(Minghui.org) Mi madre comenzó a practicar Falun Dafa antes de que comenzara la persecución. Después de que el Partido Comunista Chino (PCCh) iniciara la persecución a Falun Dafa el 20 de julio de 1999, como resultado de estar implicada con mi madre, sufrí indiferencia, burlas y calumnias. Sin embargo, al ver las sonrisas sinceras y las miradas amables entre nuestros practicantes de Dafa, sentí que había encontrado un refugio seguro. Luego, en 2004, comencé a practicar la cultivación de Dafa, llevando conmigo un apego fundamental a la fama y un anhelo de bondad. Aunque la persecución aún era rampante en ese momento, muchos practicantes de mi pueblo que habían comenzado a practicar Dafa antes de 1999 se habían mantenido firmes en su creencia, así que no sentí mucha presión. Especialmente porque aún no estaba casada y mi madre era una practicante veterana, gran parte de la presión social se bloqueó antes de llegar a mi.

Durante casi dos años antes de casarme, me cultivé en un ambiente relativamente tranquilo. Aunque experimenté la dificultad de soltar apegos y me esforcé con ahínco, bajo cierta presión, por hacer lo que una discípula de Dafa debe hacer, todo durante ese tiempo fue mucho más sencillo comparado con lo que encontré después del matrimonio.

Después de casarme, me mudé a la aldea de mi esposo, donde vivo ahora. No había practicantes de Dafa en esa aldea. Otros practicantes decían que yo sería la esperanza para los seres conscientes de allí. Pensé lo mismo, pues quería salvar a la gente. Mirando hacia atrás, era como un ternero recién nacido, inconsciente del peligro y avanzando audazmente a trompicones.

Fue con ese espíritu audaz y la guía de Dafa que logré avanzar paso a paso.

Durante los primeros años, casi todas las tribulaciones vinieron de mi suegra. La gente habla de los conflictos con las suegras y los esposos irrazonables. Eso era lo básico en mi casa. Además de los intereses materiales, era calculadora incluso en los asuntos cotidianos, y luego decía a mis espaldas que era una tonta. No le importaban en absoluto mis dos hijos. Incluso cuando un niño se caía delante de ella, fingía no verlo y se marchaba.

Cuando me regañaba, a menudo ni siquiera sabía el motivo. Después de que ocurriera muchas veces, me di cuenta de que era mi cuñada mayor quien le había puesto las cosas difíciles. Como no se atrevía a replicarle, desvió su ira contra mí. ¡Su astucia me hizo sentir que era una malvada! Sobre todo cuando le conté la verdad sobre Dafa por primera vez, se echó a reír a carcajadas, como si hubiera dicho algo ridículo. Su reacción me recordó la enseñanza de Shifu: “...cuando alguien inferior oye el Dao, se ríe a carcajadas; si él no se riera, este no sería el Dao” (Novena Lección, Zhuan Falun).

Por suerte, no descuidé el estudio del Fa. A través de todo tipo de conflictos, mejoré mi cultivación. Cuando ella me decía cosas hirientes, examinaba porqué me sentía herida. ¿Qué apego tenía? ¿Por qué me sentía tan molesta? Miré en mi interior y eliminé esos apegos. Por supuesto, solo necesitaba la determinación de soltarlo, y entonces Shifu me ayudaría a eliminar esos apegos. Seguí profundizando. Si no hubiera sido mi suegra, sino otra persona, quien dijera esas cosas, ¿habría reaccionado igual? ¿Por qué le guardaba tanto resentimiento? Durante los años en que mis hijos eran pequeños, este tipo de experiencias surgieron una y otra vez.

Cuando sentí que probablemente había superado todas las pruebas, ella comprendió y, con cautela, me dijo que temía que le guardara rencor por cómo me había tratado. Le dije que olvidara el pasado. Poco a poco, comprendí que la razón por la que me intimidó tanto al principio de mi matrimonio fue porque quería que me divorciara de su hijo. Su padre había sido director de escuela durante la Revolución Cultural y fue perseguido, así que quizás su miedo a la persecución del PCCh era profundo. Temía que mi práctica de Dafa le causara problemas e implicara a toda su familia.

Cuando le aclaraba la verdad, nunca me escuchaba, pero siempre había un nuevo calendario de aclaración de la verdad en su mesa cada año. No eran míos, y probablemente se los regalaron otros practicantes que conoció en el mercado. A lo largo de todos estos años, debió haber escuchado y aceptado la verdad. Me di cuenta de cómo cambió su actitud hacia mí. Su cambio no fue solo resultado de mi propia cultivación, sino también de que muchos practicantes le aclararan la verdad. Ahora mi suegra se ha vuelto mucho más sincera en sus interacciones con los demás. Me di cuenta de que todos sus comportamientos pasados, en realidad, eran para ayudarme a cultivar. Ahora que he mejorado, ella también ha mejorado.

Hace un tiempo, trabajaba en una fábrica. Estábamos divididos en en grupos de cuatro, dos de los trabajadores de mi grupo solían intimidar a un compañero alto. Este también se defendía de diversas maneras. El ambiente me disgustaba y me decepcionaba mucho su comportamiento. Un día, mientras trabajaba, pensaba en un artículo que había leído recientemente en Minghui.org, escrito por una persona común. Me conmovió profundamente el tono sereno del autor. Incluso cuando describía cómo había sido humillado y maltratado por otros, no había rastro de resentimiento en sus palabras. Para una persona común, alcanzar ese nivel significaba que ya había superado los estándares humanos comunes. Si incluso un no practicante podía soportar tal injusticia sin odio, ¿cómo podía yo, una discípula de Dafa, sentirme molesta solo por presenciar los conflictos de los demás?

Estas personas no eran seres divinos que vinieron a este mundo para salvar vidas en sus propios reinos, con una fe firme en Dafa a pesar de lo duro que es este mundo. ¿Cómo podía menospreciarlos? Shifu dijo que cuando los seres divinos reencarnaban en el mundo humano, a menudo tenían que adoptar rasgos animales para sobrevivir. Para un ser divino que conoce la verdad, es una gran humillación hacerlo, pero aun así vinieron sin dudarlo. ¿Cómo no iba a sentir admiración por estos seres que descendieron a la humanidad? ¿Por qué seguía atrapada en su comportamiento superficial?

Justo mientras pensaba esto, el compañero de trabajo alto me habló de una manera extraña y desagradable. Sentí una oleada de disgusto creciendo en mi interior, pero esta vez no actué. Me dije a mí misma que debía tener compasión, sonreí y respondí con amabilidad. Después de eso, noté que su tono se volvió menos áspero. Quizás, después de mejorar en este entorno, ellos también cambiarían para mejorar.

Llevo más de 20 años cultivándome. Conozco solo a unos pocos practicantes a mi alrededor, pero me siento como si estuviera en un entorno rodeado de Dafa dizi, porque tenemos Minghui.org y Zhengjian.org. Estoy profundamente agradecida por los sinceros artículos de otros practicantes donde comparten sus experiencias. Nunca he visto a Shifu en persona, pero me siento como si estuviera a su lado. Leo sus enseñanzas a diario y me siento increíblemente afortunada de ser una discípula de Dafa. Solo cultivándome bien puedo cumplir mi promesa a Shifu, quien nos aprecia más que nosotros mismos, y a los seres conscientes que depositan una esperanza infinita en nosotros.

Este es mi entendimiento personal. Por favor, tengan la amabilidad de señalar cualquier irregularidad. Gracias, Shifu. Gracias, compañeros practicantes.