(Minghui.org) ¿Por qué el New York Times, el «periódico de referencia», repetidamente no informa sobre las atrocidades contra Falun Gong, sino que amplifica la propaganda del Partido Comunista Chino (PCCh)?

La campaña del PCCh para erradicar el grupo espiritual Falun Gong (Falun Dafa) es una de las crisis de derechos humanos más graves que tienen lugar en China, afecta a millones de personas y cuesta miles de millones de dólares. Sin embargo, se ha informado muy poco de ella, y sus víctimas son descartadas y difamadas. El Centro de Información de Falun Dafa (Faluninfo.net) publicó un informe de investigación en marzo de 2024, y señaló los siguientes hallazgos clave.

Un análisis colectivo de las descripciones utilizadas en los artículos del New York Times desde 1999 hasta 2023. (Fuente: Centro de Información de Falun Dafa)

1. Tergiversación generalizada

La cobertura del New York Times distorsiona de manera significativa e irresponsable la historia de Falun Gong, ya sea en términos de la naturaleza de la práctica o el alcance de la persecución. No informar o informar incorrectamente conlleva amplias implicaciones para la gente en China y en todo el mundo.

2. Inexactitudes frecuentes

La cobertura del New York Times sobre Falun Gong está plagada de errores factuales. Estos van desde afirmaciones relativamente benignas a etiquetas más dañinas que alimentan el odio hacia el grupo. La caracterización que hace el periódico de las enseñanzas (Verdad-Benevolencia-Tolerancia) y creencias de Falun Gong ha sido predominantemente inexacta y negativa, y a menudo sigue la verborrea del PCCh. La imagen de Falun Gong que se desprende de la cobertura no concuerda con la realidad vivida por los practicantes ni con las evaluaciones de los expertos en religión china.

3. Siguiendo al PCCh

La cobertura del New York Times favoreció a las fuentes gubernamentales chinas al informar sobre la violenta campaña lanzada por el régimen en julio de 1999, desde su inicio. El periódico repite, y aparentemente ha interiorizado, aspectos clave de la campaña del régimen. Esto persistió incluso cuando las afirmaciones contradecían los primeros informes del propio The New York Times y las nuevas investigaciones de grupos de derechos humanos.

4. Silencio sobre la persecución a Falun Gong

Durante los últimos 20 años, The New York Times ha guardado un notable silencio sobre las atrocidades cometidas contra los practicantes de Falun Gong, incluida la sustracción forzada de órganos a presos de conciencia. Increíblemente, el periódico no publicó ninguna noticia centrada en los abusos contra los derechos de los practicantes de Falun Gong en China desde 2016, incluso cuando estas violaciones continuaban a gran escala. El periódico ignoró los principales informes de grupos de derechos humanos, el Tribunal de China de Londres de 2019 sobre la sustracción forzada de órganos, así como los continuos casos individuales de alto perfil de sentencias de prisión y muertes de practicantes mientras estaban bajo custodia. Al menos un experiodista del Times informó que los editores le prohibieron investigar los abusos de trasplante de órganos contra practicantes de Falun Gong y otros presos de conciencia.

5. Fuerte contraste con la competencia

La cobertura del New York Times de la crisis de los derechos humanos de Falun Gong durante su fase inicial fue significativamente diferente de la de otros periódicos importantes. Mientras que The New York Times estaba aparentemente preocupado por distorsionar los hechos sobre las creencias de Falun Gong y mejorar los lazos con los líderes comunistas chinos, sus pares como The Wall Street Journal, Washington Post y otros, produjeron investigaciones pioneras y periodismo galardonado sobre el costo humano que estaba teniendo la represión, y las inexactitudes en la propaganda del régimen contra Falun Gong. Saltando a 2019, medios como The Guardian y Reuters informaron sobre las conclusiones del Tribunal de China, que The New York Times ignoró.

6. Contraste en la cobertura de uigures y tibetanos

El silencio del New York Times sobre Falun Gong es aún más marcado cuando se compara con la cobertura del periódico de las crisis de derechos humanos que enfrentan otros grupos religiosos y étnicos en China, a saber, uigures y tibetanos, cuya población es mucho menor que la comunidad de Falun Gong en China. Desde 2009, el periódico ha publicado cientos de artículos, incluidos reportajes de investigación y perfiles favorables de presos uigures y tibetanos, así como docenas de artículos de opinión de académicos y miembros de estas comunidades. En cambio, sólo publicó siete historias sobre la persecución a Falun Gong, y ni un solo artículo de opinión de un practicante de Falun Gong.

7. Aumento de la distorsión con el tiempo

En los últimos años, la cobertura de The New York Times se ha vuelto aún más problemática. Junto con el completo silencio sobre los abusos de derechos que enfrentan los practicantes de Falun Gong, los pocos artículos que publicó sobre Falun Gong han sido abiertamente hostiles, apuntando a organizaciones fundadas por practicantes. Estos artículos negativos repiten inexactitudes anteriores, incorporan otras nuevas y, en la práctica, sirven a los objetivos del PCCh de difamar a Falun Gong y obstaculizar a los críticos del Partido.

8. Vidas perdidas y falta de información

El impacto de la información distorsionada del periódico y el tratamiento irresponsable de los practicantes de Falun Gong como «víctimas indignas» ha contribuido a la impunidad de la que gozan los represores, y ha privado a sus víctimas de un apoyo internacional vital, lo que sin duda ha provocado un mayor sufrimiento y pérdida de vidas en toda China continental. Dada la fuerte intersección entre la campaña del régimen contra Falun Gong y temas centrales de la vida cotidiana en China -censura en Internet, vigilancia pública, trabajo forzado y deficiencias del Estado de Derecho- el silencio del New York Times sobre Falun Gong ha privado a los responsables políticos y a las empresas de información crítica para navegar por la China actual.

9. Beneficiarios de las distorsiones del New York Times

El régimen chino se benefició enormemente de la cobertura del periódico, ganando fuerza para su agenda de marginar a Falun Gong y ocultar la represión contra él, al tiempo que proporcionaba credibilidad a la propaganda anti-Falun Gong, a nivel nacional e internacional. Mientras tanto, The New York Times evitó ser penalizado por el régimen chino (y tal vez incluso ganó favores) al adoptar un enfoque de no intervención al informar sobre la campaña sistemática del PCCh de persecución religiosa contra Falun Gong.

Nota del reportero: No he podido evitar fijarme en que The New York Times, fundado en 1851 por Henry J. Raymond y George Jones, siempre ha cubierto temas políticos, sociales y culturales con un estilo serio y reportajes en profundidad. Durante décadas se labró una buena reputación y en su día fue el mayor periódico liberal de Estados Unidos dedicado a ofrecer a sus lectores contenidos informativos de alta calidad. Sin embargo, este periódico en el que se confiaba tras generaciones de duro trabajo ha decaído en los últimos 26 años debido a informaciones erróneas, falsas y a que no ha informado sobre Falun Gong. Estas cuestiones tienen repercusiones prácticas e importantes en el mundo y en el propio The New York Times. ¿Cuál es la razón detrás de esto?