(Minghui.org) Antes de empezar a practicar Falun Dafa en 1998, era egoísta, discutía con mis suegros y los maldecía. Al leer el Fa (enseñanzas) y seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia de Falun Dafa, cambié. Mi esposo fue testigo de esto y sabe que Falun Dafa es bueno. No importa cuán severamente el Partido Comunista Chino (PCCh) persiga a los practicantes, él siempre me apoya y me dice: "¡Estoy aquí para protegerte!".

Para celebrar el 26.º Día Mundial de Falun Dafa, escribo nuestra historia para expresar mi gratitud al Maestro Li Hongzhi (fundador de Falun Dafa) por su benevolente salvación y para agradecer a mi esposo por su apoyo incondicional. También espero que la gente pueda conocer los milagros de Falun Dafa, a través de mi historia y sepan que Falun Dafa es bueno.

De mujer agresiva a buena esposa

Mi esposo es el tercer hijo. Vivimos con sus padres después de casarnos. Yo era extrovertida y de carácter fuerte. Quería hacerlo todo bien y tenía altas expectativas para mí y para los demás. Me gusta la limpieza, pero la casa de mis suegros estaba sucia, así que no la soportaba. Todos los días, al llegar del trabajo, abría la puerta de una patada y gritaba: "¡He vuelto a la porquería!". Luego limpiaba la casa. Podía trabajar, pero me resultaba aún mejor regañar a la gente. Cuando no estaba contenta, regañaba a todos. Mis suegros me tenían miedo.

Trabajaba en un hotel y llevaba cosas a casa todos los días. Robaba todo lo que mi familia necesitaba para no tener que gastar dinero en nada. Mi familia comía buena comida, como langostinos, y a veces robaba varias cajas a la vez. La vida de mi familia mejoró mucho gracias a mis robos. Como resultado, mi familia no se atrevió a corregirme ni a detenerme porque yo era el "héroe" de la familia.

En los primeros días de mi cultivación, leí lo que dijo Shifu:

“En el pasado, los empleados y operarios de la fábrica de tejidos todos se llevaban restos de toallas a sus casas. Después de aprender Falun Dafa, este estudiante no solo no se llevó más a su casa, sino que devolvió las que se había llevado anteriormente. Cuando los demás vieron esto, nadie se llevó más y algunos empleados incluso devolvieron a la fábrica las toallas que habían tomado antes; en toda la fábrica apareció esta situación” (Cuarta lecciónZhuan Falun). 

Dejé de robar.

Después de empezar a practicar Falun Dafa, seguí firmemente los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y resolví mi conflicto con mi suegra. Ella decía que yo era una persona completamente diferente. Durante un tiempo trabajé en unos baños públicos, vendía boletos y tenía que ir a trabajar alrededor de las 6 de la mañana todos los días. Una mañana, mi suegra me dijo que quería comer empanadas rellenas de carne. Le dije: "Está bien, te haré empanadas mañana". Cuando me desocupé en el trabajo, me tomé un breve descanso y salí a comprar el relleno de carne. Luego me levanté temprano al día siguiente para hacerle sus empanadas. Pero al terminar, mi suegra dijo enojada: "¿Quién te dijo que hicieras empanadas? ¡Quiero comer bollos al vapor!".

Si esto hubiera sucedido antes de empezar a practicar, la habría regañado severamente y no le habría permitido comer empanadas. Pero recordé que era una cultivadora, y Shifu dijo: 

“Por supuesto, ya que hacemos el xiulian en la sociedad de la gente común, respetar a nuestros padres y educar a nuestros hijos son todos deberes; en todos los ambientes hay que ser bueno y benevolente con los demás, y más aún con tus parientes” (Sexta LecciónZhuan Falun

Así que le dije: “Mamá, no te enfades. Mañana madrugaré para prepararte bollos. Hoy puedes comer empanadas”. Al día siguiente de madrugada preparé bollos.

A mis suegros les gustaba beber cerveza, así que iba al supermercado todos los días después del trabajo a comprar tres botellas de cerveza para ellos y mi esposo, una por persona. Al ver mis cambios positivos tras empezar a practicar, mi suegra decidió practicar. Pero cuando el Partido Comunista Chino empezó a perseguir a Falun Dafa, se asustó y dejó de practicar. El PCCh me arrestó. Mi suegra estaba angustiada y asustada. Enfermó y no podía levantarse. Me hechó de menos antes de morir, pero no pudo verme.

Tras el fallecimiento de mi suegra, mi suegro se mudó con su otro hijo. Como estaba ocupada con el trabajo, no lo visité durante un tiempo. Me extrañaba y lloraba. Fui allí, le limpié la nariz, le corté las uñas de los pies y le lavé los pies. Cuando falleció, me encargué de los preparativos del funeral. Los dos hermanos de mi esposo y sus familias estaban muy agradecidos. Vieron la bondad y el altruismo de los practicantes, y todos dijeron que Falun Dafa es bueno. Como mi esposo se benefició especialmente, apoya mucho mi cultivación.

“¡Estoy aquí para protegerte!”

Mi esposo es una persona amable y honesta, pero tímida. No se defiende cuando lo acosan. Pero cuando los funcionarios del PCCh persiguen a Falun Dafa, me defiende y me protege con valentía.

En 1999, cuando la persecución estaba en su apogeo, un día mi esposo estaba jugando mahjong en una sala de mahjong. Había más de doce personas allí y alguien dijo algo irrespetuoso sobre Falun Dafa. Cuando mi esposo lo oyó, se levantó, golpeó la mesa y gritó: "¿De qué tonterías estás hablando? ¿Qué sabes de Falun Dafa? ¿Qué derecho tienes a decir que Falun Dafa es malo? Mi esposa practica Falun Dafa, así que estoy calificado para hablar de Falun Dafa. Antes de practicar Falun Dafa, jugaba mahjong, bailaba y maldecía a mis padres. Después de practicar Falun Dafa, dejó de maldecir, jugar mahjong y bailar. ¡No solo es buena conmigo, sino también con mis padres! Si en la tienda le dan demasiado cambio cuando compra algo, lo devuelve. ¿Quién de ustedes haría eso?". La gente a su alrededor asintió.

Mi esposo y yo acompañamos a mi cuñado a ver a un médico. Le di al taxista un CD con información sobre Falun Dafa y conversé con él, pero me denunció. Un coche patrulla bloqueó la carretera y nos detuvo. Nos llevaron a los tres a la comisaría. Les conté a los policías la verdad sobre Falun Dafa y cómo me convertí en una mejor persona después de empezar a practicar. Mi esposo también les contaba la verdad. Los policías le dijeron: "¡Tú también practicas Falun Dafa!".

Mi esposo respondió: “¡Tienen un concepto muy alto de mí! No soy digno. Los practicantes de Falun Dafa no deben defenderse cuando los golpean ni replicar cuando los regañan. Mi esposa no fuma, no bebe ni juega mahjong. Los practicantes no matan. Son buenas personas, y son mejores que las buenas personas. ¡No puedo hacer eso! Después de que mi esposa practicó Falun Dafa, si alguien le daba dinero extra, lo devolvía. Si encontraba dinero de otros, lo regresaba. ¿Quién de ustedes, policías, haría eso?”. Después de que les contamos la verdad sobre la persecución, la policía nos liberó a los tres.

Posteriormente, fui arrestada por funcionarios y condenada ilegalmente a tres años de trabajo forzado. Durante los primeros dieciocho meses, como me negué a renunciar a mi fe, la capitana de la prisión gritaba mi nombre todos los días cuando llegaba a trabajar. Luego me regañaba y me golpeaba. Mis firmes pensamientos rectos y mi determinación de no renunciar a Falun Dafa la conmovieron, y dejó de golpearme. Me trató muy bien y me protegió.

Una vez, todo el cuerpo policial llevó a cabo un "ataque sorpresa": torturaron y golpearon a los practicantes, obligándolos a todos a perseguir a Falun Dafa. La capitana fue la primera en gritar mi nombre. Pero en cuanto entré en su oficina, cerró la puerta y me dijo: "Vuelve". A veces, para encubrir a los otros practicantes que recitaban el Fa, yo jugaba al póquer con ella. Cuando se enteró, le dije: "Hazte de la vista gorda y finge que no lo viste". A ella le daba igual.

Me liberaron del campo de trabajo tres años después y descubrí que mi esposo había perdido 18 kilos. Le pregunté qué había pasado. Me dijo: “Sufriste tanto en el campo de trabajo, que no comí pescado, carne ni huevos durante tres años. Deberíamos compartir nuestras penalidades”. Tenía miedo de que me persiguieran de nuevo, así que no me dejó salir a esclarecer la verdad a la gente sobre Falun Dafa. Incluso destrozó mi impresora. Cuando otros practicantes vinieron a verme, los maldijo y los echó. Le dije: “Por favor, no me detengas. Quiero asistir a Shifu a salvar a la gente”. Cuando salía a distribuir materiales por la noche, él leía libros de Falun Dafa. Dijo: “¡Leo libros de Falun Dafa para que el tiempo pase más rápido y le pido a Shifu que te proteja!”.

Más tarde, a medida que mi cultivación mejoraba y seguía aclarándole la verdad a mi esposo, él ya no tenía miedo. Al contrario, me apoyaba y me acompañaba cuando salía a repartir materiales. Ya no se molestaba cuando otros practicantes venían a casa. No le gustaba oír a los practicantes hablar sobre asuntos personales. Dijo: “Cuando vengan a mi casa, por favor, no hablen de temas comunes ni chismes a sus espaldas. Mi esposa es una cultivadora y no dice nada que no esté de acuerdo con el Fa”.

La cubierta de mi cocina estaba rota y el técnico se equivocó al medir, así que la lámina era demasiado pequeña. Me dijo: "¡Disculpe! Cometí un error. ¿Cree que debería pagar una chapa nueva o debería darle 50 yuanes?". Mi esposo respondió: "No tiene que pagarme 50 yuanes, simplemente haga lo mejor que pueda y póngala. Mi esposa practica Falun Dafa y no puedo dejar que la pague". El hombre se conmovió mucho. Mi esposo entró rápidamente en mi habitación y me dijo: "Ya le he dado las bases. Ve a decirle la verdad sobre Falun Dafa".

A veces tenía conflictos con otros practicantes, y mi esposo se enteró al llegar a casa y me preguntó qué había pasado. Después de escucharme, me aconsejó: “Eres practicante de Falun Dafa, así que debes escuchar las palabras de Shifu. Cuando tengas problemas, mira dentro de ti y descubre dónde te equivocaste. ¿Cómo puedes culpar a tus compañeros practicantes? Todos ustedes cultivan Falun Dafa, así que deben ser tolerantes con los demás. Aunque ellos no mejoren, tú debes mejorar”. Al escuchar sus palabras, mi corazón se tranquilizó al instante.

Le dije más de una vez: “Crees tanto en Dafa, me apoyas en mi cultivación y lees libros de Falun Dafa. ¿Por qué no te cultivas conmigo? ¡Sería genial!”. Pero él siempre dice: “¡Sé que Falun Dafa es bueno! Estoy aquí para protegerte. Además, no puedo dejar de jugar al mahjong”.

En los últimos dos años, el PCCh llevó a cabo la "campaña de reducción a cero" contra los practicantes. Como no uso teléfono móvil, la policía no pudo encontrarme, así que buscaron a mi esposo. Mi esposo se negó rotundamente a ayudarlos. Más tarde, la policía llamó a mi hijo, que trabajaba en otro lugar, y le pidió que convenciera a su padre para que fuera a la oficina del vecindario a firmar mi renuncia a mi fe. Cuando mi esposo llegó a la oficina del vecindario, golpeó la mesa en cuanto entró en la habitación y gritó: "¿Qué tiene de malo que mi esposa practique Falun Dafa y sea una buena persona? ¡Y, sin embargo, la acosaron repetidamente!

¿Cómo pueden ser buenos si persiguen a la gente buena? Se acerca la gran pandemia y será muy peligrosa. ¿No están preocupados?

El oficial de la oficina se asustó y dijo: "¡Por favor, no te enojes! Tenemos que hacerlo. No la volveremos a buscar. Por favor, vete a casa". Desde entonces, nadie de la oficina del barrio vino a acosarme.

Últimamente he dedicado mucho tiempo cada día a esclarecer a la gente la verdad sobre Falun Dafa y la persecución. Iba al mercado matutino y aclaraba la verdad sobre Falun Dafa para ayudar a salvar a la gente. A veces volvía a casa por la tarde, y a veces llegaba muy tarde por la noche. Mi esposo me dijo: “Últimamente lo estás haciendo bastante bien y eres muy diligente. Si el practicante que suele acompañarte se va a otro sitio, yo iré contigo. ¿No es para ayudar a la gente a renunciar al PCCh y garantizar tu seguridad? ¡Iré contigo todos los días!”.