(Minghui.org)
Nombre: Bai Yuzhi
Nombre chino: 白玉枝
Género: Femenino
Edad: 63
Ciudad: Condado de Jingjing
Provincia: Hebei
Ocupación: empleada de la banca
Fecha de fallecimiento: alrededor de marzo de 2025
Fecha del arresto más reciente: 31 de agosto de 2002
Lugar de detención más reciente: Prisión de mujeres de la provincia de Hebei
Mientras cumplía una condena de cuatro años por su fe en Falun Gong, la Sra. Bai Yuzhi fue brutalmente torturada y alimentada a la fuerza con drogas desconocidas. El abuso le provocó ceguera de ambos ojos, vómitos con sangre y sufrió insuficiencia renal. Estuvo en estado crítico en varias ocasiones, pero las autoridades se negaron a ponerla en libertad condicional por motivos médicos y, en cambio, ampliaron su condena cuatro meses. El 25 de diciembre de 2006, el día de su liberación, los agentes locales de la Oficina 610 intentaron llevarla a otro centro de detención. Cedieron ante la enérgica protesta de su familia.
Si bien la Sra. Bai recuperó más tarde algo de visión, todavía tenía dificultades para ver con claridad. Seguía siendo incapaz de mantenerse en pie ni de cuidar de sí misma. Sus manos seguían temblando incontrolablemente. Tenía convulsiones de vez en cuando y estaba plagada de un dolor nervioso persistente. Después de ocho años de sufrimiento constante, falleció alrededor de marzo de 2025. Tenía 63 años.
La Sra. Bai, empleada del Banco Industrial y Comercial de China, comenzó a practicar Falun Gong en 1994. Después de que el Partido Comunista Chino comenzara a perseguir la práctica espiritual en 1999, se mantuvo firme en su fe y fue arrestada en repetidas ocasiones.
En octubre de 1999 se le impuso una condena de 3 años de trabajos forzados
La Sra. Bai fue condenada a tres años de trabajos forzados el 1 de octubre de 1999. Mientras estuvo detenida en varios campos de trabajo, un hospital psiquiátrico y un centro de rehabilitación de drogas, mantuvo una huelga de hambre durante nueve meses seguidos. Su peso bajó de más de 50 kilos (110 libras) a menos de 36 kilos (80 libras). A pesar de esto, los guardias le inyectaron drogas desconocidas, haciéndola sentir como si insectos se arrastraran por todo su cuerpo. Durante un chequeo en el hospital alrededor de octubre de 2000, se descubrió que no tenía presión arterial ni lectura de electrocardiograma. Solo entonces los guardias del campo de trabajo se dieron cuenta de que estaba al borde de la muerte y llamaron a su familia para que la recogieran.
Tres detenciones más en 2001
La Sra. Bai fue arrestada de nuevo en octubre de 2001 y se le impuso una condena desconocida de trabajos forzados. Se declaró en huelga de hambre en protesta y fue liberada en menos de un mes. Vivió lejos de casa para evitar más persecuciones, pero fue arrestada de nuevo en septiembre de 2001. El jefe de la policía local la golpeó hasta dejarla inconsciente y no volvió en sí hasta tres días después. El jefe la dejó en el frío piso de cemento durante esos pocos días. Después de recuperar la conciencia, la llevaron a un campo de trabajo, pero se le negó la admisión debido a su mala salud.
La Sra. Bai fue liberada, pero volvió a ser detenida en diciembre de 2001 por distribuir materiales de Falun Gong. Fue llevada al segundo centro de detención de la ciudad de Shijiazhuang. Se declaró en huelga de hambre durante cuatro meses y fue puesta en libertad bajo fianza. Incluso antes de que se recuperara, la policía volvió a acosarla en su casa. Se escondió para evitar la persecución.
Condenada a 4 años de prisión
La Sra. Bai fue arrestada en su lugar de alquiler en la ciudad de Shijiazhuang el 31 de agosto de 2002. La policía la golpeó tan brutalmente que quedó irreconocible. Se tambaleaba al caminar y estaba demacrada con círculos oscuros debajo de los ojos.
La policía utilizó sus conexiones para que el campo de trabajo de la ciudad de Shijiazhuang la admitiera. Se declaró en huelga de hambre durante más de dos meses y luego fue engañada para que volviera a comer alimentos. Solo diez días después se emitió una orden formal de arresto. Su familia trató de contratar a un abogado para que la representara, pero a todos los bufetes de abogados locales se les había prohibido defender a los practicantes de Falun Gong.
En diciembre de 2002, el Tribunal de Distrito de Yuhua, en la ciudad de Shijiazhuang, realizó una audiencia secreta en el campo de trabajo. Su familia no fue notificada de su juicio ni de su nuevo lugar de detención. No se enteraron hasta principios de enero de 2003 de que había sido trasladada al segundo centro de detención de la ciudad de Shijiazhuang.
La Sra. Bai volvió a declararse en huelga de hambre y se encontraba en estado crítico en febrero de 2003. Su familia solicitó su libertad condicional por motivos médicos, pero fue rechazada y también se le negaron las visitas. Fue sentenciada a cuatro años de prisión en marzo de 2003. Su familia no fue notificada de su condena.
La Sra. Bai comenzó a vomitar sangre a principios de mayo de 2003, pero el centro de detención no le brindó ningún tratamiento médico. A pesar de su estado, las autoridades la trasladaron a la segunda prisión de la ciudad de Shijiazhuang, según supo su familia el 20 de mayo de 2003.
Los guardias de la prisión instruyeron a los reclusos que vigilaran a la Sra. Bai las 24 horas del día. Volvió a iniciar una huelga de hambre en protesta y fue brutalmente alimentada a la fuerza. Más tarde quedó ciega de ambos ojos y tuvo que permanecer postrada en cama todo el día. La solicitud de su familia de que fuera puesta en libertad condicional por motivos médicos fue rechazada en repetidas ocasiones. También se les negaron las visitas.
La prisión de mujeres de la provincia de Hebei fue fundada en el verano de 2005, y la Sra. Bai y las otras practicantes de Falun Gong encarceladas fueron trasladadas allí.
Los guardias de la nueva prisión seguían maltratando a la Sra. Bai y rara vez permitían que su familia la visitara. Los artículos que sus seres queridos le enviaban a menudo no le llegaban. A otros practicantes no se les permitió ayudarla. Una vez, una practicante llamada He Lanhua la ayudó a ordenar su ropa y fue despojada de su derecho a recibir visitas familiares, comprar artículos de primera necesidad y ponerse en contacto con sus seres queridos.
La condición de la Sra. Bai siguió empeorando y sufrió insuficiencia renal. Más tarde quedó completamente postrada en cama e incapacitada. Sus solicitudes de libertad condicional fueron rechazadas repetidamente. La prisión extendió su condena por cuatro meses y no la liberó hasta el 25 de diciembre de 2006. Los agentes locales de la Oficina 610 intentaron llevarla a otro centro de detención después de su liberación, pero cedieron ante la fuerte protesta de su familia.
La Sra. Bai nunca se recuperó de los daños sufridos durante su encarcelamiento. Murió alrededor de marzo de 2025.
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