julio de 1999, fui a la plaza de Tiananmen porque me beneficiaba de su práctica. Llena de valor y determinación, levanté una pancarta y grité: "¡Falun Dafa es bueno! Limpien el nombre de mi Shifu". Estuve detenida en el Centro de Detención de Fengtai durante dos noches y un día. Envié fuertes pensamientos rectos y salí.
Shifu nos dijo cómo enviar pensamientos rectos. He visto de primera mano lo poderosos que son los pensamientos rectos; me gustaría contaros algunas de mis experiencias.
Atravesando dos veces el cerco policial
En julio de 2001, la policía rodeó el lugar donde elaborábamos los materiales de esclarecimiento de la verdad. Yo seguía enviando pensamientos rectos: «La policía no puede verme». Salí y me dirigí a una parada de autobús situada a unos 100 o 200 metros. Me di cuenta de que me había dejado el carné de identidad, así que volví para recuperarlo. Una vez más, atravesé el cerco policial y regresé a la parada de autobús.
Durante todo el trayecto tuve pensamientos rectos. Pasaron veinte minutos, pero el autobús seguía sin llegar. Mis pensamientos rectos se desvanecieron y empecé a sentir ansiedad y miedo.
Un grupo de policías vino, me detuvo y me llevó de vuelta al centro de materiales. Yo era joven y bastante ingenua; no pensé en buscar un lugar donde esconderme. Mirando atrás, me arrepiento de haber perdido la oportunidad de evitar que me persiguieran.
Los pensamientos rectos son más poderosos que una bomba atómica
Estuve en un centro de detención en 2002. Cuando envié pensamientos rectos vi a muchos soldados celestiales y practicantes de Falun Dafa golpeando gongs que sonaban más poderosos que la explosión de una bomba atómica.
Después de la explosión, todos los seres negativos de esa dimensión desaparecieron. El cielo estaba claro y transparente, tal como Shifu describió en Hong Yin II, (El cielo se vuelve a poner claro), “El cielo brumoso, brumoso; la tierra oscura, oscura
Los truenos divinos explotan, dispersan la oscura y espesa bruma”. Me quedé impactada cuando vi esta escena.
Los practicantes son un solo cuerpo
En 2003 me enviaron a la cárcel y llevaron a mi celda a una practicante algo mayor que yo. Los guardias la vigilaban de cerca y no se encontraba en muy buen estado. Me concentré en enviar pensamientos rectos para ayudar a limpiar su campo y fortalecerla.
Un día, mientras enviaba pensamientos rectos, vi una imagen de ella formada por una sustancia corrupta de su cuerpo. Se dirigió a mi imagen, que también estaba formada por sustancias impuras en mi cuerpo. Me preguntó: «¿Por qué no vigilas y controlas tu espíritu principal?». Mientras enviaba sus pensamientos, estaba ayudando a mi espíritu principal a destruirme. En ese momento la sustancia impura en mí respondió: «¡No puedo controlarla; ¡sus pensamientos rectos son demasiado fuertes, y estoy a punto de ser destruida por ella!».
Después de presenciar la conversación entre estos dos seres corruptos comprendí que los practicantes somos verdaderamente un solo cuerpo. Si no nos cultivamos bien podemos influirnos negativamente unos a otros. Si nos cultivamos bien podemos avanzar juntos, apoyarnos mutuamente y hacer las tres cosas con eficacia.
Eliminar los factores malignos que intentan destruir mi cuerpo
Me enviaron a prisión en el verano de 2004. Tuve fiebre alta durante cuatro días consecutivos. También tuve que hacer frente a la persecución y a la retórica de transformación que me lanzaban constantemente. Mi mente estaba confusa y no me dejaban dormir.
Me sentía agotada y le pregunté a Shifu: «¿Qué debo hacer?». En ese momento tuve el pensamiento: «enviar pensamientos rectos». Me di cuenta de que Shifu me había iluminado para que enviara pensamientos rectos con el fin de eliminar las sustancias que estaban dañando mi cuerpo.
Cerré los ojos y me concentré en enviar pensamientos rectos durante unos treinta minutos. Empecé a sudar profusamente. Me bajó la fiebre y desaparecieron todos los demás síntomas de la enfermedad. Después de experimentar esto, me di cuenta de que necesitamos este cuerpo físico para cultivar y hacer bien las tres cosas. Sin este cuerpo no podemos lograr nada. Las viejas fuerzas quieren destruir nuestro cuerpo. Cuando tenemos deficiencias en nuestro xinxing, las corregimos mediante el Fa. ¡No podemos permitir que las viejas fuerzas destruyan nuestro cuerpo!
Los pensamientos rectos disuelven el yeli de enfermedad
En 2016 holgazaneé en mi cultivación. No había estudiado mucho el Fa, y estaba distraída por muchas cosas; no estaba en un buen estado. Mientras estaba en el trabajo, de repente sentí un dolor indescriptible en la cabeza, como si me explotara, y no podía ver nada. Me senté en mi puesto de trabajo y pedí ayuda a Shifu. Entonces envié pensamientos poderosos y rectos para eliminar los factores malignos que intentaban destruir mi cuerpo.
En unos cinco minutos, los síntomas de mi cabeza empezaron a remitir. Al cabo de unos diez minutos, sentí la cabeza ligera y continué trabajando. Mi marido me instó a que me fuera a casa. Después me dijo que tenía sangre en los ojos, pero no me lo dijo porque le preocupaba que entrara en pánico. Tampoco le hablé del dolor de cabeza.
Cuando volví a casa y me miré en el espejo, me di cuenta de que había sufrido un derrame cerebral y tenía una hemorragia cerebral. Shifu me ayudó y dejó que la sangre fluyera hacia mis ojos. La sangre desapareció una semana después. Miré en mi interior después del incidente, y me di cuenta de que mi apego al resentimiento y la búsqueda del ocio y la comodidad probablemente desencadenaron esta tribulación.
En junio de 2023, mi hermana desarrolló un gran forúnculo del tamaño de un puño. Tuvo fiebre durante varios días y apenas podía caminar. Le dije que enviara pensamientos rectos, ya que afectaba a su cultivación y a su capacidad para hacer las tres cosas. Dijo que dejaría que siguiera su curso. Tardó un mes en recuperarse. Más tarde, a mi marido también le salieron dos forúnculos grandes y también tardó más de un mes en curarse.
Yo tuve un gran forúnculo a finales de agosto de ese año. Mi marido me dijo que no pasaría nada cuando saliera el pus. Yo le contesté inmediatamente: «No, no lo reconoceré».
Shifu nos dijo:
“Hablemos sobre lo más común; en el lugar donde una persona tiene un tumor, una inflamación, un crecimiento anormal de los huesos o cosas así, en otro espacio allí se encuentra echada una entidad inteligente;”
…“Después de quitar esa cosa, descubrirás que en el cuerpo de este lado no hay nada. Sea una protuberancia del disco vertebral lumbar o una proliferación en los huesos, después de quitar esa cosa y expulsar el campo, descubres que el enfermo inmediatamente se pone bien”. (Séptima Lección, Zhuan Falun).
Sé que se debía a que las sustancias negativas del interior de mi cuerpo intentaban interferir en que hiciera bien las tres cosas, por lo que necesitaba eliminarlas. Pedí a Shifu que me fortaleciera y luego envié pensamientos poderosos y rectos para desintegrarlas. Después me fui a la cama y a la mañana siguiente el gran forúnculo desapareció sin dejar rastro.
Mi marido y mi hermana lo vieron y exclamaron asombrados: «¡Si lo hubiera sabido, habría enviado pensamientos rectos para eliminarlo!». Nosotros los practicantes seguimos las enseñanzas de Shifu y creemos en Shifu y el Fa 100%. Seguramente ocurrirán milagros. A través de innumerables crisis, la protección compasiva de Shifu me ha traído a donde estoy hoy.
Mi creencia en Dafa y Shifu se volvieron firmes.
Desde el momento en que empecé a estudiar el Fa hasta que llevaba diez años cultivandome, mi mayor reto era mi creencia en Shifu y en el Fa. Shifu separó el lado de mí que cultivaba bien y cumplía con el estándar. Sin embargo, luego me volvía nebulosa e insegura acerca de mi cultivación. Empecé a preguntarme si Dafa era verdadero, si había dioses y Budas. Estas dudas me causaban mucha angustia.
Cada vez que experimentaba este estado, me tranquilizaba a través de los milagros que veía con mi tercer ojo, así como los que se manifestaban en mi cuerpo, de que Shifu estaba aquí para rectificar el Fa y de que los dioses y los Fo existen de verdad.
En mis pensamientos le pregunté a Shifu: "¿Qué debo hacer? Por favor, ayúdame. No debo dejarme llevar por estos pensamientos perversos". De repente, me vinieron a la mente las palabras «sospecha». Inmediatamente comprendí que Shifu me había iluminado; era la sustancia de la sospecha en acción.
La sospecha es una sustancia profundamente corruptora en el viejo universo. Puede manifestarse de formas sutiles, como dudar a diario de los seres queridos y los amigos, temer la enfermedad durante episodios de malestar y cuestionar diversos aspectos de la propia práctica de cultivación. Este insidioso sentimiento a menudo se esconde tras la fama, las ganancias y las emociones, ejerciendo una tremenda influencia negativa. En una escala mayor, se manifiesta dudando de Shifu, de Dafa, de los compañeros practicantes, de si los seres conscientes están dispuestos a escuchar la verdad, etcétera.
Cuando me di cuenta de lo dañina que era la sospecha, inmediatamente envié poderosos pensamientos rectos, pidiendo a Shifu que me reforzara y eliminara completamente la sustancia de la sospecha. Después de enviar pensamientos rectos durante algún tiempo, descubrí que mi creencia en Shifu y en el Fa era inquebrantable. Creyendo 100% en Shifu y en el Fa, pude sumergirme en el Fa mientras lo estudiaba, ¡y realmente sentí que cada palabra que Shifu hablaba era verdad!
Aclarando la verdad sobre la persecución
A lo largo de todo mi camino de cultivación, hacer bien las tres cosas y utilizar mis poderes sobrenaturales otorgados por Shifu, jugó un papel vital. Cuando se trata de aclarar la verdad, enviando pensamientos rectos puedes lograr el doble de resultados con la mitad de esfuerzo.
Al principio, una compañera de trabajo se negó a escucharme cuando le hablé de la persecución de Dafa por el Partido Comunista Chino (PCC). Incluso me dijo que me había engañado. Cuando me encontré con esta situación, le envié pensamientos rectos varias veces en el trabajo.
Cuando volví a hablar con ella, se mostró dispuesta a escuchar y aceptó renunciar al PCCh y las organizaciones relacionadas. Después de que compartí el reciente artículo de Shifu, «Por qué existen los seres humanos», ella se acercó a mí para aprender más sobre Falun Dafa. También dijo que animaría a su familia a renunciar al PCCh y sus organizaciones relacionadas.
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