En el camino del retorno al verdadero yo

(Minghui.org) Me gustaría hablarles de un compañero practicante de Falun Dafa (Falun Gong), Peng, que tiene 74 años y lleva 16 años practicando Falun Dafa. Ha soportado dificultades, trabajado duro y sobrellevado las cargas de la vida de su familia. La esposa fue condenada injustamente por el Partido Comunista Chino (PCCh) en dos ocasiones y sigue en prisión. Él se ocupa de su propia vida y gestiona el negocio familiar. A continuación, algunas historias de las experiencias de Peng al practicar Falun Dafa.

Peng y su esposa practicaban Falun Dafa juntos, y bajo su guía, toda su familia valoraba Dafa. Cuando la familia se reunía, se saludaban diciendo: «¡Falun Dafa es bueno! Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno». Peng goza de buena salud, el negocio de su hijo es próspero y a sus nietos les fue bien en la escuela.

Su esposa fue encarcelada por producir materiales de aclaración de la verdad. Al principio, Peng se sintió triste e impotente, pero poco a poco aprendió a afrontarlo todo. La persecución por parte del PCCh lo motivó a estudiar más el Fa y hacer más los ejercicios. Se volvió más paciente y tolerante con otros practicantes, niños y vecinos. Es considerado con los demás y ayuda a los necesitados. En invierno, ayudaba a romper el hielo del río y barría la nieve para que los vecinos pudieran salir a lavar la ropa. También ayudaba a sus vecinos en las tareas agrícolas.

Un invierno, un anciano se perdió. Entró en el patio de Peng por la noche y no pudo decirle la ubicación exacta de su casa. Solo sabía que su casa estaba cerca de una acequia en un pueblo. Quiso pagar un taxi para que llevara al anciano a casa, pero como estaba oscuro y nevaba, no pudo encontrar uno. No había otro modo, así que llevó al anciano al pueblo. Pasó por varias casas antes de encontrar la suya. Era muy tarde cuando Peng llegó a casa.

Hizo muchas cosas buenas en los últimos 16 años. Se ganó el elogio y la aclamación de la gente, y mostró el comportamiento de un practicante de Dafa. Si no hubiera practicado Dafa, no las habría hecho. Si no tuviera un cuerpo sano y una energía extraordinaria, no habría podido hacer esas cosas buenas. Dafa le dio una mente y un cuerpo extraordinarios, y lo convirtió en una persona extraordinaria.

Hace unos años, cuando él y otros practicantes fueron a una zona rural a distribuir materiales de aclaración de la verdad, se encontraron con problemas. Peng y su esposa fueron bloqueados en un callejón por el jefe del pueblo. El jefe del pueblo les dijo: «Están distribuyendo material de Falun Dafa aquí. Voy a llamar a la policía. No se vayan».

Tomó su teléfono móvil y se dispuso a llamar a la policía. Peng se adelantó, estrechó la mano del jefe del pueblo y le dijo: «Hermano, míranos, estamos distribuyendo estos materiales en todos los hogares de aquí. Intentamos salvar a la gente. Lo hacemos para que entiendan la verdad, sean buenas personas y eviten los desastres. Míranos a nosotros dos. Esta es mi esposa. ¿Parecemos malas personas? No deberías llamar a la policía, sería un acto atroz». El jefe del pueblo se sintió conmovido por sus palabras, le soltó la mano y les dijo que se marcharan. Se evitó una crisis.

Durante los años en que su mujer estuvo encarcelada, dirigió él solo el negocio familiar y ayudó a sus dos hijos con el negocio del carbón. El trabajo era muy arduo. Cada noche tenía que seleccionar 20, 30 o incluso 50 o 60 toneladas de carbón, clasificarlo y prepararlo para venderlo al día siguiente. La mayoría de los jóvenes no podían hacer un trabajo tan pesado. Estaba ocupado día y noche. La gente que veía lo duro que trabajaba cada día decía que era un hombre de acero.

Trata a la gente de su entorno con amabilidad, piensa primero en los demás, atiende bien a los clientes, mantiene relaciones armoniosas con la gente y su negocio va viento en popa. La gente decía que su carbonería es un gran establecimiento, mientras que las carbonerías de otros solo pueden considerarse pequeñas tiendas.

¿Cómo lo consigue? Estudia el Fa, hace los ejercicios y envía pensamientos rectos. No falta a ninguno de ellos. No se considera a sí mismo un anciano, y no tiene ningún concepto de la vejez.

Peng recorre el camino del retorno a su verdadero ser y es testigo de la extraordinaria naturaleza de Falun Dafa.