(Minghui.org) Tras cumplir la Sra. Fan Shufen una sentencia de siete años por practicar Falun Gong en septiembre de 2024, se le negó el subsidio por bajos ingresos y sus hijos la enviaron a un centro de ancianos. Amenazaron con dejar de cubrir sus gastos si continuaba practicando Falun Gong.

La Sra. Fan, de 76 años y residente del condado de Bayan, provincia de Heilongjiang, fue arrestada el 28 de septiembre de 2017 cuando fue a visitar a otra practicante, la Sra. Wu Guizhi. La policía allanó su domicilio. Debido a la afección cardíaca de la Sra. Wu, a la entonces mujer de 71 años se le negó el ingreso a la cárcel local y fue liberada el 30 de septiembre. La Sra. Fan fue puesta bajo arresto penal.

La Sra. Fan y la Sra. Wu fueron juzgadas por el Tribunal del condado de Yilan la mañana del 19 de julio de 2018 y sentenciadas a 7 y 8 años, respectivamente.

Tras ser liberada de la Prisión de Mujeres de la Provincia de Heilongjiang en septiembre de 2024, la Sra. Fan solicitó el subsidio para personas de bajos ingresos. El funcionario que tramitó su solicitud la rechazó, alegando que se debía a su práctica de Falun Gong.

Influenciados por la propaganda de odio del régimen comunista contra Falun Gong, los hijos de la Sra. Fan se opusieron firmemente a que continuara practicando. Su nuera amenazó con divorciarse de su hijo, este la estranguló y todos la culparon de avergonzarlos. A menudo la llamaban "vieja presa política" y la golpeaban.

Los hijos de la Sra. Fan la enviaron posteriormente al Centro de Ancianos Jingxin, donde compartía una habitación con otras tres personas mayores. La cuota mensual era de 700 yuanes. Sus hijos pidieron al dueño del centro que impidiera que la Sra. Fan se reuniera con otros practicantes de Falun Gong. El dueño también registró su habitación y tiró sus libros de Falun Gong. Ella y otros inquilinos del centro la discriminaron; a menudo la ridiculizaban y le decían que no practicara Falun Gong. Los hijos de la Sra. Fan amenazaron con dejar de pagar sus gastos de manutención si no renunciaba a Falun Gong. El dueño del centro también amenazó con desalojarla si no recibía el pago a tiempo.

La Sra. Fan ahora vive con miedo y está sometida a una enorme presión. Además, sufre de problemas de audición, consecuencia de los abusos sufridos en prisión.

La Sra. Fan ha estado viviendo en apuros económicos desde el inicio de la persecución en 1999, tras verse obligada a vivir lejos de casa debido a la objeción de su esposo a practicar su fe. No pudo encontrar trabajo y dependía de la recolección de basura. Vivía en un alquiler precario y no podía permitirse la calefacción en invierno. Posteriormente, solicitó un subsidio para personas de bajos ingresos y una vivienda de bajos ingresos. Pero solo después de unos años, fue arrestada y sentenciada a prisión, perdiendo finalmente tanto el subsidio como las prestaciones de vivienda.

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